Ante la indiferencia del mundo, somos testigos de la masacre generalizada que sufre el pueblo palestino a manos de los criminales sionistas, quienes han comenzado a dar señales de divergencia entre sus filas, ya que existen sectores que no están ‘satisfechos’ con la sangre palestina derramada hasta el momento y quieren mas, mucho mas. En efecto, con el paso de los días, el análisis de las declaraciones y acciones de los actores involucrados, queda más claro que la operación de infiltración de un comando sionista en la Franja de Gaza, el pasado 11 de noviembre, no contó con la autorización del primer ministro del régimen israelí Benjamín Netanyahu. La operación de asesinato selectivo fue una decisión del ahora renunciado ministro de asuntos militares Avigdor Lieberman, con pretensiones de suceder a Netanyahu y en connivencia con el régimen saudita. Lieberman, colono judío de origen moldavo que llegó a Israel el año 1978 desde la ex república Soviética comenzó poco a poco a escalar en la vida política israelí, a partir de una postura ultranacionalista que lo llevó a comandar uno de los partidos más extremos de la entidad sionista: Israel Nuestra casa (Yisrael Beitenu) que congrega gran parte de los votos de línea dura de la inmigración judía desde la antigua Unión Soviética. Lieberman se caracteriza por sus opiniones racistas y extremas, que habita en la colonia judía sionista de Nokdim en la ribera occidental ocupada. Con ideas que implicaron en su momento, el llamado a asesinar al fallecido líder palestino Yaser Arafat, bombardear Teherán, Beirut y aplastar Cisjordania “hasta no dejar piedra sobre piedra, destruirlo todo. Objetivos civiles e infraestructura no dejando a nadie con vida”. Este despreciable asesino, que ocupaba la cartera de Asuntos Militares en el gabinete de Netanyahu desde el 2016 se ha caracterizado por tener una línea extremista respecto a la manera de enfrentar a la resistencia palestina. Lieberman es partidario de decapitar a aquellos "árabes-israelíes que sean desleales a Israel". Propulsor del llamado Plan Transfer que consiste en expulsar a Jordania u otros países árabes a todos los árabes que vivan en Israel y los territorios ocupados. Un Lieberman con opiniones tales como "Sería mejor ahogar a todos los palestinos en el Mar Muerto, si fuera posible comenzando con los niños y recién nacidos, puesto que es el punto más bajo del mundo" demuestran meridianamente la bestialidad del sionismo, una plaga que debe ser exterminada por el bien de la humanidad. Ya en octubre del 2016, a pocos meses de su toma de posesión como Ministro de Asuntos Militares – en una polémica entrevista dada al periódico palestino Al Quds, Lieberman dio claves respecto a su pensamiento al sostener "En Gaza, como en Irán, quieren eliminar el Estado israelí… Si empiezan una nueva guerra contra Israel, será su última guerra. Quisiera enfatizar una vez más: será nuestro último enfrentamiento porque los eliminaremos por completo", sentenció en aquella oportunidad destacando quienes eran su grandes enemigos al que sumó posteriormente a Hezbolá. En la agenda política y militar de Lieberman ha estado permanentemente el tema bélico contra Hamas, la República Islámica de Irán y Hezbola. Ha sido su carta de presentación y su punto de encuentro con regímenes como el saudita, quien en pos de sus planes agresivos contra Irán ha sido capaz de traicionar al pueblo palestino y sus organizaciones políticas y estrechar lazos con los criminales sionistas, coordinando encuentros de sus servicios de inteligencia, apoyo a grupos terroristas y operaciones de desestabilización contra Irán al cual acusan de apoyar en Yemen a quienes se oponen a la brutal agresión saudita, quienes a pesar del genocidio practicado contra el pueblo yemení - contando para ello con la complicidad de Occidente - no pueden derrotarlos. Es por ese motivo que para Riad y Tel Aviv, Irán es el enemigo a vencer, ya que se interpone en sus planes de agresión en Oriente Medio. Fracasaron en Siria, fracasaron en Irak y ahora no se pueden permitir fracasar en Yemen. De nada ha valido que los estadounidenses hayan dotado a los sauditas de armamento de última generación, ya que su incapacidad para derrotar a los yemeníes genera gran preocupación entre sus aliados, porque si no pueden acabar con un país pobre y pequeño como Yemen - quien resiste heroicamente esa agresión criminal - mucho menos podrían hacerlo con Irán. Es este Lieberman el que aprovechó la visita de Netanyahu a Francia producto de la conmemoración del centenario del fin de la Primera Guerra Mundial, para torpedear los intentos de negociación que se estaban trabajando entre el gobierno de Netanyahu y Hamas, bajo los auspicios de la ONU y Egipto. Este Lieberman junto al sector más belicista del ejército sionista dio paso a la ejecución de una operación militar a concretarse al interior de la Franja de Gaza. Una acción destinada a ejecutar un asesinato selectivo o el secuestro del comandante de las Brigadas Ezzedin Al-Qassam, el Sheij Nur Baraka. La acción de infiltración fue descubierta y se generó un enfrentamiento que originó el asesinato del líder militar palestino y la estampida del comando israelí. En el combate posterior a la muerte del Sheij Baraka, las fuerzas de la resistencia abatieron al jefe del Comando Sionista, e hirieron a otros tres soldados que tuvieron que ser evacuados en una operación de rescate al Hospital Soroka de Beer Sheva, en las inmediaciones de la Franja de Gaza. Esto, tras un intenso bombardeo aéreo y de artillería israelí, que fue la causante de la muerte de seis palestinos y la reacción de la resistencia de utilizar sus cohetes Qassan y su lanzamiento contra los asentamientos ubicados en la Palestina Histórica. Hechos que demuestran que las fuerzas y organizaciones palestinas no originaron este enfrentamiento, como gran parte de los medios de información occidentales consignaron, repitiendo desvergonzadamente el comunicado del ejército israelí como fue el caso del gobierno estadounidense que leyó integro el parte militar sionista ante los medios estadounidense. Conducta clásica y vergonzosa, que muestra el alineamiento de una prensa genuflexa y dominada por los grandes capitales sionistas. El fracaso de la operación autorizada por Avigdor Lieberman y los efectos causados generaron la inmediata reacción de Netanyahu quien decidió suspender su visita a Francia y volver a Tel Aviv donde comenzó la labor de convencer a Egipto que retomara el trabajo de negociación y lograr un alto al fuego, en momentos que el régimen israelí es sometido a fuertes críticas internacionales por las muertes de centenares de palestinos desde el 30 de marzo del 2018 hasta hoy en el marco de las Marchas Por el Retorno que ha significado el uso de francotiradores en la valla que separa la Franja de Gaza de los territorios ocupados de la Palestina Histórica, responsables del asesinato de 232 palestinos, todos ellos manifestantes cuyas armas han sido sus cuerpos, piedras y neumáticos contra balas, drones, tanques y bombardeos con misiles. Vamos, un genocidio en masa. La decisión del alto al fuego, unido a la tensa relación entre Netanyahu sobrepasado por un Lieberman decidido a bombardear Gaza y generar un combate que implicara la irrupción en el territorio de la franja terminó el 14 de noviembre, con la renuncia del colono moldavo de sus labores como Ministro de Asuntos Militares. Decisión refrendada además, tras la filtración que la operación militar fracasada en la Franja de Gaza, había contado con el acuerdo entre Lieberman y Muhamad bin Salman - que padece de graves alteraciones mentales - quien habría solicitado una operación de este tipo para desviar la atención pública sobre el caso del asesinato del periodista saudita en el consulado de ese país en Estambul, Jamal Jashoggi y que tiene al Príncipe heredero entre las cuerdas, quien el que lo hizo matar, descuartizándolo vivo. En principio, el acuerdo contemplaba el beneplácito de Netanyahu tras recomendación de un comité de crisis de la monarquía, conformada por funcionarios de la corte, del ministerios de Asuntos Exteriores y de Defensa, además del Istakhbarat - General Intelligence Directorate - pero tras convencerse que Netanyahu buscaría un proceso de negociación bajo el auspicio del gobierno egipcio y la ONU, Mohamad bin Salman decidió recabar el apoyo del más extremista de los ministros del régimen de Netanyahu. El acuerdo, probablemente implicaba llevar la guerra a la Franja de Gaza con el asesinato en masa de su población palestina y que a la hora de las próximas elecciones, retribuyendo a ese ‘favor’, Riad apoyaría financieramente la candidatura de Avigdor Lieberman. Según fuentes recabadas por el portal Middle East Eye, el Comité de Crisis recomendó a Bin Salman que una acción militar e incluso una guerra contra el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) en la bloqueada Franja de Gaza podría ayudar a desviar la atención y críticas que el Congreso estadounidense ha expresado sobre Arabia Saudita y bin Salman en específico, reenfocándose en fortalecer la alianza estratégica que Washington tiene con Riad en materia de los intereses expansionistas en la zona. La jugada estaba servida. Los actores en sus puestos, sin embargo, no se contaba con la respuesta de la resistencia palestina que desmoronó esta operación y sobre todo, mostró un grado de respuesta militar que el sionismo no esperaba: la muerte del líder del comando israelí, heridas a tres de los miembros del equipo. La destrucción de un bus militar y sobre todo la eficacia del 755 de los 450 cohetes Qassan lanzados sobre objetivos israelíes. A Netanyahu no le quedó más que aceptar una tregua que dio pié al segundo plan de instalación de Avigdor Lieberman como próximo candidato a Primer Ministro en las elecciones del próximo año. Un Netanyahu con bajos índices de aprobación que ha significado, según encuestas efectuadas estos días, que un 74 % de la población desaprueba el manejo que ha hecho de la situación en Gaza, cifras que pretenden ser capitalizadas por Lieberman, quien tras declararse la tregua señaló que renunciaba a su cargo por “diferencias irreconciliables” con Netanyahu en virtud que el alto al fuego alcanzado con las organizaciones palestinas, lo cual es considerado por Lieberman “como una sumisión al terror. Una capitulación ante el terrorismo. Estamos comprando tranquilidad a corto plazo al precio de graves daños a largo plazo para la seguridad nacional" indicó al borde del delirio. Al mismo tiempo que renunciaba daba a conocer su carta bajo la manga al señalar que era necesario convocar a elecciones anticipadas - recordemos que las legislativas están señaladas para noviembre del año 2019 - y presentarse en ella. Con la salida de Lieberman del gabinete, el régimen de Netanyahu reduce su mayoría a sólo un parlamentario y además, según se señaló desde su administración a Times of Israel “se haría cargo de la cartera de asuntos Militares sin necesidad de celebrar elecciones en momentos en que no hay problemas de seguridad”.Una salida que según medios israelíes se venía tejiendo desde marzo de este año al inicio de las Marchas Por El retorno de los habitantes de Gaza. Como podéis notar, el panorama político israelí se presenta complicado para Netanyahu toda vez que a las acusaciones de haber aceptado sobornos, haber ejecutado fraudes desde su cargo y abusos de confianza tendrá un duro contendiente en Lieberman que pretende aglutinar a los partidos religiosos y movimientos ultranacionalistas israelíes, que no ven con buenos ojos las negociaciones con Palestina y cuya expresión más visible fueron las barricadas levantadas por colonos sionistas en oposición al cese del fuego, exigiendo operaciones militares más intensas contra la Franja de Gaza. Lieberman aprovechará este punto, catalizando el descontento contra Netanyahu y fortaleciendo un clima de miedo con un discurso de odio, apoyado en esto por las propias acciones de desestabilización regional llevada a cabo por el régimen saudita. El contubernio está tejiendo sus redes Pero también deberá contender con los propios críticos dentro de los colonos que lo consideran también un político blando: "Lieberman es el peor ministro de asuntos militares defensa que Israel ha tenido", tuiteó Bezalel Smotrich, del partido extremista Habayit Hayehudi, uno de los líderes más efectivos del movimiento de colonos, quienes asesinan palestinos con total impunidad con el objetivo de apoderarse de sus tierras. 'Qué ironía' consignó el diario israelí Haarezt. De esta manera, Avigdor Lieberman, aquel viejo portero de una discoteca en Chisinau, la capital de Moldavia, el trabajador hidráulico devenido en colono tras emigrar a tierras palestinas ocupadas el año 1978 y político de partidos extremos, busca hoy el cetro del sionismo. Un objetivo que no augura nada bueno para los palestinos, que en el caso específico de la Franja de Gaza podría verse enfrentado – en caso de triunfo de este colono extremista en una contienda electoral para primer ministro – a una agresión aún más criminal que aquella del año 2014 que generó miles muertos, decenas de miles de heridos y la destrucción de gran parte de su infraestructura por los incesantes bombardeos que arrasaron con todo. Lieberman pretende ser el verdugo de Gaza, el que de la solución final a los deseos sionistas de exterminar al pueblo palestino. Con el gobierno del Likud en franca descomposición y unas elecciones cada vez mas cercanas ¿Logrará esta bestia sionista sedienta de sangre hacer realidad sus deseos homicidas? :(