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sábado, 29 de octubre de 2011

OCCUPY WALL STREET: La muerte del optimismo americano


EEUU ya no es aquel país de las oportunidades que la propaganda hollywoodense insiste en hacernos creer.Al contrario,la acuciante crisis política y económica que allí se vive por estos días, han llevado a los estadounidenses a desconfiar de las autoridades políticas y a defender las tesis de grupos contrarios a la autoridad establecida. En efecto, el movimiento Occupy Wall Street puede ser pequeño y desorganizado - como el Tea Party es extremista y racista - pero ambos reflejan hoy el estado de ánimo de los norteamericanos mejor que el Congreso y gozan de mayor respaldo que el Gobierno surgido de las urnas. Estados Unidos vive un momento en que el pesimismo y la desconfianza en las instituciones condicionan gravemente su futuro. Y es que según una encuesta del diario The New York Times y la cadena CBS, un 25% de la población tienen una opinión favorable de Occupy Wall Street y un 46% considera que sus reivindicaciones coinciden con las de una mayoría de norteamericanos. En otra encuesta, en febrero pasado, un 27% creía que el Tea Party es una muestra de las preocupaciones de todos los ciudadanos de este país. Incluso admitiendo el valor relativo de las encuestas - muy influidas por la cobertura de los medios de comunicación - y aún considerando el riesgo de valorar un estado de ánimo en un sistema político cuya única expresión válida es la del voto, se puede reconocer en esas cifras, y en otras que llevan certificando esa tendencia desde hace meses, que EE UU atraviesa por una crisis de identidad que es, al mismo tiempo, reflejo y consecuencia de su crisis económica y política de la cual no tiene cuando salir.Si se observa la medición diaria de la página web RealClearPolitics, un 75% de encuestados considera que el país camina en la dirección equivocada. Ese pesimismo es el síntoma más grave de los nuevos tiempos. EE UU no es muy diferente, en este sentido, a otros países europeos en los que las malas condiciones económicas y la falta de respuestas de la clase política han generado escepticismo hacia las instituciones democráticas y, en algunos casos, movimientos de protesta similares a los del Occupy Wall Street (como la de los Indignados del 15-M en España,el precursor de todos los movimientos). La particularidad de EE UU radica en que ese pesimismo es mucho más destructivo en un país basado en la iniciativa individual y la confianza del ciudadano en su sociedad. El éxito del país está esencialmente vinculado al éxito de sus individuos, léase Steve Jobs. El optimismo es la principal fuerza motriz de una economía cuyas dos terceras partes dependen del consumo privado, una actividad que está íntimamente relacionada con la confianza en el futuro, es decir, con el optimismo. Sin embargo, los norteamericanos no encuentran muchas razones para ser optimistas. Un 66% creen que la distribución de la riqueza es injusta, y los datos les dan la razón. A ello debemos agregar la decepción por la situación política imperante en aquel país (con un bipartidismo que no cubre sus expectativas). Decepción con la gestión de Barack Obama, que si bien todavía tiene una buena aceptación, no ha traído el gigantesco cambio que parecía anunciar, Es por ello que el carácter de los estadounidenses se ha envenenado en estos tiempos de desengaño.Asimismo, por primera vez en su historia reaccionan con complejos ante un serio competidor: China, un país considerado “comunista” pero que a su vez es su principal acreedor. En los años ochenta y noventa del siglo pasado estaban preocupados por la competencia de Japón, pero aquello resultó un revulsivo. Ahora están asustados ante el ascenso de sus rivales, y tanto en la derecha como en la izquierda, creen que la solución es más proteccionismo y más aislacionismo, una especie de retorno al pasado, pero eso es materialmente imposible ya que los múltiples intereses que tienen fuera de sus fronteras, impiden que pueda hacerse realidad. Por más que tenga en sus arsenales todas las armas de destrucción masiva que uno se pueda imaginar, su decadencia es inevitable, y con ella la Pax Americana llegara a su fin. ¿Que vendrá luego? Solo el tiempo lo dirá :)
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