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miércoles, 30 de septiembre de 2020

TAILANDIA: El reino de la incertidumbre

Por lo visto, el rey de Tailandia ha decidido vivir en el exilio sin tener otro motivo para hacerlo que su deseo personal. En efecto, Vajiralongkorn Rama X lleva meses siendo objeto de noticias desconcertantes, indignantes y en algunos casos hasta grotescas, por su decisión de permanecer confinado y con un harén, sin respectar estrictamente las normas derivadas de la pandemia del Coronavirus, en el Grand Hotel Sonnenbichl, situado en la estación de esquí Garmisch-Partenkirchen (Alemania) alejado de su país e indiferente a lo que ocurre allí - pero cuya estancia le cuesta una fortuna a los tailandeses que deben pagar sus caprichos con cada vez mas elevados impuestos - aunque eso si, realiza visitas relámpago a Tailandia para comprobar in situ “que todo este bajo control”. Y es precisamente esas prolongadas ausencias lo que motiva la pregunta de las decenas de miles se personas que se manifiestan en las calles de Bangkok: ¿para qué necesita Tailandia un rey si vive en Alemania? Lo que comenzó a principios de verano como una protesta estudiantil confinada a los campus se ha reconvertido en un movimiento contestatario mucho más amplio, que incluye a amplios sectores de la ciudadanía. Es así como en el último mes se han sucedido manifestaciones casi diarias lideradas por estudiantes para reclamar una reforma de los principales órganos del poder, incluido la monarquía, rompiendo un profundo tabú de la sociedad tailandesa. El colofón se vivió el pasado fin de semana, cuando 200.000 tailandeses tomaron la capital para protestar de forma pacífica, donde los convocantes entregaron una carta a las autoridades con tres demandas que van contra los cimientos del poder: disolver el gobierno, finalizar la intimidación a los activistas y reescribir la Constitución, que fue creada bajo la presión de la junta militar y sirve para cimentar el poder del ejército, también a través de la ley electoral. La carta estaba dirigida a la casa real, aunque es poco probable que llegue a manos del rey. Se trato de la mayor manifestación desde el golpe de Estado del 2014 que llevó al poder al actual jefe de gobierno, Prayut Chan-O-Cha. En cuanto al rey, una sus apresuradas visitas tuvo lugar el pasado 24 de septiembre, cuando retorno al país únicamente para celebrar el día del príncipe Mahidol. Al aterrizar se encontró un Bangkok tomado por unas crecientes protestas cada vez más centradas en su figura. Vajiralongkorn Rama X acudió acompañado de la reina Suthida. Se desconoce si la comitiva incluía también a la concubina real Sineenat, quien recuperó este título a principios de este mes tras pasar un año en la cárcel, repudiada por el monarca. La pareja depositó una corona de flores a los pies de la estatua de Mahidol Adulyadej, considerado el padre de la medicina moderna en el país. Aunque Mahidol nunca llegó a ostentar la jefatura del Estado, la dinastía real lleva su nombre. Sus descendientes han ocupado el trono en una concatenación de Ramas que desemboca en su nieto, Rama X, nombre oficial del actual rey. El primero en alcanzar tal honor fue su primogénito, Ananda Mahidol, quien tenía 9 años y vivía en Suiza cuando en 1935 fue coronado como Rama VIII tras la abdicación de Prajadhipok, Rama VII. En 1945 regresó al país, pero luego de seis meses fue asesinado en su lecho. El joven fue sucedido por su hermano menor, Bhumibol Rama IX, quien falleció en el 2016 tras liderar Tailandia durante casi 64 años. Durante décadas, la monarquía tailandesa fue una institución intocable, en la que Bhumibol, padre del actual rey, supo sobrevivir en medio de los débiles gobiernos democráticos, golpes de Estado y dictaduras militares que se sucedieron en el país, “gobernando en su nombre”. Pero si el anterior monarca gozaba del cariño del pueblo y se mantenía ajeno a cualquier crítica, el actual no suscita ni de lejos el respeto y la veneración de su antecesor. Desde que se hizo con el trono, Vajiralongkorn Rama X se ha dedicado a consolidar su poder haciéndose con el mando de unidades claves del ejército o asumiendo el control personal de las propiedades de la Corona saqueando a su antojo las Arcas Públicas, lo que ha indignado a la población quienes han salido a las calles para protestar, desafiando las medidas draconianas impuestas por el régimen para intentar acallarlos. Sucede que en plena pandemia, el rey no ha querido renunciar a sus habituales escapadas a Europa. Cuando todo el turismo está restringido, él ha logrado alojarse en un hotel de Alemania - que ha sido cerrado al público - donde el monarca y una veintena de mujeres de dudosa reputación permanecen allí y disfrutan de un modo de vida desenfadado y vergonzoso. Esta actitud ha resultado tan indignante que los tailandeses, a pesar del riesgo que corren, no han dudado en criticarle a través de redes sociales. En apenas 24 horas, un hashtag que se podría traducir como #paraquénecesitamosunrey se convirtió en trending topic y fue usado por más de un millón de personas. Asimismo, otra etiqueta #RepublicofThailand - República de Tailandia - se ha convertido en uno de los temas más comentados en las redes sociales, aunque los manifestantes se han apresurado a asegurar que su propósito no es acabar con la monarquía, sino modernizarla. Para regatear los límites a la libertad de expresión, en las últimas movilizaciones algunos participantes han optado por portar ajustados tops femeninos como los que gusta vestir el monarca para ocultar su prominente barriga, haciéndolo blanco de sus burlas. Pero no han sido los únicos actos de rebelión. Los tailandeses también expresan su descontento de otras maneras. Por ejemplo, Andrew MacGregor Marshall, periodista y autor de 'Un reino en crisis: la lucha de Tailandia por la democracia en el siglo XXI', ha compartido algunas imágenes que muestran cómo los tailandeses han tachado en los billetes los ojos en el rostro de su rey. Todas estas muestras críticas resultan tan inauditas en Tailandia que el Gobierno ha tenido que salir al paso y advertir de las duras consecuencias que puede traer a cualquiera el hecho de que se critique al rey o a su familia. Como sabéis, en ese país existen unas estrictas leyes que pueden recaer sobre todo aquel que ose criticar a su rey. Las penas pueden llegar a 15 años de cárcel. Pese a ello, las protestas se mantienen. Es así como el próximo 14 de octubre se ha convocado a una huelga general y se ha pedido el boicot del Banco de Siam, del que el monarca posee el 23% de las acciones. También han recomendado que sigan con la simbología adoptada por el movimiento, como el gesto de los tres dedos y los lazos blancos. Una situación así es insólita en Tailandia y pone al gobierno en una situación complicada. Reprimir las manifestaciones podría ser el germen de protestas mayores y, según algunos analistas, seguir permitiéndolos también sería interpretado como un gesto de debilidad. Cabe destacar que las protestas vienen de muy atrás y la crisis del Coronavirus las frenó considerablemente, pero han vuelto a repuntar. En el país ha crecido la frustración por la difícil situación que está viviendo en la actualidad, mientras el rey pasa su costoso confinamiento en Europa, acompañado por su harén. El pasado mes de junio trascendió que el activista Wanchalearm Satsaksi fue secuestrado por las fuerzas de seguridad en Camboya y es el noveno que desaparece en los últimos años. Otra variable que hay que tener en cuenta es la delicada situación económica, ya que se espera una contracción del 8,1% este año, según el Banco de Tailandia. Se teme que en un escenario de cambios e incertidumbre se recrudezca la división social, con un Vajiralongkorn Rama X que se muestra incapaz de representar el papel arbitral y aglutinante que tuvo su padre. Por lo pronto, difícil lo tendrá para mantener su influjo sobre la casta militar que ya se muestra inquieta ante la posibilidad de perder sus grandes privilegios. La inestabilidad sería letal para una de las economías más golpeadas del sudeste asiático. Por no hablar de la importante posición geoestratégica de Tailandia en una de las regiones más calientes del globo. Por ello, toda la atención está puesta en lo que allí suceda en los próximos días que pueden ser determinantes para su futuro :)
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