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miércoles, 24 de junio de 2020

CHINA: Conflicto de intereses

Veinte militares indios muertos han bastado para estremecer a media humanidad. Se trata del primer choque con víctimas mortales desde 1975 y el de peores consecuencias desde 1967 ¿Caminan China e India, las dos naciones más pobladas del planeta, ambas poseedoras de armamento nuclear y gobernadas por líderes autoritarios hacia una guerra? La respuesta más probable es "no", pero las refriegas registradas durante las últimas semanas en los confines del Himalaya reavivan un conflicto candente desde hace medio siglo. A diferencia de las escaramuzas fronterizas anteriores, esta vez los chinos parecen haber hecho una incursión planificada, aparentemente destinada a la ocupación de zonas reclamadas por la India. Esto se evidencia por el hecho de que Beijing se había apresurado en acumular fuerzas con armas pesadas en áreas que anteriormente carecían de presencia china, lo que ha irritado profundamente a Nueva Delhi. Aksai Chin, el área en disputa, es reclamada como parte de Xinjiang (Uiguristán) por China y Ladakh por India. Fría e inhóspita, cubierta de nieve con temperaturas alrededor de cero, incluso en verano, ubicada en lo alto del Himalaya, la altitud promedio es de 4.200 metros, casi el doble de la altura donde comienza el mal de altura, lo que significa que cualquier humano en el área debe sufrir una aclimatación tediosa y gradual o sufrir dolores de cabeza, náuseas y fatiga. La altitud y las temperaturas bajo cero pueden haber contribuido al número de muertos. El ejército indio inicialmente confirmó tres bajas, pero luego dijo que 17 soldados adicionales “expuestos a temperaturas bajo cero en el terreno de gran altitud han sucumbido a sus heridas”. En su libro sobre la región, el historiador británico Neville Maxwell lo describe como “una tierra de nadie, donde nada crece y nadie vive”. Y, sin embargo, India y China entraron en guerra por ella en 1962, dejando miles de muertos en ambos lados, y entre ese conflicto de un mes y la ultima refriega, la región ha visto numerosas peleas y pequeños enfrentamientos entre guardias fronterizos y declaraciones indignadas en las que Beijing o Nueva Delhi acusa al otro de intentar sobrepasar la frontera de facto. Entonces, ¿por qué el área es tan importante para ambos? La Línea de Control Actual, la frontera de facto poco definida, surgió de la guerra fronteriza sinoindia de 1962, que fue provocada por desacuerdos territoriales históricos de larga data. Como Maxwell escribe en su libro India's China War (La guerra de China en India) la soberanía sobre la región de Aksai Chin siempre ha sido algo confusa. Durante gran parte del siglo XIX, el Himalaya fue el foco de la rivalidad militar y política entre los imperios de Rusia, Gran Bretaña y China, quienes reclamaron varias partes de la región. La descolonización solo trajo consigo más confusión y antipatía, particularmente luego de que Pakistán se separó de la India a raíz de la independencia. Aksai Chin es parte de la gran Cachemira, y luego de la sangrienta guerra entre Pakistán e India en 1947 que resultó en la división de esa región, la frontera entre China e India quedó mal definida. India afirma que la región es parte de Ladakh, un territorio remoto y montañoso en el valle oriental de Cachemira que fue hasta el año pasado parte del estado semiautónomo pero controlado por los indios de Jammu y Cachemira, la parte de la región disputada más amplia que terminó arriba en el control indio después de la guerra de 1947 con Pakistán. “Si bien la India reconoció la llamada ‘línea McMahon'”, un remanente de la era colonial británica, el analista Larry Wortzel escribió en un informe militar para el gobierno estadounidense, que “China nunca lo aceptó formalmente, optando en su lugar por las ‘fronteras de la costumbre’ que habían existido entre pueblos contiguos durante décadas anteriores”. Esto creó un incómodo statu quo que persiste en la actualidad, donde ninguna de las partes está de acuerdo con la frontera, ambas acusan regularmente a la otra de sobrepasarla o tratar de expandir su territorio, y es fácil encontrar excusas para el conflicto, con mayor razón desde la llegada al poder en la India de los ultranacionalistas del Bharatiya Janata Party (BJP) enemigos irreconciliables tanto de China como de Pakistán y con un voraz apetito expansionista, cuyo mayor exponente es precisamente su Primer Ministro Narendra Modi, quien considera al “emperador” chino Xi Jinping como un peligro para su país. "La soberanía e integridad de la India es suprema, y nada ni nadie puede impedirnos defenderla", dijo Modi en un breve discurso televisado, rompiendo su silencio público sobre el incidente. Asimismo, ha asegurado que su Gobierno ha dado "total libertad" al Ejército para "tomar medidas correctivas" y ha enfatizado que "las Fuerzas Armadas no dejaran piedra sin remover para proteger al país" en una velada amenaza a Beijing. La génesis de la crisis actual, según Harsh V. Pant, profesor de Relaciones Internacionales en el King’s College de Londres, se puede encontrar en la revocación de la India el año pasado del estatus especial otorgado a Jammu y Cachemira, y la división del antiguo estado indio en dos territorios. “Desde entonces ha habido preocupaciones en Beijing de que Nueva Delhi dificultaría la vida de China en el futuro”, dijo Pant. “(La región) conecta a China con Pakistán, donde tienen el corredor económico. Les preocupa la revocación de la India (el estatus especial) y cómo India ahora está mirando a Ladakh estratégicamente. También les ha preocupado la construcción de infraestructura.” La última gran crisis en la región, un enfrentamiento de un mes sobre el territorio en disputa de Doklam en el 2017, también estuvo relacionada con la construcción de infraestructura. “Antes solía estar principalmente en el lado chino pero ahora India también ha estado aumentando su presencia a lo largo de su lado de la frontera”, agregó Pant. “Cualquier expansión india o fortificación significativa de su dominio sobre la región podría amenazar los objetivos geoestratégicos de China en Asia central”, dijo por su parte Happymon Jacob, profesor asociado del Centro de Política Internacional, Organización y Desarme de la Universidad Jawaharlal Nehru de Nueva Delhi. “China ha invertido más de US$ 60.000 millones (en el corredor económico) con Pakistán”, dijo, y agregó que este es un “elemento crucial” del plan comercial y de desarrollo de Franja y Ruta de la Seda del presidente Xi Jinping. El año pasado, India terminó una nueva carretera para todo clima que corre muy cerca de la Línea de Control Actual. El propósito de este camino es apoyar a las tropas a lo largo de la frontera, lo que les permite reabastecerse por carretera desde Daulat Beg Oldi, la pista de aterrizaje más alta del mundo. Esto sería de gran ayuda si India reforzara aún más su posición o construyera instalaciones militares en la frontera. “Algunas señales sugieren que los avances recientes de China son una respuesta al nuevo camino, que perciben como un cambio en el status quo en la LCA”, dijo a su vez Aidan Milliff, experto en violencia política y Asia del Sur en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT). “El status quo es realmente tolerable para ambos países, o al menos, su disgusto porque no es tanto como para pagar el costo de arreglarlo”, agregó. “Todavía no me queda claro, como principio general, si estas disputas comienzan como provocaciones cuidadosamente calculadas o como pasos en falso y malentendidos” aseveró. Para todas las preocupaciones sobre posibles movimientos de soldados en ambos lados, cualquier conflicto en el área sería excepcionalmente difícil. La ubicación de la última confrontación, el Valle de Galwan, es una meseta relativamente baja, donde los soldados pueden moverse más fácilmente. También fue el lugar de la disputa que inició la guerra de 1962. Las condiciones durante el invierno, extremadamente frío con nieve intensa, pueden hacer que gran parte del área sea inaccesible, lo que significa que la ventana para maniobras es muy pequeña. Incluso durante el verano, cuando las condiciones son mejores, la altitud, el clima y las temperaturas hacen que todo sea más difícil, desde simples maniobras y movimiento de suministros, y mucho menos un conflicto militar en toda regla. “Operar por encima de los 4.000 metros, como bien saben el Ejército de la India y el Ejército Popular de Liberación, cambia casi todos los aspectos de la guerra”, escribió Milliff, el experto del MIT, en War on the Rocks a principios de este mes. “Los soldados tardan días en aclimatarse a cualquier altitud superior a los 2.400 metros, por lo que la velocidad a la que llegan los refuerzos puede ser más lenta que la velocidad de sus medios de transporte”. Los riesgos de ascender demasiado rápido pueden ser potencialmente graves, incluso para jóvenes soldados sanos, incluidos los edemas pulmonares y cerebrales. “Durante la guerra fronteriza sino-india de 1962, algunas unidades indias se saltaron la aclimatación y procedieron directamente a altitudes extremas en Cachemira y Sikkim”, escribe Milliff. “Casi el 15% de los soldados en las unidades apresuradas desarrollaron edema pulmonar a gran altitud, una de las principales causas de muertes relacionadas con la altitud, que puede progresar desde los síntomas iniciales hasta la muerte en tan solo 12 horas incluso en individuos sanos. Todo sufre a esta altitud. Los motores diesel tienen dificultades para operar, los helicópteros tienen que cortar sus cargas y la cantidad de suministros necesarios para mantener sanas a las tropas es mucho mayor. Incluso disparar puede ser más difícil, ya que la artillería y las armas de fuego requieren miras especiales para hacer frente al aire más delgado. “Incluso si la altitud no fuera un factor, el terreno a lo largo de la frontera entre India y China aún complicaría las operaciones militares”, dijo Milliff. “La meseta del Himalaya no es plana como el frente central en Europa, ni necesariamente se puede conducir en tanques como los desiertos en Iraq o a lo largo de la frontera entre el oeste de India y el sur de Pakistán. Con los dos ejércitos curando sus heridas y reanudando los protocolos de desescalada, la atención se centrará ahora en Nueva Delhi y Beijing y si pueden evitar que la disputa actual se descontrole en un conflicto difícil y costoso” expreso. A su turno, en una entrevista al diario oficialista chino Global Times, un analista de la Universidad Popular de China, Zhou Rong, señaló que la actividad militar de China en el noroeste “es una reacción natural a la situación en la frontera con la India”. Según Zhou Rong, su propósito es probar nuestra capacidad de movilizar rápidamente unidades de combate, especialmente de la fuerza aérea, preparando al personal para combatir en condiciones de frío intenso, probar las capacidades de combate de los equipos modernos, incluidos tanques, misiles antitanque y vehículos de combate de infantería. El experto chino cree que no hay duda de que los ejercicios están relacionados con el factor indio: “India ha provocado recientemente tensiones varias veces en el área de Ladakh y estas se están extendiendo cada vez más. Al mismo tiempo, ha desplegado una gran cantidad de tropas en su frontera, en un área cercana a Cachemira controlada por Pakistán y China. Según se sabe, la India continua movilizando sus tropas hacia la frontera, incluidos sus tanques T-90 y T-72, y una gran cantidad de aviones de combate. Esto plantea una seria amenaza de seguridad en la frontera chino-india en Xinjiang y el Tíbet” afirmó. Zhou Rong también cree que los ejercicios militares de China en el lugar se llevan a cabo en el contexto de una declaración del ministro de defensa indio sobre Cachemira, quien ‘confía’ en un apoyo militar de los EE.UU. contra China : "Esta declaración del ministro de Defensa Singh, de que la población en la parte controlada por Pakistán de Cachemira pronto exigirá que sea parte de la India es particularmente notable. Además, algunas fuerzas en la India están fuertemente influenciadas por las ideas de expansionismo y hegemonía expresadas continuamente por su gobierno, quienes esperan fortalecerse con el apoyo de los EE.UU.”aseveró. En estas circunstancias, China está fortaleciendo su posición a gran escala en la región noroeste para demostrar que no tiene miedo a ninguna confrontación, dice el experto. “No estamos dispuestos a causar problemas, pero no somos cobardes. Además, China también necesita expresar su firme apoyo a Pakistán, ya que la amenaza que sufre por parte de la India se está volviendo cada vez más evidente. Debemos estar lo suficientemente atentos para poder responder y derrotar al expansionismo indio”, enfatizo. No cabe duda que China quiere presentarse ante el mundo como una gran potencia dispuesta a defender sus intereses y mas que dar una lección a la India, su incursión es una advertencia a otros países como EE.UU. y el Reino Unido para que no se entrometan en ‘sus asuntos internos’ llámense Taiwán, Corea del Norte, Hong Kong, Uiguristán, Tibet y el Mar del Sur de China. Si bien los ministros de Asuntos Exteriores de ambos países mantuvieron posteriormente un diálogo telefónico en procura de apaciguar el conflicto llamando a reducir las tensiones en la frontera, la historia está plagada de ejemplos de conflictos desatados por involuntarios errores de cálculo que desembocan en situaciones no buscadas. Pero las actitudes provocadoras de ambos bandos, pueden conducir al mundo a un conflicto global :(
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