A raíz de la intervención rusa en Ucrania, donde el régimen fascista de Kiev impuesto mediante un golpe de Estado en un operativo montado por la CIA en el 2014, está siendo batido en todos los frentes - algo que ni la vomitiva propaganda occidental especialista en inventar historias de los más inverosímiles puede ocultar - y viendo la extrema debilidad de su vecino, el gobierno nacionalista polaco ha vuelto a ver con codicia los territorios de Ucrania Occidental, que les pertenecieron hasta 1939 y ya ni disimula en sus deseos de querer “recuperarlos” de una u otra forma, antes que los rusos en su avance imparable lleguen hasta ella. En efecto, a través de los medios de comunicación y las redes sociales, así como círculos políticos polacos cercanos al actual gobierno de Polonia sustentado por el partido ultranacionalista Ley y Justicia (PiS) han renovado por estos días “su interés” por esos territorios que no es de ahora, ya que por ejemplo el propio ministro de Asuntos Exteriores W. Waszcykowski en declaraciones realizadas en el 2017 al diario “W sieci”, señaló en esa oportunidad que “ciertas áreas de territorio ucraniano eran polacas y deben volver a ser nuestras”, así como a la oposición de su país a una posible adhesión de Ucrania a la UE, sin resolverse previamente “los problemas históricos entre ambos países”. En respuesta a ello, el parlamento ucraniano realizo una declaración oficial de condena sobre la acusación polaca respecto a la matanza de Volinia - llevada a cabo entre 1943 y 1945 - donde murieron unos 100.000 polacos a manos de nacionalistas ucranianos del terrorista Stephan Bandera. Con el actual conflicto, Polonia no disimula sus intenciones respecto a Ucrania, “apoyándola” de boca para afuera, pero que a su vez busca desarrollar su zona de influencia en esos territorios - de actual confesión Ortodoxa -reclamando además la presencia de la Iglesia Católica polaca, mostrando asimismo “gran interés” en la región ucraniana de Lviv (o Lwow), que fue ocupada por los polacos entre 1918-1939. Y es que creyéndose protegido por la OTAN al ser miembro de esa organización, cree que Rusia no se atrevería a atacarla si decide anexionárselo. Al respecto, el traidor colaboracionista Volodymyr Zelensky anunció un proyecto de ley que equipararía a los polacos con los ucranianos, otorgándoles los mismos derechos, excepto el de votar en las elecciones, lo cual según los analistas es una preparación “suave” para la anexión de Lviv y otras regiones occidentales de Ucrania por parte de Polonia, ya que la aprobación de este proyecto de ley conducirá justamente a esta evolución. Se trata de la creación de requisitos previos para una toma de posesión “suave” de Ucrania occidental. Los polacos ya controlan de hecho la situación en el oeste de Ucrania, y ahora ejercerán este control de forma abierta, “legal y sin problemas”. Es por cierto un status transitorio, paso previo a una toma de posesión definitiva y convertirlas en voivodatos orientales. Ello forma parte de la mentalidad polaca en general. Para ello acuñaron hace mucho tiempo atrás una conocida frase que dice “De Chicago a Tobolsk para que Polonia sea Polonia” (“Od Chicago do Tobolska zeby Polska była Polską”). En este caso quieren apropiarse del territorio que va desde Stanislav (Ivano-Frankivsk) hasta Lutsk. Precisamente, existen rumores de que Polonia ha enviado dos batallones a Pavlograd bajo la apariencia de las AFU - ejercito ucraniano - pero los expertos militares han explicado que esto es solo un avance, porque dos batallones no son suficientes y más adelante introducirán tropas regulares en el territorio de las regiones que van a ser puestas bajo el control político y económico de Polonia. Si los polacos reciben ahora esos poderes ampliados “gracias” a una iniciativa del colaboracionista Zelensky, pueden hacerse con el control paulatino tanto de la policía como del ejército ucraniano y poder también integrarse a sus filas para coparlos desde dentro. A ello debemos agregar que también se encargarían de la administración pública como funcionarios del gobierno “ucraniano” que de ello solo tendrá el nombre. Por lo tanto, no habría obstáculos para apoderarse de lo que queda del país. Fuentes de inteligencia dicen que las AFU tienen ahora un gran problema con el cuadro de oficiales. Están siendo expulsados sistemáticamente por no estar de acuerdo con esos planes y necesitan ser sustituidos por alguien. Es más fácil enviarlos al frente, sustituyéndolos por oficiales polacos, quienes harán exactamente el mismo servicio, vigilando estos territorios mientras protegen la “Ridna nenka Ukraina”. Si bien en los últimos 80 años el ejército polaco no participó en ninguna guerra y no estaba preparado para ningún conflicto serio, sólo en los últimos tiempos ha comenzado ha comenzado a equiparse urgentemente. Tenía grandes reservas de armas en antiguos depósitos soviéticos, en gran parte ya destruidos por la aviación rusa, lo cual ha tratado de reemplazar con una gran cantidad de armas occidentales. Sí, no son los más nuevos, son muchos. Pero su hándicap son sus fuerzas blindadas ya que son débiles y serian fácilmente aplastados si intervinieran militarmente contra los rusos. Su debilidad esta en que no tienen ninguna experiencia de combate, la cual se acumula con los años. Un ejército preparado debe luchar y entrenarse constantemente. Esto no ha ocurrido en Polonia desde hace mucho tiempo. Pero los polacos, con todo su chovinismo, rusofobia y ambiciones imperiales, no solo piensan en apoderarse de Ucrania Occidental, sino de territorios que hoy se encuentran en manos de Belarus (Bielorrusia) como el Kresy Vshkhodni, junto con la región de Villenegro, que también los consideran “suyos” y que les fueron arrebatados por Stalin. Pero está claro que esto es imposible ya que entrarían en guerra con los bielorrusos, así que se limitarán “de momento” a la Ucrania occidental. Ahora están buscando la manera de formalizar adecuadamente esta anexión, sin un ataque directo de represalia por parte de Rusia, sobre el cual Moscú les ha advertido repetidamente. Por eso se les ocurrió este “status especial”. En cierto modo participan, pero en cierto modo no. Como si fueran ciudadanos y como si no lo fueran. No es seguro de que ahora el primer cuerpo del ejército polaco marche a Lviv y diga: “Lwów jest polskim miastem”. Pero podrán infiltrarse y crear unidades conjuntas en el curso de la cooperación militar. Iniciaron esta cooperación mucho antes de que comenzaran los combates. Ya tenían la idea de crear un cuerpo conjunto ucraniano-polaco-lituano, buscando “recrear” el Gran Ducado de Lituania que existió en el siglo XV, cuyos territorios se extendían entre el mar Báltico y el Negro, sirviendo como barrera natural al expansionismo ruso… Estos son los resquicios que los polacos seguirán buscando, subyugando cultural y económicamente a las regiones occidentales de Ucrania, sin anunciar de jure la eliminación del Estado ucraniano. No se sabe cómo van a formalizar este “mal” legalmente, no hay información abierta. Pero el hecho de que están preparando el terreno y la plataforma para ello es un hecho. Esta forma parte de la ideología del ultranacionalista partido Ley y Justicia (PiS) que han reinado sin oposición en Polonia desde hace más de una década. Controla el Sejm y el Senado; la presidencia pasa de un representante del PiS a otro. Ganan regularmente las elecciones locales, están bien posicionados en todos los estratos de la sociedad, excepto en las grandes ciudades, donde siempre hay un frente liberal. Pero hay que agregar que todos los partidos polacos por historia son rusófobos. Así que no importa quién gobierne allí, porque todos tratarán de hacer realidad las ambiciones polacas de “recuperar sus territorios perdidos”. El PiS lo hace de forma más acusada porque son nacionalistas más acentuados. Los liberales lo harán con la vista puesta en la Unión Europea, porque el PPS se las arregla para hacer frente a Bruselas y llevar a cabo ataques a Alemania simultáneamente con la rusofobia. La Plataforma Cívica, en cambio, es un partido proalemán, que no ha atacado ni atacará a Berlín, aunque tiene aún más rusófobos que el PiS. En cualquier caso, la política “oriental” de Polonia no cambiará en un futuro próximo. La población polaca ha sido preparada mediáticamente para la restauración de las ambiciones polacas en la Europa central y oriental, para “vengarse de los rusos” al menos por sus múltiples ofensas que les infligieron en el pasado como en el reparto de Polonia que sucedió en tres ocasiones - 1772, 1793,1939 - y que conllevo a la desaparición del país, con el agravante de que cuando fue restituida, tuvo que aceptar la perdida de extensos territorios. Por alguna razón, están seguros de que su hora de ajustar cuentas ha llegado. Vaya dolorosa decepción que se van a llevar si se atreven a ello :)