Se llama FXX K, y es el último paso que ha dado Ferrari en cuanto a conducción deportiva. Su parecido con el Laferrari es obvio, ya que el modelo deriva de éste. Presentado el ultimo fin de semana en Abu Dhabi, sorprende su imagen, todavía más radical y plagada de alerones. La razón es que el FXX K (la última letra hace referencia la sistema Kers que incorpora) ha nacido como un modelo libre de homologaciones o reglamentos de competición, porque hoy ni siquiera Ferrari sabe si lo utilizará para algún tipo de competición. Lo que sí ha decidido la firma italiana es que durante los dos próximos años haya un programa de competición monomarca en el que los afortunados clientes-probadores comprueben las bondades del coche, algo que también ocurrió con el anterior FXX (basado en el Ferrari Enzo). El propulsor del FXX K es un V12 6.2 similar al del LaFerrari, aunque se ha modificado el árbol e levas, incluye distribución mecánica en lugar de hidráulica, se han rediseñado los conductos de admisión y se le ha eliminado los silenciadores para que atrone a su paso. El rendimiento total es de 1.050 CV (860 CV por el motor de gasolina y 190 por el eléctrico), y la cifra de par supera los 900 Nm. Para adaptarse a semejante potencial, el FXX K cuenta con un spoiler delantero de perfil gemelo y un splitter más grande y 30 mm más bajo que el del modelo del que deriva. También se han rebajado otros 30 mm los bajos de todo el coche para aumentar la aceleración del flujo de aire, mientras que detrás incorpora un alerón móvil y una pequeña aleta vertical a cada lado. Como resultado de todo ello, el FXX K obtiene un empuje vertical de 540 kg cuando va a 200 km/h para garantizar la mejor estabilidad. También con este fin incluye unos neumáticos lisos Pirelli, vigilados en este caso por unos sensores que ofrecen información sobre aceleración longitudinal, lateral y radial, además de temperatura y presión. Por supuesto, no puede faltar en el FXX K el ya clásico ‘manettino’. En este caso permite controlar el Kers según cuatro modos: ‘Qualify’, para obtener el máximo rendimiento en un número limitado de vueltas; ‘Long Run’, para mejorar la constancia en el rendimiento; ‘Manual Boost’, que permite la entrega instantánea de todo el par motor; y ‘Fast Charge’, para que las baterías se recarguen con mayor rapidez. Además, el ‘manettino’ también permite elegir el nivel de intervención del diferencial electrónico, actuar sobre el control de tracción y modificar el control de ángulo de deslizamiento (Racing SSC). No hay datos sobre la producción estimada, seguramente no mucho más allá de la docena, veinte a lo sumo, unidades. Tampoco sobre su precio que no nos extrañaría superase ampliamente los dos millones de euros. Incluso si sus finanzas pudieran permitirle comprarlo, tendría difícil hacerse con alguno de los ejemplares: simplemente están vendidos entre clientes y coleccionistas VIP de Ferrari mucho antes de su presentación :)