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miércoles, 19 de junio de 2024

FRANCIA: El veredicto de la Historia

Como sabéis, Francia, al igual el resto de ciudadanos de la Unión Europea, acudió a las urnas para decidir a sus representantes en el Parlamento Europeo. Los resultados, sin embargo, fueron una aplastante derrota para la Alianza Renacimiento del presidente Emmanuel Macron , quien tras cerrar los colegios ha anunciado la convocatoria de elecciones legislativas. Indudablemente, la gran vencedora de los comicios en Francia ha sido la Agrupación Nacional (RN), un partido nacionalista liderado por Marine Le Pen, que se ha erigido como la primera fuerza del país con un 32,4% de los votos y 31 eurodiputados, quien tras conocerse los resultados, no ha dudado en asegurar que están listos para ser la alternativa. La líder de la Agrupación Nacional -ampliamente considerada como la favorita para las elecciones presidenciales francesas del 2027 - dijo afirmó estar preparada para asumir el poder. “Estamos listos para hacerlo si los franceses nos dan su confianza”, aseguró Le Pen ante sus seguidores luego de que su partido lograra algo más del 30 % de los votos. "Estamos listos para cambiar el país, listos para defender los intereses de los franceses, listos para poner fin a la inmigración masiva, listos para hacer del poder adquisitivo de los franceses una prioridad. Esta votación histórica demuestra que cuando el pueblo vota, el pueblo gana”, he dicho Le Pen, que se reafirma como la gran fuerza de la alternativa en Francia tras los resultados de las elecciones. A su turno Jordan Bardella, líder de la Agrupación Nacional, que ha hecho campaña consistentemente para limitar el libre movimiento de inmigrantes mediante la implementación de controles fronterizos nacionales y para relajar las reglas climáticas de la UE, se hizo eco de los comentarios de Le Pen, diciendo que "Francia ha dado su veredicto y no hay apelación". Sostuvo que los resultados de la votación demuestran la “determinación de nuestro país para que la Unión Europea cambie de dirección” y el pueblo francés expresó “un deseo de cambio” reafirmo. Marine Le Pen es hija de Jean-Marie Le Pen, fundador del Frente Nacional, el partido renombrado que ahora ella lidera. Y es que luego de las votaciones europeas se siente bastante fuerte como para llegar a El Elíseo. De 55 años, es madre de tres hijos, se ha divorciado dos veces y ha pedido con regularidad respeto a la privacidad de sus hijos, tratando de protegerlos de la atención de los medios. La explosión de una bomba en el apartamento de la familia en París, cuando Marine tenía 8 años, la hizo consciente de la notoriedad de su padre. Tras el divorcio de sus padres, comenzó a pasar cada vez más tiempo en su oficina. Estudió Derecho y luego, en 1998, fue asesora jurídica del partido de su padre. Fue vicepresidenta, legisladora del Parlamento Europeo y luego parlamentaria en Francia. Asumió la presidencia del partido en el 2011, y fue capaz de remodelar el partido como deseaba alejándolo de la idea extremista que mostraba. En la última campaña electoral en Francia, trató de captar el voto de las clases populares, y se erigió en defensora del poder adquisitivo de los ciudadanos. Su plan pasaba por subvencionar las empresas que contraten a jóvenes, revisar al alza las pensiones y, bajar la edad de jubilación, se podrían jubilar a los 60 quienes hayan empezado a cotizar entre los 17 y 20 años, y a los 62 años quien haya empezado luego de los 21. Sobre su posición de la guerra fomentada por la OTAN en Ucrania, no está de acuerdo con las sanciones de Europa a Rusia, ya que mantiene una gran afinidad con el presidente Vladimir Putin. Ya en el 2017 se decía que Le Pen era de manera oficiosa la candidata favorita del Kremlin. Sobre las relaciones entre Rusia y la Agrupación Nacional, “en el partido siempre hemos opinado que Rusia y Francia deben no solo mantener, sino desarrollar las relaciones históricas que nos unen desde hace mucho tiempo”, dijo Le Pen en una reunión con los miembros del Comité de Asuntos Internacionales de la Duma, la Cámara de Diputados rusa. “No creemos ni en la diplomacia de las amenazas ni en la diplomacia de las sanciones que, lamentablemente en los últimos tiempos, la Unión Europea aplica con cada vez más frecuencia en relación a Rusia”, dijo durante la pasada campaña Le Pen, que considera que el enfoque de las sanciones “es injusto, más aún, es una tontería”. Le Pen también se ha opuesto sistemáticamente a la admisión de Ucrania en la OTAN y la UE, además de pronunciarse en contra de las sanciones económicas a Rusia. Macron, un ferviente defensor de ayudar y armar al régimen colaboracionista de Kiev, ha sido acusado reiteradamente por Le Pen de jugar a la política con la guerra y secuestrar las hostilidades para lograr su agenda electoral. Criticó además la decisión de Macron de permitir que Ucrania utilice armas suministradas por Occidente para atacar más profundamente en territorio ruso, argumentando que crearía un gran peligro para Francia, arrastrándola a un conflicto donde tendría todas las de perder. “Debería recordar lo que le paso a Napoleón por invadir Rusia” aseveró. Su postura económica (quiere dejar el euro y volver al franco, e impulsar la salida de la Unión Europea), sus puntos de vista sobre la inmigración (propone reducir los ingreso y el acceso de inmigrantes a servicios públicos), el euroescepticismo y sus posiciones sobre el islam en Francia (quiere que sea ilegal que las mujeres lleven velo en público) gana cada vez más adeptos. Le Pen aboga asimismo por el aislacionismo y el nacionalismo, y considera que los dos grandes males que aquejan a Francia es su sometimiento a los EE.UU. y el multiculturalismo anglosajón. Asimismo, su aversión a la OTAN, que incluye sacar a Francia de la alianza, es otra de sus propuestas que le ha ganado popularidad, rechazando la postura belicista de Macron, el gran derrotado, quien llamando a elecciones anticipadas, busca su supervivencia política. Se trata de una medida arriesgada, ya que si Agrupación Nacional se impone en esas elecciones, Bardella - presidente del partido desde el 2022, elegido por la propia Le Pen - se convertiría en primer ministro, un hito para esta fuerza política. Bardella es, para muchos, el heredero político de Le Pen, descrito incluso por sus adversarios como "un perro de ataque" por sus mordaces apariciones televisivas. Es más, una posible ‘cohabitación’ entre Macron y Bardella seria de pesadilla porque ambos tienen ideas frontalmente opuestas y el país se convertiría en ingobernable, por lo que a Macron no le quedaría más que renunciar. Precisamente, según un sondeo publicado este domingo por varias cadenas de radio y televisión, el 57% de los franceses desean que este dimita si Agrupación Nacional de Le Pen, gana las elecciones anticipadas del 30 de junio. Por cierto, en una amplia entrevista publicada este mismo día en Le Figaro, Le Pen anuncio que no pedirá la dimisión de Macron tras su previsible derrota en las legislativas francesas, afirmando que es respetuosa con las instituciones: “Yo no quiero el caos institucional”, y afirmó que, si se confirma a victoria de su partido, y Bardella es nombrado primer ministro “simplemente habrá una cohabitación”. Al ser preguntada por el periodista de Le Figaro de quién era su principal rival, si Macron o el Nuevo Frente Popular, de extrema izquierda, y su líder, el radical populista Jean-Luc Mélenchon. Al respecto, Le Pen fue clara: “Es evidente que la abominación para el país es la Nupes II” (el Nuevo Frente Popular), al que tildó de islamo-izquierdismo. “Es el islamo-izquierdismo el que aboga casi abiertamente por la desaparición de todas nuestras libertades. El primero de ellos es la libertad de ser francés y beneficiarse de ello: la libertad de propiedad, la libertad de manifestación, la libertad de expresión. Quieren el desarme físico y moral de la policía y están por el derrocamiento de nuestra estructura constitucional y republicana”, argumentó. “De otro lado, la destrucción operada por Macrón es más sutil. Nos deja un país en ruinas donde el conjunto de los servicios públicos han quedado destruidos. La inmigración está fuera de control, la inseguridad ha destruido la paz civil” asevero. “En definitiva, los dos (Macron y Melenchon) son peligrosos, pero es evidente que la lucha prioritaria, ante lo que es necesario que todo el mundo se una, es contra el bloque islamo-izquierdismo” añadió. En tanto, los analistas no dejan de preguntarse: ¿Por qué Marine Le Pen ha dejado KO a Macron? La disolución de la Asamblea Nacional - con elecciones legislativas justo antes de los Juegos Olímpicos - es lo único que le queda a Macron para hacer frente a la humillante derrota de su candidata, Valérie Hayer, a manos del candidato de Marine Le Pen, Jordan Bardella. El objetivo es nítido: facilitar, cínicamente, la formación de un Gobierno encabezado por Bardella que se muestre incapaz de invertir la curva del paro o de encauzar la inmigración, para que cargue con el desgaste y el salga incólume. Veremos si se cumple esta maniobra creada en el Elíseo, desde donde se vendía, en los últimos días, el relato según el cual el jefe del Estado no movería ficha antes del final de los Juegos Olímpicos. Lo cierto es que los resultados de los comicios europeos han puesto a Macron en una situación insostenible: nunca desde 1979 - fecha de las primeras elecciones directas a la Eurocámara -, el partido oficialista había sido vapuleado con tal intensidad; ni siquiera el Partido Socialista en 1994, en pleno crepúsculo de Mitterrand, o la derecha de Chirac en las elecciones de 1999. El primer responsable de este desastre es el mismísimo Macron, cuyo fallo, desde su polémica reelección en el 2022, se puede calificar de multiorgánico: las victorias pírricas en el Parlamento sobre las pensiones y la inmigración no han desembocado en ningún retorno político favorable para el presidente. A seis meses de su nombramiento como primer ministro, el efecto Gabriel Attal - destinado a estimular el macronismo - ha sido un fracaso total; la exigua mayoría (no absoluta) parlamentaria está partida en dos entre liberales y socialdemócratas. Ahora su supervivencia depende de unas legislativas más que aleatorias. La principal causa del naufragio de Macron es la inmigración. Millones de parásitos musulmanes del norte de África que llegan diariamente en pateras e inundan las calles de Francia, le pasan factura por su incapacidad para detener esa plaga. En clave estrictamente política, Macron paga su pésima gestión de la ley aprobada a primeros de año, tras un laborioso trámite parlamentario y una escandalosa poda por parte del Consejo Constitucional. En el inicio del proceso, su Gobierno, por medio del ministro del Interior, el sulfúrico Gérald Darmanin - su perfil resulta sospechosamente bajo en los últimos tiempos - presentó un proyecto destinado a evitar la división de los tres grupos parlamentarios que conforman su mayoría relativa. No solo no cumplió este objetivo, sino que el texto, tras ser endurecido por el Senado - la derecha es mayoritaria en la Cámara Alta -volvió a la Asamblea Nacional, que lo rechazó sin debate, antes de votar una nueva versión. Fue un revés de gran calado para Macron, que quedaba expensas de una derecha a la que intenta destruir desde el 2017. De cara al país, dio la imagen de no controlar los acontecimientos. La posterior intervención del Constitucional, vaciando la ley de contenido, devolvió a Macron al punto de partida: acabado políticamente. Más aún si se tiene en cuenta que la situación se agrava en la calle: los delitos cometidos por ilegales musulmanes aumentan constantemente, las redes de narcotraficantes controladas por magrebíes - como es el caso de Canteleu, en Normandía - están más poderosas que nunca; mientras la extrema izquierda, está aprovechando el conflicto de Oriente Medio para agitar aún más la calles y los campus universitarios, como lo demuestra la tensión que no baja en Sciences Po de París, uno de los viveros de las élites galas. Macron quería hacer de la inmigración su baza contra la Agrupación Nacional. Pero ha logrado todo lo contrario: Bardella y Le Pen, como en el judo, han sabido aprovecharse de la incapacidad presidencial. Su salida del Eliseo esta cantada y solo se está discutiendo de la manera en que será. El ocaso de este patético emulo de Napoleón ha comenzado... La sentencia ha sido dada y esta es inapelable.
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