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miércoles, 6 de septiembre de 2023

STARFIELD: Desafiando los peligros del universo

Han pasado poco más de cinco años desde el anuncio oficial de Starfield en el E3 del 2018. El 1 de septiembre del 2023, se lanzo en acceso anticipado y finalmente hoy vio la luz para todos los usuarios de PC y Xbox Series X/S, incluido en Game Pass. ¡Y qué aventura ha sido esperar este lanzamiento! Han sido cinco años de misterio, retrasos y mucha información durante el último tramo... incluso filtraciones muy bestias y desgraciadamente inevitables en juegos tan sonados como este. Starfield es uno de los videojuegos más esperados del 2023 y un gran evento para los amantes de la exploración espacial. El juego nos sitúa en el año 2330. La humanidad dejó atrás la Tierra y el Sistema Solar hace mucho tiempo para colonizar diferentes sistemas de la galaxia. La exploración espacial vivió una época de oro, hasta que los individuos comenzaron a dividirse en facciones para asentarse y finalmente luchar por los recursos de los nuevos territorios. Gobiernos y empresas llevan décadas bailando una danza de poder que dura hasta nuestros días. Pero ciertos sucesos nos ponen en el punto de mira de Constelación, un grupo de exploradores y científicos que van tras el mayor misterio del universo. Si bien el objetivo de la historia principal de Starfield es ayudarles, no tiene por qué ser nuestra prioridad. La historia de Starfield es interesante, emocionante y cuenta con bastante profundidad. No solo por la trama principal, sino por la absurda cantidad de historias secundarias, terciarias e incluso ocultas que podemos encontrar a lo largo y ancho del universo, todas conectadas entre sí de un modo u otro. No todas las misiones son emocionantes, pero el resultado general es bastante satisfactorio. Y resultan mucho más interesantes cuando sabes que no son exactamente igual en todas las partidas. Muchas misiones (incluidas primarias) y actividades son aleatorias, lo que significa que pueden darse en planetas o sistemas diferentes. Por ejemplo, una de las primeras misiones principales te lleva a buscar una nave estrellada... y no estaba en el mismo sitio durante una segunda partida. Como sabéis, el apartado visual y el rendimiento de los juegos son aspectos que han preocupado a muchos fans durante años. La última entrega de Fallout no fue demasiado bien y el asunto de Redfall no calmó los nervios de cara a Starfield. Podéis respirar tranquilos: Bethesda ha aprendido... aunque haya sido a hostias. El apartado gráfico de Starfield es tan espectacular como hemos visto en las presentaciones. Todo cuenta un detalle sorprendente, especialmente las naves, el armamento, los trajes y muchísimos objetos que podemos inspeccionar desde el inventario; y la distancia a la que podemos ver las cosas en los planetas y el espacio resulta especialmente inmersivo. Y esto nos lleva al siguiente punto: el apartado artístico. Una vez más, los artistas de Bethesda han hecho un trabajo sublime creando el universo de Starfield. La ambientación se siente lo bastante avanzada para creer que los humanos han conquistado el espacio. Podría denominarse "un futuro casi posible". Podemos verlo en todos las estructuras que nos encontramos: algunas claramente fueron construidas muy cerca de nuestro tiempo (y se nota), mientras que otras son producto de los nuevos descubrimientos en términos de materiales. Las armas son otro ejemplo: podemos encontrar desde un AS-9 o AS Val ruso hasta armas de energía... pero no al estilo Star Wars. Sin embargo, las ciudades principales de Nueva Atlántida, Akira y Neon no terminan de convencer. Las tres son preciosas a su modo... pero les falta mucha de la epicidad que nos transmitió Bethesda. La sensación con Nueva Atlántida y Akira es que les falta "algo", no se sienten tan vivas como se esperaba. Por otro lado, Neon decepciona con todas las letras. Prometieron una ciudad de placer, drogas y desfase, pero se queda en una discoteca, algunas oficinas y unas pocas tiendas rodeadas de neones. Le falta un toque a lo Night City de Cyberpunk 2077. Por cierto, la exploración de Starfield puede decepcionar a algunos. Lo primero que debéis saber es que no hay exploración espacial abierta como en No Man's Sky o Star Citizen. Despegues, aterrizajes, atraques y viajes en/entre sistemas se llevan a cabo mediante cinemáticas y pantallas de carga. Sobra decir que no hay vuelo libre dentro de los planetas y el vuelo orbital está reservado para los encuentros con otras naves (comercio, combate...), reparación de satélites, atraques en estaciones espaciales, etc. El proceso de viajar por el espacio puede ser tan breve o detallado como decidamos. Si queréis ir del punto A al punto B rápidamente, entonces basta con abrir el menú estelar y seleccionar la localización o el lugar concreto del planeta al que queréis ir. Apareceréis allí con una sola pantalla de carga, a no ser que planeta tenga control de contrabando en la órbita. Esta opción os priva de ver todos los eventos y misiones del espacio, que no son pocos. Si queréis una experiencia más detallada, podéis ir hasta la nave, montaros y sentaros en la cabina, despegar, seleccionar el sistema o planeta mediante el escáner/menú de sistemas, hacer el viaje, seleccionar el punto de interés/concreto en el que aterrizar/atracar, levantaros del asiento y salir por la escotilla. Esta opción os permite recrearos y encontraros más a menudo con misiones y eventos aleatorios en el espacio. El grueso de la exploración en Starfield se encuentra en los planetas y lunas. Podemos escanear el planeta desde la órbita y seleccionar puntos de interés para aterrizar o elegir manualmente el punto exacto en el que aterrizar... aunque puede resultar un poco confuso y haría falta un tutorial más interactivo. Por el contrario, la superficie de planetas y lunas tiene muchos más alicientes. Una vez aterrizamos en el bioma elegido, podemos explorar todas las localizaciones y escanear la flora, fauna y materiales. Las más cercanas (2.000 metros aprox) aparecen en el escáner, pero habrá bastantes más. Suele haber una media de 10 en cada cuadrante, aunque pueden ser más o menos. Existe además mucha variedad de localizaciones: campamentos normales y élites, poblados y puestos de paso, minas, cuevas, laboratorios, centros de investigación, hangares, yacimientos naturales, naves estrelladas, zonas de aterrizaje de otras naves aleatorias, anomalías... La mayoría cuentan con sus propias historias y muchas con mazmorras ocultas de diferentes tamaños. Además, cada planeta presenta su propia geología, inclemencias, gravedad, duración del día/noche y secretos por descubrir. Por otro lado, la presencia o ausencia de aire respirable y la gravedad afectan a nuestra barra de oxígeno (resistencia): determinan cuánto consumimos al esprintar e ir sobrecargados. Por ejemplo: correr en la Luna consume menos oxígeno que en Marte debido al esfuerzo por la gravedad. También se tiene en cuenta el tipo de traje y otros factores como nuestras habilidades. Como detalle: podemos correr sin límites al ir sobrecargados... hasta morir por el dióxido de carbono que entra en el traje. Sobra decir que todo esto es genial, especialmente cuando aprendes cómo va a condicionarte las características de un planeta antes de pisarlo, solo con ver su ficha tras el escaneo orbital. Es muy satisfactorio. Pero no todo es explorar. El combate es una parte muy importante de nuestra experiencia en Starfield y me alegra poder decir que es extremadamente divertido. No inventa nada ni en el espacio ni en tierra. Mientras que la mayor dificultad en el espacio es gestionar los niveles de energía de la nave sin explotar por los aires, la fórmula en tierra resulta muy familiar para los fans de Fallout. Tenemos a nuestra disposición un arsenal bastante grande y un buen repertorio de trajes espaciales (casco, cuerpo y mochila), ropa y una cantidad obscena de objetos cuya utilidades van desde curarnos a crear nuevos objetos. Las armas y el resto de equipamiento se dividen en tiers (colores) y podemos añadirles accesorios, mejoras y habilidades únicas. Nada que no hayamos visto en Fallout y The Elder Scrolls. Y sí, hay combates en gravedad cero en el espacio. De otro lado, la IA humana y robótica (enemiga y aliada) cumple sin más. Son bastante normalitos en dificultades bajas, aunque tienen comportamientos muy sensatos como cubrirse, disparar sin asomarse, comunicarse entre ellos, distraernos para flanquearnos e incluso revivirse entre sí. Pueden quedar incapacitados, llaman a sus compañeros y suplican por su vida. Es un contraste bastante sorprendente con respecto a los NPCs sin alma que deambulan por las calles de las ciudades principales. En conclusión, Starfield es un videojuego magnífico y una experiencia maravillosa para los amantes de la exploración espacial. En cuanto a su coste y disponibilidad, Starfield ya está a la venta desde hoy a un precio de 79,99 euros en su versión Estándar en Xbox Series X/S y PC en la tienda oficial de Microsoft y Amazon. En el caso de Steam, 69,99 euros.
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