TV EN VIVO

miércoles, 17 de agosto de 2016

UCRANIA: La nueva amenaza terrorista

Como si no fuera suficiente la grave situación que se vive en el Medio Oriente por obra y gracia de los EE. UU. y sus secuaces de la OTAN, quienes abastecen a ISIS de armas en grandes cantidades para tratar de contener el imparable avance de las tropas sirias en la reconquista de su territorio, los cuales con el inestimable apoyo de los bombardeos rusos están pulverizando literalmente su ilusorio califato, un nuevo foco de conflicto revive en Ucrania - gobernada por una camarilla fascista que llego al poder mediante un incruento golpe de Estado propiciado por Washington - los cuales por orden de la Casa Blanca han vuelto a poner en la mira a Crimea, para tratar de distraer a Rusia de su victoriosa campaña militar en Siria. Como sabéis, se trata de un ancestral territorio ruso que volvió a la Madre Patria en el 2014 luego de haber estado separada injustamente desde 1954 cuando el dictador comunista soviético Nikita Krushev (ucraniano de nacimiento) la ‘regalo’ en forma prepotente e inconsulta a Ucrania, al cual jamás había pertenecido, pero que gracias a una hábil estrategia política del Presidente ruso Vladimir Putin, propicio su regreso en medio del golpe fascista ocurrido en Kiev contra el presidente constitucional Víktor Yanukovich , el cual fue reemplazado por el traidor colaboracionista Petró Poroshenko quien puso al país bajo el control de los EE.UU. con el objetivo de que sirva de paso para las tropas de la OTAN en su camino a Siberia para intentar apoderarse de sus inmensas reservas de gas y petróleo. Pero no contó con la rápida reacción de Moscú, que organizo el levantamiento generalizado del este de país - de mayoría prorrusa - y propicio la reunificación de Crimea a Rusia, desbaratando los planes de Washington de hacerse con el control de la estratégica península para apoderarse del Mar Negro. El fracaso de la intentona fascista ha originado por el contrario la virtual división del país y una profunda inestabilidad de Ucrania que pone en riesgo su futuro. Es por ello que no debe sorprendernos el paso dado por la camarilla golpista para tratar de agudizar las tensiones en la región imaginando que puede sacar algún rédito político por ello, pero el juego es peligroso ya que no tienen ninguna opción de ganarla. Como sabéis, la semana pasada el presidente ruso, Vladímir Putin, acusó al Gobierno colaboracionista ucraniano de preparar atentados terroristas en Crimea y ha advertido de que este juego peligroso no quedará sin consecuencias para Kiev. "Nuestros servicios de seguridad frustraron la infiltración en Crimea de un grupo de saboteadores de los servicios de inteligencia del Ministerio de Defensa ucraniano. Sin duda, no vamos a dejar pasar estas cosas", declaró el líder ruso. El Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) había denunciado que grupos de la inteligencia militar ucraniana intentaron infiltrarse en Crimea en dos operaciones de sabotaje -una en la madrugada del 7 de agosto y otra el día 8 - con el objetivo de atentar contra infraestructuras vitales de la península. Un agente del FSB y un militar ruso murieron en enfrentamientos con los ucranianos, que apoyaron con fuego de blindados el segundo intento de entrar en territorio ruso. La misión de los comandos terroristas, entrenados por la Dirección Central de Espionaje del Ministerio de Defensa de Ucrania, era sembrar el pánico en la población de Crimen y desestabilizar la situación en la región de cara a las elecciones parlamentarias y regionales a realizarse el próximo mes de septiembre, según los servicios de seguridad rusos. El gobernador de Crimea, Serguei Aksionov, agregó que el Departamento de Estado de EEUU está tras los intentos de sabotaje en la península: "Los colaboracionistas ucranianos no tienen la valentía de llevar a cabo estos actos sin una orden de su amo" aseveró. El señor Putin ha definido los hechos como una acción estúpida y criminal y ha explicado que este intento de ataques en Crimea por parte de Kiev trata de desviar la atención del pueblo ucraniano de los graves problemas económicos que atraviesa ese país y ha asegurado que hará todo lo necesario para garantizar la seguridad en su territorio y adoptarán medidas adicionales serias para conseguirlo. Asimismo, ha señalado que “Europa y Estados Unidos deben dar pasos concretos para influir en las autoridades de Kiev y la prevengan de pasos peligrosos que pueden tener las más graves consecuencias. Jugar con fuego no acaba bien” advirtio el presidente ruso, quien agregó que dadas estas condiciones, la propuesta ucraniana de reunirse con el denominado Cuarteto de Normandía durante la cumbre del G-20 que se celebrará este septiembre en Hangzhou (China) no tiene ningún sentido. Según publica The Wall Street Journal, este ataque terrorista fue preparado por el propio Poroshenko, quien asegura estar dispuesto a mostrarle a la OTAN cómo debe llevar a cabo un conflicto bélico contra Rusia: “Ningún estado miembro de la OTAN tiene experiencia en combatir al Ejército ruso moderno. Ucrania sí la tiene", declaró el colaboracionista ucraniano. En el 2014, Kiev lanzó una operación militar en las provincias orientales del país para tratar de ahogar los focos de indignación surgidos tras el sangriento golpe de Estado ocurrido en la capital en febrero de ese mismo año. Lo que no dijo es que todas sus acciones terminaron en el más estrepitoso fracaso y con un país profundamente dividido que se encuentra al borde de la desaparición. A pesar de ello, su odio visceral a Rusia lo lleva ahora a organizar atentados terroristas convirtiendo a lo que queda del país en un legítimo objetivo militar por parte de Moscú, lo cual seria visto como un acto de defensa frente al terror que la camarilla golpista de Kiev pretende instaurar en la región. El castigo sería implacable y ni los EE.UU. y sus secuaces de la OTAN podrían así quisieran, salvar a estos traidores del castigo merecido. Según afirman diversos analistas, Petró Poroshenko, teme perder el apoyo de Washington de cara a lo que se viene. Y es que el candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, ha reconocido que la mayoría de la población de Crimea quiere pertenecer a Rusia y que ‘hay que gestionar eso en ese sentido’ lo que no ha caído nada bien en Kiev. Al mismo tiempo, se está modificando la postura de la UE. Muestra de ello es la reciente visita a Rusia del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, así como los llamamientos de algunos países comunitarios a levantar las sanciones a Rusia. Frente a esta situación, Ucrania no ve otro remedio que recurrir al terrorismo para tratar de ‘victimizarse’ ante la respuesta rusa y presentarla ‘como una potencia agresora en la que no se puede confiar’ cuando la realidad es muy distinta a lo que quiere hacernos creer. Al respecto, Alexander Mercouris escribió en Global Research un interesante artículo que traducido, resumido y entrecomillado lo público a continuación ¿vale?: “No cabe duda que Petró Poroshenko se está preparando para invadir el Donbass y Crimea esperando contar con el apoyo militar de los EE.UU. y la OTAN en el caso de estallar la guerra con Rusia. Para ello ha colocado a sus tropas en estado de alerta a lo largo de la frontera con Crimea, esperando atacar a la menor oportunidad. Estos últimos movimientos ¿podrían dar como resultado una guerra entre Rusia y Ucrania por Crimea, o entre Ucrania y las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk en el Donbass? Ante todo, hay que ser claros. En primer lugar, la idea de que existe una tregua en el Donbass es un mito. Los combates propiciados por los ucranianos - que incluyen bombardeos indiscriminados tanto a las posiciones de la milicia como a la población civil indefensa - ocurren continuamente, pero sus propias bajas son numerosas, gracias a la fiera resistencia mostrada por los separatistas, quienes han demostrado un gran profesionalismo a la hora de combatir al agresor. A principios de julio, Ucrania reconoció haber perdido a 80 de sus mercenarios durante los combates en el transcurso de una semana, mientras que ahora pierde la misma cantidad en un solo día. En segundo lugar, la situación política en Ucrania es tan inestable y el ambiente anti-ruso propiciado por la camarilla golpista de Kiev es tan fuerte, que sería absurdo creer que los colaboracionistas liderados por Poroshenko muestren algún tipo de moderación, ya que tienen mucho que perder, incluyendo la vida. La guerra es por lo tanto, una posibilidad muy real, aunque tendría desastrosas consecuencias para Ucrania porque no tienen ninguna posibilidad de ganar. Sin embargo ¿los rusos están dispuestos a iniciarla sabiendo de antemano que la ganarían con facilidad? Todo parece indicar que no, diga lo que diga la prensa occidental en su histeria antirrusa de culpar a Moscú prácticamente de todo. De la reunión del Presidente Vladimir Putin con su Consejo de Seguridad en el Kremlin, se desprende que los rusos buscan únicamente mejorar la seguridad de Crimea, con el envió de misiles antiaéreos para su protección y no tienen planes para iniciar una guerra a gran escala contra Ucrania, a menos claro, que los provoquen. Y eso es precisamente lo que busca la camarilla fascista de Kiev y muestran todos los indicios de querer hacerlo, pero es improbable que se atrevan a dar ese paso. Y es que detrás de las declaraciones de ‘apoyo’ tanto de Washington como de sus lacayos de la OTAN, en privado se les ha instado para que no lo hagan por dos motivos: en primer lugar, porque saben que el incidente sucedido en Crimea y denunciado por Rusia es cierto; y en segundo lugar - y eso es lo más importante - porque están convencidos de que al estallar una guerra entre Ucrania y Rusia, Kiev lo perdería todo. A muchos se les viene a la memoria lo sucedido en Georgia en el 2008 cuando el dictador Míjeil Saakashvili, confiado en recibir apoyo militar de los EE.UU. - que por cierto, nunca lo tuvo - provocó a los rusos y sufrió una contundente derrota, perdiendo vastas extensiones de su territorio, como Abjasia y Osetia del Sur que se proclamaron independientes, quedando desde entonces bajo el amparo y protección de Rusia. Por lo visto, Barack Hussein Obama no desea que esa situación se repita en Ucrania, mas aún en medio de una agresiva campaña electoral en los EE.UU., sobre todo porque beneficiaria políticamente al republicano Donald Trump, quien por cierto no oculta su admiración por Vladimir Putin, para rabia e impotencia del stablischment que hace todo lo posible para favorecer las aspiraciones de la Criminal de Guerra y fundadora de ISIS, Hillary Clinton, rodeada de los individuos mas psicópatas que uno se puede imaginar, para quienes una confrontación con Rusia bajo cualquier pretexto, sería su mayor anhelo. Asimismo, uno no puede creer que Angela Merkel - frente a las duras críticas surgidas en Alemania por su infame política de puertas abiertas hacia los ‘refugiados’ y su resentimiento hacia Rusia, que es motivo de rechazo tanto por la clase política como empresarial - quisiera tener otro fracaso de Ucrania en sus manos. De hecho, sospecho que algunos gobiernos occidentales en privado, estén furiosos con los ucranianos por la grave situación que han originado, a pesar de las palabras de ‘apoyo’ a Kiev que se han sentido obligados a decir en público. Otro motivo de consternación en Europa es que de una forma por lo demás estúpida han querido vincular el levantamiento de las sanciones contra Rusia a la plena aplicación de los Acuerdos de Minsk II a pesar de que saben perfectamente de que no es Moscú, sino Kiev quien no quiere honrarlo. Creyendo ilusamente que presionar a Rusia para hacer concesiones iba a dar resultado, fracasaron en todo el sentido de la palabra, ya que al quedar al descubierto los planes terroristas de Ucrania en territorio ruso, el Presidente Putin ha cancelado su participación en la próxima reunión del cuarteto de Normandia, lo cual significa un duro golpe a la posición europea, cuya influencia ha quedado reducida a la mas mínima insignificancia. Como sabéis, estos acuerdos firmados el 12 de febrero de 2015 preveían un alto el fuego, la ampliación de la zona de separación entre los prorrusos del sureste ucraniano y las tropas ucranianas, la retirada a decenas de kilómetros del armamento pesado, intercambio de prisioneros y que Moscú devolviera progresivamente a Kiev el control de la frontera entre el este de Ucrania y Rusia, algo que no se ha cumplido hasta ahora por la intransigencia del gobierno colaboracionista de Petró Poroshenko a respetar lo acordado. Es por ese motivo que así como sospecho que las líneas telefónicas entre Kiev y las capitales occidentales estén saturadas con llamadas a la moderación, del mismo modo serán las dirigidas a Moscú pidiéndoles que modifiquen su posición y que vuelvan a comprometerse con el cuarteto de Normandía. No me sorprendería que a cambio de ello, a los rusos se les esté dando toda clase de seguridades de que las potencias occidentales actuarán ‘para evitar que Kiev vuelva a provocar a Moscú’. El que los rusos crean esas ‘garantías’ es otro asunto. Una vez dicho todo esto, quiero repetir una vez más que la situación sigue siendo extremadamente peligrosa. En última instancia, cualquier decisión para que evitar o no el estallido de la guerra, recae únicamente en Kiev. Pero nadie en su sano juicio puede creer que mientras Poroshenko y su camarilla fascista continúen en el poder, pueda llegar la paz a la región. Con el este del país virtualmente perdido a manos de los separatistas y con la reunificación de Crimea a Rusia, a los golpistas les conviene azuzar el conflicto mediante la realización de actos terroristas en territorio ruso, intentado provocar con ello una guerra que prácticamente seria su suicidio. Y en Kiev lo saben muy bien” puntualiza la nota. No cabe duda que si  Poroshenko no es detenido a tiempo, tratara de desatar un conflicto que podría desencadenar la III Guerra Mundial, con desastrosas consecuencias para la humanidad :(
Creative Commons License
Esta obra está bajo una Licencia de Creative Commons.