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miércoles, 1 de junio de 2016

OTAN: Una guerra contra la historia

Como sabéis, la OTAN es una alianza militar nacida en 1949 con el objetivo de «proteger a Europa del aterrador oso ruso» Al menos eso es lo que quieren hacernos creer. Como la verdad histórica es muy diferente, la alianza atlántica trata de reescribirla. Tarea a largo plazo y de oscuras consecuencias. Al respecto, el líder opositor polaco Mateusz Piskorski escribió en Red Voltaire un interesante artículo para refutar esa tesis extendida en Occidente gracias a una intensa campaña mediática, y que me permito reproducir - entrecomillada claro está - debido a su interés ¿vale?: “Varsovia acogerá la cumbre de jefes de Estado y de gobierno de la OTAN, que realizarán una reunión del Consejo del Atlántico Norte los días 8 y 9 de julio del 2016. Esta 25ª cumbre de la alianza atlántica desarrollaría el acuerdo concluido en 2014 en Newport. Se tratará principalmente de instalar en el este de Europa la Fuerza de Acción Rápida para «defender» (?) el flanco oriental de la alianza. El ministro polaco de Relaciones Exteriores, Witold Waszczykowski, ya anunció que durante esa cumbre se anunciará la instalación de bases militares permanentes de Estados Unidos y la OTAN en territorio polaco. Se prevé la presencia de 2 500 participantes y de 1 500 periodistas extranjeros. El estadio nacional, en pleno centro de Varsovia, ha sido puesto al servicio de este acontecimiento. Se han reforzado todas las medidas de seguridad, tanto para enfrentar posibles amenazas terroristas como para evitar las manifestaciones anunciadas por varios partidos que se oponen a la realización de esa cumbre. Paralelamente a la preparación de ese encuentro, se ha desarrollado una intensa campaña mediática en la prensa cuyo principal objetivo es exacerbar el miedo a las acciones y planes supuestamente «agresivos» de Rusia. La guerra contra la memoria forma parte de esta campaña a largo plazo. Es importante reconocer aquí que la reevaluación de los hechos históricos minimizando el papel de la Unión Soviética en 1945, tiene cierto basamento histórico en los países bálticos y Rumania. Es por eso que los autores de la «historia» de la OTAN se refieren, lo más a menudo posible, maximizado los monstruosos crímenes cometidos por los rusos durante la guerra  y enalteciendo  por su parte a los que colaboraron con los alemanes, presentando estas acciones como ejemplos de la lucha por la independencia contra la Unión Soviética, y que por ello  hoy son considerados héroes en los países bálticos. Esto se ve de manera clara en Polonia, donde la revisión de la historia moderna se ha coordinado aquí con organismos públicos como el «Instituto Polaco de la Memoria Nacional». Todas estas actividades apuntan a evitar la disonancia cognitiva, de tal manera que la población del este de Europa asocie a los monumentos que recuerdan al ejército soviético, quienes los sometieron brutalmente al final de la II Guerra Mundial, alentando su demolición para que no quede rastros de esa ignominia. Eso se ha visto en Polonia como en Ucrania por ejemplo, donde las odiadas estatuas de Lenin volaron literalmente por los aires. El objetivo es imponer la idea de que es la actual Rusia  (que por cierto, a pesar de lo que difunde insistentemente la propaganda occidental, de comunista no tiene nada  y el señor Putin mucho menos) es el «eterno enemigo y agresor». La revisión de la percepción misma de los hechos históricos es parte de esa guerra a largo plazo, constituye un proyecto bastante complejo y es un objetivo imposible de alcanzar en sólo los dos meses que preceden la celebración de la cumbre de la OTAN. Pero es posible realizar otros esfuerzos en ese sentido. En el marco de la guerra mediática, los medios de difusión del este de Europa publican constantemente documentos sobre el despliegue de armamento nuclear en la antigua Königsberg y presentan la existencia de esa otrora región alemana como territorio ruso, representando de esa manera una amenaza para la existencia misma de los países vecinos. Un papel similar le otorga esos medios, en el flanco sur, al territorio conocido como Transnistria, separada de Moldavia tras su independencia y considerado un enclave ruso. O sea, utilizan a Königsberg para atemorizar a los pueblos bálticos y a los polacos y hacen lo mismo con la Transnistria para espantar a los rumanos y, en menor medida, a los búlgaros en la escalada de percepción de la supuesta «amenaza rusa». La guerra mediática se desarrolla de forma sistemática y profesional. Todo comenzó con la necesidad de preparar a la opinión para el despliegue de sistemas [estadounidenses] de «defensa» antimisiles en el este de Europa para «protegerlos de ese peligro». Con el proceso de normalización de las relaciones entre Occidente e Irán, los responsables de las relaciones públicas de la OTAN se han visto finalmente obligados a reconocer que sus sistemas de misiles están destinados exclusivamente a enfrentar la imaginaria «amenaza rusa». Así, Polonia está tratando de desempeñar un papel de primer plano en la carrera armamentista emprendida en las zonas del norte y del Báltico, del este de Europa. Por su parte, Rumania trata de tomar la iniciativa alrededor del Mar Negro. Pero eso le resulta especialmente difícil en la medida en que Turquía ha estado actuando allí como jefe de la coalición anti-rusa desde hace un semestre. Y se trata de la misma Turquía que ya ha mostrado ciertas ambiciones geopolíticas. Bucarest está tratando, sin embargo, de utilizar la total ausencia de confianza de Washington hacia el dictador Recep Tayyip Erdogan para prestar otros servicios al Pentágono. La iniciativa planteada por el ministro rumano de Defensa, Mihnea Motoc, para crear en el Mar Negro una flota militar con la participación de la OTAN, que estaría representada en esa fuerza naval por Estados que no son aún miembros de esa alianza – Ucrania y Georgia – forma parte de esa maniobra. La preparación de la cumbre ha sido cuidadosamente supervisada por el Departamento de Estado estadounidense. El adjunto de John Kerry, Anthony Blinken, visitó cierto número de países del este de Europa y las conversaciones que sostuvo con sus colegas de esos países giraban alrededor de un solo punto: los antiguos miembros del bloque del este deberían apoyar sin reservas la posición de Washington durante la cumbre, en particular en lo tocante al dispositivo que la OTAN está construyendo en su flanco oriental y su financiamiento por los presupuestos nacionales. Blinken afirmó que Rusia tiene intenciones de «provocar» a las fuerzas de la OTAN antes de la cumbre. Como prueba de su afirmación mencionó las patrullas de la fuerza aérea rusa sobre el Mar Báltico. Pero evitó mencionar que lo que dio lugar al patrullaje ruso es la presencia allí de navíos de guerra estadounidenses que violan flagrantemente el Tratado INF. Según los estadounidenses, es mejor no mencionar ese punto en el marco de la guerra mediática. Blinken ha arreglado las cosas de manera tal que el Criminal de Guerra Barack Hussein Obama se sienta a gusto en la capital polaca. Para crear el mejor ambiente posible para la cumbre, Varsovia ha prohibido la realización de cualquier tipo de manifestación durante ese encuentro, agitando para ello - claro está - el argumento antiterrorista. Todo eso se ha hecho para garantizar la comodidad del amo de la nueva Europa proestadounidense. Vergüenza debería darles que un negro les de órdenes. Por su parte, los gastos oficiales del ministerio polaco de Defensa vinculados a la organización de esa cumbre se elevarán a 40 millones de dólares, información que podría convertirse en fuente de malestar y llevar al pueblo polaco a acrecentar la tensión durante el encuentro” puntualiza la nota. Venga ya, no cabe duda que si los planes agresivos de la OTAN se llegan a concretar, desencadenaran a corto plazo la tan temida III Guerra Mundial. Esperemos por ello la llegada a la Casa Blanca del señor Trump, para que junto con el señor Putin puedan detener esta locura a tiempo (Cabe destacar que luego de la publicación de este articulo, Mateusz Piskorski fue detenido y encarcelado, acusado de «Traición y conspiración a favor de Rusia y China». ¿Esta es la «democracia» que tanto pregona Occidente?) :(
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