Para nadie es un secreto que Taiwán
(aquella marioneta estadounidense ubicada en el Mar Meridional de China) esta jugando con fuego al prestarse a las sucias maniobras emprendidas por los EE.UU. contra China. Como sabéis, Washington planea realizar una venta de armas por un valor de $ 2.2 mil millones de dólares a Taiwán como parte - afirma - “de su compromiso de defender la isla de las amenazas de Beijing” pero a su vez, en un acto de sublime hipocresía, continúa quejándose de la “creciente injerencia” china en América del Sur y en otros lugares del planeta como si los EE.UU. no lo estuvieran haciendo desde siempre. Venga ya, en estos tiempos de locura paranoica que se vive en la Casa Blanca, cada vez es más difícil mantenerse al día con el enemigo actual atrapado en la línea de fuego de Donald J. Trump y sus secuaces. Una semana es Venezuela (hasta que Trump se aburrió debido al fracaso de sus planes por derrocar a la Revolución Bolivariana); la otra es Irán (intentando acabar a como de lugar con la Republica Islámica); Rusia siempre esta presente por el abierto desafió que significa para sus intereses en el mundo (intensificando el numero de tropas agresivas de la OTAN en las fruteras rusas) ; y como si ello no fuera suficiente y para completar el cuadro, vemos un nuevo énfasis en “la amenaza múltiple” que representa China para los EE.UU. Precisamente hace unos días, el máximo funcionario del Pentágono para América del Sur, el almirante Craig Faller, del Comando Sur de los Estados Unidos, dio a conocer “noticias alarmantes” sobre China en el subcomité de Amenazas Emergentes del Comité de Servicio Armado del Senado. Según Faller, China está incrementando sus esfuerzos para moverse “dentro de nuestro propio vecindario buscando desplazar a los EE.UU. como el socio preferente y debilitar el compromiso de nuestros socios con el estado de derecho y la democracia”. Solo para que quede claro: Irán - que domina las noticias últimamente debido a la “amenaza” que ha estado planteando a los intereses de los EE.UU. - fue dejado de lado en esta ocasión junto con Rusia, ya que China dominó toda la discusión sobre las “amenazas emergentes” en el Congreso estadounidense. “Donde quiera que vaya”, dijo Faller, “nuestros socios en la región dicen que los chinos han llegado con una serie de ofrecimientos como educación gratuita, viajes ilimitados, la oportunidad de enviar a sus hijos a sus escuelas, a cambio de pasarse a su bando” expresó. “Afortunadamente para los EE. UU., nuestros socios le han dicho que no quieren reemplazar a los EE. UU. con China, sino que desean seguir asociados a Washington, por lo que insistirán en sus ofertas. En un signo de lo que vendrá”, declaró Faller, agregando que para “salvaguardar sus intereses” se debía desplegar masivamente buques de combate en la región, como el planeado para el mes de octubre. Y ahí lo tenemos: la hipocresía estadounidense en su máxima expresión. El Departamento de Estado de EE. UU. acaba de aprobar una posible venta de armas por $ 2.2 mil millones a Taiwán de los tanques Abrams M1A2T, misiles Stinger y otros equipos, lo que enfureció al Ministerio de Relaciones Exteriores de China e instó a los EE. UU. a no hacerlo al considerarlo una abierta intromisión en ‘sus asuntos internos’ ya que considera a Taiwán como una provincia renegada que antes de lo que uno se imagina, volverá a la jurisdicción china y cualquier violación de su territorio puede conducir al estallido de la III Guerra Mundial: “Taiwán es una parte inseparable del territorio de China y nadie debe subestimar la firme determinación del gobierno y del pueblo chino de defender la soberanía e integridad territorial del país y oponerse a la interferencia extranjera”, dijo recientemente el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Geng Shuang. Por lo visto, para los EE.UU. ‘esta bien’ que envíen sus barcos de combate a Sudamérica - con su mirada asesina puesta en Venezuela - que armen a Taiwán de una manera escandalosa con el único prepósito de provocar a China, pero es una blasfemia imperial si Beijing tuviera la idea de expandir su influencia en la región latinoamericana. Como diría Bill Maher, “esta era la Doctrina Monroe”. ¡América Latina es el patio trasero de los EE.UU.! Al igual que el Estrecho de Ormuz, el Mar del Sur de China, incluso el espacio exterior, y Dios sabe dónde más… la locura en grado sumo. Por supuesto, esto no implica realizar ninguna evaluación sobre Taiwán y la validez de sus quejas contra China. Con suerte, el punto es bastante obvio para aquellos que pueden señalar sin temor a equivocarse de la hipocresía en el enfoque de Washington en los asuntos globales. Como era de esperar y siguiendo un libreto cuidadosamente preparado, la autoproclamada ‘presidenta’ de Taiwán, Tsai Ing-wen, realizo una ‘parada’ en los EE.UU. como inicio de su gira por el Caribe, irritando aún más a Beijing. A modo de respuesta, el Departamento de Estado estadounidense ha afirmado cínicamente que no ha habido ningún cambio en la política de “una sola China” por lo cual Washington continuará reconociendo a Beijing y no a Taipei. Sin embargo, una cosa es decir algo que no crees mientras al mismo tiempo se toma acciones que sugieren una postura completamente diferente. Trump ya dejó en claro que no es partidario de continuar con la política de “Una sola China” y una muestra de ello ocurrió en mayo de este año, cuando la Cámara de Representantes de los EE.UU. respaldó por unanimidad las leyes que apoyan militarmente a Taiwán. Mientras esto sucede, a los EE.UU. ahora ‘les preocupa’ que China esté expandiendo su influencia en Sudamérica, lo cual no es de su agrado bajo ningún concepto. Según The Atlántic, al Departamento de Defensa de los EE.UU. también le llama la atención que China esté invirtiendo en Israel, el firme aliado de Washington. “Si bien no le estamos pidiendo a Israel que evite tratar con China por completo, tenemos discusiones abiertas con todos nuestros aliados y socios más cercanos sobre las implicaciones de la inversión china para la seguridad nacional”, dijo Michael Mulroy, subsecretario de Defensa adjunto para Medio Oriente en una declaración escrita a The Atlantic. Según Mulroy, “China está tratando de erosionar las ventajas militares de los EE.UU.” Dentro de los próximos años, se espera que una empresa estatal china opere parte del puerto de Haifa, donde suele atracar la Sexta Flota de la Armada de los EE. UU., cerca de una base naval israelí donde se encuentran estacionados submarinos nucleares. “El avance de las empresas estatales chinas que operan en los puertos sigue un patrón similar en todo el Medio Oriente, la región del Pacífico y África” agrego. Si bien la inversión china en Israel no debería ser motivo de preocupación, y como observa Mulroy, no hay nada intrínsecamente malo en las inversiones chinas, pero en lo que respecta al establecimiento de la política exterior de EE. UU., existe un temor real de que China “quiera controlar el creciente tráfico mundial de gas y petroleo por la zona”. Es por ello que vuelve a sacar el tema de Taiwán una vez mas, intentando distraer a los chinos de sus objetivos, pero desde Beijing acaban de advertirles que deje de seguir adelante con ‘sus juegos de guerra’ que lo van a lamentar: “Washington ha estado jugando incesantemente con ‘la carta de Taiwán’ en un inútil esfuerzo por usarlo para controlar China, pero fracasaran en su intento. Todo no es mas que un engaño, ya que la serie de acciones que ha emprendido la parte estadounidense perjudica gravemente el desarrollo de las relaciones militares entre China y los EE.UU. erosionando gravemente la paz y la estabilidad en el área del Estrecho de Taiwán. La isla nos pertenece y no permitiremos que continúe esta grosera injerencia en nuestros asuntos internos” subrayó el portavoz del Ministerio de Defensa de China, Wu Qian. Cabe recordar que las relaciones oficiales entre Beijing y Taipéi quedaron suspendidas en 1949, luego de que las fuerzas del partido nacionalista chino Kuomintang, encabezado por Chiang Kai-shek, sufrieran una derrota en la guerra civil contra el Partido Comunista de China de Mao Tse Tung y se trasladaran a Taiwán ‘bajo el amparo’ de los EE.UU. Los vínculos entre ambos territorios chinos solo se restablecieron a nivel empresarial e informal a fines de la década de 1980, sin que existan en la actualidad contactos oficiales entre las autoridades. China considera a Taiwán como su provincia rebelde y rechaza tener relaciones diplomáticas con cualquier país que las mantenga con Taipéi. Por cierto ¿Qué es lo que pretende Washington intentando agudizar las tensiones buscando provocar a reiteradamente a China, ya sea por el control del Mar Meridional o por la propia Taiwán, que va a llegar el momento que los chinos hartos de estas sucias maniobras, hagan valer sus derechos sobre la isla y la reunifiquen con el continente ¿Se atreverá EE.UU. a atacarla sabiendo que ellos pueden responderle de la misma manera?… Si buscan la guerra la van a perder :)