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miércoles, 22 de octubre de 2014

TURQUIA: El doble juego de Erdogan

Desde que se inició la agresión criminal contra  Siria por parte de los EE.UU. - a través de grupos de mercenarios financiados por ellos y entrenados tanto en Turquía como en Jordania por agentes de la CIA y la Mossad israelí  para derrocar al gobierno de Damasco  -  y el dictador Recep Tayyip Erdogan haya tomado partido por esa banda de asesinos,  muchos turcos han temido que la inestabilidad se contagiara a su país, algo que finalmente ha ocurrido a causa de la escasa habilidad diplomática, los juegos políticos y la falta de decisión de Ankara. En efecto, la izquierda y los nacionalistas kurdos acusan al gobierno de mantener una postura hipócrita al no permitir que los voluntarios kurdos acudan a Kobani para asistir en la lucha contra los terroristas de ISIS y, en cambio, hacer la vista gorda ante las actividades subversivas de los grupos islamistas opuestos al régimen del señor Bashar Al Assad, su acérrimo enemigo. Incluso, los kurdos sirios han denunciado que ha habido un apoyo activo a los mercenarios de ISIS – en el cual  se han alistado decenas de judíos franceses para luchar contra Siria, según unos documentos del Ministerio de Interior de Francia dados a conocer el ultimo fin de semana,  demostrando  realmente al servicio de quienes están - con entregas de armas y tratamiento a los terroristas heridos. Como era de esperar, el dictador justificó su negativa a implicarse más en la coalición internacional contra ISIS a que este grupo mantenía secuestrados a 46 ciudadanos turcos, pero, tras su liberación ha seguido sin actuar. Algunos miembros del Gobierno sostienen que Turquía ya hace suficiente al acoger a más de 1,5 millones de refugiados de Siria, algo en lo que ha gastado 4.000 millones de dólares, y que está ofreciendo información de inteligencia. Oytun Orhan, investigador del think tank ÖRSAM, sostiene que Ankara teme una venganza de ISIS si interviene militarmente ya que el país «es muy vulnerable» al controlar los terroristas más de la mitad de los 900 kilómetros de frontera turco-siria y «existir células de ISIS dentro de Turquía». Según Mensur Akgün, director del centro GPoT, «EEUU carece de un plan exhaustivo para solucionar el conflicto sirio» por lo que el Gobierno turco ha puesto condiciones, entre ellas crear una zona tampón que permita acoger a los refugiados evitando que el conflicto se extienda a Turquía y que se derroque a Bashar Al Assad. Otro de los problemas es que los milicianos kurdos que luchan en Siria son vistos en Ankara como una prolongación del grupo armado PKK  (que durante décadas lucho contra el gobierno turco para conseguir la independencia de Kurdistán)  y según dejó claro Erdogan «para Turquía es tan terrorista  ISIS como el PKK» demostrando un cinismo sin precedentes, ya que para todos Turquía es uno de los países que dan asistencia a dicha organización terrorista. A las autoridades turcas les resulta difícil romper relaciones con uno de los organismos que ellos mismos apoyaron en la lucha en Siria durante los últimos tres años y medio, convertido hoy en una amenaza global. Desde el comienzo de la agresión criminal contra Siria, Turquía ha ayudado en todo lo posible a cualquier organización que sostiene un arma y lucha contra el ejército de Al Assad. La asistencia incluyó no solo al autodenominado “Ejército Libre de Siria”, sino también a organizaciones más peligrosas  como Jabhat A Nusra e ISIS. Sin las facilidades que ofreció la frontera turca, esas organizaciones terroristas no podrían haber conquistado posiciones en el norte de Siria. Ahora que ISIS le ha dado la espalda a sus antiguos amos y "lucha" contra Occidente, Turquía tiene un problema. En esta historia de conexiones entre ISIS y Turquía tiene importancia el dinero. El gobierno de Ankara es una fuente de oxigeno de la organización terrorista, que se ha apoderado de campos petroleros en Irak y Siria. El petróleo producido en estos campos es enviado por los miembros de la organización terrorista a través de Turquía donde es comercializado rápidamente debido a su bajo precio, alrededor de $ 30 por barril; mientras que el precio en el mercado mundial es por lo menos $ 100 por barril. Así, obtiene cerca de  800 millones de dólares anuales  para la compra de armamento en el mercado negro, el cual utiliza a Turquía como zona de transito, todo con el conocimiento y la aprobación de Erdogan, quien insiste que sus ataques estén dirigidos no solo contra Damasco sino también incluya a los kurdos, a quienes también para su pesar, los tiene en casa. Algunos analistas creen por ello que la estrategia de Ankara pasa por que se desgasten entre ellos. Sin embargo, para la población kurda de Turquía ver perder Kobani ante sus ojos sin que les permitan hacer nada resulta insoportable y, así, la dirigente política kurda Pelin Buldan afirmó: «Kobani es nuestra línea roja: si cae Kobani se termina el proceso de paz» iniciado en 2012 entre el PKK y el Gobierno turco con el objetivo de detener un conflicto que, ha provocado más de 40.000 muertos. Sin embargo, y debido a intensas presiones de Washington. Erdogan ha aceptado este lunes facilitar el traslado de un pequeño grupo de kurdos iraquíes a Kobani para enfrentarse a ISIS,  rechazando una vez mas que participen en esa operación los kurdos de Turquía,  temeroso que al retornar del frente de batalla, reinicien su lucha armada contra Ankara ¿Acabaran aplastados los kurdos en el engranaje entre Turquía, la OTAN y sus “socios” de ISIS?  ¿Cuán fiable es Turquía como integrante de la OTAN?. El dictador esta jugando con fuego y pronto lo va a lamentar :(
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