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miércoles, 29 de agosto de 2018

SIRIA: La última batalla

Como sabéis, la guerra contra ISIS - aquella bestia sionista alimentada durante años por los EE.UU. para “justificar” su intervencionismo en aquella estratégica región del Medio Oriente - ha entrado en su fase final y solo queda por liberar algunas zonas en el noroeste de Siria que se encuentran “protegidas” por Washington, donde coincidentemente los remanentes terroristas se han reagrupado e intentan contraatacar las posiciones del gobierno sirio esperando contar para ello con el apoyo estadounidense y de sus aliados, para lo cual están preparando otro operativo de falsa bandera con el uso de armas químicas para acusar de ello a Damasco. En efecto, en un movimiento completamente predecible, EE.UU. ha amenazado nuevamente con bombardear a Siria si realiza un "ataque con armas químicas". Predecible porque ese guión ha sido leído repetidamente a través de los años mientras derramaban lágrimas de cocodrilo y con una falsa “indignación” por parte de Washington, específicamente desde el 2012, cuando el Criminal de Guerra y Califa de ISIS, Barack Hussein Obama dibujó su ridícula “línea roja” en Siria. El último protagonista de este desgastado guión de operativos de falsa bandera, ha sido el asesor de seguridad nacional de Trump, el impresentable de John Bolton, quien el pasado 22 de agosto declaró: "EE.UU. ve los planes del régimen sirio de reanudar acciones militares ofensivas en la provincia de Idlib y está dispuesto a dar una respuesta firme si Damasco usa armas químicas". Las declaraciones del alto cargo estadounidense coinciden con las preparaciones de Siria de lanzar una ofensiva para liberar Idlib y con las advertencias de los militares rusos sobre la inminente escenificación de “un ataque químico” por los terroristas con el fin de provocar una intervención militar extranjera. Más allá del velo andrajoso de “superioridad moral” que busca presentar la vomitiva propaganda de guerra de los EE.UU., las palabras de ese desequilibrado mental son claramente una orden expresa para que ISIS, Al-Qaeda, Al Nusra y los Cascos Blancos escenifiquen otro “ataque químico” en Siria. Lo dicho por Bolton fue precedido por una declaración conjunta del 21 de agosto entre Francia, el Reino Unido y los EE.UU. (FUKUS), que también amenazan con ilegales bombardeos masivos sobre Siria si ocurriera un nuevo “ataque químico” por parte del régimen de Al Assad (basado en “evidencias” que los EE.UU. por cierto, nunca han dado a conocer al publico simplemente porque no existen). Recordemos que la última vez que actuaron ante tal amenaza, en abril del 2018, EE. UU. y sus aliados intervencionistas ni siquiera esperaron a que la mentira de Douma quedara expuesta, y mucho menos para que se materializara alguna evidencia, antes de que bombardearan Siria con 103 misiles. Los bombardeos aéreos ocurrieron antes de que la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPCW) tuviera siquiera la oportunidad de visitar los sitios supuestamente atacados en Douma para comprobar su veracidad. Por lo visto, el apetito de la coalición no se sació en abril del 2018 y ahora buscan más, con mayor razón cuando el avance de las tropas sirias con el valioso apoyo aéreo ruso es imparable, y solo queda una porción de territorio en manos de los terroristas por liberar, por lo que quieren detenerlos a como de lugar. No nos debe sorprender que las irresponsables afirmaciones de Bolton estén “respaldadas” por las sospechosas “denuncias” habituales de los medios corporativos expertos en crear vomitivas campañas de desinformación, falsos grupos “de derechos humanos” creados por la CIA y personas vinculadas al grupo de expertos en propaganda de guerra del Consejo Atlántico de la OTAN. Venga ya ¿Qué credibilidad pueden tener esta clase de gente quienes solo buscan prolongar la tragedia en Siria? Es por ese motivo que la narrativa occidental de los acontecimientos en Ghouta ha sido ampliamente desacreditada por periodistas y medios independientes, quienes tienen sólidas razones para dudar de esas disparatadas historias. Su escepticismo crece ya que los apologistas de la guerra ni siquiera son originales y repiten el mismo libreto una y otra vez. Que “coincidencia” que esa propaganda bélica aumentó dramáticamente justo antes y durante la liberación de Alepo y del este de Ghouta por parte del ejercito sirio, para nombrar solo dos ejemplos. Ahora vuelven a lo mismo en vísperas de un nuevo operativo de falsa bandera que les de el “pretexto” para atacar a Siria nuevamente. Como sabéis, las acusaciones del “uso de armas químicas” por parte de Siria se encuentran entre las tácticas de propaganda de guerra más utilizadas por EE.UU. para acudir en socorro de los terroristas. Desde finales del 2012 hasta abril del 2018, portavoces de la OTAN han denunciado hipócritamente una serie de “ataques químicos” sobre la población civil, pero una y otra vez, han quedado en evidencia porque ha quedado demostrado ante la saciedad que se trataron de operativos de falsa bandera montados por la CIA para culpar de ello al régimen de Damasco. Son los propios grupos terroristas financiados por Washington - ISIS, Al Qaeda, Al Nusra, Cascos Blancos - quienes tienen acceso al gas sarín, y controlan fábricas de cloro en la zona donde prepararon sus demenciales ataques. Entre los mas importantes están los realizados en marzo del 2013, en Khan al-Assal, Aleppo; en agosto del 2013, en las zonas orientales de Ghouta; en abril del 2017, en Khan Sheikhoun, Idlib; y en abril del 2018, en Douma, Ghouta oriental. Por ejemplo, del ataque realizado en Khan al-Assal, Carla Del Ponte, miembro principal de la comisión de investigación de UNHRC, declaró que fueron los propios terroristas quienes usaron el gas sarin y no el gobierno sirio, afirmando: "Estaba estupefacto con los primeros indicios que obtuvimos, ya que ha quedado claro que fueron los ‘rebeldes’ quienes usaron el gas nervioso". Un periodista de Mint Press News que fue a las áreas en cuestión, escribió sobre como los "rebeldes" y los miembros de su familia culparon al príncipe Bandar de Arabia Saudita por enviarles armas químicas ya que no sabían cómo usarlas. Por su parte, el periodista de investigación Seymour Hersh escribió sobre las denuncias del uso del gas sarin, señalando (entre otras cosas) que "el sarín que poseía el ejército sirio - al cual renuncio en el 2013, siendo evacuados por la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) que en enero del 2016 anunció su total destrucción - tenia un componente químico diferente al sarín que fabrican Al Qaeeda y al-Nusra, utilizados precisamente en estos ataques". Entre las muchas preguntas que los periodistas deberían haberse planteado en torno a las acusaciones de Khan Sheikhoun de abril del 2017, está la cuestión de cómo podemos confiar en cualquiera de esas muestras cuando claramente no había una cadena de custodia: el área está controlada por Al-Qaeda o grupos afiliados, que tienen un gran interés en ocultar la verdad. Como se señala en un artículo de Moon of Alabama, también existe una clara falta de certeza en torno a las acusaciones de Khan Sheikhoun. El artículo señala además que en el informe de la OPCW sobre “el ataque químico”, hay una serie de resultados contradictorios entre los 57 casos de pacientes ingresados en los hospitales antes del supuesto incidente y el de las "víctimas del gas sarín” que no mostraban síntoma alguno. A pesar de ello, fue el pretexto utilizado por la Casa Blanca para bombardear Siria en abril del 2018. A Washington no le intereso en lo absoluto que el personal médico presente en el hospital declarara que los pacientes no habían mostrado síntomas de un ataque químico, ni que los propios ciudadanos de Douma dijeran que no había habido un ataque químico. De nada sirvió que diecisiete civiles y personal médico de Douma testificaran de ello en La Haya, ya que la decisión de bombardear Siria estaba tomada de antemano. Es mas, los medios de comunicación estadounidenses - que se encuentran en manos de grandes corporaciones judías - descartaron sarcásticamente esos testimonios. ¿Quién se beneficia de estas repetidas acusaciones? ¿Se habría beneficiado verdaderamente el gobierno sirio si hubiera perpetrado alguno de estos supuestos ataques? No. ¿Hubiera sido lógico que el presidente sirio hubiera ordenado tal ataque químico, sabiendo que provocaría la ira de sus enemigos? Tampoco, porque la guerra esta prácticamente ganada y por otra parte, el ejercito sirio no posee armas químicas. ¿Estas acusaciones benefician a los terroristas financiados por los EE.UU.? Sí. En su reciente informe sobre las acusaciones de Douma, el Grupo de Trabajo Siria Propaganda Media analizó los hechos en torno a las acusaciones de Douma (y las anteriores), dejando al descubierto las discrepancias en torno a las narrativas “oficiales” y los detalles turbios que nos presentan como "pruebas", así como los estrechos vínculos existentes entre grupos terroristas y el Servicio de Inteligencia Secreto del Reino Unido, MI6. Con respecto a las últimas inquietudes sobre la realización de un inminente ataque químico, deberíamos estar preocupados por ello o mejor dicho, su puesta en escena del mismo, pero no por parte del gobierno sirio, sino de los EE.UU. como ha sucedido en anteriores oportunidades. De hecho, medios sirios recientemente han denunciado que los miembros de los Cascos Blancos y Al-Qaeda en Siria transportaron la semana pasada un cargamento de barriles desde una fábrica de reciclaje de cloro, ubicado cerca de la frontera turca hasta las áreas ocupadas por terroristas de Idlib para “escenificar” un nuevo “ataque químico”. Este se realizaría contra uno de los poblados de Idlib que seria grabado en vídeo por los Cascos Blancos, grupo terrorista encargado también de difundirlo en los medios regionales e internacionales. Esto es lo que esta buscando afanosamente los EE.UU. y otros países para atacar diversos objetivos en Siria, aseguró el portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia, Ígor Konashénkov. Con este objetivo, indicó, hace unos días EE.UU. desplegó en el golfo Pérsico su destructor USS The Sullivans con 56 misiles de crucero a bordo y un bombardero estratégico B-1B Lancer con 24 misiles de crucero aire-superficie AGM-158 JASSM. El objetivo de esta operación, como mínimo, sería aplazar la ofensiva siria en Idlib, comentó a Svobodnaya Press el experto militar ruso Alexéi Leonkov. "Los territorios kurdos y la provincia de Idlib son las dos últimas regiones en Siria con valor para los estadounidenses (…), así que EE.UU. va a continuar luchando por su influencia. En Idlib, los Cascos Blancos pueden 'ayudar' en la farsa a Washington", opinó. Según el entrevistado, el eventual “ataque” en Idlib podría estrenar el recién promulgado mandato de la Secretaria Técnica de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), que ahora tiene el derecho de señalar quienes son los culpables de los ataques químicos. Antes, solo determinaba los hechos en el lugar. Con esta nueva falsificación se buscaría culpar al presidente sirio, Bashar Al Assad, así como a Rusia e Irán como sus aliados, sostuvo Leonkov al añadir que "el objetivo final sería obtener un pretexto para usar la fuerza contra Asad. Idlib es una región problemática, pero a su vez muy codiciada. De ser controlada por los EE.UU. podría causar daños tanto a Siria como a Turquía. Ambos quieren solucionar este problema, pero difieren en sus métodos ya que Erdogan no es de fiar. Y están los Cascos Blancos con sus provocaciones” indicó el experto. No cabe duda que los criminales no se resignan a su derrota y buscaran hacer el mayor daño posible antes de su inevitable extinción, así arrastren al mundo a una conflagración mundial :(
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