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miércoles, 2 de diciembre de 2015

TURQUIA: Jugando con fuego

El papel de Turquía como “protector” de ISIS agrava aun mas la tensa situación que se vive en la región, ya que no solo demuestra la complicidad manifiesta del dictador Recep Tayyip Erdogan con el terrorismo, sino que además pretende impedir que se consolide una coalición internacional liderada por Rusia para exterminar a ese grupo criminal – creado y financiado tanto por los EE.UU. como por Arabia Saudita y entrenado en campos de Turquía y Jordania por agentes de la CIA y el Moosad israelí para desatar el terror en la región y “justificar” la injerencia estadounidense en la zona – con quienes hace “negocios” para favorecer a su familia y por si fuera poco, amenaza con una conflagración directa con Moscú lo que podría llevar a una guerra de imprevisibles consecuencias. En efecto, el derribo en Siria de un bombardero ruso no fue el resultado de una grave violación del espacio aéreo turco, tal como pregona la propaganda occidental. Fue una peligrosa jugada de Erdogan que tenía como objetivo obstaculizar los esfuerzos rusos por incorporar a otros países en una potente coalición militar contra ISIS, una alianza movida por la determinación de aniquilar al autoproclamado califato en Siria e Irak. De momento, la ofensiva rusa - que en pocas semanas ha hecho mucho mas que la coalición liderada por los EE.UU. en todo un año - no solo ha causado grandes bajas en las filas de esa banda criminal, sino también ha dejado al descubierto la implicación del régimen de Erdogan con el terrorismo desde hace mucho tiempo atrás. En efecto, Turquía lleva años entregando armas, ofreciendo respaldo logístico y ayudando a financiar a ISIS, a Ahrar al-Sham y el frente Al-Nusra, dos grupos de mercenarios que, al igual que ISIS, luchan contra el régimen de Bashir al-Assad. Cuanta razón tiene por ello el presidente ruso Vladimir Putin cuando denunció el derribo de su avión como una puñalada en la espalda por los cómplices de los terroristas. Sin embargo, en Siria, Turquía les ha dado puñaladas más dañinas a los kurdos sirios, contando para ello con el pleno apoyo de ISIS. Para empezar, ha facilitado por su territorio el ingreso a Siria de miles de esos terroristas a cambio de que también dirijan sus ataques contra las posiciones kurdas, bombardeando a su vez a las Unidades de Protección del Pueblo (el YPG por sus siglas en kurdo) con su fuerza aérea, un enemigo que ISIS comparte con el gobierno turco. Pero la ayuda más valiosa que Turquía le ha dado a ISIS ha sido la compra de su petróleo. En el 2014 este grupo terrorista vendió a los turcos más de mil millones de dólares de crudo proveniente de los campos petroleros que controlaba en Siria e Irak, quien lo revendía a buen precio a Israel y Ucrania. De allí su empeño en impedir que los rusos sigan bombardeando tanto las instalaciones petroleras como las caravanas de camiones cisternas que trasladaban dicho combustible a sus fronteras, porque le arruina el “negocio”. No se trata de un contrabando clandestino manejado por mafias convencionales. El negocio le pertenece a una mafia gubernamental. El que coordina la compra y posterior reventa del crudo en mercados internacionales es Bilal Erdogan, uno de los hijos del dictador turco. Es cierto que ISIS cuenta con otras fuentes de financiamiento: EE.UU. Arabia Saudita, las petromonarquias del Golfo Pérsico, los secuestros, el tráfico humano, la venta de antigüedades, pero lo mas rentable para ellos es la venta de crudo robado a Turquía. De ahí que el profesor David Graeber del London School of Economics afirmara que “si Turquía le hubiese impuesto a ISIS el mismo bloqueo que les impone a los kurdos sirios el califato ya hubiese colapsado”. Entonces, ¿por qué la comunidad internacional no le reclama a Erdogan que imponga el bloqueo recomendado por el profesor Graeber? ¿A que se debe esa actitud? ¿Será porque también tienen sus propios intereses en juego? Hace mucho tiempo que los servicios de inteligencia occidentales saben que Erdogan es un importante benefactor de los grupos terroristas que actúan en Siria, pero prefieren mirar a otro lado y callan sus atrocidades cometidas contra los kurdos. Saben que en el 2013 el gobierno de Erdogan fue el artífice del ataque con gas sarín en un suburbio de Damasco que los turcos montaron (inculpando al gobierno sirio) para obligar a Estados Unidos y la OTAN a intervenir en Siria contra el régimen de Al-Assad. Por poco lo consiguen, sino fuera porque Rusia los puso en su sitio a último minuto, cuando Washington y sus “aliados” desplegaron sus tropas alrededor de Siria, listos para dar el asalto final - paso previo a su anhelada invasión de Irán - pero basto una advertencia del señor Putin, para desbaratar sus infames planes. Y es que al margen de sus “socios” de la Alianza Atlántica, Erdogan tiene sus propias prioridades y es impedir a como de lugar la formación de un estado kurdo en territorios de Siria e Irak, como es el deseo de Washington para controlar sus vastos recursos energéticos. Un Kurdistan libre seria un grave riesgo para la integridad territorial de Turquía, ya que gran parte de ella esta habitado desde tiempos inmemoriales por los kurdos, quienes desde hace décadas combaten al régimen de Ankara para lograr su independencia, algo que Erdongan no esta dispuesto a permitir bajo ningún concepto y seria capaz de irse a la guerra contra quienes lo propongan, así fueran sus “aliados”. ¿Hasta cuándo se va a permitir la traición de Turquía? Un miembro de la OTAN que sabotea a sus supuestos “socios” en la guerra contra ISIS al tiempo que provoca una peligrosa confrontación con Rusia - un valioso aliado en esta lucha contra el terror - demuestra que no es de confiar y merece no solo ser expulsado de la Alianza Atlántica, sino cerrarles las puertas definitivamente a su entrada a la UE. Es por ello inconcebible que los países europeos decidan pagar tres mil millones de euros a un régimen terrorista como el de Erdogan para evitar que millones de parásitos crucen sus fronteras e intentar llegar a Europa ya que entre los cuales hay miles de comandos asesinos de ISIS. Su última locura es “amenazar” a Rusia con hundir sus barcos desde donde se lanzan misiles en el Mediterráneo. Este tirano megalomaniaco esta jugando con fuego y pronto ha de quemarse. Y es que antes de lo que se imagina, tendrá que dar cuenta de sus pérfidas acciones. Erdogan ha firmado su sentencia de muerte. Su destino ya está sellado y nadie podrá salvarlo :)
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