Mientras EE.UU. se encuentra a punto de iniciar ‘una nueva guerra’ en Afganistán (aunque sus verdaderos motivos sean no combatir a los talibanes - otra creación suya al igual que ISIS o Al Qaeda - como afirman hipócritamente, ya que lo que en realidad desean es ‘rodear’ a China, al cual ya amenazan tanto por el Mar Meridional como desde la península coreana), el desequilibrado mental de Donald Trump en una controvertida decisión que ha irritado a sus ‘aliados’ turcos, dio a conocer sus planes de dotar a los kurdos sirios con armamento pesado y de alta tecnología con el propósito - dicen -de ‘combatir’ a ISIS, quienes huyen precipitadamente de la zona debido a los quirúrgicos bombardeos de la aviación rusa como al avance del ejercito sirio, que han pulverizado bajo toneladas de bombas su ilusorio califato. El temor de Ankara es que con los terroristas en plan de fuga, los combatientes kurdos - enemigos mortales del dictador Recep Taiyip Erdogan - utilicen ese armamento para atacar a los ocupantes turcos, quienes con la complicidad de Occidente que avalan sus crímenes al tratarse de un ‘socio’ de la OTAN, masacran y cometen genocidio contra la población kurda que habita en sus tierras ancestrales ubicadas en el este de lo que hoy es conocida como Turquía, quienes luchan desde hace décadas indesmayablemente por la independencia del Kurdistan. Como podéis imaginaros, el anuncio de Trump no ha caído nada bien a Erdogan, quien no ha dudado en considerarlo como un acto de ‘traición’ y que fue tema de conversación este martes cuando lo visito en la Casa Blanca con el objetivo de hacerle cambiar de opinión. Esto confirma también el doble lenguaje de quien en su momento pretendió ser el bombero del conflicto en el país árabe al anunciar que su nación “abandonaría las aventuras militaristas fuera de fronteras” para terminar haciendo todo lo contrario. Proveer a los kurdos con estas armas sofisticadas podría empeorar el conflicto hasta límites insospechados, y las consecuencias podrían sentirse en la propia Turquía. Por eso, la reacción encendida del sátrapa turco: "La entrega de ayuda militar a las YPG (Unidades kurdas de Protección Popular) por parte de Estados Unidos dañará nuestras relaciones estratégicas" afirmó. Al respecto, diversos analistas explican las causas de este desencuentro. “Sucede que aquí se cruzan los planes estratégicos que se refieren al propio conflicto en Siria e Irak con ISIS, y las tensiones con Turquía. Algo que ocurre porque los objetivos son distintos. Por un lado, existe la intención de EE.UU. de mantener atada a Turquía a la OTAN y a la alianza occidental, y por otro, el plan infructuoso que han llevado desde hace ya cinco años, que es la de intentar derrocar al Presidente sirio Bashar Al Asad y dividir a su país. Estos planes chocan entre si al tener intereses contrapuestos. Cuando el plan para derrocar a Bashar Al Asad pasaba por una especie de insurrección o de una 'revolución de colores', a cargo de traidores colaboracionistas como se dio en Ucrania, acabó en una especie de guerra civil, por lo que fue un completo fracaso. Entonces lanzaron la segunda fase de este caos controlado, que era la de estimular más a los grupos terroristas financiados por Arabia Saudita y los países del golfo y preparados militarmente por instructores de la CIA y la Mossad israelí, como son Al Nusra, Al Qaeda, e ISIS" aseveró uno de ellos. Lógicamente, con el transcurso del tiempo y debido al invalorable apoyo de Rusia como de Irán que aplastaron a los terroristas - que apenas controlan una fracción del territorio que antes ocupaban - esta fase está también prácticamente acabada, y su punto final podría haber sido la conversación de Trump con Putin, aceptando el acuerdo establecido en Astaná, con Irán y con Turquía para crear una zona de seguridad lo cual permite al Ejército sirio concentrarse en los frentes que son estratégicos para liquidar completamente al enemigo sionista. Sin embargo, el anuncio de envío de armas pesadas a los kurdos por parte de Washington, así como una ridícula denuncia de que el régimen sirio “habría ejecutado a los terroristas y eliminado en un crematorio” sin prueba alguna que lo sustente, ha dejado al descubierto el doble juego de Trump ya que demuestra que no solo va a intentar insistir en sus planes de querer desintegrar a Siria, sino que también puede ser tomada como una advertencia, o incluso una amenaza hacia Erdogan, ya que EE.UU. tiene la llave ahora mismo para subir o bajar la presión sobre el dictador turco. Puede subirla apoyando a los kurdos, por tanto amenazando la propia estabilidad interna y territorial de Turquía, o puede bajarla limitando ese apoyo y tranquilizando a Ankara. ¿De qué va a depender subir o bajar esa presión? De que Erdogan mantenga su alineamiento con EE.UU. y la OTAN. Y ahí es donde se produce esa situación en la cual muchas veces el tirano ha dado muestras de ‘independencia’ que irrita a Occidente: En ciertos momentos se acerca a Rusia coincidiendo con sus posiciones y en otras, vuelve a hacer exigencias imposibles a la UE para que un país asiático como Turquía sea admitida y que asimismo, Bruselas le pague miles de millones de euros para evitar que los miles de ‘refugiados’ - terroristas en potencia - apiñados en sus costas, crucen al continente europeo, en lo que muchos han visto como un vil chantaje. Lo cierto, es que Erdogan quiere aprovecharse de las circunstancias y sacar provecho de ello, pero ese juego ha cansado a sus ‘socios’ que lo consideran como alguien indigno de confianza, cerrándole las puertas definitivamente a su país para ingresar a Europa. No debe sorprendernos tampoco que Washington haya querido deshacerse de el, organizando un golpe de Estado para reemplazarlo por un títere colaboracionista, fracasando en su intento, pero alimentando con ello la paranoia del dictador, quien ya no cree ni en su propia sombra. En esta partida endiablada de ajedrez, el único que de alguna forma tiene la forma de manejar los tiempos, las distintas variables, de tratar con todos los actores, es el Presidente ruso Vladimir Putin y sus aliados, fundamentalmente Irán. Porque sus objetivos han estado claros desde el principio, el apoyo a Siria ha sido evidente y sin fisuras, hay intereses geopolíticos muy importantes, que van desde el Líbano hasta el centro de Asia, y tiene abierta comunicación con todos los actores: con Erdogan, con los kurdos y con Siria. El problema cómo es obvio, son los EE.UU. quienes se niegan a reconocer su derrota al ver que ninguno de sus objetivos en Siria se ha cumplido, por lo que insisten en agravar las cosas, creando nuevos conflictos en este caso con Turquía. Es por ello que el anuncio de Trump de armar a los kurdos - aun a riesgo de enfrentarse militarmente con su ‘aliado’ Erdogan - no es gratuito, ya que existen poderosos intereses en la región que lo animan a tomar esa decisión y que es la misma que han seguido sus antecesores, que no es otra que la de crear una especie de ‘protectorado’ bajo control absoluto de Washington, por la cual plasmaría su viejo sueño de construir los oleoductos que transportarían el petróleo de los países del Golfo Pérsico al Mediterráneo, con el considerable ahorro de divisas y en menos tiempo que al hacerlo por el Mar Rojo. Inicialmente este ‘Estado kurdo’ - si podríamos llamarlo así - estaría conformado por territorios kurdos-sirios y kurdos-iraquíes, violando flagrantemente la soberanía tanto de Siria como de Irak, pero que una vez ‘consolidado’ no dudaría en reclamar sus extensas tierras ancestrales actualmente en manos del ocupante turco desde hace siglos, lo cual seria inaceptable para Ankara, quien se iría a la guerra para evitar la conformación de ese ‘protectorado’ que pondría en riesgo la existencia misma de Turquía, así entre en un abierto conflicto con su ‘socio’ de la OTAN. Algunos analistas han afirmado por ello la inutilidad del viaje del dictador turco a Washington, porque la decisión de armar a los kurdos esta tomada. No seria de extrañar que Erdogan viendo las intenciones de Trump, se preguntara: ¿con aliados así, quien necesita enemigos? :(