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miércoles, 11 de enero de 2017

EE.UU.: Entre la locura y la desesperación

Patético espectáculo es el que nos brinda por estos días el actual inquilino de la Casa Blanca (al cual se le acaba el tiempo a medida que se acerca el 20 de enero) quien mostrando evidentes síntomas de grave desequilibrio mental no solo continua haciendo gala de una rusofobia extrema que raya en la demencia, sino que al momento de escribir estas líneas, ha ordenado el desplazamiento de cientos de tanques y miles de soldados estadounidenses a las fronteras con Rusia, evidentemente con el propósito de desencadenar un conflicto y evitar así entregar el mando a su sucesor, a quien odia con todo el alma. Venga ya, jamás en la historia de los EE.UU. se había visto algo semejante, donde el perdedor (junto con Hillary) trata de sabotear por todos los medios al ganador, atacándolo en todo momento como si estuviera en campaña ¿Qué busca con ello? ¿Deslegitimarlo ante el público? ¿Presentarlo como alguien ‘incapacitado’ para el cargo? No se puede comprender los motivos de ese extraño comportamiento a menos que este mal de la cabeza o tema que la nueva administración descubra sus conexiones con el terrorismo internacional y otros secretos que desea que se mantengan ocultos, porque sabe muy bien que el señor Trump - con mayor razón por los despiadados ataques del cual es victima - va ir a por el. En cuanto a su campaña contra Rusia, el Criminal de Guerra y musulmán encubierto continúa con la infame tarea de acusar irresponsablemente y sin prueba alguna al Presidente ruso Vladimir Putin de haber ‘influido’ en los resultados de las elecciones presidenciales estadounidenses que dieron el triunfo al magnate republicano. Para ello monto hace unos días un circo mediático en el cual presento un informe ‘desclasificado’ - creado obviamente por la CIA - sobre los supuestos ciberataques rusos, en el cual se afirma que las autoridades de Rusia ‘buscaron perjudicar’ la campaña electoral de Hillary Clinton… si, como no. El documento, titulado "Las actividades e intenciones de Rusia en las elecciones del 2016" ("Russian activities and intentions in the 2016 elections", en inglés), declara que Moscú "combinó las ciberactividades con los esfuerzos abiertos por parte de las entidades estatales rusas, los medios financiados por el Gobierno, varios intermediarios y los usuarios de las redes sociales pagados". El objetivo final de las acciones rusas fue, según ese documento fraudulento, “es perjudicar la confianza pública en el proceso electoral de EE.UU., denigrar a la exsecretaria de Estado, Hillary Clinton, y dañar sus perspectivas electorales y el mandato potencial” señalando que la operación fue ordenada por el mandatario ruso Vladímir Putin, en el 2016, destacando sobretodo “su preferencia hacia la candidatura de Donald Trump”. El informe aparece tras la última escalada de tensiones entre EE.UU. y Rusia acerca de los supuestos 'ciberataques rusos', marcada por la introducción de nuevas sanciones contra Rusia y la expulsión de 35 de sus diplomáticos como medida de respuesta a las ‘injerencias’ en las elecciones. Moscú reiteradamente rechazó esas alegaciones, tachándolas de ridículas, mientras los medios y los oficiales de EEUU siguen afirmando que el Kremlin interfirió en el proceso electoral estadounidense. Ya el pasado 9 de diciembre, The Washington Post publicó un artículo sobre un dossier ‘secreto’ de la CIA en el cual se afirmaba que Rusia “no sólo había intervenido en las elecciones presidenciales de EEUU, sino que había ayudado a que Donald Trump fuera elegido presidente”. En efecto, dicho informe tendencioso señaló que hackers rusos, apoyados por el gobierno de Vladimir Putin, habrían pirateado los emails de la Criminal de Guerra y fundadora de ISIS Hillary Clinton y otros altos cargos demócratas con el objetivo de “facilitar la victoria de Trump”. Este informe surgió pocas horas después de que Obama anunciara que había ordenado una ‘revisión completa’ acerca de las alegaciones de que Rusia “había interferido en las elecciones norteamericanas”. Todas estas burdas acusaciones sin sentido buscan arrojar dudas sobre el proceso electoral estadounidense y ha llevado a algunos analistas a preguntarse a que se debe esta campaña de rusofobia a escasos días de entregar el mando, tratando de deslegitimar el triunfo de Donald Trump, procurando que se produzca un golpe de Estado en su contra. De hecho, una de las funciones de la CIA es precisamente la de preparar golpes de estado y sembrar el caos, pero hasta ahora la agencia había llevado a cabo tales actividades en países extranjeros y no en EEUU. Las alegaciones de que Rusia actuó para ‘elegir’ a Trump procedieron sobre todo de la campaña de Hillary Clinton, que intentó presentar a Trump poco menos que como un ‘agente ruso’. La propia Clinton calificó a Trump de ser un ‘títere de Putin’ en el debate presidencial final. Sin embargo, la CIA no había dado un paso semejante hasta ahora y el propio FBI rechazó en su día tales alegaciones. La Casa Blanca dijo también por ese entonces que no había indicaciones de que Rusia hubiera llegado a cabo actividades maliciosas en Internet para influir en la elección estadounidense. El artículo del Washington Post dejaba ver que la CIA no dispone de ninguna prueba que respalden sus afirmaciones y sólo hace referencias a individuos que no son nombrados y que estarían ‘cercanos’ al gobierno ruso y que podrían haber sido las fuentes de las filtraciones a WikiLeaks de los emails que mostraban actividades sospechosas o presuntamente delictivas de Hillary Clinton. WikiLeaks, por su parte, ha desmentido a través de su director, Julian Assange, que Rusia haya sido la fuente de tales filtraciones y que el informe de la CIA no tiene ninguna prueba de peso. La decisión de la agencia de inteligencia estadounidense de pronunciarse sobre tales hechos resulta tanto más repudiable por cuanto que corresponde al FBI la tarea de investigar los temas internos en EEUU. Sin ninguna evidencia que probara lo contrario, el FBI declaró en ese momento que Rusia no había intervenido en las elecciones en favor de ningún candidato. El hecho que la CIA haya filtrado el dossier al Post se debe, sin duda, a su irritación por la intención declarada de Trump de poner fin a algunas de sus actividades incluyendo su apoyo encubierto al terrorismo. Uno de los puntos de divergencia de la agencia con Trump es Siria, donde la CIA ha estado apoyando las actividades de subversión dirigidas a provocar un cambio de régimen en coordinación con el corrupto régimen saudita, que tiene un largo historial de cooperación con la CIA. Trump ha prometido poner fin al programa dirigido a proporcionar armas a los terroristas y combatir a ISIS. También ha prometido coordinar la lucha contra ese grupo terrorista con Rusia, un anatema para la CIA. Como sabéis, Arabia Saudita, junto con otras monarquías del Golfo Pérsico, suministró millones de dólares a la Fundación Clinton y todos estos gobiernos contaban con la victoria de Hillary y con sus promesas de provocar una escalada en la guerra para provocar un cambio de régimen en Siria y de crear una alianza anti-iraní en la región. Y todo ello para ayudar a Arabia Saudita, uno de los regímenes más despóticos y brutales del planeta, a ganar una hegemonía regional junto con Israel. Algunos analistas creen que las absurdas acusaciones contra Trump buscan también influir en su política, ya que cualquier acercamiento a Rusia o cooperación con ese país que el nuevo presidente promueva será cuestionado por los círculos políticos y mediáticos hostiles a ello. El antiguo director adjunto de la CIA, Mike Morell - quien pidió insistentemente el asesinato de los rusos e iraníes presentes en Siria - acusó a Trump de ser un ‘agente inconsciente de los rusos’ y de ‘no ser un patriota’ porque quiere cooperar con Rusia y no demonizarla. Sin embargo, el hecho de que el saliente gobierno de Obama y los medios corporativos sigan repitiendo de forma sistemática tales infundíos, apunta a un objetivo más siniestro: impedir que el señor Trump asuma el poder. Como podéis imaginar, la reacción del equipo de transición del magnate fue rápida. En una declaración el mismo día que apareció el artículo en el Post, el equipo señaló que “la misma gente que había afirmado que Iraq tenía armas de destrucción masiva eran los que difundían tales patrañas sobre la ‘injerencia rusa’ en la campaña electoral norteamericana. Se trata de la misma gente que dijo que Saddam Hussein tenía armas de destrucción masiva y al final todo resulto que era falso ¿Como entonces se les puede creer ahora?” indicaron. Poco antes de la invasión norteamericana de Iraq, varias agencias de inteligencia de EE.UU. y el grupo de los sionistas que dominaron la administración del Criminal de Guerra George W. Bush afirmaron que Iraq ‘tenía armas de destrucción masiva’. El propio Bush afirmó en su libro autobiográfico que “mientras que el mundo está indudablemente más seguro sin Saddam, la realidad es que envié a tropas norteamericanas al combate en base a unos datos de inteligencia que resultaron ser falsos” según confesó, pero el daño ya estaba hecho. Ahora Obama repite la misma estrategia para acusar sin fundamento alguno a Rusia de ser responsable de los ciberataques y evitar a como de lugar que Donald Trump asuma el cargo el próximo 20 de enero. Por más que el presidente electo calificara acertadamente de estúpidos a quienes afirman que ‘es malo tener buenas relaciones con Rusia’, este infame sujeto seguirá con sus ridículas acusaciones hasta el último día de permanencia en la Casa Blanca ¿Hasta donde puede llegar su odio irracional? (Como si ello no fuera suficiente, este martes la CNN - un despreciable órgano de propaganda de la CIA al cual no se le puede ser creída una sola palabra - afirmó que ‘agentes rusos’ poseen documentos ‘comprometedores’ del magnate, una ridícula acusación que ha sido desestimada por el mismo señor Trump, quien ha respondido que se trata de noticias falsas producto de una caza de brujas política, por parte de quienes se niegan a aceptar que su tiempo ha llegado a su fin). Lamentablemente aún quedan nueve días para que ese demente deje el cargo, por lo que aún es capaz de cualquier cosa :(
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