HONG KONG: Para quienes creen que lo han visto todo
Esta enigmática ciudad de elevados rascacielos, antiguos rituales y películas de acción es segura, acogedora y maravillosamente bien organizada. Los seductores barrios y curiosas islas que componen Hong Kong son un deleite para los sentidos que merece la pena explorar. Si bien por estos días se encuentra en el centro de la noticia por los desesperados intentos de los EE.UU. de querer desestabilizar a China inmiscuyéndose groseramente en sus asuntos internos, no cabe duda que fracasara en su intento. Pero dejando de lado este pasajero inconveniente, iniciamos nuestra visita a la ciudad en la isla Central, el corazón empresarial de Hong Kong, una mezcla embriagadora de boutiques de grandes marcas, restaurantes gourmet, catedrales corporativas y edificios históricos. Más interesante para explorar resulta Sheung Wan, donde resuena el eco del Hong Kong antiguo con sus tiendas tradicionales, deliciosos templos y las empinadas "calles escaleras"; Continuamos nuestro recorrido por las islas Lan Kwai Fong y Soho, convertidas en el epicentro de la diversión en Hong Kong. El primero zigzaguea al sur y al oeste de D’Aguilar St e incluye esta calle, Wo On Lane, Wing Wah Lane y Wyndham St. Su gente es bastante joven, de clase media y cosmopolita. En Soho ("sur de Hollywood Rd") hay galerías de arte, tiendas de antigüedades, bares y restaurantes; Es el turno de conocer las islas Admiralty, Wan Chai y Causeway Bay. Mientras que en Admiralty prima la calidad sobre la cantidad para ir de compras, ver puntos de interés o comer en restaurantes, al este, Wan Chai es cuna de cultura, escaparate de tradiciones y gurú de las noches de marcha, además de la cocina más versátil de Hong Kong, en tanto que en el epicentro comercial de Causeway Bay, restaurantes y grandes almacenes pugnan por el espacio con un hipódromo y un cementerio; De otro lado, Tsim Sha Tsui (TST), que significa “punta afilada de arena”, es un dinámico barrio del sur de la península de Kowloon. Es muy conocido por sus tiendas y restaurantes, pero también está lleno de museos y salas de espectáculos. Su población, compuesta por chinos, indios, filipinos, nepalíes, africanos y europeos, lo convierte en el barrio más cosmopolita de Hong Kong. El viajero puede mecerse además en un tranvía de dos pisos, para unirse luego al animado gentío de las carreras de caballos del centro, o contemplar el espléndido puerto. Con todo, cabe destacar que más del 70% del territorio son montañas y extensos parques rurales, así que es fácil cruzar sus límites en una de las mejores redes de transporte del mundo y pasar el día en un pueblo de la dinastía Song o recorriendo playas azotadas por el oleaje. Si aun te queda tiempo, no dudéis en ir a la cercana Macao, que aunque sea conocida como “Las Vegas de Oriente”, es mucho más que sus casinos. En ella se mezclan fortalezas, catedrales y calles que evocan el estilo de sus dominadores de antaño, los portugueses, con templos y santuarios chinos. Ninguna visita a Macao está completa sin probar la comida macaense, una deliciosa celebración del hibridismo. Como podéis notar, este es solo un apretado resumen de todo lo que puedes encontrar en tan exóticos lugares de nuestro planeta :)