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miércoles, 21 de junio de 2017

PAKISTÁN: La amenaza oculta

Mientras el mundo esta pendiente de los sucesos que ocurren tanto en el Oriente Medio como en la península coreana, que pueden desencadenar un conflicto mundial, así como de los continuos atentados terroristas de ISIS en Europa, cometidos por los ‘refugiados’ que han invadido el continente, existe un país que está desarrollando en secreto su arsenal nuclear y no parece que lo haga únicamente para disuadir a sus enemigos de un ataque, sino que por el contrario, lo hace con fines agresivos. Se trata de Pakistán, aliado nominal de Occidente -único país musulmán que posee armas atómicas - el cual tiene que afrontar problemas relacionados con su seguridad interior y que amenaza la integridad de su arsenal nuclear, que podría caer en manos de grupos terroristas. Al estar rodeado de Irán, China, la India y Afganistán, tiene una vecindad complicada, donde existen varias cuestiones relativas a la seguridad y específicamente en relación con los indios, asuntos sin resolver como es la posesión de Cachemira (una estratégica región ubicada en el norte del país de mayoría musulmana que la India retiene en gran parte en su poder) que ya dio lugar a sangrientos conflictos en el pasado entre ambas naciones. Como sabéis, Pakistán ha sido una potencia nuclear durante décadas y ahora trata de construir su propia tríada haciendo que su arsenal nuclear sea resistente y capaz de efectuar golpes de respuesta demoledores contra su mortal enemigo, que no es otro que la India. El programa nuclear paquistaní se remonta a los años 50, durante el inicio de su rivalidad con Nueva Delhi. Además, cabe recordar la declaración del entonces presidente, Zulfikar Ali Bhutto, quien afirmó: "Si la India construye una bomba [nuclear], comeremos hierba u hojas y pasaremos hambre, pero obtendremos la nuestra". El programa se convirtió en una prioridad luego de que en 1971, el país fracasara en la confrontación con la India, lo cual hizo desaparecer a Pakistán Oriental, que proclamó su independencia y se convirtió en Bangladesh. Los expertos creen que la humillante pérdida del territorio, así como los informes de que Nueva Delhi estaba creando armas nucleares, aceleró el programa nuclear paquistaní. Cabe recordar que la India hizo las pruebas de su primera bomba nuclear en 1974, colocando al subcontinente en el camino hacia la nuclearización. Es por ello que para hacer frente a esta ‘amenaza’ que Pakistán lo vio como todo un desafío para su propia existencia, empezó a acumular el combustible necesario, como el uranio enriquecido y el plutonio. Su programa nuclear fue apoyado por varios países europeos y también mediante el equipamiento clandestino. La hija de Zulfikar Bhutto, Benazir Bhutto, afirmaba que su padre quería que el primer artefacto estuviera listo para 1977, mientras que un miembro de la Comisión paquistaní de Energía Atómica señaló que la construcción concluiría en 1978. Desde entonces, los expertos vienen observando con preocupación que el arsenal nuclear de Pakistán va creciendo constantemente. En 1998, los arsenales contaban entre cinco y 25 artefactos, dependiendo de la cantidad necesaria de uranio para cada bomba. Hoy en día, se estima que Pakistán posee entre 110 y 130 bombas nucleares. En el 2015, el Fondo Carnegie para la Paz Internacional y el Stimson Center especulaban con que Pakistán podría producir unos 20 artefactos anualmente, lo que significa que el país podía convertirse rápidamente en la tercera potencia nuclear del mundo. De acuerdo con otros observadores, Islamabad puede desarrollar solo entre 40 y 50 ojivas en un futuro próximo. Si bien las armas nucleares paquistaníes están bajo control del Plan Estratégico de División y se almacenan en la provincia de Punjab, vigiladas por unos 10.000 militares y personal de inteligencia, la confrontación nuclear con la India agrava la hostilidad tradicional entre los dos países. Ambos estuvieron en guerra varias veces y hubo varios acontecimientos, como el ataque terrorista del 2008 en Bombay, que fue organizado por Pakistán. A ese enfrentamiento que tienen por Cachemira, se suma la amenaza que representan los talibanes, muy activos en todo el país y que ponen en riesgo su estabilidad. Aunque las autoridades paquistaníes insistan una y otra vez que ‘no hay porque preocuparse’ por la seguridad sus arsenales nucleares, existen buenas razones para dudar sobre su capacidad para mantener a salvo sus armas nucleares de los extremistas. El 16 de diciembre del 2014, tras el ataque de los talibanes a una escuela del ejército en la ciudad paquistaní de Peshawar que costo decenas de vidas, la Comisión de Energía Atómica de Pakistán envió una carta urgente al director general de la División de Planes Estratégicos, que es responsable de asegurar los activos nucleares de Pakistán, expresando su preocupación. La Comisión de Energía Atómica pidió asimismo que los militares deben dedicar más recursos para asegurar que el personal con conocimientos del programa nuclear sean monitoreados ya que podrían estar colaborando con los terroristas. Esta carta, que se ha mantenido en secreto hasta ahora, revela cuán preocupados están algunos funcionarios paquistaníes acerca de la infiltración terrorista en el ejército. A principios del 2014, el Ministerio del Interior publicó un documento clasificado que esbozó las prioridades de seguridad del gobierno. Se advierte en ella que Pakistán es el hogar de cientos de grupos extremistas, y señala que muchos de ellos se encuentran especialmente en las zonas en Punjab cerca de algunas de las instalaciones nucleares de Pakistán. Este documento también plantea preocupaciones sobre la creciente influencia de ciertos grupos terroristas, en particular, Lashkar-e-Taiba, dentro del ejército pakistaní y las agencias de inteligencia, así como su infiltración en las familias de los militares de alto rango y de nivel medio. A pesar de todo esto, las autoridades paquistaníes siguen afirmando en público que sus arsenales nucleares ‘no corren ningún peligro’. Como un alto funcionario dijo a The Atlantic , “De todas las cosas en el mundo por los que hay que preocuparse, el menor de todos es la seguridad de nuestro programa nuclear” aseguró. Pero sus palabras no convencen a nadie. La razón de fondo es que de admitirlo, Pakistán podría correr el riesgo de perder el control de sus arsenales. Además están convencidos que los EE.UU. y Occidente quieren apoderarse de sus armas nucleares ‘para evitar que un país islámico siga teniendo acceso a dicha tecnología’ una frase muy repetida tanto en círculos conservadores como por grupos extremistas. Hablando de terroristas, a pesar de vivir bajo ese flagelo, Islamabad también tiene los suyos, para que actúen en la India, lo cual puede provocar a modo de respuesta una guerra nuclear de magnitudes catastróficas. Desde 1947 India y Pakistán han tenido cuatro guerras fronterizas, manteniendo un alto grado de tensión. Diversos analistas advierten del riesgo creciente de que el próximo choque pueda escalar rápidamente en una crisis nuclear. Otro de los escenarios más probables es que el ya citado grupo terrorista pakistaní Lashkar-e-Taiba - respaldado por Islamabad - vuelva a lanzar un ataque al interior de la India, tal como lo hizo en Bombay en el 2008. Eso llevaría a Nueva Delhi a responder en esta ocasión usando su arsenal nuclear. India consideró un ataque de este tipo luego de ese atentado que costo la vida a 174 personas. En ese entonces, el gobierno estadounidense logró convencer a India de no tomar represalias, pero Nueva Delhi advirtió que si vuelve a ocurrir un ataque semejante, respondería inmediatamente con sus armas nucleares. “Debido a las actividades subversivas de Pakistán, el sur de Asia se está convirtiendo cada vez más de un polvorín nuclear”, dijo Matthew Bunn, analista de armas nucleares de la Universidad de Harvard en declaraciones a The Washington Post. “No es difícil imaginar una escalada inadvertida que lleve a una guerra nuclear, provocado por los actos de terrorismo financiados por Islamabad” indicó. Por su parte, Scott Sagan, científico de alto nivel de la Universidad de Stanford dijo que el riesgo de un enfrentamiento nuclear entre India y Pakistán se encuentra en un nivel de amenaza mucho mayor que el actual enfrentamiento entre Estados Unidos y Corea del Norte. La presión en la región para la utilización de las armas nucleares se ha intensificado con la adopción por parte de India de su política de “arranque en frío”. Esta es una estrategia militar en la frontera que llama a la destrucción inmediata de tanques y artillería en territorio paquistaní, ante el inicio de un conflicto. Este cambio de estrategia se produjo luego de que las fuerzas indias fueron incapaces de atacar rápidamente a Pakistán luego de los ataques terroristas de Lashkar-e-Taiba cuando invadieron el Parlamento de la India a finales del 2001. Desde entonces, el ejército de la India trasladó grupos de batalla rápida a la frontera con Pakistán, donde permanecen en estado de alerta. En respuesta, Pakistán ha desplegado los misiles Nasr, que pueden transportar ojivas nucleares y alcanzar blancos a unas 35 millas de distancia. Hay informes que aseguran que Pakistán está desarrollando proyectiles de artillería nucleares y minas terrestres. Si la guerra estalla, Pakistán tendría que utilizar estas armas con rapidez, antes de que su frontera sea invadida por las tropas indias. “La combinación de las armas nucleares, la tácticas de guerra y la doctrina de arranque en frío proporciona una oportunidad para que elementos terroristas confabulen para iniciar una guerra nuclear”, sintetizó Shahzeb Ali Rathore, analista del Centro Internacional de la Violencia Política y Terrorismo de Investigación en Singapur. Convertido en un potencial peligro para la humanidad, Pakistán debe ser obligado no solo a dejar de financiar a grupos terroristas, provocando con ello a la India, sino también a permitir que su arsenal nuclear quede bajo el control de los organismos internacionales y sea trasladado por seguridad fuera del país. La comunidad internacional, en colaboración con la Agencia de Energía Atómica (IAEA por sus siglas en inglés) o el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, deben tomar medidas urgentes para evitar una catástrofe global antes de que sea demasiado tarde :(
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