La felicidad llena la vida del Samoyedo y de quienes lo rodean. En efecto, esta raza de perros tiene un buen carácter y ama estar con humanos recibiendo cariño. Además de su belleza, se caracteriza por su constante sonrisa, una notable inteligencia y su personalidad familiar. Destaca su pelaje que en invierno se convierte en una capa bastante gruesa para protegerlo del frío y luego se va desprendiendo a medida que llega el verano. Cabe precisar que la raza Samoyedo tiene un origen en la zona siberiana del norte de Rusia, donde era empleado como un compañero de caza, así como para tirar de trineos a los habitantes samoyedos, de donde toma su nombre. Luego de la jornada de trabajo, los animales eran llevados a casa e incluidos en las actividades familiares. Desde entonces se fue creando una cercanía que dio origen a la confianza y lealtad que caracterizan a la raza en la actualidad, con un carácter dulce y mucha fuerza. Entre finales del siglo XIX y principios del XX, el Samoyedo emprendió rutas extranjeras con el propósito de realizar expediciones polares. Se trataba de rutas muy inclementes que afectaron a los perros, por lo que solo lo más aptos y fuertes salieron con vida. La expansión de la raza ocurrió cuando los ejemplares fueron llevados a los EE.UU. e Inglaterra en los primeros años del siglo XX. A partir de entonces, se popularizó a lo largo de todo el mundo. El Samoyedo se caracteriza por ser un perro de trabajo que presenta una imagen de belleza, vigilancia y fuerza. Muestra agilidad, dignidad y bastante gracia. En vista de que se originó en climas fríos, tiene un pelaje pesado que resiste bajas temperaturas. Tiene una capa exterior fuerte y una capa interior suave y gruesa, conocida como lana. Los colores de pelaje de este perro pueden ser blanco puro, blanco y bizcocho, y crema o bizcocho. Los machos pueden alcanzar un tamaño de hasta 57 centímetros y las hembras de 53 centímetros. El peso va desde los 23 hasta los 30 kilos y su promedio de vida se ubica en los 14 años. El Samoyedo tiene orejas fuertes y gruesas, erectas, triangulares y ligeramente redondeadas en las puntas, que se ajustan al tamaño de la cabeza. Su expresión particular se compone de una combinación de ojos, orejas y boca: las orejas levantadas y la boca curvada hacia arriba para formar una sonrisa. Con respecto al cuello, es fuerte, musculoso y erecto, ubicado entre los hombros inclinados, por lo que destaca su cabeza. El cofre es profundo, con las costillas bien salidas de la columna vertebral y aplanadas en los lados para permitir el movimiento adecuado de los hombros y la libertad para las patas delanteras. Las patas son fuertes, robustas y rectas, pero tienen flexibilidad para que trabajen correctamente. En cuanto a su carácter y personalidad, el Samoyedo es un perro con inteligencia, amabilidad y lealtad. Se integra fácilmente con todos los miembros de la familia, siempre y cuando sea tratado con cariño. Detesta la soledad, por lo que prefiere estar en todo momento con alguien. No está capacitado para quedarse solo. Otro punto a favor de estos caninos tiene que su sentido de alerta, que lo convierten en un gran perro guardián. Tu casa estará libre de intrusos porque la mascota dará la alarma cuando sea necesario. Fiel a su naturaleza primitiva, le encanta cazar. Un Samoyedo vivirá persiguiendo animales pequeños y suele escabullirse cuando no está atado, por lo que debes evitar dejarlo suelto en lugares abiertos. El carácter y la personalidad de este perro estarán marcados por los factores que interfieren en su crianza, además de la herencia, el entrenamiento y la relación con las personas. Por cierto, entrenar a un Samoyedo podría convertirse en un reto. Si bien se trata de una raza inteligente que aprende rápido sin problemas, el entrenamiento debe hacerse con la actitud correcta. Le gusta que lo pongan a usar el cerebro sin tanta repetición, por lo que se recomiendan ejercicios de agilidad y rastreo. Para ello hay que mantenerlo mentalmente desafiado con entrenamientos continuos y deportes caninos. Cuando está aburrido busca excavar, mordisquear o escaparse para entretenerse. Otro aspecto importante tiene que ver con la socialización para que aprendan a ser amigables y a llevarse bien con otros perros y personas. A pesar de ser una raza inteligente, no resulta nada fácil tener un Samoyedo como mascota. Es un perro muy “hablador” y no escatima esfuerzos para expresar sus sentimientos con fuelles, aullidos o ladridos fuertes. Incluso un Samoyedo entrenado y educado, podría tener una mala actitud si no se le presta la atención suficiente; además de que nunca debe dejar suelto en espacios abiertos porque su instinto cazador lo lleva a escaparse a sitios muy alejados. A pesar de todas las bondades de este animal, se recomienda pensárselo muy bien antes de incluirlo en la familia para saber si estás en las condiciones de atenderlo como se merece. También debes evaluar si el Samoyedo te dará a ti lo que estás esperando de una mascota.