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miércoles, 22 de abril de 2015

FINLANDIA: ¿Un adversario de cuidado?

En esta ocasión nos concentramos en Finlandia, donde el opositor Partido del Centro liderado por el multimillonario Juha Sipilä, se ha declarado ganador de las elecciones legislativas del domingo tras el recuento del 100 % de votos que podrían complicar las relaciones de este país con Europa al desafiar la tendencia europea de los salientes dirigentes conservadores del país, al ser un declarado adversario de la integración de Finlandia a la OTAN y mostrar su coincidencia plena con las objeciones mostradas por gran parte de los finlandeses a integrarse a ella, quienes ven esa maniobra no solo como una provocación a Rusia, sino que pone en riesgo la integridad de un país que fue parte del Imperio Zarista hasta 1918 y que durante la II Guerra Mundial se salvó de ser ocupada por los soviéticos a pesar de ser aliada del III Reich, jurando a cambio no volver a ser parte de una alianza militar y mantener una neutralidad perpetua. Por lo visto, las palabras se las llevo el viento y el conflicto en Ucrania (situada en la zona de influencia rusa) fue la excusa perfecta que los sectores conservadores buscaban con insistencia para tratar de cambiar el status quo y generar un movimiento favorable para su adhesión a la alianza atlántica luego de las elecciones que esperaban ganar, pero fracasaron en su intento. Como sabéis, los acontecimientos en Ucrania desencadenaron un debate público en Finlandia “gracias” a una intensa campaña propagandística de grupos conservadores sobre si había llegado el momento de integrarse a la OTAN “para protegerse de la amenaza rusa” (?). Pero este debate no es nuevo, ya se dio en el 2008, durante la crisis de Georgia, cuando esos mismos sectores pusieron en entredicho la “seguridad” de Finlandia y promovieron irresponsablemente la opción de unirse a la OTAN, una propuesta demagógica que finalmente fue desechada. Con la guerra civil en Ucrania – “patrocinada” precisamente por la OTAN - renacieron las esperanzas de sus partidarios, en particular, del conservador Partido de Coalición Nacional (PCN), que se movilizo para ponerlo en la agenda pública, en estrecha coordinación con la embajada de Estados Unidos en Helsinki, quienes por su parte han estado trabajando durante años para replantear el debate y allanar el camino para una eventual “adhesión” de Finlandia a la alianza militar. De hecho, el hasta hoy primer ministro y dirigente del PCN, Alexander Stubb, estuvo abogando por aplicar a la membresía de la OTAN en su siguiente período electoral, pero con su derrota en las elecciones de este domingo, va a ser difícil que se haga realidad. El acercamiento de Finlandia a la OTAN no es reciente, ya que en medio del conflicto en Ucrania, Finlandia - junto con Suecia - tomaron medidas para fortalecer sus lazos con ella. Así, ambos países firmaron un Acuerdo de Apoyo de la Nación Anfitriona a la alianza militar, el establecimiento de un "status especial" con la OTAN. El acuerdo, según Defense News, contiene "un protocolo en virtud del cual Finlandia y Suecia permitirían “por invitación” a la OTAN desplegar tropas terrestres, navales y fuerza aérea en territorios sueco y finlandés. Bajo este acuerdo, Finlandia y Suecia estarían de acuerdo en proporcionar a las fuerzas de la alianza occidental, apoyo logístico completo, incluyendo los cuarteles, el transporte y las municiones". Ambos países limitan con Rusia, por lo que se puede imaginar contra quien está dirigido este acuerdo. Ya Moscú ha hecho pública su “preocupación” ante esta posibilidad y ha advertido que tomará todas las medidas correspondientes para neutralizarlos “como lo hizo en el pasado”. Es por ese motivo que la campaña a favor de la OTAN en Finlandia fue vista como un esfuerzo para continuar justificando su existencia, ya que desde la desaparición de la Unión Soviética no tiene razón de ser, porque solo sirve para seguir manteniendo subyugado a Europa a la voluntad de Washington, buscando iniciar un conflicto con Rusia, al que ve como una “amenaza” a sus intereses. Para ello no duda en agudizar las tensiones deteriorando aun más su ya tensas relaciones con Moscú, al punto que muchos analistas coinciden en señalar que hoy estamos mas cerca que nunca de un conflicto nuclear.  Al crearse la OTAN en 1949, se dijo que dicha organización brindaría “seguridad y estabilidad” en Europa, incluida la Europa del Norte y el Mar Báltico, frente al “peligro” que representaba la Unión Soviética. Pero al desaparecer esta y el Pacto de Varsovia - su contraparte militar - la OTAN se expandió rápidamente en el Este de Europa, incumpliendo las “promesas” que había hecho de no hacerlo, dejando en claro sus reales intenciones. En un artículo sobre la ampliación de la OTAN, publicado en 1998, el eminente historiador de la Guerra Fría, John Lewis Gaddis, escribió: "Los historiadores - normalmente tan contenciosos - están en inusitado acuerdo: con muy pocas excepciones, de ver la ampliación de la OTAN como mal concebida, inoportuna y, sobre todo, mal adaptada a las realidades del mundo posterior a la Guerra Fría". Por lo tanto, muchos criticaron cuando la alianza atlántica cuando siguió expandiéndose en la década de 1990, tras el derrocamiento de la dictadura comunista y el colapso de la Unión Soviética, que dejo en el “desamparo” a sus aliados del Pacto de Varsovia, cuyos regimenes cayeron uno detrás de otro en las llamadas “revoluciones de colores” organizadas por la CIA, lo que posibilito que sus nuevos gobiernos se “adhirieran” inmediatamente a la OTAN, que hoy se ha expandido hasta llegar a las fronteras de Rusia, amenazando sus intereses geoestratégicos. Cualquiera que sea el papel de la OTAN en la provocación de la confrontación permanente con Moscú, difícilmente puede ser vista como quien está a favor de la paz. De hecho, puede ser útil preguntar, ¿cuál sería la reacción de Estados Unidos si habría una alianza militar liderada por Rusia, ampliada al Hemisferio Occidental y que inicie la instalación de sistemas de defensa antimisiles cerca de sus fronteras?. En términos más amplios, la misión de la OTAN en la era posterior a la Guerra Fría ha estado en desacuerdo con el derecho internacional y el propósito de las Naciones Unidas, mostrándose como una organización que tiene el fin supremo de desatar la III Guerra Mundial agudizando las tensiones al máximo en cualquier punto del planeta, tratando de arrastrar a Rusia y China a un conflicto nuclear que seria el fin de la humanidad. Su actual deseo de incluir a Finlandia y Suecia dentro de la organización militar, tiene sin embargo dos handicaps: Finlandia se encuentra desde hace tres años en una grave recesión económica - producto de las políticas neoliberales implantadas por gobiernos conservadores - que han dejado maltrechas las finanzas públicas y es por ello que el triunfo del centrista Juha Sipilä refleja el deseo de los ciudadanos de que su país cambie de rumbo, sacando a Finlandia de la crisis y recuperar la senda del crecimiento, que inmiscuirse en aventuras militares que a nada bueno conducen. Y en cuanto a Suecia, sus aires de gran potencia llegaron a su fin en julio de 1709 con la derrota de Carlos XII en la batalla de Poltava ante los rusos que significo el final de su imperio y la perdida de grandes territorios que posibilitaron el acceso de Rusia al Mar Báltico y su ascenso en la palestra mundial de la mano de Pedro El Grande. Desde entonces, se mantuvo ajeno de los grandes asuntos mundiales adoptando una política de neutralidad que ahora pretende dejar de lado. Sin embargo, con la derrota de los conservadores en Finlandia, ha quedado sola en sus intentos de integrarse a la alianza atlántica. Suecia no representa una amenaza seria para Rusia y en caso de estallar una conflagración con la OTAN, seria el primero en pagar las consecuencias de sus actos, y ellos lo saben :) 
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