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miércoles, 26 de julio de 2017

PALESTINA: Hora Cero

Día tras día las cadenas de noticias internacionales dan cuenta de los crímenes cometidos por las fuerzas de ocupación sionistas y los ‘colonos’ extremistas afincados en los territorios de la Ribera occidental contra la población de Palestina. Sólo en lo que va del año 2017, cincuenta palestinos han sido asesinados a manos del ejército ocupante y los ‘colonos’ que habitan en los asentamientos construidos ilegalmente en territorio palestino, ante la indiferencia y complicidad del mundo que no solo con su silencio avalan los monstruosos crímenes cometidos por las bestias sionistas, a los cuales les permiten poseer arsenales nucleares que no están bajo la supervisión de las agencias internacionales, quienes ‘sospechosamente’ callan cuando al mismo tiempo y de la forma mas hipócrita que uno pueda imaginar, alzan su interesada voz cuando se trata por ejemplo, de Irán o Corea del Norte. Como sabéis, el pasado viernes 21 de julio en las inmediaciones de la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén, las fuerzas ocupantes asesinaron a cuatro palestinos mientras protestaban por las medidas de destinadas a impedir el libre tránsito por el tercer lugar más sagrado del mundo musulmán (luego de las mezquitas ubicadas en La Meca y Medina) A los nombres de Mohamad Sharaf de 17 años, Mohamad Abu Ghannam, de 20 años y Mohamad Jalaf, de 17 años se une el de Rafat Hirbawi, asesinado el pasado miércoles 19 de julio, junto a los de 1.200 heridos que han sufrido la brutal represión de las fuerzas ocupantes este primer semestre del año 2017. Día a día el accionar de las fuerzas de ocupación del régimen de Israel desencadena su política criminal contra una población indefensa, sea en Al-Quds, Al-Jalil, en Beit Lahm, en Beit Jala, en Gaza, Ramalá, Jan Yunis, Tulkarm o cualquiera de las ciudades, pueblos y aldeas palestinas. Una política colonialista implementada desde el momento mismo del nacimiento provocado de la entidad sionista el año 1948 y catalizado por la sed de expansión de una ideología surgida en los pasillos y corrillos de las casas de multimillonarios judíos en la Europa Imperial tanto en Francia como en Inglaterra. Una ideología que no ha parado de apoderarse de territorios no dudando no por un segundo en practicar el genocidio sistemático con la población palestina para ‘erradicarlos’ completamente de sus tierras ancestrales. Su objetivo no es otro que la ‘judaizar’ Palestina. Israel se ha convertido a la par de su política, de sus crímenes, de su ideología y la práctica colonizadora, racista y criminal contra el pueblo palestino en una entidad asesina, que ve al otro como un animal, un “Goyim” sin derechos, sin posibilidad de desarrollarse y sólo destinado a servir como suelen destacarlo los despreciables criminales como el ministro de asuntos militares Avigdor Lieberman, la ministra de asuntos judiciales Ayelet Shaked y el propio primer ministro Benyamin Netanyahu, obsesionado con la conformación mitológica del “gran Israel” y cuya línea de trabajo va enfocada a judaizar los territorios ocupados. Este tipo de acciones obedece a una política constante de hostigamiento por parte de Israel, que busca cambiar el status quo de la ciudad de Jerusalén y vaciarla de sus habitantes nativos dando paso así a la judaización de ésta. Políticos peligrosos son los que conforman la clase dirigente israelí, que si es verdad existiera el derecho internacional, tendrían que ser conducidos a un Tribunal internacional para juzgarlos por crímenes de guerra. Son ellos y cada miembro del gabinete israelí, políticos y militares criminales de guerra, como también aquellos jueces que ciegos, sordos y mudos permiten el atropello a los derechos del pueblo palestino. Y, sin embargo, esta comunidad internacional, tan vaciada de contenido, dotada de una doble moral pasmosa, hipócrita y vergonzosa termina cediendo ante las presiones del padre putativo del régimen israelí: Estados unidos, que con su derecho a veto en el seno del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU), el aporte financiero y militar que año tras año le otorga el régimen sionista, impide que esta entidad desaparezca y siga sirviendo en su papel de gendarme de los intereses occidentales en la zona. En lo descrito surge una lógica interrogante ¿En qué escenario puede un pueblo aceptar mansamente que su tierra sea regalada a colonos impulsados por un sionismo con sede en Londres y París, financiados en la compra de tierra por el Fondo Nacional Judío (creada en 1901 en Basilea, Suiza) y posteriormente ‘protegidos’ por bandas terroristas como la Haganá e Irgún? Y esa pregunta tiene evidente actualidad cuando resulta impensable aceptar hoy, en pleno 2017, setenta años después de la Resolución 181, que el pueblo palestino siga sometido a la muerte cotidiana, a la persecución religiosa, al crimen impune, al robo de tierra, de sus recursos acuíferos, a la destrucción de su identidad, a la diaria violación de sus derechos humanos, al impedimento para que retornen los refugiados de la Nakba, que la juventud pueda tener perspectivas, que se pueda nacer en Palestina sin temer que un soldado o un ‘colono’ te asesine ¿Alguien podría aceptar mansamente estos crímenes? Frente a la brutal ocupación que sufre el pueblo palestino desde el año 1948 y los resultados de dicha ocupación en materia de muertos, heridos, destrucción de su aldeas, demolición de viviendas, segregación racial, apartheid, encierros colectivos, cientos de puestos de control, sortear un Muro vergonzoso que a lo largo de 721 kilómetros cercenan el sueño de un estado palestino. La imposibilidad de practicar sus creencias religiosas, de transitar libremente por su territorio, de ver crecer sus hijos sin el peligro que los asesinen. Uno se pregunta frente a esta dramática realidad e insisto en la interrogante ¿En qué escenario puede un pueblo aceptar mansamente que su tierra siga ocupada a manos de los defensores de una ideología criminal que han conformado una entidad violatoria del derecho internacional y que impunemente y bajo la protección de países occidentales - ya sea por acción u omisión - asesina día a día a los hijos de una tierra que a partir de fines del siglo XIX comenzó a recibir oleadas de colonos europeos que venían a reclamar un ‘derecho’ mitológico supuestamente entregado por su dios? Una pregunta actual que requiere una necesaria respuesta cuando resulta insoportable una realidad, que ha significado setenta años desde la Resolución 181, que significó la partición de Palestina y ver como las mejores tierras eran regaladas a una entidad artificial sionista, ‘victimizada’ mediante la falsificación de la historia y que hasta el día de hoy le ha significado réditos multimillonarios a manos de Alemania, la banca Suiza y una política, definida por el propio judío Norman Finkelstein como “la industria de la mentira” y la falsa creencia acerca de un ‘sufrimiento’ que nunca ocurrió . No hay duda que el lobby sionista mediante la propaganda y el chantaje ha sometido tanto a Alemania como a Suiza, obligándoles a pagar exorbitantes sumas de dinero - calculados en más de 100 mil millones de dólares - que son utilizados para mantener a estos parásitos. No contentos con ello, estas ratas quieren más, más y más. Y en ese marco ¿Cómo es posible que el pueblo palestino tenga que verse sometido a un trato brutal por parte de sus verdugos, siendo asesinados a la menor oportunidad si ‘osan’ resistir a este abuso? ¿Cómo es posible aceptar que millones de palestinos se vean privados de elementales derechos y vivan sujetos al arbitrio, a la ocupación, al robo de su riquezas, al expolio de su acervo cultural e histórico, a la fragmentación de su territorio, a la violación de sus derechos humanos, al asesinato de sus jóvenes y niños. ¿Alguien podría aceptar mansamente estos crímenes? Por supuesto que no y menos en su casa, en su patio, en lo que es suyo lo que genera la lógica respuesta de atacar a este ocupante, de defender lo que legítimamente les corresponde. Por tanto, toda resistencia a la bestialidad sionista es legítima y un deber. Como también es indiscutible, necesario y fundamental que el Eje de la Resistencia de un claro apoyo y sostén a la lucha del pueblo palestino. Dotarlos de apoyo político pero también material con el cual combatir al ocupante: apoyo en foros internacionales pero también con armas con la cual combatir al invasor. Denuncias en el plano internacional pero también cercar las fronteras de la Palestina histórica y demostrarle al sionismo que no se aceptará más sus crímenes. Al mismo tiempo de intensificar los llamados para que los pueblos de los países árabes depongan a sus gobiernos corruptos y criminales, decadentes monarquías feudales que han entregado a sus pueblos a la codicia y ambiciones tanto de los EE.UU. como de Israel, el cual con la protección de Washington, no respeta la legalidad internacional, hace caso omiso de las resoluciones de las Naciones Unidas, se burla del derecho internacional, comete Crímenes de Guerra y de Lesa Humanidad. Destruye el patrimonio histórico de los territorios ocupados, viola los derechos humanos del pueblo palestino, los asesina a sangre fría en sus lugares sagrados, expulsándolos de sus tierras y masacrándolos con total impunidad, contando para ello con el aval de esas potencias encabezadas por Estados Unidos, quienes ‘justifican’ esa política criminal de los sionistas. No hay sanciones, no hay bloqueos, no hay zonas de exclusión aérea, no hay embargo económico ni congelar activos de los criminales sionistas, sean estos políticos, militares o ideólogos. La hipocresía en este plano es vergonzosa y por ello la entidad sionista con su práctica criminal queda impune frente a cada incumplimiento. Eso debe cesar, Israel debe pagar cada uno de sus crímenes, cada uno de sus asesinatos y sus robos. Sus ocupaciones y desprecio a la vida de millones de personas. Hay mucho que hacer por lograr la definitiva liberación de Palestina y parte de ello es que desaparezca todo rastro del sionismo. La paz en la región y en el mundo implica por ello la eliminación de esta ideología criminal y de quienes lo propagan :)
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