Mientras la tensa situación que se vive en la frontera entre Polonia y Belarus - donde cientos de miles de ‘refugiados’ provenientes de Siria e Irak buscan ingresar por la fuerza a Europa con el “patrocinio” del dictador bielorruso Alexander Lukashenko como respuesta a las sanciones impuestas a su país por la UE - acapara la atención pública, otra grave crisis está surgiendo en los Balcanes, donde Bosnia - Herzegovina, nacida tras la desintegración de Yugoslavia y conformada por minorías serbias, croatas y musulmanas, se encuentra al borde de la implosión. En efecto, según un informe para la ONU al que ha tenido acceso The Guardian, Christian Schmidt, el alto representante para Bosnia-Herzegovina dice que si los separatistas serbios concretan su promesa de volver a crear su propio ejército, dividiendo así las fuerzas nacionales armadas en dos, se deberán enviar más misiones de mantenimiento de la paz para detener el avance hacia una nueva guerra. Como sabéis, las operaciones internacionales por el mantenimiento de la paz en Bosnia son tarea de la misión militar de la Unión Europea, EUFOR, que cuenta con 700 efectivos. Por su parte, la OTAN mantiene un cuartel general con sede en Sarajevo. Los mandatos de un año de duración de ambas fuerzas se han renovado en el Consejo de Seguridad de la ONU y, tras la advertencia de Rusia de bloquear la resolución, se han eliminado todas las referencias al Alto Representante, lo que podría socavar la autoridad de Schmidt como supervisor del Acuerdo de Paz de Dayton, establecido en 1995 e impuesto por los vencedores al dictador Slobodan Milosevic, lo que en la práctica significo la disolución de Yugoslavia . En su primer informe tras asumir el cargo en agosto, Schmidt, exministro del Gobierno alemán, advirtió que Bosnia se enfrenta a "la mayor amenaza existencial del período de posguerra". Ello debido a que Milorad Dodik, representante serbio en la triple jefatura de Estado de Bosnia Herzegovina, ha dejado abierta la posibilidad de salirse de las instituciones estatales - incluido el ejército nacional - y reconstituir las fuerzas armadas serbias. Ya el pasado 14 de octubre Dodik dijo que obligaría al ejército bosnio a retirarse de la república serbobosnia (Republika Srpska, la mitad serbia de Bosnia) rodeando sus cuarteles y que si Occidente intentaba intervenir militarmente, tenía "amigos" que habían prometido apoyar su causa, en una posible referencia a Serbia y Rusia. Ya en el mes pasado, la policía serbobosnia llevó a cabo ejercicios antiterroristas en el monte Jahorina, desde donde las fuerzas serbias bombardearon Sarajevo durante el asedio perpetrado entre 1992 y 1995. Si bien esta retirada no constituiría exactamente una secesión, hay sectores interesados en querer presentar el resurgimiento del ejército de etnia serbia como una amenaza y “justificar” así una posible intervención de la OTAN. "Esto equivale a una secesión, aunque sin proclamación", ha escrito Schmidt en el sesgado informe entregado al secretario general de la ONU, António Guterres. Schmidt dice que las acciones de Dodik "no solo ponen en peligro la paz y la estabilidad del país y de la región, sino que, si la comunidad internacional no responde, podrían llevar al fin de los Acuerdos de Paz de Dayton". El alto representante dice que es posible que se produzcan enfrentamientos entre las fuerzas del orden bosnias y la policía serbobosnia. "Si las fuerzas armadas de BiH (Bosnia-Herzegovina) se dividen en dos o más ejércitos, el nivel de la presencia militar internacional requerirá una reevaluación", advierte Schmidt. "Una falta de respuesta a la situación actual pondría en peligro el [Acuerdo de Paz de Dayton], mientras que la inestabilidad en BiH tendría implicaciones más amplias en la región", dice. "La posibilidad de una mayor división y de conflicto es muy real" aseveró. Coincidentemente, las advertencias de Schmidt han llegado mientras el Consejo de Seguridad de la ONU se preparaba para renovar los mandatos de la EUFOR y del cuartel general de la OTAN en las operaciones de “mantenimiento de la paz” mediante una votación realizada el pasado miércoles. Moscú había amenazado con bloquear la resolución a menos que se eliminaran todas las referencias al Alto Representante, que finalmente fueron suprimidas del texto. El Kremlin se opuso al nombramiento de Schmidt por parte del Consejo de Implementación de la Paz, un organismo multinacional ad hoc creado para implementar el Acuerdo de Paz de Dayton, y se niega a reconocer su autoridad. "Sospecho que lo que Rusia quiere realmente es debilitar la autoridad de la oficina del cuestionado Alto Representante por su clara posición antiserbia, impidiéndole informar al Consejo", admitió un diplomático cercano a las discusiones. Por su parte, Kurt Bassuener, cofundador del Democratization Policy Council (Consejo de Políticas de Democratización), think tank con sede en Berlín, señala: "Parece que, en efecto, los estadounidenses, los británicos y los franceses han acordado eliminar las referencias al alto representante, lo cual era algo estándar en todas las resoluciones anteriores. Y, aunque jurídicamente esto no debilita al alto representante, sí que lo hace políticamente". Incluso con la renovación del mandato de la EUFOR, la UE tiene poca voluntad para reforzar la fuerza militar que queda en Bosnia. Algunos Estados miembros, especialmente la Hungría del ultranacionalista Viktor Orbán, apoyan a Dodik. "Creo que está dispuesto a apostar por la posibilidad de que, pueda salirse con la suya creando rápidamente nuevos hechos sobre el terreno y apoyándose en la idea de que la confusión y el retraso se apoderarán tanto de Sarajevo como de la comunidad internacional y que, en última instancia, no habrá consecuencias internacionales significativas", dice Jasmin Mujanović, politólogo bosnio. El subsecretario de Estado de EE.UU., Gabriel Escobar, declaró la semana pasada ante el Congreso que los Estados Unidos están trabajando con la Unión Europea para "asegurarse de que haya consecuencias para cualquier acción ilegal o desestabilizadora" en Bosnia. Sin embargo, no está claro si el Gobierno del discapacitado físico y mental Joe Biden apoyaría el regreso de las operaciones de “mantenimiento de la paz de la OTAN” o sea, el envío de tropas. Al respecto, Alida Vračić, directora de Populari, un think tank con sede en Bosnia, dice que la perpetua y creciente sensación de crisis permite a los líderes del país disimular su incapacidad para gobernar. "Dodik se ha puesto furioso, pero colectivamente los políticos esperan sacar ventaja de esta crisis y los ciudadanos son los únicos perdedores, como era de esperar", dice Vračić. "Esta discusión les viene bien, ya que desbarata todas las disputas importantes, como aquellas vinculadas a que Sarajevo se ahoga en una neblina tóxica, a que los gobiernos regionales malversaron dinero durante la crisis de COVID, a que el número de muertos en Sarajevo es peor que durante la guerra, a que la mitad del país vive en la pobreza, a que hemos llevado a cabo exactamente cero reformas y a que hace meses que no se discuten leyes en el parlamento" indicó. Como recordareis, Bosnia-Herzegovina, sufrió en los años 90 la guerra civil más sangrienta de la desintegración de la entonces Yugoslavia, quedando dividido en dos entes, uno serbio y otro conjunto para bosnios y croatas. Más allá de esta situación, que sus dirigentes alimentan con proclamas nacionalistas, varias potencias tienen intereses propios en Bosnia. EE.UU. es el primero de la lista, cuyo plan de dividir a Serbia continua. Ya lo hizo arrebatándole Kosovo, creando en el enclave terrorista albanés la mayor base militar estadounidense en el mundo “para vigilar” - léase desestabilizar - a Belgrado, por tratarse de un aliado cercano a Moscú, que a su vez lo considera como su área de influencia; Por su parte, al igual que en otras partes de los Balcanes, China está aumentando su presencia económica con inversiones y proyectos en infraestructuras, al tiempo que Turquía se presenta como autoridad protectora de los bosnios musulmanes; Mientras, en la UE siguen bloqueadas las perspectivas de una nueva ‘ampliación’ hacia el sureste, lo que debilita su credibilidad en la región. Dodik promete recuperar para su ente, competencias que están centralizadas en Sarajevo desde la firma del Acuerdo de Dayton, argumentando que esa centralización fue impuesta para favorecer a los musulmanes. El nuevo nacionalismo se intensificó a partir de junio cuando el antecesor de Schmidt, Valentin Inzko, prohibió por ley negar que la matanza de 8.000 civiles musulmanes en 1995 a manos de las tropas serbobosnios haya sido un genocidio. Esa arbitraria clasificación es rechazada por los líderes serbobosnios, que reaccionaron a la prohibición de Inzko con un boicot a la Presidencia, el Consejo de Ministros y el Parlamento central de Bosnia, porque estos a su vez niegan los crímenes cometidos por los musulmanes contra la población civil serbobosnia, víctima de crueles represalias. Incluso algunos Gobiernos de la UE, como los de Eslovenia o Hungría, han planteado en los últimos meses ideas para cambiar fronteras y reajustar territorios en Bosnia, como solución a las tensiones nacionalistas. También la perspectiva de las elecciones generales previstas para octubre del 2022 favorece el endurecimiento de las retóricas nacionalistas para atraer votos, distrayendo de la incapacidad o el desinterés de la clase política para atender los graves problemas sociales y económicos del país. Todo ello sucede en medio de la pandemia del Coronavirus, que ha golpeado a Bosnia más que a muchos otros países, con una dramática tasa de mortalidad, acompañada por una fuerte crisis económica y un desempleo en máximos. “Está claro que ese estado artificial llamada Bosnia - Herzegovina creada por la UE y sostenida por la OTAN tras la desintegración de Yugoslavia, no tiene futuro y tarde o temprano - primero los serbios y luego los croatas - querrán reunificar sus territorios con sus países de origen, dejando a los musulmanes en medio de la incertidumbre” lo que puede generar el retorno a épocas que se creían ya superadas” advirtieron diversos analistas. No cabe duda que existen muchos intereses en juego y Bosnia - Herzegovina pagará las consecuencias :(