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miércoles, 29 de diciembre de 2021

LIBIA: La agonía interminable

Han pasado diez años desde que los miembros de la OTAN, liderados por los EE. UU., Francia y Gran Bretaña, invadieron y destruyeron Libia con el pretexto de “proteger” a sus ciudadanos que se levantaron en armas contra el regimen de Gaddafi, proporcionadas por quienes deseaban instalar el caos en el rico país petrolero al amparo de la autodenominada Primavera Árabe, que como sabéis, fue una vil estrategia montada por los EE.UU. y organizada por la CIA para repetir en el norte de África y en el Medio Oriente lo que hicieron en Europa del Este con las llamadas Revoluciones de Colores tras el derrocamiento de la dictadura comunista y el colapso de la Unión Soviética en 1991, apoderándose uno por uno de los aquellos países convertidos desde 1945 en “satélites de Moscú” e integrándolos automáticamente en la OTAN. Pero intentar esta “experiencia en el África y Medio Oriente resulto en un completo fracaso, porque unos dictadores fueron reemplazados por otros - más brutales que quienes los antecedieron y todo ha seguido igual e incluso peor como en el caso de Libia. Precisamente, según un memorando enviado por un asesor a la Criminal de Guerra y Gran Ramera del Apocalipsis Hillary Clinton el 22 de marzo del 2011, mientras era secretaria de Estado de los EE.UU., el servicio de inteligencia externo de Francia (DGSE) se estaba reuniendo con la oposición libia al líder Muammar Gaddafi, a los que asesoraban y financiaban. Además, señaló que "los funcionarios de la DGSE indicaron que esperaban que el nuevo gobierno de Libia favoreciera a las empresas francesas y los intereses nacionales, en particular con respecto a la industria petrolera en Libia". Pero la guerra civil que ellos patrocinaron provocó en cambio el desplazamiento masivo de “inmigrantes” africanos a Europa, que en realidad son terroristas que buscaban ingresar al continente. Así, mientras los grupos terroristas explotaban la inestabilidad, las Naciones Unidas respaldaban un autodenominado “Gobierno de Acuerdo Nacional” en Trípoli, su legitimidad no fue aceptada por la mayoría de los libios, quienes vieron a la Cámara de Representantes en Tobruk como la única representación legítima del pueblo. Los combatientes de las dos entidades surgieron para luchar entre sí por la supremacía militar y geográfica. Por un lado, el primer ministro Fayez Al-Sarraj se benefició de su status oficialmente “reconocido” para pedir “ayuda” a Turquía para establecer el dominio militar sobre los combatientes de la oposición nacional. Como consecuencia de ello, el dictador turco RecepTayyip Erdogan decidió matar dos pájaros de un tiro al infiltrar en el devastado país a los terroristas de ISIS, una vez respaldados por el Pentágono en un costoso y fallido intento de derrocar al presidente sirio Bashar Assad - pero que fueron virtualmente exterminados por la intervención rusa que bajo toneladas de bombas y misiles pulverizo su ilusorio “califato” sionista - obligando a los sobrevivientes a desplazarse a Libia donde podrían continuar sirviendo como carne de cañón en otra jurisdicción; Por otro lado, el mariscal de campo libio Khalifa Haftar fue respaldado de manera más discreta por un contingente de actores globales, incluidos Francia, EE.UU. y Rusia. Algunos oficiales militares sirios, que también apoyaron a Haftar, terminaron luchando contra los terroristas de ISIS importados por Turquía a Libia. Así, mientras las grandes potencias mundiales respaldaban en secreto a Haftar, estos a su vez hablaban con su oponente respaldado por la ONU, bajo el cual los grupos terroristas estaban destruyendo el país. Finalmente, la lucha interminable dio paso a un estancamiento y la formación de un gobierno interino con un frágil proceso de paz, que tenía como objetivo final elegir un nuevo presidente y un nuevo parlamento. Los tres principales candidatos presidenciales emergentes son el propio Haftar, Saif Gaddafi (hijo de Muammar Gaddafi) y el primer ministro del actual gobierno interino, Abdul Hamid Dbeibeh. Una fuente cercana a los principales contendientes dijo: “Haftar es un candidato natural ya que, como subrayó el canciller francés Jean-Yves Le Drian cuando fue acusado de apoyar a Haftar: Haftar no solo es parte sino la solución al problema. Nos guste o no, controla el 60% del territorio libio, así como todo el petróleo y gas del país... por lo que tiene las armas económicas y militares". Pero Haftar también fue un traidor a su país ya que trabajó para la CIA contra Gaddafi a fines del siglo pasado, convirtiéndose “por sus servicios” en ciudadano estadounidense con un hogar en Virginia. Quienes lo conocen en privado dicen que admira al Criminal de Guerra francés Charles De Gaulle, mejor conocido por aparentar hipócritamente “un enfoque pragmático e independiente” entre Rusia y la OTAN. Pero la Corte Penal Internacional también está investigando a Haftar por las ejecuciones extrajudiciales y sus crímenes de guerra. En los EE.UU. está sujeto a tres acciones legales por los mismos motivos, que son posibles gracias a su doble nacionalidad libia y estadounidense. Pero ni la Comisión Electoral de Libia - que se “autónoma” no tiene nada ya que está controlado por el tirano - parece lo suficientemente “conmovido” por estas consideraciones como para excluir su candidatura; Por su parte, el hijo de Gaddafi también está bajo una orden de arresto de la CPI por Crímenes contra la Humanidad contra los involucrados en el golpe de estado contra su padre. Sobre Gaddafi, una fuente dijo: “Me sorprendió que se arriesgara a ser candidato porque si bien tiene partidarios, también existe un odio latente por lo que hizo su padre durante su largo régimen dictatorial, por lo que existe el riesgo de que se realice un ataque contra su vida si regresaba al país. Aun así que se arriesgó a ello, es valiente. Además su tribu (Khaddafa) aun es importante en Libia, por lo que jugará un importante papel" expreso; En cuanto a Dbeibeh, empresario y ex aliado de Muammar Gaddafi es ampliamente visto como un aspirante competente y creíble al cargo presidencial. Pero los tres aspirantes tendrán que esperar al menos otro mes más, ya que la primera ronda de votaciones prevista para el pasado 24 de diciembre fue pospuesta debido a “movilizaciones de grupos armados en Trípoli”. Pero ¿quiénes podrían estar detrás del aplazamiento? ¿Quizás actores​ que no quieren que ninguno de los candidatos tome las riendas en Libia? Lo que sí sabemos con certeza es que son las milicias respaldadas por Occidente, grupos terroristas financiados por los EE.UU. que han causado estragos en todas partes, desde Siria hasta Libia, con el interés de crear climas favorables para instalar en el poder a regímenes títeres a los cuales manejar a su antojo sin tener en cuenta los deseos de los ciudadanos. Y ello está sucediendo justo cuando el pueblo libio estaba a punto de elegir su propio destino, uno que corre el riesgo de ir en contra de los intereses occidentales, por lo que estos últimos van a hacer hasta lo imposible para que la tragedia de Libia continúe ad infinitum :(
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