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miércoles, 22 de agosto de 2018

EE.UU.: Los Enemigos del Pueblo

Venga ya, mis diferencias con Donald Trump son por todos conocidos, pero ello no me impide reconocer que tenemos algunos puntos en común, como el trato que debe darse a los ‘refugiados’ (terroristas en potencia) y el blindaje a las fronteras para evitar la entrada de aquellos indeseables por ejemplo. A ello debemos agregar su firme postura adoptada contra aquellos medios de comunicación que se encuentran en manos de grandes corporaciones judías, quienes se han especializado en crear vomitivas campañas de desinformación tratando con ello de manipular a la opinión pública para su beneficio. Vimos su rastrero papel en la pasada campaña electoral estadounidense cuando lo atacaron inmisericordemente con calumnias e injurias de toda índole, con el claro objetivo de favorecer a como de lugar a la candidata del establisment, la Criminal de Guerra y fundadora de ISIS Hillary Clinton. Como recordareis, la campaña mediática de desprestigio montada contra el magnate fue tan grosera - intentando presentarlo inclusive dentro de su repugnante fobia antirrusa, como “un agente de Putin” - que al final produjo el efecto contrario, ya que lo victimizaron a ojos de los electores, quienes lo eligieron abrumadoramente, permitiendo que el republicano accediera a la Casa Blanca. No cabe duda que la derrota de Clinton fue también la de aquellos grandes medios que se involucraron en cuerpo y alma, atacando a Trump rabiosamente en una guerra sucia nunca antes vista en los EE.UU. Que se recuerde, jamás se había llegado al nivel de beligerancia desplegado contra candidato alguno como sucedió en aquella oportunidad. Especialmente patético fue el papel desempeñado tanto por la CNN, como por The New York Times en denigrarlo constantemente, pero a pesar de los millones de dólares invertidos en esa guerra sucia - nada es gratis en esta vida - fracasaron ruidosamente en su intento y quedaron descolocados al igual que el resto de medios de comunicación que se alinearon con Clinton. Lo paradójico de todo es que al atacar al extremo a Trump, no dejando de salir diariamente en los portadas y en las pantallas para criticarlo y deformar su mensaje, el resultado es que consiguió, totalmente gratis, una cobertura mediática que le habría costado unos 2.400 millones de dólares (2.120 millones de euros) si hubiese tenido que pagar por ella en forma de publicidad. Ése es el cálculo de la consultora estadounidense mediaQuant, que desarrollo un sistema para cuantificar el valor económico del espacio que conceden los medios de comunicación a marcas, políticos y productos. Y el resultado es que, a la hora de manejar a los medios, Trump es buenísimo. Sólo en el mes de marzo del 2016 - en plena campaña electoral - obtuvo una cobertura mediática equivalente, de acuerdo con esos cálculos, a 487 millones de dólares (431 millones de euros). Cuando se tiene en cuenta que hasta febrero de ese año el candidato sólo se había gastado en anuncios 10 millones de dólares (8,8 millones de euros), el contraste es todavía más brutal. Los viles ataques hacia su persona llegaron a tal punto, que muchos electores terminaron identificándose con el, votando a su favor inclusive en bastiones considerados ‘seguros’ por Clinton como Florida, donde se impuso claramente, para desconcierto de aquellos mismos medios que no se explican hasta ahora ‘que es lo que les había salido mal’ Como podéis imaginar, el análisis de mediaQuant provoco un considerable debate en los Estados Unidos acerca de si los medios de comunicación hicieron famoso sin querer a Trump, quien como se ha podido comprobar por los resultados obtenidos, se vio beneficiado con su sobresaturación de su imagen y propuestas en las pantallas y portadas de los medios …. sin pagar un centavo por ello. Eso nos puede llevar a deducir claramente que la conspiración de los medios para evitar su triunfo fue un completo fracaso. Y de los grandes. Uno podría pensar que luego de tan humillante derrota, adoptarían un nuevo papel frente a la nueva administración, pero nada de ello ocurrió, ya que por el contrario, le declararon ‘abiertamente’ la guerra y sus ataques se han vuelto desde entonces rutinarios. Nada de lo que diga o haga les parece correcto. Lo odian profundamente. Hablan mal de él. Falsean desvergonzadamente los hechos. Lo implican en absurdas y disparatadas tramas con Rusia. Filtran mentiras y las presentan como ‘grandes revelaciones’ aun cuando su credibilidad sea nula. Para ellos, Donald Trump sigue siendo su víctima, el mismo que está decidido a sacar adelante a su país del desastre que heredó del musulmán encubierto Barack Hussein Obama, pero que se enfrenta a diario a una prensa desagradecida y prejuiciado, medios deshonestos fuera de control y que sintonizan con la falsedad mas extrema cuando hablan de él. Son a esos medios a los que el actual inquilino de la Casa Blanca no ha dudado en calificar acertadamente como los verdaderos enemigos del pueblo, a los cuales hay que combatir sin descanso ni pausa alguna: "Aquellos medios acostumbrados a difundir sobre mi persona noticias falsas (The New York Times, NBC, ABC, CBS, CNN) no son mis enemigos, son los enemigos del pueblo estadounidense. Muchos de los medios en Washington, junto con los de Nueva York y Los Ángeles en especial, no hablan para la gente, lo hacen defendiendo intereses especiales. Y les pagan por ello, por eso la gente ya no os cree. Quizás yo tenga algo que ver en ello. No lo sé. Pero ya no os creen", afirmó Trump en una conferencia de prensa. Desde entonces, las diferencias se han agudizado notablemente y el enfrentamiento es cada vez más virulento, provocado por quienes no se han resignado a su derrota al descubrir dolorosamente que el poder mediático del cual disfrutan, no era tan decisivo como ellos creían. Ahora, en el colmo del ridículo, se hacen los ‘ofendidos’ y el pasado jueves tuvieron el descaro de anunciar supuestas ‘amenazas’ a la prensa por parte - dicen - de Trump, acusándolo de ser un “peligro” para la sociedad estadounidense, cuando lo cierto es que este responde a sus continuos y malintencionados ataques, asegurando que esos medios citan fuentes anónimas e inventan noticias para desacreditar su trabajo. Por lo visto, esto no hace mas que empezar, ya que para nadie es un secreto que Trump buscará la reelección en los próximos comicios presidenciales según lo ha dejado entrever en varias declaraciones, con mayor razón cuando las encuestas le sonríen, para rabia y desesperación de sus adversarios que no saben que hacer para detenerlo. Eso si, debe andar con cuidado, porque en los EE.UU. - y la historia lo demuestra - a los presidentes que se enfrentan al establisment no los derrocan... los asesinan :(
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