En un reconocimiento de su rotundo fracaso en su larga guerra en Afganistán donde no pudieron derrotar a los aguerridos talibanes, el discapacitado físico y mental de Joe Biden ha ordenado finalmente el retiro de sus tropas en Septiembre, luego de 20 años de ocupación de un territorio sumamente hostil que nunca pudo controlar. En efecto, han tenido que pasar cuatro presidentes por la Casa Blanca, para recién darse cuenta que ganar ese conflicto era materialmente imposible. Como recordareis, dos de sus antecesores, Obama y Trump, prometieron poner fin a esa “guerra para siempre” pero ambos dejaron el cargo sin cumplir esa aspiración, dejando eso si, un país desvastado y a los colaboracionistas que estuvieron a su lado durante todos estos años, abandonados a su suerte y merced de la venganza de los talibanes, que han jurado “un castigo ejemplar” para todos aquellos traidores. Actualmente, hay 2.500 soldados estadounidenses en Afganistán junto con otros 9.600 soldados de la OTAN. Eso es una fracción de las cifras de hace una década cuando la guerra estaba en su apogeo. Al saberse derrotados por el enemigo, ya que apenas controlan el centro de la capital - Kabul - Washington y sus aliados de la OTAN acordaron retirar todas las fuerzas residuales en una salida “ordenada”, un eufemismo que realmente significa “sálvese quien pueda”. Si bien Trump ya había negociado con los talibanes el año pasado un acuerdo sobre la fecha de la retirada - que era el mes de mayo - Biden retraso su partida, creyendo que con su llegada a la Casa Blanca, retomaría la ofensiva, pero fracaso en su intento y no le quedo otra opción que la retirada. Sin embargo, otra razón por la que Biden quiere terminar esta desastrosa guerra sacando definitivamente a sus tropas de Afganistán, es que quiere prepararse para confrontar a China y Rusia. Pero para ocultar su humillante fracaso, Biden recurrió a la propaganda y a la mentira mas grosera al afirmar que EE.UU. “derroto” al grupo terrorista Al Qaeda en Afganistán y que había “eliminado” a su líder Osama bin Laden en el 2011, “por lo que no había razón para quedarse más tiempo”, dijo. Falso de toda falsedad, ya que Al Qaeda y el mismo Bin Laden fueron una creación de la CIA para “justificar” el operativo de bandera falsa del 11-M que le permitió intervenir militarmente en el preciado Medio Oriente, para apoderarse de sus inmensas reservas de gas y petróleo, como ocurrió en Irak. Como ese grupo terrorista y su imaginario líder ya no le eran útiles, escenificaron su “desaparición”. No es de extrañar por ello que Biden busque vincular la vergonzosa retirada de sus tropas con el vigésimo aniversario de “los ataques terroristas” del 11 de septiembre en la ciudad de Nueva York y el Pentágono. Ese vínculo está destinado a transmitir a una desinformada opinión pública de que EE.UU. “completó su misión de vengar esas muertes”. Venga ya, un cinismo a toda prueba. Para su desazón, muchos observadores no comparten esas afirmaciones implícitas de Biden. De hecho, tal noción es absurda y grotesca dada la realidad de la criminalidad y la catástrofe de la guerra que causaron en Afganistán. Más tropas estadounidenses y de la OTAN murieron en la guerra de agresión a ese país que ciudadanos estadounidenses el operativo de bandera falsa del 11 de septiembre. Los invasores estadounidenses sufrieron más de 20.000 bajas a manos de los talibanes en una guerra sin sentido. Se estima además que más de 43.000 civiles afganos murieron en la violencia relacionada con la guerra, muchos de ellos a causa de los ataques aéreos estadounidenses y las incursiones nocturnas mortales de las fuerzas especiales en las aldeas. El número total de asesinados por los estadounidenses asciende a más de 157.000 civiles inocentes. Ello demuestra que el grosero bombo publicitario de Biden sobre el “final de la guerra” es en realidad solo una fachada para cubrir la desgracia del fracaso estadounidense y la casi destrucción de una nación. El hecho es que los estadounidenses perdieron y los talibanes ganaron, demuestra quién quedo en el lado vencedor. Pero la narrativa fantasiosa estadounidense infiere que Washington quiere desesperadamente salir de un atolladero que creó a costa de billones de dólares. Otro indicador es que el anuncio del retiro de sus tropas dado por Biden viene sin "condiciones". Es decir, se trata una retirada incondicional, lo que significa que los estadounidenses han sido derrotados completamente y su influencia en dicho país es nula. Demás esta decir que una vez triunfantes, los talibanes fácilmente se desharán del régimen títere instalado por EE.UU. en Kabul una vez que los estadounidenses y sus socios de la OTAN abandonen precipitadamente el lugar. Y al decir que es "sin condiciones", Biden realmente les está diciendo a los talibanes: "Hagan lo que quieran con quienes colaboraron con nosotros, solo queremos salir rápidamente de allí (aunque no nos disparen cuando nos vayamos)". De esta manera, una vez mas los estadounidenses traicionan a quienes confiaron en ellos, quienes ahora sufrirán las consecuencias de su felonía cuando sean capturados por los talibanes en la asediada Kabul. El baño de sangre será terrible, pero la prensa occidental de seguro minimizara la tragedia para que esta no sea relacionada con la humillante derrota de los EE.UU. y de Biden en particular. Cabe destacar que una señal más de la determinación de EE.UU. de huir de Afganistán provino del anuncio del mismo Biden de que deben priorizarse desafíos más grandes. En particular, mencionó el "ascenso de China" como adversario del poder estadounidense: “Tenemos que apuntalar la competitividad estadounidense para hacer frente a la dura competencia que enfrentamos de una China cada vez más asertiva”, dijo Biden a la nación, y agregó: “Seremos mucho más formidables para nuestros adversarios y competidores a largo plazo, si peleamos las batallas durante los próximos 20 años”. Como sabéis, desde que Biden se convirtió en presidente hace tres meses, ha aumentado su hostilidad hacia China y Rusia a una velocidad vertiginosa. Está claro que los planificadores imperiales en Washington se dan cuenta de que, para hacer frente a lo que ellos llaman "rivalidad entre grandes potencias", EE.UU. necesita concentrar sus recursos para planear sus guerras de agresion en otros lugares del planeta. Así por ejemplo, actualmente esta concentrando sus tropas en las fronteras europeas con Rusia y a su vez, envía a sus portaaviones para hostilizar a China. Biden busca un pretexto para la guerra. Y de tanto hacerlo, lo va a obtener, pero de que salga victorioso que siga soñando despierto. Si sigue empeñado en su locura belicista, que se atenga a las consecuencias :)