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miércoles, 24 de junio de 2015

GRECIA: Cruzando las líneas rojas

Es indudable que esta semana concentremos nuestra atención en Grecia, la cual sometida a una intensa presión por parte de la Troika para obligarla a adoptar severas medidas de austeridad por la grave crisis que atraviesa - debido a las políticas económicas neoliberales implementadas por sus antecesores y que el señor Tsipras había prometido en su campaña no continuar, pero que al entrar al gobierno se encontró literalmente con las “manos atadas” para poner sus ideas en práctica - tuvo finalmente que ceder para evitar caer en la quiebra, mas aun cuando este 30 de junio se vence el plazo dado para pagar los 1.600 millones de euros en préstamos vencidos al FMI, el cual debía hacerlo porque “no habría otro periodo de gracia” en palabras de la infame directora del FMI, Christine Lagarde. En efecto, las nuevas propuestas presentadas por el gobierno griego prevé en resumen, la subida de impuestos, recortar las pensiones limitando drásticamente a su vez las prejubilaciones, e iniciar la privatización de las empresas estatales, todo lo contrario a lo ofrecido en su campaña electoral: “Se trata de concesiones que son el resultado de negociaciones duras y dolorosas para encontrar un acuerdo con los acreedores que no afecta a los derechos de los trabajadores y ofrece una perspectiva a la economía griega” agrego Tsipras. Si bien estas medidas fueron tomadas con agrado por los participantes en la reunión de Bruselas, como el presidente francés, François Hollande, la canciller alemana Angela Merkel ,el presidente del Consejo de la UE, Donald Tusk y el del Eurogrupo, Jeroen Djsselbloem, todos coincidieron en señalar que aún queda un ingente trabajo por hacer. El problema radica - explicó una fuente presente en la reunión - en que las propuestas de Atenas tienen algunas ideas “preocupantes”, como son el nuevo impuesto para los más ricos y algunas de sus propiedades de lujo (yates, que espera recaudar 47 millones de euros). y el recorte del enorme presupuesto de Defensa del país miembro de la OTAN, el cual “afectarla” su modernización, que - según indicó Yanis Varoufakis la semana pasada - no era una exigencia de la Troika, sino una sugerencia helena. Los cálculos que Alexis Tsipras presentará a los suyos para justificar su cambio de posición es que el ahorro será de más de 8.000 millones respecto a lo que la Troika exigía desde el inicio. Que no habrá más despidos de trabajadores públicos en esta fase y que el famoso complemento para las pensiones, el EKAS, se mantiene, aunque debería desaparecer en el futuro cercano. Lo cierto es que estos planteamientos son, en buena medida, “más políticas que económicas” reiteró la fuente que pidió el anonimato. La propuesta de un nuevo impuesto del 12% para los beneficios de las empresas a partir de medio millón de euros (con el que esperan recaudar más de 900 millones de euros este mismo ejercicio) es “arriesgadísimo” en una recesión. También lo es un impuesto a la publicidad televisiva (100 millones al año) o, contra todo lo que se habla en Europa, una subida del Impuesto de Sociedades del 26% al 29%, que aportaría, a partir del próximo ejercicio, 410 millones de euros a las arcas públicas, “pero dañaría al sector privado” aseveró. Sin embargo, Tsipras no las tiene toda consigo ya que dicho acuerdo para que entre en vigor debe aprobarse previamente en el parlamento griego, donde el ala dura de Syriza - la formación oficialista - ha anunciado que no lo apoyara, por lo que si no logra convencerlos para que cambien de opinión, al gobierno no le quedaría otro camino que llamar a nuevas elecciones, dejando en el limbo todo lo acordado. Como podéis notar, un acuerdo que satisfaga plenamente a todos será muy difícil de alcanzar, máximo cuando a los acreedores solo les interesa que puedan recibir puntualmente los reembolsos de la deuda, sin importarles en lo más mínimo el drama que a diario viven millones de griegos. Ofrecen desembolsar a Atenas millones de euros únicamente para pagar lo que deben, acrecentándose de esta manera su deuda hasta el infinito y obligarla a realizar recortes mas severos. Cada vez queda claro por ello que su verdadera intención es asfixiar a Grecia por razones políticas para que sirva de “lección” a otros países europeos, donde agrupaciones de izquierda - como Syriza - tienen fuerte presencia política y grandes posibilidades de ascender al poder. A ello se suma el gradual acercamiento de Atenas a Moscú – como el multimilllonario acuerdo firmado en San Petersburgo para la construcción del gasoducto “Grekk Stream” que convertirá a Grecia en uno de los principales centros europeos de distribución de energía - lo cual ha irritado profundamente tanto a Bruselas como a Washington, por lo que cada vez miran a Atenas con gran desconfianza. Es por ello que muchos analistas coinciden en que aún así se alcance esta semana una solución en Bruselas respecto al pago de su deuda, esta será transitoria y su salida tanto del euro, como de la UE seria irreversible. Visto así las cosas ¿qué futuro le espera a Grecia? :(
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