Si bien las protestas en Hong Kong y el cierre del Parlamento del Reino Unido bajo Boris Johnson dejaron de lado a Venezuela de los medios, un reciente destacamento de tropas estadounidenses en sus fronteras y la activación esta semana del polémico Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), indica que Caracas esta de vuelta en la mira de Washington. Como sabéis, EE.UU. tiene una larga y oculta historia de rodear a países rivales y adversarios con bases militares con dos objetivos en mente: uno para contener y rodear a la nación rival para evitar que expanda su esfera de influencia tanto como sea posible; y dos, para apoyar una operación de cambio de régimen. Si bien la mayoría de los estadounidenses han oído hablar de la infame Doctrina Monroe (‘América para los americanos’ dando a entender que ellos son esos ‘americanos’ y no el resto de quienes habitan el continente a quienes llama ‘latinos’ considerando esos países como su patio trasero) es seguro que muy pocos estadounidenses se dieron cuenta de que, a partir de ahora, el ejército estadounidense acaba de regresar a Guyana por primera vez en mas una década. El propósito de este destacamento, según Military.com, es "apuntalar relaciones en medio de crecientes tensiones en la vecina Venezuela” un eufemismo para referirse a intensificar sus presiones sobre Caracas. Con respecto a las verdaderas intenciones de Washington hacia Venezuela, para nadie es un secreto que tienen un objetivo claro y es el cambio del régimen chavista, para - según ellos -“restaurar de la democracia y el estado de derecho” como denominan a la instauración de un Estado títere como en Ucrania donde ellos mandan, lo cual jamás podría equivaler a la implementación de la democracia y el estado de derecho. Así como sabemos que EE.UU. quiere derrocar al gobierno de Nicolás Maduro, también conocemos acerca de la existencia de al menos cinco bases militares estadounidenses en sus fronteras. A ello debemos agregar la presencia de numerosos ‘asesores’ militares estadounidenses en Colombia, quienes se encargan de entrenar a grupos terroristas para infiltrarlos en el país vecino intentando desestabilizarlo desde dentro como hicieron en Siria. En ese contexto, "al apuntalar las relaciones " al este de Venezuela en Guyana, el ejército estadounidense casi tendrá a su rival latinoamericano completamente rodeado, ya que el sur está cubierto por Brasil, que es otro aliado incondicional de Washington. Solo les quedaría bloquearlos por mar. Ganas no le faltan. Y por supuesto, no podemos olvidar aquella infame fotografía tomada al recientemente destituido asesor de seguridad nacional John Bolton con un bloc de notas donde había escrito: "5,000 tropas a Colombia" indicando sin querer cuales son los planes estadounidenses. Así este psicópata asesino haya sido recientemente echado, todo sigue igual y es que Venezuela sigue siendo una gran espina en el lado de Washington que requiere ser “extirpado” de raíz. Según explica Military.com, “ la Fuerza Aérea esperan que su relación con el ejército guyanés se mantenga sólida, especialmente a medida que Rusia y China ‘continúan invadiendo el hemisferio sur’ y los disturbios políticos en Venezuela - patrocinados por Washington agrego yo - no muestran signos de disminución ". Si alguien tiene experiencia en ser rodeados por bases estadounidenses, son tanto Rusia como China y seguramente ambos países se nos vienen a la mente. Pero volveremos a este tema más adelante. “Guyana esta ubicada estratégicamente en el extremo norte de América del Sur y en el Caribe" dijo el mayor general Andrew Croft, 12º comandante de la Fuerza Aérea Estadounidense, durante una reciente entrevista. “Eso es lo que lo hace importante para nosotros. Además, al promover un cambio político en la nación para alinearse más con nosotros, es importante que establezcamos relaciones personales no solo mediante la embajada, sino también a través del ejército y la fuerza de defensa de Guyana, que actualmente cuenta con unos 3.000 efectivos y nuestra intención es duplicarlo en los próximos años”. Un poco presuntuoso ¿no os parece? “¿A medida que ocurre un cambio político en la nación y se alinean más con nosotros”?¿Quién puede decir que Guyana se alineará más con los EE.UU.? Bueno, ellos mismos, eso es “quién”. Porque de acuerdo con la política exterior de Washington, la Doctrina Monroe significa imponer la ‘voluntad’ de los EE.UU. sobre América Latina para someterlos a su antojo, rechazando cualquier intento de esos países de estrechar sus lazos con Rusia, China, Irán o cualquier otra entidad o ideología que Washington declare ‘hostil’ a sus intereses. Se creen los amos del continente y buscarán deshacerse de quienes se nieguen a ‘acatar’ sus ordenes imperiales. Vale la pena recordar que, como parte de su política exterior, los gobiernos ya sean de derecha, nacionalistas y populistas son bienvenidos por parte de los EE.UU. con los brazos abiertos. Un caso reciente es Brasil, donde gobierna un demente llamado Jair Bolsonaro tan peligroso como Trump, a quien por cierto considera su ‘alter ego’. Por lo visto, entre locos se entienden. Según The Nación, los EE. UU. tienen más de 800 bases militares ‘formales’ en 80 países, "un número que podría superar los 1,000 si se cuentan las tropas estacionadas en las embajadas y misiones en las llamadas bases de 'lily-pond', con unos 138,000 soldados estacionados alrededor el globo". Si lo comparamos con otros países, como Rusia, Reino Unido, Turquía, China, Francia e India, todos ellos tienen apenas unas 70 bases en conjunto. Esto explica por qué cuando, a principios de este año, en un alarde de cinismo EE.UU. exigió a Moscú que cortara sus lazos con el gobierno venezolano. Rusia obviamente se rió en su cara, porque nadie y mucho menos un retrasado mental como Trump le puede dar ordenes. Los rusos conocen por experiencia propia como enfrentar una presencia militar estadounidense en múltiples formas casi más que cualquier otro país, ya que tiene que lidiar constantemente con la posibilidad muy real de que EE.UU. establezca una presencia militar permanente cerca de sus extensas fronteras, ya sea en Europa como en el Medio Oriente. En Alemania, los EE.UU. tienen cerca de 38.000 soldados destacados allí, y quiere desplegar al menos 1.000 a Polonia. Por su parte, los Estados bálticos de Estonia, Letonia y Lituania tienen una presencia rotativa semipermanente de 4.500 soldados. Washington también tiene una estrecha asociación con Georgia y vende armas letales al régimen genocida de Ucrania. Lo mismo es cierto para casi cualquier adversario que se encuentra en la mira de Washington. Irán es un excelente ejemplo. EE. UU. invadió Afganistán e Irak estableciendo una presencia interminable allí, y tiene bases que rodean Irán aún más, especialmente en naciones como Pakistán. En una etapa de nuestra historia no tan reciente, los estadounidenses tenían cerca de 125,000 soldados estadounidenses muy cerca de Irán. A medida que EE. UU. coquetea constantemente con el numero de tropas en lugares como Afganistán, y amenaza con enviar más a sus aliados incondicionales como Arabia Saudita en una disputa interminable con Teherán, esta realidad estará vigente por algún tiempo. O echemos un vistazo a Siria. Irán es su aliado más cercano, pero de alguna manera las tropas estadounidenses terminaron ocupando el 30 por ciento del territorio sirio, incluidas sus partes más ricas en petróleo, y tienen múltiples bases allí para sostener a los terroristas kurdos. A través de documentos filtrados , sabemos que el cambio de régimen en Damasco ha sido el sueño constante de la política exterior durante años, financiando a grupos terroristas como ISIS para que le hagan el “trabajo” sucio, pero fracasó miserablemente cuando los rusos pulverizaron bajo toneladas de bombas su ilusorio ‘califato’ sionista. Y no necesitamos que nadie nos diga que un cambio de régimen en Irán es el objetivo final de los halcones de guerra de Washington. Incluso con Bolton fuera de circulación, esta posición nunca cambiará. Irán tiene demasiado petróleo y gas natural y actúa de manera demasiado independiente para el gusto de los EE.UU. forjando fuertes lazos con Rusia, China, Corea del Norte y Siria e intentando eludir al dólar estadounidense en múltiples frentes y que además se libero en 1979 del yugo estadounidense cuando una revolución islámica derroco al corrupto régimen del Shah - títere de Washington y perro de los sionistas - algo que nunca se lo podrán perdonar. Entonces, ¿debería Venezuela comenzar a preocuparse por el mayor número de tropas estadounidenses en su frontera? Dada nuestra historia reciente, solo podemos decir que sí. EE.UU. ha dejado en claro sus oscuras intenciones hacia la Revolución Bolivariana y, si bien una invasión militar o un intento de operación de cambio de régimen sería especialmente desastroso, nunca hay que dejar de lado esta posibilidad. Como vimos en Irak, Libia y Afganistán, los EE.UU. seguramente querrán salirse con la suya de alguna manera o enfrentarán la pérdida de naciones geoestratégicas y ricas en petróleo como Venezuela a manos de sus archirrivales, Rusia y China, estrechos aliados de Venezuela que no la dejaran sola frente al imperio. Si Trump, en su infinita locura intentara alguna insensatez, bien por su cuenta o en compañía de sus perros falderos de la OEA siempre solícitos a las órdenes de su amo, activando el TIAR para "legitimar" la invasión (el mismo que no quisieron poner en práctica cuando Gran Bretaña atacó a la Argentina durante la Guerra de las Malvinas), tendrá una desagradable sorpresa :)