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miércoles, 9 de diciembre de 2015

MONTENEGRO: Una pieza de ajedrez en el infame juego de la OTAN

Una noticia que no quería dejar de comentar es la decisión de la OTAN de “invitar” a Montenegro a unirse a la Alianza Atlántica con el objetivo puesto en Serbia, lo que ha originado una dura reacción por parte de Moscú. Desde el punto de vista de la seguridad colectiva en Europa, desde el punto de vista de unión de cara a los nuevos desafíos y amenazas, cualquier expansión de la OTAN es un paso hacia atrás y no hacia adelante, por lo que Rusia ha advertido que tomará medidas para fortalecer su capacidad defensiva y preparación para el combate si Montenegro entra en la OTAN. En efecto, el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, ha comentado que la expansión hacia el este de la infraestructura militar de la OTAN no puede sino provocar una acción de represalia por parte de Rusia. "La decisión de la OTAN de comenzar las negociaciones con Montenegro para su adhesión es un paso que lleva abiertamente a la confrontación y entraña consecuencias desestabilizadoras para el sistema de la seguridad euroasiática", señaló a su turno la Cancillería rusa en un comunicado. Además destacó que esta "nueva espiral de la expansión de la OTAN afecta directamente los intereses de Rusia y nos obliga a dar una respuesta apropiada" aseveró. El país balcánico, que proclamó su independencia en el 2006, esperaba esa invitación de la OTAN y para recibirla llevó a cabo un intenso trabajo diplomático y una campaña para ganar apoyo dentro del país al ingreso en la Alianza. Los sondeos mostraron, no obstante, que menos de la mitad de la población respalda esta iniciativa. Desde el pasado mes de octubre, Montenegro es escenario de violentas y multitudinarias protestas contra el ingreso del país en la OTAN - exigiendo un plebiscito nacional sobre la eventual adhesión – que hasta el momento han ocasionado numerosos heridos y detenidos. Como sabéis, la postura de Rusia respecto a la expansión de la Alianza Atlántica mediante la inclusión de Montenegro está definida desde hace tiempo. En el 2011 el ministro de Exteriores Serguéi Lavrov se pronunció respecto a esta cuestión declarando que la entrada en la OTAN de este país no suponía ningún incremento de la seguridad para la región ni para la alianza en general, y en el 2014 calificó la posible adhesión como un paso irresponsable y provocador. A mediados de noviembre, la Duma Estatal envió un comunicado al parlamento de Montenegro, así como a los parlamentos de los países de la OTAN y de los países miembros de la OSCE. En este documento se señalaba que las intenciones de entrar en la OTAN del corrupto régimen de Milo Djukanovic, que lleva ya 25 años en el poder, van en contra de la voluntad de una aplastante mayoría del pueblo de Montenegro. Según declaró el presidente del comité de la Duma Estatal Alexéi Pushkov, “Djukanovic no puede obligar a sus conciudadanos a querer entrar en la OTAN, por lo que esta maniobra es una clara provocación a Rusia”. La información oficial publicada por el gobierno de Montenegro provoca desconfianza dentro y fuera del país debido a los numerosos escándalos de corrupción en los que se ha visto envuelto Djukanovic. Entre las últimas acusaciones figuran las declaraciones del senador ruso Franz Klintsevich sobre el comercio de armamento entre el régimen de Podgorica e ISIS, contando para ello con la aprobación de los EE.UU. demostrando no solo una actitud servil a una potencia extranjera sino también como un cómplice del terrorismo. A pesar de que muchos países del desaparecido Pacto de Varsovia entraron en la OTAN tras el derrocamiento de las dictaduras comunistas y que entre ellos se encuentren incluso tres antiguas repúblicas bálticas - Estonia, Letonia y Lituania - , la adhesión de Montenegro ha provocado una intensa reacción por parte de Rusia. Este caso es especialmente sensible para Moscú porque Rusia y Montenegro están unidos por 300 años de estrecha colaboración. Rusia contribuyó a la creación y al desarrollo de la estabilidad montenegrina tras expulsar a los turcos de los Balcanes en el siglo XIX y ayudó al país a conseguir su independencia en 2006 tras el fin de Yugoslavia. “De algún modo, Montenegro traicionó políticamente a Rusia cuando se unió a las sanciones antirrusas de la UE en el 2014, y ahora ha dado un paso más hacia la ruptura definitiva de una larga historia de relaciones con Rusia”, aclaró el director del Centro Balcánico de Cooperación Internacional, Víktor Kolbanovski. Por su parte, el viceportavoz de la Duma Estatal, Serguéi Zhelezniak, ha declarado que a partir de ahora Rusia y Montenegro “deberán restringir sus contactos en el ámbito económico y en otros ámbitos”. Sin embargo, el director de la sección balcánica del Instituto Ruso de Estudios Estratégicos, Nikita Bóndarev, opina que este tipo de medidas podrían ser contraproducentes, ya que afectan en primer lugar a los ciudadanos montenegrinos y rusos que viven en este país. Según el experto, Rusia debe conseguir ante todo la celebración en esta región de un referéndum nacional sobre la adhesión de Montenegro a la OTAN. Existe otra opinión sobre el futuro desarrollo de los acontecimientos. El experto del centro Carnegie Maksim Samorúkov opina que para Rusia los Balcanes “han perdido su antiguo atractivo” desde el punto de vista estratégico debido a la anulación de grandes proyectos energéticos como el South Stream (el gasoducto cancelado en el 2014 por presiones de los EE.UU.) que iba a llegar hasta el sur de Europa, por lo que la entrada de Montenegro en la OTAN “no debería provocar importantes acciones de Rusia en los Balcanes” aseveró. Pero esta posición no es compartida por muchos analistas quienes piensan lo contrario. Y es que el objetivo de Washington y sus secuaces de la OTAN es claro: no solo es un ataque a una tradicional zona de influencia rusa (donde son eslavos y mayoritariamente cristianos ortodoxos), sino que esta dirigido especialmente contra Serbia, tradicional aliado de Moscú, al cual la OTAN bombardeo en 1999 en un acto considerado como un Crimen de Guerra, arrebatándole una provincia ancestral como Kosovo para crear un enclave artificial - hoy en manos de bandidos y narcotraficantes albaneses – en el cual instalo una base militar para “vigilar” a Serbia. Por lo visto, ello no fue suficiente y ahora pretende incluir a Montenegro en sus desquiciados planes de querer aislar al régimen de Belgrado e incluso de intentar dividirla una vez mas, ya que se esta hablando de querer repetir la infame experiencia de Kosovo en Vojvodina, que cuenta con una importante minoría húngara y reducir a Serbia a su mínima expresión. Pero no lo lograrán porque Rusia acudiría en su ayuda - como hoy lo hace con Siria y con la minoría rusófona del este de Ucrania - y veremos si esos dementes se atreverán a enfrentársele :)
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