Si algo ha demostrado el referéndum recientemente realizado en Macedonia - un país mediterráneo ubicado en los Balcanes nacido de la desintegración de Yugoslavia en 1991 - ha sido la incapacidad de atracción entre la ciudadanía ‘del proyecto europeo’ que les fue ofrecido afanosamente como un regalo envenenado. Esta consulta se celebraba con el objetivo de reafirmar la cuestionada ‘legitimidad’ de los Acuerdos de Prespa firmados el pasado mes de junio entre Grecia y Macedonia luego de tres décadas de bloqueo de las negociaciones por parte de Atenas, quienes siempre se han opuesto al uso del nombre de Macedonia por parte “del gobierno de Skopje” -como lo llaman oficialmente en forma desdeñosa- al considerar que se trata de un nombre histórico griego y que daría pie a futuras reclamaciones territoriales. Sin embargo, la escasa participación de apenas un 34% de los votantes, lejos del 50% para ser considerado válido según la propia Constitución, constituye un fracaso absoluto para los planes del corrupto gobierno ‘socialdemocrata’ de Zoran Zaev y hace muy complicado alcanzar dos terceras partes de un Parlamento dominado por la oposición conservadora (que lidero las protestas en las calles, apoyados por el propio Presidente del país, Gjorge Ivanov, cuyo cargo es ceremonial), paso imprescindible para proceder a la modificación constitucional que requiere el cambio de nombre. De nada valió la intensa iniciativa diplomática desplegada durante las semanas previas a la consulta por la Unión Europea, EE.UU. y la OTAN para movilizar el voto a su favor. Ni la ‘adhesión’ a las estructuras euroatlánticas ha demostrado ser lo suficientemente atractiva para la inmensa mayoría de la población, quienes decidieron boicotear la consulta al considerarla una traición a los intereses de la Nación ya que se estaría claudicando ante la prepotencia griega. Esta claro que los resultados pueden interpretarse como una derrota personal de Zaev, y abren una serie de escenarios sobre el futuro de este acuerdo del cual depende también la entrada del país en la Organización del Tratado del Atlántico del Norte (OTAN) y el inicio de la integración en la Unión Europea (UE). "Espero que los diputados de (la coalición conservadora) VMRO-DPMNE respeten el deseo de quienes votaron", dijo un iluso Zaev, mientras en las calles decenas de miles de detractores festejaban la escasa afluencia a las urnas. Asimismo, un papel importante en la desmovilización ha sido la desconexión entre la ciudadanía y sus representantes alejados de las preocupaciones y necesidades reales de la población y desplegando una campaña rebuscada y timorata en la que ni siquiera aparecía el nombre de Macedonia del Norte. Esto se ha notado especialmente en los jóvenes, quienes han liderado en las calles las multitudinarias marchas de rechazo a su aprobación, pero también en la población albanomacedonia, los grandes olvidados de la campaña, dando por sentado su apoyo a la misma, cuando la realidad fue otra: "No esperábamos tener una participación tan baja en muchos municipios de mayoría albanesa", ha reconocido Martin Popov, uno de los organizadores de la campaña de apoyo al referéndum. Ello debido a que estos a su vez, anhelan separarse de Macedonia y sueñan con la creación de una ‘Gran Albania’ en los Balcanes, aun así si ello significa el estallido de un conflicto en la región. Como sabéis, ya en el 2001 Macedonia estuvo al borde de la guerra civil, en el mayor enfrentamiento vivido desde la independencia del país entre sus dos comunidades mayoritarias, los macedonios (un 65% de la población) y los albaneses (un 25%), donde el grupo terrorista proalbanes UÇK, lideró la insurgencia contra las autoridades macedonias. Su desarme en agosto del 2001, debido a una fuerte presión internacional, supuso amnistías para sus integrantes con las manos llenas de sangre y su entrada en la vida política, los cuales ahora podrían volver a las armas, tal como lo han advertido recientemente. La proximidad de los comicios griegos durante la primavera del 2019 y la desconfianza sobre si el futuro Gobierno griego apoyaría el infame Acuerdo de Prespa con un Tsipras muy debilitado y repudiado abrumadoramente por quienes una vez lo eligieron - ya que ha traicionado cada una de sus promesas - también ha jugado su papel entre los detractores del referéndum, quienes celebraron alborozados su derrota. La ausencia de depuración del censo desde el año 2002, las altas tasas de emigración, la poca inscripción en los registros exteriores para ejercer el voto (apenas 3.000), o la inexistente ‘injerencia rusa’ - tal como pregonaba interesadamente la propaganda occidental que en su paranoia acusa a Moscú de todo lo que sucede en el mundo - no pueden ser la excusa perfecta para justificar el abrumador rechazo mostrado por los macedonios. Del resultado del referéndum se pueden extraer varias conclusiones y ninguna de ellas optimista. Parece inevitable una convocatoria electoral. El fracaso de la consulta, así como la escasa participación le resta capacidad de presión hacia el resto de los grupos parlamentarios reacios a someterse a las exigencias de la UE, los EE.UU. y la OTAN y, por tanto, alcanzar la mayoría suficiente para la modificación constitucional. A ello podemos arrear que para poder mantener los plazos del acuerdo de junio, esta convocatoria electoral debería realizarse a lo mas tardar durante el mes de noviembre para poder tener una respuesta al mismo en diciembre. El resultado de la contienda, sin embargo, podría dar lugar a una de esas conocidas paradojas balcánicas, ya que un triunfo del ultranacionalista VMRO favorecería el ascenso de sus equivalentes griegos de Amanecer Dorado - y mortales enemigos - de cara a las elecciones en la primavera del 2019, debilitando las posturas más proclives a la negociación. Este escenario dilataría sine die cualquier futuro acuerdo sobre esta cuestión durante los próximos años y por lo tanto, la entrada de Macedonia en la UE y la OTAN, ya que no tendría motivación alguna.
Demás esta decir que el ascenso de los movimientos nacionalistas más radicales traerían consecuencias imprevisibles en una región ya de por si muy inestable. La segunda, el resultado de las próximas elecciones en ese país artificial llamado Bosnia o los acuerdos entre Belgrado y Pristina podrían verse afectados por el bloqueo macedonio-griego. Una parálisis que podría llegar a tener un impacto inesperado en la región albanesa de Tetovo, cambio de fronteras incluido. Y tercero, y especialmente importante, este resultado cierra un ciclo en el que la UE intentaba presentarse como el principal ‘motor del cambio’ en las sociedades balcánicas para con sus países candidatos. La ausencia de un compromiso genuino por parte de Bruselas y de los Estados Miembros en la región, ya que su adhesión significaría una claudicación total ante Bruselas, ha hecho crecer la desconfianza y el resquemor hacia la UE y la OTAN - que es su brazo militar - en sus sociedades. Y este es el resultado. Ello por cierto, no significa que los EE.UU. y la OTAN se resignen a ello y por el contrario intentarán por todos los medios que ese infame acuerdo sea aprobado a pesar del rechazo general de los macedonios, para ‘integrar’ por la fuerza al país balcánico en los planes agresivos de la Alianza Atlántica contra Rusia. “La aprobación del acuerdo abrirá la puerta a la OTAN y permitirá que la alianza forme un frente antirruso unido en los Balcanes”, dice Konstantin Sivkov, especialista militar y miembro de la Academia de Ciencias de Rusia, quien agrega que existen varias razones por que se quiere absorber al país a como de lugar. "El liderazgo de la OTAN está clavando sus talones y creando una 'cerca' a lo largo de nuestras fronteras occidentales", dijo Sivkov a Sputnik. "El año pasado, Montenegro, otro estado balcánico, fue admitido [a la OTAN]. Por lo tanto, la alianza separó a Serbia, un aliado potencial de Rusia, del Mar Adriático. Macedonia por otro lado, es un país sin salida al mar que limita con miembros de la OTAN: Grecia, Bulgaria y Albania. Es decir, la alianza forma un frente unido”. El especialista militar no descartó que la OTAN pueda usar Macedonia como punto de apoyo en caso de que Estados Unidos se retire del Tratado de las Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio (INF). "[Macedonia] está bien adaptado para el despliegue de misiles estadounidenses ya que el tiempo de vuelo a las principales ciudades rusas desde el país es muy pequeño. Tal vez, los elementos de una defensa global de misiles de los Estados Unidos se desplegarán allí", presumió. El director general del Centro de Información Política, Alexey Mukhin, opinó que la admisión de Macedonia a la OTAN permitiría a la alianza reforzar la presencia estadounidense y británica en Europa continental. "La OTAN se está apoderando de Europa en exclusivo interés de los EE.UU. ", dijo el académico. "No hay duda de que este proceso continuará con respecto a otros países. Ucrania es el siguiente en la lista". Por otro lado, el observador militar del Sputnik, Andrei Kots, cree que los productores de armas occidentales planean capitalizar la modernización de las Fuerzas Armadas de Macedonia. "El armamento [de Macedonia], en su mayoría de producción soviético-rusa, tendrá que ser reemplazado con armas occidentales", señaló el observador en su artículo de opinión. "Sin embargo, algo de esto ya se ha hecho: el ejército macedonio ha estado utilizando desde hace tiempo rifles occidentales: ametralladoras americanas M4 y M240, ametralladoras alemanas Heckler & Koch MP5 y pistolas semiautomáticas checas CZ 75". Las fuerzas armadas de Macedonia están compuestas por tres brigadas: infantería, aviación y logística, así como el Regimiento de Operaciones Especiales, que incluye el Batallón de Guardaparques y el Batallón de Fuerzas Especiales "Lobos". El país no tiene fuerzas navales, ya que no tiene acceso al mar. Actualmente, las fuerzas terrestres del país dependen en gran medida de 31 tanques T-72, vehículos de combate de infantería anfibios BMP-2 de la era soviética, vehículos de vía blindados anfibios MT-LB, vehículos blindados de transporte anfibios BTR-70 y BTR-80 (APC), Kots elaborado. Además, continuó, Macedonia había comprado más de 100 vehículos blindados TM-170 Hermelin de Alemania, 10 vehículos blindados ELVO Leonidas-2 de Grecia y cerca de tres docenas de APC M113 obsoletos de los EE. UU. Kots comentó que la artillería del país comprende lanzacohetes múltiples BM-21 "Grad", obuses M-30 y cañones estadounidenses M2A1, y agregó que la fuerza aérea de Macedonia está representada principalmente por helicópteros, incluidos seis Mil Mi-24 adquiridos de Ucrania. y modernizado por la firma israelí Elbit. Según el observador militar, el ejército macedonio también posee seis Mi-17 y varios Bell UH-1 Iroquois de fabricación estadounidense. El presupuesto militar del país para 2018 se estima en 6.400 millones de denares macedonios ($ 123.3 millones), que es comparable con el de su vecino, Albania ($ 169.4 millones). Kots observó que no estaba claro si los militares del país encontrarían recursos para mejorar el parque de vehículos obsoletos de Macedonia en caso de su admisión en la Alianza Atlántica. Ello deja en claro que el pasado referéndum era algo más que un simple cambio de nombre, ya que su aprobación significaba que se eliminaba para Macedonia el obstáculo final para su membresía en la UE y la OTAN, cayendo bajo las manos de quienes tienen en la mira a Rusia: No debe sorprendernos por ello que a pesar del evidente fracaso de la consulta, en Bruselas intenten ‘verlo’ de otro modo y que para ellos el insignificante 34% representa “una mayoría abrumadora de los votantes apoyó ese camino y que ahora está en manos de los políticos en Skopje decidir el camino a seguir”. EE.UU. repitió ese mismo libreto, indicando que “el cambio de nombre de Macedonia permitiría al país ocupar su lugar en la OTAN y en la UE, contribuyendo a la estabilidad, seguridad y prosperidad regionales” Sin embargo, algunos de los principales medios de comunicación occidentales han expresado su escepticismo sobre la votación, con The Washington Post diciendo que la baja participación del plebiscito de Macedonia ha hecho las cosas incómodas para Occidente: “La baja participación fue vista como un golpe no solo para los esfuerzos del campo 'Sí' sino también para sus partidarios vociferantes en Bruselas, Berlín y Washington", admitio el medio de comunicación. Por su parte, The Economist supuso que, en lugar de clasificar las cosas, los votantes macedonios “han abierto la puerta a la inestabilidad y la incertidumbre, reconociendo que será muy difícil su aprobación final en el Parlamento donde la oposición conservadora tiene la mayoría y siempre se mantuvo opuesta a esa posibilidad, con mayor razón que su rechazo encaminaría al país a nuevas elecciones, donde los socialdemócratas serian barridos del poder” sintetizó el medio británico. No cabe duda que el proyecto de la OTAN, la UE y los EE.UU. no se podrá cumplir a plenitud, fracasando en su intento una vez más :)