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miércoles, 17 de diciembre de 2014

UCRANIA: Crimen sin castigo

Venga ya, esta semana Ucrania vuelve a captar nuestra atención y es que se trata de un país desgarrado por una fraticida guerra civil originada por la ambiciones de los EE. UU. y la OTAN en sus demenciales planes de apoderarse de ella para llegar a Siberia, debido a sus inmensas reservas de gas y petróleo, pero la firme posición adoptada por Rusia ha desbaratado hasta el momento todos sus planes. Sin embargo, a pesar de ello no se resignan a su derrota y han agudizado las tensiones en la zona a tal extremo que no les importa en lo mas mínimo los miles de muertos originados por su codicia. Al respecto, Harry J. Bentham, un especialista británico en asuntos políticos, escribió el ultimo fin de semana en The Independent un interesante articulo en el cual pone de manifiesto las intenciones criminales de Washington, que escudándose hipócritamente en un ropaje “democrático” sigue atizando una serie de conflictos en el mundo, los cuales pueden desatar la III Guerra Mundial, que seria devastadora para la humanidad: “Teniendo en cuenta el apoyo que brinda Estados Unidos a los golpistas en Ucrania, sus absurdas teorías sobre la “democratización” están condenadas al fracaso. En el mundo anglosajón es materia de estudio la teoría de la paz democrática, la cual sostiene que “existen menos probabilidades de que los países democráticos se involucren en las guerras, y considera que la consolidación de los gobiernos democráticos es una vía hacia la paz y la seguridad en el mundo”. Sin embargo, dicha teoría se usa con mayor frecuencia para justificar las guerras que para poner fin a ellas y se ha convertido en uno de los pilares de propaganda estadounidense para “democratizar” aquellas zonas del mundo que les interesa sobremanera, como es caso de Ucrania y los países del Medio Oriente. Es en estos últimos, donde EE.UU. suministra armas a dictaduras asesinas como Israel, Arabia Saudita, Turquía y Egipto, que falsamente los etiqueta como “abanderados de la democracia” así como a grupos terroristas entrenados por la CIA y la Mossad israelí intentando derrocar a aquellos gobiernos hostiles a su política, que paradójicamente fueron elegidos de forma democrática. En Ucrania, EE. UU. ha demostrado su hipocresía más claramente que en cualquier otro conflicto en la cual ha intervenido. La razón inicial para su participación en el conflicto de Ucrania era la “democratización” del país, acusando falsamente al presidente Víctor Yanukovich - elegido democráticamente - de ser un “dictador”, para lo cual organizo violentas protestas dirigidas por agentes de la CIA, logrando derrocarlo y sustituirlo por traidores colaboracionistas, todo en nombre de la “democracia” lo cual origino que buena parte del país entrara en un estado de insurrección contra la camarilla fascista en Kiev, quienes para reprimirlos violentamente no dudaron en usar tanques, fósforo blanco y bombas de racimo contra su propio pueblo, cometiendo un genocidio entre la población civil, contando para ello con la “bendición” de Washington. De esta manera, la “democratización” de Ucrania, preconizada por los EE. UU. es una farsa. De hecho, sus logros han resultado ser todo lo contrario de los “valores” que ese país alega estar propagando por el mundo. En efecto, en lugar de un gobierno democrático surgido de elecciones libres y transparentes, tenemos en Kiev a un grupo de criminales que se auparon al poder mediante un Golpe de Estado promovido por Washington, los cuales para silenciar a sus críticos, no duda en utilizar la violencia extrema y los asesinatos indiscriminados de poblaciones enteras. Tales acciones condujeron al establecimiento de un sangriento régimen fascista en Kiev. Demostrando su hipocresía, el Criminal de Guerra Barack Hussein Obama ha llegado a justificar esas monstruosas acciones y con ello demuestra de lo que realmente le interesa no es la democracia ni la libertad, sino la instalación de regimenes títeres que salvaguarden los intereses de Washington al precio que fuera necesario. Lo vemos en Egipto, Turquía, Arabia Saudita y Ucrania. A pesar de toda su palabrería hueca sobre la defensa de las libertades que tanto pregonan, EE.UU. y sus lacayos de la OTAN se “olvidan” de todo ello a la hora de sostener a esos regimenes asesinos y no está dispuesta a respetar ninguno de esos principios ni siquiera en Europa. No interesa si despreciables genocidas como Al Sisi en Egipto o Benjamin Netanyahu en Israel tengan las manos manchadas con la sangre de inocentes, si defienden sus intereses, a los cuales premia calificándolos automáticamente de “demócratas”(?). Pero si en Siria o Irán, el pueblo en unas elecciones transparentes sus gobernantes - que no son del agrado de Washington - son elegidos democráticamente, este no los reconoce, denominándolos “dictadores” creyéndose por ello con el “derecho” para derrocarlos y asesinarlos, demostrando así su real catadura moral. Utilizando estos razonamientos arbitrarios, EE.UU. está convencido de sigue siendo el gendarme del mundo, pero para su desazón, esos tiempos quedaron atrás y el renacimiento de Rusia ha trastocado todos sus planes de dominación mundial. Un gobierno como el estadounidense que se vale de su poderío militar para sancionar, amenazar y chantajear a otros Estados para que cumplan su voluntad, no tiene principios ni merece respeto alguno. Incluso podemos estos días dentro de sus fronteras, multitudinarias protestas contra el abuso policial contra las minorías étnicas demostrando así que estamos frente a un Estado policial. Entonces uno se pregunta ¿Con que autoridad moral Washington puede exigir al resto del mundo el respeto de las leyes y los derechos humanos cuando ellos mismos no lo hacen? Para “justificar“ sus intervenciones militares en el mundo, alegan cínicamente que lo hacen en nombre de la “libertad" pero para hacer lo que les venga en gana. En nombre de ella participa en guerras de agresión contra países soberanos, ya sea en forma directa o financiando a grupos terroristas - como es el caso de ISIS - y organizando golpes de estado para instaurar en el poder a feroces asesinos serviles a sus intereses, desde El Cairo hasta Kiev. Una cosa es segura, el imperialismo no exporta la paz, sino la guerra. Es por ello que las intervenciones militares de Washington en nombre de la “democracia” para restaurar la “libertad” en el mundo, es la gran mentira de nuestro tiempo. EE.UU. y sus secuaces de la OTAN se han convertido en los verdaderos enemigos de la humanidad y toca al mundo civilizado enfrentarlos y vencerlos definitivamente. Solo así alcanzaremos la paz” puntualiza la nota. Nada que agregar por mi parte, ya que nuestra coincidencia es total (Al momento de publicar este artículo, es conocido el brutal asesinato de cientos de niños en Pakistán a manos de los talibanes - primos hermanos de ISIS - y al igual que ellos creados y financiados por los EE.UU. y cuya responsabilidad por este atroz crimen debe ser denunciado) :(
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