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miércoles, 26 de julio de 2023

ENIGMATICOS MISTERIOS DEL UNIVERSO: Los secretos del Objeto X

También conocida como la galaxia del Triángulo, la M33 es la tercera mayor galaxia del Grupo Local, luego de Andrómeda y la Vía Láctea. Sin embargo, alberga un misterioso objeto que ha intrigado a los científicos por la extraña forma en que se comporta. Basta con dirigir nuestra mirada al cielo nocturno del hemisferio norte y se podrá distinguir la distintiva constelación en forma de W de Casiopea, donde cada una de las dos 'V' que forman esta forma se ve como una flecha que apunta hacia abajo, entonces observando el de la derecha, nos guiará a una mancha difusa apenas perceptible. De trata de la galaxia de Andrómeda, uno de los objetos más lejanos de la Tierra que es visible a simple vista. Sin embargo, hay otro objeto que está aún más lejos, aunque se necesitara cielos completamente oscuros para verlo a simple vista: la M33. Sucede que cuando era estudiada por los astrónomos hace más de una década, hicieron un notable descubrimiento, algo que al principio no tenía sentido y que todavía luchan por comprender por completo. Lo llamaron Objeto X. “Ha ganado cierto nivel de notoriedad”, dijo Roberta Humphreys de la Universidad de Minnesota, quien ha trabajado para descifrar los misterios que lo rodean. Con la luz visible, los astrónomos apenas pueden distinguirlo. Quizás eso no sea sorprendente, dado que la galaxia está a unos 3 millones de años luz de la Tierra. Sin embargo, visto a través de la luz nfrarroja se constata que el Objeto X es el más brillante de toda la galaxia, eclipsando a decenas de miles de millones de estrellas. El equipo que hizo el descubrimiento, dirigido por Rubab Khan de la Universidad Estatal de Ohio, comenzó a investigar el fenómeno. Volvieron a revisar viejas placas fotográficas de M33 tomadas en luz visible tanto en 1949 como en 1991, El Objeto X no estaba allí, por lo que no fue captado por los telescopios de la época, pero que desde inicios de este siglo si es posible verlo. Nadie se explica su súbita aparición ni lo que sea en realidad, por lo que se trata de un gran misterio aun no resuelto. Cabe precisar que comparada con la Vía Láctea, la del Triángulo es una galaxia pequeña, “sólo” contiene unos 40 mil millones de estrellas -10 veces menos que la nuestra - aunque tiene una tasa de creación de nuevas estrellas mucho más alta de lo normal. Se pensaba que quien descubrió esta galaxia fue Charles Messier, pero en 1985 se redescubrió una obra de 1654 del astrónomo italiano Giovanni Battista Hodierna, en la cual describía una extraña nebulosa en la constelación del Triángulo. Como la obra es de 1654, se supone que Hodierna la observó antes de esa fecha. Un siglo más tarde, en 1754, Charles Messier la describió como una nebulosa sin estrellas y la incluyó en su catálogo con el número 33. Pero no fue hasta el siglo XIX en que Lord Rosse describió su estructura espiral. Herschel designó la mayor región H II de esta galaxia (nebulosa de emisión difusa que contiene hidrógeno ionizado) como H III.150 separándola de ella y nombrándola NGC 604. Vista desde la Tierra, NGC 604 está localizada al noreste del centro galáctico, y es una de las regiones H II más grandes conocidas, con un diámetro de 1500 años luz y un espectro similar al de M42. Aunque no puedan compararse con NGC 604, otras regiones HII de Triángulo son también tan grandes y brillantes que tienen su propio número NGC, como por ejemplo NGC 588, NGC 592, y NGC 595. La Galaxia del Triángulo - repetimos - puede observarse a ojo desnudo bajo condiciones excepcionales, y para muchas personas, es el objeto visible a simple vista más distante. Sin embargo, es muy grande y difusa y el mejor instrumento para observarla son unos binoculares, pudiendo incluso bajo condiciones muy buenas apreciar con ellos sus brazos espirales, o con un telescopio trabajando a muy bajos aumentos. Lo más importante e interesante que han destacado los expertos de M33 es que se trata de un auténtico hervidero de estrellas nacientes, en donde surgen soles a un ritmo muy superior al que nos tiene acostumbrados nuestra Vía Láctea, conteniendo además de NGC 604 algunas de las asociaciones estelares más ricas y brillantes del Grupo Local. M33 tiene un décimo de la masa de la Vía Láctea y mide 50.000 años luz de largo, aproximadamente la mitad que nuestra galaxia. Un reciente estudio llevado a cabo por el telescopio de infrarrojos Spitzer muestra que M33 es mayor de lo que puede apreciarse en el visible, llegando sus nubes de polvo más allá de lo que se observa en las fotografías. Se piensa que ello es debido a las explosiones de supernova y/o a los vientos solares de estrellas jóvenes. M33 está unida por una corriente de hidrógeno neutro y según estudios recientes también por diversas corrientes de estrellas a M31, además de tener la parte más externa de su disco de estrellas y gas distorsionadas, lo que indica un acercamiento pasado entre las dos, y su destino final puede ser ó acabar chocando y fusionándose con la segunda (algo que se desconoce cuándo ocurrirá, pero quizás antes de la colisión entre M31 y nuestra galaxia y que refuerzan investigaciones recientes, que muestran que hubo un acercamiento entre ambas galaxias hace 2500 millones de años y que se producirá otro considerablemente más violento dentro de 2000 millones de años) ó acabar participando en la colisión entre la Vía Láctea y Andrómeda, bien colisionando con nuestra galaxia, bien orbitando la galaxia resultante de la colisión de las dos antes de acabar fusionándose también con ésta, ó incluso siendo expulsada del Grupo Local. En cuanto al Objeto X, los astrónomos confían en que nuevos estudios trataran de desentrañar el enigma que representa. “Cuanto tiempo necesitamos para ello, la verdad, no lo sé” puntualizó Humphreys.
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