SILENCIOSO Y EFECTIVO: El fantasmal vuelo de los búhos
Odiados y temidos a su vez por oscuras supersticiones, los búhos son seres extraordinarios. No es casualidad que entre múltiples culturas sean considerados como habitantes de las fronteras entre este y otros mundos. Radiante en el filo de lo imperceptible, su casi fantasmal discreción hace de esta ave nocturna una figura asociada a la sabia distancia, a la contemplación panorámica del objeto y el movimiento. En hermosa sintonía con lo anterior, se comprobó que el vuelo de los búhos no emite prácticamente sonido alguno. Si tomamos en cuenta la complejidad de los movimientos implícitos en su vuelo, y luego la contrastamos con su minúsculo efecto sonoro, es probable que entendamos por qué se considera a estos animales como residentes de un plano distinto – más sutil y elegante – al nuestro. Además, sobra decir, su casi imperceptible desplazamiento abona significativamente a su mayestática naturaleza. Para ello, investigadores británicos documentaron el sonido emitido por el vuelo de un búho Tyto alba y confirmaron que el ejercicio consistía en prácticamente grabar silencio. Luego lo contrastaron con el vuelo de otras aves, un pichón común (Columbidae) y un halcón peregrino (Falco peregrinus); el resultado fue espectacular. Gracias a un sistema de alta sensibilidad para monitorear sonido se pudo comprobar que el vuelo de un búho, a pesar de su rapidez y precisión, es algo simplemente fantasmal. Lo imperceptible de su desplazamiento se debe a la gentileza de sus movimientos y a una constitución que combina un cuerpo pequeño con amplias alas. Cuando un cuerpo se mueve desplaza aire y eso produce sonido. Sin embargo, la gracia cinética del búho le permite casi eludir este principio esencial de la física y desplazarse de manera exógena a este mundo, algo que, por cierto, contrasta con la contundencia del instante preciso en que captura a su presa, quien descubre con terror como la muerte llega del cielo. Esta capacidad de los búhos ha inspirado asimismo a científicos de la Universidad de Cambridge, quienes tras analizar detenidamente cómo podían reducir el ruido de las turbinas de viento, decidieron realizar una investigación para saberlo todo sobre el vuelo y la caza de los búhos. Los resultados han sido positivos y sorprendentes, ya que han conseguido realizar un material con el fin de cubrir las palas de los aerogeneradores que podrían reducir de forma significativa el ruido que hacen y además poder aplicar este nuevo elemento a una amplia gama de maquinaría, incluyendo ordenadores e incluso aviones. Aunque el proyecto se encuentra aún en una etapa inicial, los científicos tienen la esperanza de que su invento podría revolucionar la industria de los parques eólicos. Es habitual que aquellos que residen cerca de uno de estos parques muestren su rechazo a la construcción por el gran ruido que emiten. Unas turbinas eólicas basadas en el vuelo de un búho reducirían notablemente este problema. Además, el invento también permitiría a los parques eólicos producir más energía, ya que las aspas podrían girar más rápido sin generar ninguna clase de ruido extra. “Muchos búhos pueden cazar furtivamente, descendiendo y capturando a sus presas sin ser detectados. Aunque hemos sabido esto durante siglos, lo que nunca se ha sabio es cómo o por qué estas aves son capaces de volar en silencio”, explicó el profesor Nigel Peake, investigador principal del estudio. Por ello, examinaron el plumaje de los búhos utilizando microscopios muy potentes y encontraron que el diseño de sus alas dispersa y suaviza el sonido que produce las turbulencias del aire. Son varios los atributos físicos de un búho que le permiten un vuelo sigiloso. Un estudio realizado anteriormente en la Universidad de Cambridge reveló que el carácter poroso del ala que tienen en la cola resulta muy significativo para reducir el ruido aerodinámico. También la cresta de plumas rígidas que tienen a lo largo del borde delantero del ala, la franja flexible del borde exterior y un material muy suave que tienen en la parte superior de esta permiten un vuelo en silencio. Según explica Peake, “ningún otro ave tiene este tipo de estructura en sus alas” :)