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miércoles, 7 de junio de 2023

LONG MARCH 9: El rival chino del Starschip de Elon Musk

Lejos quedaron los tiempos en los que EE.UU. y Rusia eran los únicos líderes del sector espacial. En la actualidad, son cada vez más los países que destinan recursos a sobrepasar los límites de nuestro planeta y, como posiblemente os imagináis, a mostrar músculo frente a sus rivales. China es uno de los ejemplos más destacados de este escenario. En efecto, el gigante asiático llegó tarde a la fiesta de la conquista del cosmos. Lanzó su primer satélite, el Hong 1, a 13 años del Sputnik y consiguió enviar un taikonauta al espacio con su propio cohete en el 2003, a 42 años del histórico vuelo del cosmonauta ruso Yuri Gagarin. Estos retrasos en el calendario, sin embargo, no le han impedido soñar en grande y obtener logros extraordinarios. En el 2019, China se convirtió en el primer país en posarse con una sonda no tripulada en la cara oculta de la Luna y en el 2021 repitió la hazaña, pero millones de kilómetros dentro del espacio profundo, en Marte, lo que le permitió fotografiar de cerca el planeta rojo. Y claro, no debemos olvidar que el país ha logrado construir su propia estación espacial llamado Tiangong, un proyecto que de momento ya consta de tres módulos. Ahora bien, no es ningún secreto que ha resurgido el interés por llegar a la Luna e incluso visitar Marte. La piedra angular de estos ambiciosos objetivos, al menos para la NASA y sus socios internacionales es el Starship. Se pretende que el sistema de lanzamiento de SpaceX, el más poderoso jamás creado, ayude a colonizar nuestro satélite y sirva como sistema de transporte en futuros vuelos interplanetarios. Pero China, que tras sus últimos logros ha ingresado en el podio de las potencias espaciales, está desarrollando un equivalente al Starship. Estamos hablando del Long March 9, un sistema de lanzamiento reutilizable de tres etapas capaz de transportar 160 toneladas en carga útil hasta la órbita terrestre baja (frente a los 150 del sistema Starship ) y hasta 53 toneladas a la Luna, donde tiene previsto construir una base espacial en el polo sur del satélite antes del 2030 y tomar posesión de las grandes reservas de agua recién descubiertas, lo que ha causado alarma en la NASA ante esa posibilidad. El Long March 9, como su nombre lo indica, es una evolución del Long March 5, un vehículo de lanzamiento más pequeño que conocemos bien por sus reingresos sin control a través de la atmósfera terrestre. En cuanto a sus dimensiones, nos encontramos con que tendrá una altura de 114 metros y un diámetro de 10,6 metros (mientras el Starship tiene 120 metros de altura y un diámetro de 9 metros). A nivel de propulsión, se prevé que este sistema de lanzamiento chino se mueva con 30 motores en su primera etapa, cuatro motores en su segunda etapa y un motor en su tercera y última etapa. Podemos mencionar que el Starship tiene una configuración de 33 motores en la etapa principal. Las comparaciones en este punto, sin embargo, pueden ser en vano si no las enfrentamos a los valores de empuje reales de empuje de cada alternativa. Cabe señalar que muchos detalles del Long March 9 todavía no han sido dados a conocer. De hecho, el proyecto ha sufrido una gran cantidad de cambios importantes de diseño y configuración desde sus inicios en el 2016. La Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial de China asegura que los motores de tras tres etapas están casi terminados. En tanto, la carcasa, el carenado y los anillos intermedios ya se han construido. Por su parte, el Instituto de Propulsión Aeroespacial de Beijing ha anunciado que también está listo el tanque de combustible principal del cohete. En un comunicado, uno de los líderes de diseño del vehículo de lanzamiento, Hu Zhenggen, ha dicho que se necesitaron más de seis años para completar la construcción del tanque, una tarea que involucró desafíos de diseño, materiales, desarrollo y finalmente pruebas. En relación al diseño exterior, una maqueta ha sido exhibida recientemente en el Zhuhai China Air Show. El proyecto parece avanzar a paso firme, aunque todavía tiene un largo camino que recorrer. De acuerdo al cronograma del proyecto, el primer vuelo del Long March 9, una prueba similar a la que hizo SpaceX con su Starship, debería tener lugar el 2027. Es más, al año siguiente, está previsto que un robot sea enviado a la luna como parte de la misión Chang'e 8, y estará encargado de fabricar “ladrillos de suelo lunar” para la futura base. Entretanto, los ingenieros chinos están trabajando también en el desarrollo de un nuevo vehículo tripulado y una versión más pequeña de la nave transportará a los taikonautas a la órbita terrestre baja (LEO). Esta nave se acoplará a la estación espacial Tiangong, mientras que otra, un poco más grande, llevará a los tripulantes chinos hasta la superficie de la Luna. Por lo visto, la carrera espacial no se detiene y China en cooperación con Rusia, piensa ganarla a costa de los EE.UU. ¿Conseguirá su objetivo?
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