KINGDOM COME DELIVERANCE II: A terminar lo comenzado
El título desarrollado por Warhorse Studios y editado por Deep Silver nos vuelve a trasladar a la Europa medieval del siglo XV para continuar viviendo multitud de aventuras y sobre todo desventuras en la piel de Henry de Skalice, un joven aprendiz de guerrero al que una serie de infortunios lo conducen hacia una historia de venganza. Kingdom Come Deliverance II comparte con su predecesor tanto mundo como narrativa, dado que es continuación directa de lo acontecido en el título lanzado hace ya siete años. Si os estáis preguntando si esta segunda parte es capaz de mejorar las ambiciosas ideas y mecánicas presentadas en la primera parte, os digo que sí. El mundo de Kingdom Come Deliverance II se sitúa en la Bohemia del siglo XV, bello emplazamiento que a día de hoy se conoce como la República Checa. Nos encontramos ante una recreación histórica que pretende reflejar la vida durante el medievo, dentro claro está de las posibilidades que ofrece el mundo de los videojuegos. No tardamos en tener total libertad para explorar con total libertad el paraíso de Bohemia. Esto significa que pronto nos adentramos en bosques, recorremos colinas, bordeamos lagos, atravesamos campos, visitamos tanto aldeas como ciudades y mucho, mucho más. No penséis que estos escenarios son un mero atrezo de cartón piedra, el mundo de Kingdom Come Deliverance II se siente completamente vivo y reactivo a nuestras acciones. A esto contribuyen los personajes que nos encontramos durante nuestra aventura, con una vida propia llena de deseos, preocupaciones y rutinas. Y todas nuestras acciones e interacciones con los demás repercutirán para bien o para mal en nuestra reputación con los habitantes de la zona. Por cierto, la mejor forma de definir el mundo de Kingdom Come Deliverance II es saber que somos simplemente una parte más de él. En ningún momento tenemos la sensación de que todo gira a nuestro alrededor. Tanto es así que si nos quedamos completamente quietos los npc no se van a quedar esperando a que reaccionemos, simplemente seguirán con su vida. Tampoco hace uso de un mapa con incontables signos de interrogación que nos indican la ubicación de los puntos de interés, no le hace falta. Para aquellos jugadores que disfrutasen de la primera parte, la jugabilidad les resultará muy familiar dado que ambos títulos comparten mecánicas jugables. Eso sí, en Kingdom Come Deliverance II todo se siente más refinado y pulido. Incluso el movimiento de Henry se siente más ágil. Asimismo, el combate se ha vuelto más accesible en ciertos aspectos. Por ejemplo, si nos equipamos con una espada, pasamos a tener cuatro direcciones de ataque en lugar de las cinco que teníamos en KCD1. Como no puede ser de otra manera, podremos elegir entre espadas, las armas contundentes o especializarnos en el combate a distancia que también está significativamente mejorado. A esto se le suma que a diferencia de en su predecesor Warhouse ha tenido a bien que nuestros contrincantes durante las primeras horas de juego sean generalmente menos hábiles en combate que nuestro querido Henry. Este aspecto que puede parecer baladí, ayuda y mucho a que nosotros como jugadores vayamos adquiriendo la soltura necesaria para evolucionar en el combate. Y esto enlaza con un aspecto que debemos saber a la hora de adentrarnos en Kingdom Come Deliverance II. En este título no mejora únicamente nuestro personaje, el progreso del jugador y de nuestro protagonista van cogidos de la mano. No únicamente en combate, también a la hora de elaborar pociones, de robar, de cabalgar, de forjar o de afilar nuestra arma. ¿A cuántos juegos de rol habéis jugado en los que preparar una poción, utilizar una ganzúa, robar, cabalgar y afilar o forjar un arma es cuestión de simplemente pulsar un botón? En Kingdom Come Deliverance II os tenéis que olvidar de esto. Si deseamos crear una poción debemos abrir nuestro libro de pociones (a no ser de que nosotros como jugadores ya nos sepamos la receta), y seguir paso a paso las indicaciones. Lo mismo ocurre si intentamos abrir una cerradura con una ganzúa, intentamos robar a otros personajes, nos encontramos una rueda de afilar o acudimos a la forja con la intención de hacer honor a «nuestro padre» creando cualquier arma. En todas estas y demás acciones sentiremos como progresa nuestra habilidad como jugadores a la vez de la de Henry en base a la experiencia adquirida. Llegados a este punto, tal vez muchos de vosotros os estaréis preguntando algo. Si estamos ante una continuación directa de la primera parte, ¿qué ocurre con las habilidades que el bueno de Henry ha adquirido hasta ahora? Dado que ya no es un simple aprendiz de herrero y su búsqueda de redención y venganza le ha llevado a convertirse en todo un escudero de la nobleza. Ahora bien, la narrativa del título se las ingenia durante el prólogo para que a nuestro protagonista le sucedan una serie de infortunios (nada raro en Kingdom Come Deliverance), que le llevan a perder gran parte de los niveles y habilidades adquiridas durante la primera parte la aventura. Aun así, desde el primer momento sentimos al controlar a Henry que ya no estamos ante un aprendiz de herrero. El título está repleto de elementos que aumentan la inmersión y realmente nos hacen sentir que nos encontramos ante un fiel simulador de la vida en la Edad Media. Desde la forma de expresarse de los personajes que varía en función del estamento al que pertenecen, hasta cada uno de los emplazamientos que no hacen sino reforzar la sensación de que nos encontramos viviendo una gran aventura en pleno siglo XV. Todo está reflejado hasta el más mínimo detalle, incluso los castigos que podemos recibir si se nos acusa de no ser un buen cristiano. Es decir, de cometer algún delito. Recordad que en Kingdom Come Deliverance II, a diferencia de otros títulos, no podemos pasear libremente por propiedades ajenas y llenar nuestro inventario con cada uno de los objetos sin ser reprendidos, denunciados e incluso atacados. Es más, no resulta necesario que nos pillen «con las manos en la masa». Si alguien nos ve rondar alguna propiedad en la que «misteriosamente» desaparece algo, podemos ser acusados igualmente y ser perseguidos por los guardias de la zona. Luego ya será cosa de cada uno buscar el método de salir indemne de estas situaciones. Así que ya sabéis, si pretendéis convertiros en amigos de lo ajeno, haced uso del sigilo y procurad no ser detectados por nadie y ni se os ocurra ir equipados con una ruidosa y llamativa armadura. Mejor ropajes oscuros y ligeros. Aquí todo, absolutamente todo cuenta. Otro detalle que denota el cariño con el que Warhouse Studios ha desarrollado el título es el completísimo códice que se va completando conforme avanzamos en nuestra aventura. Todo lo que en él se nos describe aparece representado fidedignamente en el juego. Así que sí, Kingdom Come Deliverance II posee incluso tiene una vertiente educativa que puede ayudarnos a conocer multitud de detalles sobre la vida durante el medievo. Y es que recordad que todo el trasfondo que rodea la narrativa está basado en hechos y personajes históricos. El año no ha hecho más que comenzar y Kingdom Come Deliverance II se postula desde ya como uno de los grandes títulos del 2025 y pasa a convertirse en referente en su género. Un título continuista, no puede ser de otra manera dado que retoma la narrativa en el punto exacto donde finaliza la primera parte, pero en el que se mejora en gran medida cada uno de sus apartados. En definitiva, un juego de rol de acción de corte realista imprescindible para todo aficionado al género e incluso para los que, con paciencia, deseen aproximarse a él. Disponible en formato digital en PC, PlayStation 5 y Xbox Series X/S. Además, a los amantes del formato físico os gustará saber que PLAION es la encargada de traernos la versión física para PC (con código digital en la caja), PlayStation 5 y Xbox Series X/S.