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miércoles, 26 de abril de 2017

FRANCIA: Una batalla por delante

A la luz de los resultados obtenidos el último domingo en las elecciones generales celebradas en Francia, donde los candidatos Enmanuel Macron (En Marcha) y Marine Le Pen (Frente Nacional) fueron los triunfadores en la primera ronda, motivo por el cual se enfrentaran en un ballottage a celebrarse el 7 de mayo, se abre un nuevo escenario político en ese país, inédito desde todo punto de vista ya que los viejos y desgastados partidos tradicionales que se alternaron en el Eliseo durante los últimos 60 años, han sido barridos en las urnas debido a los sonados casos de corrupción en los que se encuentran inmersos, dando paso a nuevas formaciones políticas y entre los cuales incluso podemos agregar a ‘Francia Insumisa’ del ultraizquierdista Jean-Luc Melenchon, que dio un salto importante en las últimos días, aunque no le alcanzo para pasar a la segunda vuelta. Las encuestas, por una vez, no se han equivocado: Emmanuel Macron y Marine Le Pen se disputarán la final el 7 de mayo. El más joven de los candidatos, exministro del gobierno ‘socialista’ y exbanquero de los Rothschild, quien lanzó su movimiento hace apenas un año, ha ganado su apuesta al menos de momento y tiene motivos para sentirse algo optimista de cara a la segunda vuelta. Las dos anquilosadas y decadentes formaciones políticas que se han sucedido en el gobierno - ‘socialistas’ y conservadores - no dudaron un segundo en pedir el voto para ‘el recién llegado’ a la escena política francesa, demostrando que en el fondo, representa al continuismo que ha llevado al fracaso a su país. En efecto, Benoît Hamon, el candidato ‘socialista’ hundido en las urnas, reconocía la sanción histórica que su partido ha recibido por el desastroso gobierno de François Hollande. Anunciaba enseguida a sus escasos militantes que había que cerrar el paso a Le Pen votando por Macron, "incluso si este no es de izquierdas" pero vaya a saber si estos le harán caso, con su partido al borde de la desaparición. Peor aún, con su apoyo le endosan el ‘legado’ de Hollande: más pobreza, sobreendeudamiento, crisis social e ineficacia frente al terrorismo. Por su parte, Los Republicanos de François Fillon tampoco esperaron mucho para enjuagar sus lágrimas e intentar proyectarse hacia el futuro. Menos de 15 minutos después del anuncio de los resultados, los principales barones del partido llamaban a "no votar por Marine Le Pen", según unos, a "no votar por Macron", afirman otros, mostrando así una clara división interna. No cabe duda que los conservadores quieren pasar página cuanto antes de su fracaso y empezar a prepararse para las legislativas de junio, pero hasta entonces puede que corra la sangre entre hermanos. ‘Socialistas’ y Republicanos son los grandes derrotados en estos comicios, pero Macron es para ellos, además de la barrera contra el nacionalismo de Le Pen, un mal menor. Desde que los militantes ‘socialistas’ eligieron a Benoît Hamon como su favorito, comenzó la estampida de los socialdemócratas y socialiberales del partido, aterrados por la victoria de uno de los cabecillas de la guerrilla interna que François Hollande (l'idiot du village) ha debido soportar. El ex primer ministro Manuel Valls, derrotado en las primarias, fue de los primeros en abandonar a su excompañero y llamar a votar por Macron. Tras él han desfilado militantes y, sobre todo, votantes que ven en el jefe de ‘En Marcha’ un político mucho más cercano al ‘socialismo’ reformista que Hamon. Ponían así freno a los sueños de un corbynismo a la francesa. Las urnas les han dado la razón. El resultado de Hamon es un auténtico desastre para el Partido ‘Socialista’ y le deja muy tocado incluso para pensar en las legislativas. Si la línea Hamon se mantiene, los acuerdos con Macron en la futura Asamblea serán difíciles. En el congreso ‘socialista’ de noviembre, si se celebra, volverán a brillar las navajas. Por el contrario, Marine Le Pen puede sentirse satisfecha. Ha resistido las remontadas de Fillon y de Jean Luc Melenchon. Jugará una gran final, como su padre en el 2002, pero con una diferencia. Todos los sondeos muestran que el 7 de mayo obtendrá un apoyo mucho mayor del conseguido en la primera vuelta. Para Le Pen, Macron es el mejor rival. Contra Fillon hubiera tenido que disputarse un voto conservador; contra Melenchon se habría disputado el voto obrero, el antieuropeo y el antiatlantista. Contra Macron su programa se adapta mejor, según sus postulados: el pueblo contra las élites; protección contra la globalización; la nación contra la Unión Europea; y como muestran los resultados, las urbes contra las zonas periurbanas y rurales. Le Pen cuenta con que los votantes socialistas y conservadores desatiendan a sus aparatos. Piensa que muchos ciudadanos que han optado por Melenchon preferirán respaldarle antes que votar al "candidato de las finanzas", al pergeñador de las leyes de liberalización de la economía que Hollande no se atrevió a aplicar. Pero lo tendrá difícil. Emmanuel Macron está considerado como el candidato de los 'bobos' (bourgeois-bohemes), de los intelectuales, de los medios, de los jóvenes con altos estudios y de los banqueros. Tiene dos semanas para ganarse a los obreros, a los empleados, a los comerciantes, a los artesanos, a los parados jóvenes y maduros. Levantar un muro contra Le Pen no es ya un argumento suficiente para ganarse la adhesión. Le Pen hace mucho tiempo que no da miedo a los desesperados y a los desencantados con el sistema que nada bueno les ofrece y que permite la llegada de miles de ‘refugiados’ - que no son mas que terroristas en potencia - listos para desatar el terror entre los ‘cruzados’ a la menor oportunidad. Europa entretanto, respira a medias en medio de su mediocridad. El único candidato que no ocultaba la bandera azul en sus mítines se perfila como el favorito para ocupar el Elíseo. Con Fillon ahogado por sus escándalos, Bruselas y Berlín habían votado ya por Macron. El europeísmo es uno de los pocos argumentos que Macron sostiene sin ambigüedad. El resto de su programa es más vago y será difícil que se defina en las dos semanas que le separan de su meta. Sabe que jugando a la defensiva, a contener los ataques de Le Pen, puede llevarse la victoria. Pero la candidata del Frente Nacional también tiene sus cartas y si sabe utilizarlas podrá darnos una grata sorpresa en el ballottage del 7 de mayo. Por ello, nada esta perdido - a que a pesar de lo que digan interesadas encuestas que ya sabemos para quienes trabajan - y aún no esta dicha la última palabra :)
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