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miércoles, 13 de julio de 2022

SRI LANKA: Victima de su fracaso

Ubicada al sur de la India, la antigua Ceilán vive horas sumamente difíciles. Si bien es cierto que la guerra en Ucrania continua acaparando los titulares internacionales, la prueba de fuego global de este momento se libra a miles de kilómetros de ese frente de batalla. Hace meses que Sri Lanka cayó en picada en una espiral económica letal: el país está sumido en una crisis de deuda pública, exacerbada primero por la pandemia y luego a causa de la guerra provocada por Ucrania contra Rusia a instancias de los EE.UU., que lo ha empujado a la escasez de alimentos, combustible, gas para los hogares, medicamentos, y una larga lista de productos esenciales, incluido el dinero en efectivo. Las protestas vivieron su día más álgido el ultimo fin de semana, cuando una multitud de manifestantes asaltó, saqueo e incendio el palacio dictatorial. Entretanto el sátrapa, Gotabaya Rajapaksa (que gobernaba el país desde el 2019, tras “suceder” a su odiado hermano Mahinda quien se hizo con el poder en el 2005, el cual tras su renuncia paso a ser primer ministro de su “sucesor”... Todo queda en familia) había huido minutos antes salvándose de ser ajusticiado y se encuentra según fuentes consultadas, “en un lugar seguro”. Mientras tanto, el primer ministro, Ranil Wickremesinghe - quien había asumido en mayo - también renuncio tras conocerse que el 20 de julio se realizaran elecciones generales. Según una encuesta de Naciones Unidas, un 70% de los hogares de Sri Lanka recortaron su consumo en alimentos: la inflación del precio de la comida ronda el 57%. Además, ese país de 22 millones de habitantes está sin combustible, y faltan varios días hasta la llegada de nuevas entregas. Ya en mayo, el creciente malestar social y las protestas derribaron a su hermano Mahinda del cargo de Primer Ministro, pero las causas de la crisis no se fueron, y estallaron nuevos choques entre las fuerzas de seguridad y una población a esta altura enardecida que exigía la caída total de la oprobiosa dictadura y no solo un cambio de nombres para que todo continúe igual. A ello debemos agregar los continuos e insoportables cortes de luz que se habían convertido en parte de la vida diaria, lo mismo que las largas colas para cargar combustible. Hasta se cerraron escuelas y oficinas durante la semana para evitar que la gente use el transporte. La semana pasada, los médicos, el personal médico, los docentes y los bancarios de la capital - Colombo - marcharon para protestar por la falta de nafta y gasoil para cumplir con sus funciones, consideradas esenciales. “La situación es insostenible para las personas comunes”, dijo un dirigente sindical docente. En mayo, Sri Lanka defaulteó su deuda por primera vez en su historia de nación independiente. Desde entonces, un gobierno de transición liderado por el veterano político y primer ministro Ranil Wickremesinghe estaba intentado estabilizar el país y sacarlo de sus problemas, solicitando ayuda financiera, por ejemplo, de sus potencias vecinas, China y la India. Pero el panorama seguía siendo sombrío para un país que no podía costear sus importaciones, debido al robo institucionalizado por el dictador y su familia que dejo las Arcas del país vacías. El gobierno recurrió entonces a medidas desesperadas: introdujo un esquema que le permite darle un día libre extra a los empleados públicos para que cultiven alimentos en sus jardines traseros y también les ofreció a 1,5 millones de trabajadores del sector público la posibilidad de tomarse 5 años de licencia sin goce de sueldo para que busquen trabajo en el extranjero, emigren, y envíen a casa las tan necesarias remesas de divisas. Como podéis imaginar, las filas se hicieron largas también para sacar el pasaporte, ya que el sistema de tramitación online está saturado desde hace meses. Los más desesperados escapan en bote a países vecinos, como la India. Los analistas comparan la debacle de la economía de Sri Lanka con el caos financiero de fines de la década de 1990 en las grandes economías del Sudeste de Asia. Otro advierten que Sri Lanka podría convertirse en un “Líbano del Sudeste de Asia”, un país disfuncional y consumido por la deuda, a la par que amenazado constantemente por su vecino sionista que ocupa Palestina, y que en más de una ocasión la invadió. Para agravar la situación de Sri Lanka, los diez días de negociaciones que empezaron el 20 de junio entre el gobierno de transición y los funcionarios del FMI sobre un posible paquete rescate, concluyeron sin ningún resultado. “Antes negociábamos como país en desarrollo”, dijo el hoy renunciante primer ministro interino Wickremesinghe. “Pero ahora la situación es diferente. Ahora participamos de las negociaciones como un país en quiebra, y por lo tanto enfrentamos más dificultades y complicaciones” dijo en aquella oportunidad. En muchos aspectos, los problemas de Sri Lanka son autoinfligidos y su situación es crítica. Sin embargo, el pasmoso colapso del país está también inextricablemente ligado a una serie de fenómenos globales más amplios e interconectados: la guerra en Ucrania ha hecho que se dispare el precio de los alimentos y la energía en todo el mundo, el empujón final que necesitaba la ya complicada Sri Lanka para caer al precipicio. “Sri Lanka estaría en crisis aunque no hubiera guerra en Ucrania, pero la guerra lo complicó todo”, decía hace unos meses Alan Keenan, analista de la consultora International Crisis Group. “Los efectos de la guerra en Ucrania son estos: la línea de crédito para comprar combustible para dos meses, ahora dura solo un mes. Aunque consigan un rescate, van a importar menos alimentos, menos combustible, menos medicamentos.” Hay muchos otros países que sufren presiones similares. Un informe conjunto del mes de mayo de los grupos humanitarios Oxfam y Save the Children reveló que en Kenya, Etiopía y Somalia, cada 48 segundos muere de hambre una persona. Según el informe, la guerra en Ucrania empujó los precios a niveles inéditos y la comida “se volvió inaccesible para millones de personas de África oriental” agregó. “La cantidad de personas que sufren hambre extrema en esos tres países aumentó más de un 100% desde el año pasado, de más de 10 millones a los más de 23 millones actuales”, señalo el informe de las organizaciones humanitarias. “Y como telón de fondo, una deuda asfixiante que se triplicó en una década, de 20.700 millones de dólares en el 2012 a 65.300 millones en el 2020, cuyo pago consume los recursos destinados a servicios públicos y protección social.” Las organizaciones también le recriminan a las principales potencias occidentales no hacer más para paliar la situación. De hecho, mientras EE.UU. y sus secuaces de la OTAN fomentan de una forma demoniaca la guerra en Ucrania, lo cierto es que Sri Lanka está fuera del radar. Pero los líderes de lugares más cercanos están bastante más preocupados. Dicen que durante su viaje de la semana pasada a Moscú, el presidente de Indonesia, Joko Widodo, tenía muy presente la situación en Sri Lanka. En su gira, Widodo instó a poner fin a las hostilidades y solicito al presidente ruso Vladimir Putin, “para que alivie las condiciones que frenan las exportaciones de granos y fertilizantes ucranianos”, cruciales para el resto del mundo, aunque todos sabemos que es culpa exclusiva de EE.UU. quien a pesar de saber que la guerra que propicio en Ucrania es una causa perdida, insiste en proveerle de armas - que luego el régimen colaboracionista tendrá que pagar - buscando que continúe desangrándose inútilmente. “El principal objetivo de Indonesia es que termine la guerra”, dice Andrew Mantong, investigador de relaciones internacionales del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, con sede en Yakarta. “Si eso no es posible, su segundo objetivo, más alcanzable, es lograr que los suministros de alimentos y fertilizantes de Rusia y Ucrania se reinserten en la cadena global de suministro”. El mes pasado, el asediado Wickremesinghe dijo que su gobierno estaba evaluando comprar petróleo ruso, a pesar de las sanciones occidentales. El hoy ex-primer ministro srilankés lamentó que la guerra en Ucrania haya acelerado la “contracción económica” de Sri Lanka y advirtió que su país no será el único. “Creo que para fin de año se verá el impacto en otros países”, dijo en aquella ocasión. “Los países dejaron de exportar alimentos y hay escasez a nivel mundial” aseveró. Y no le falta razón. Pero hay que reconocer que los problemas de Sri Lanka comienzan de muy atrás. En efecto, cuando en 1948 la por entonces llamada Ceilán obtuvo su independencia del Reino Unido, nada cambio para la población ya que quienes se hicieron con el poder procedieron a enriquecerse a costa del país, aplastando con gran violencia toda protesta. Para colmo, este clima de sangrienta represión dio origen al levantamiento de los Tigres de Liberación del Eelam Tamil - también conocidos como Tigres Tamiles - quienes buscaban la independencia del noroeste de la isla, ya se sentían discriminados por la mayoría cingalesa, dando origen a una guerra civil de 20 años (entre 1983 y 2009) que causó más de 100.000 muertos. Un baño de sangre del cual salió triunfante Gotabaya Rajapaksa - quien fue ministro de Defensa de su hermano Mahinda hasta el 2015 - el aprovecho ese “prestigio” para sucederlo en el 2019 siguiendo así con “la tradición familiar” de disponer del país a su antojo, pero ello se acabó. Entretanto, un cúmulo de desgracias se fue sucediendo hasta desembocar en un debilitamiento total de su economía. Si el tsunami del 2004 en el Índico dejó graves daños del cual el país nunca se pudo recuperar, los atentados del 2019 contra cinco hoteles de lujo y tres templos cristianos - obra de terroristas islámicos - con un balance de 260 muertos y 500 heridos, le asestaron un golpe brutal. El turismo, ya resentido por ellos, terminó de hundirse con la pandemia de Coronavirus. Sin olvidarnos por cierto como otra causa del actual desastre, la corrupción rampante del dictador y su familia, quienes vivían en una insultante opulencia en medio de un país en ruinas, acaparando asimismo los puestos del poder que se lo repartían entre ellos. Es obvio que ante semejante espectáculo de degradación moral, la ira fue entonces adueñándose de la población. Y el régimen, desde las primeras grandes protestas en marzo, respondió con una dura represión policial, bloqueando el acceso en Internet a las principales redes sociales, lo que aumentó la indignación y que al final dio el paso a la violencia exacerbada del último fin de semana que origino la caída de la dictadura. Pero Sri Lanka solo fue la primera víctima de una escalada de países que, debido a su extremada pobreza y corrupción de sus gobernantes, envueltos además en interminables guerras civiles, se encuentran en riesgo de seguir ese tormentoso camino ¿Cuál será el siguiente? :(

EXPLORANDO LO DESCONOCIDO: Los misterios que esconde el fondo submarino en la Tierra

Como sabéis, el fondo de los océanos es el lugar menos explorado de nuestro planeta. De hecho, conocemos mejor la superficie de Marte que las profundidades marinas, y ello debido a que ha sido inaccesible hasta hace poco tiempo. Si bien actualmente disponemos de cámaras robots para visitar rápidamente esos extraños lugares, es muy poco lo que se ha podido descubrir debido a las altas presiones existentes que pueden destruirlos fácilmente, por lo que nuestro conocimiento es muy limitado, a lo que debemos agregar que apenas se ha mapeado un 10% del total, por lo que seguimos ignorando que esconde el resto, que permanece inexplorado. Desde hace cientos e incluso miles de años, ha habido personas dedicadas de un modo u otro a la ciencia, en especial a estudiar el universo que nos rodea y las características de nuestro planeta. Obviamente, es normal querer saber más del mundo en el que vivimos, especialmente de ciertos lugares que resultan especialmente difíciles de explorar, como las cumbres más altas o las cuevas más profundas. Pero sin duda alguna, el lugar más misterioso de nuestro planeta son los océanos, que cubren más del 70% de la superficie de nuestro planeta, y han sido la fuente de numerosos mitos y leyendas para culturas de todo el mundo, acerca de lo que podemos encontrar allí, desde monstruos submarinos, ciudades sumergidas o morada de los dioses. Y es que al no tener conocimiento tangible de lo que se esconde en esos oscuros abismos, la imaginación entro en juego para tratar de suplirlos. A fin de cuentas, apenas hemos podido explorarlos. De por sí las zonas más superficiales han pasado milenios fuera de nuestro alcance, ya que estábamos limitados por navíos lentos y tecnología poco avanzada. En el último siglo esa barrera se ha superado, especialmente en las últimas décadas, gracias a nuevas tecnologías de navegación y mapeado. Y por supuesto, a barcos mucho más potentes. No obstante, cuando se trata de las profundidades marinas - como anotamos líneas arriba -la situación es muy distinta. Como es lógico, la tecnología de la que disponíamos antiguamente no nos permitía descender demasiado, por lo que el fondo del océano continúa rodeado de misterio. Pero la situación tampoco ha cambiado mucho en el último siglo, y seguimos afrontando dificultades considerables para descender a zonas muy profundas. De hecho, actualmente nos resulta extremadamente difícil llegar al fondo del océano en varios lugares de la Tierra. La culpa de esto la tiene - como hemos dicho - la presión. A mayor profundidad, mayor presión ejerce el agua, lo que de por sí hace que los humanos no podamos bucear más allá de unos pocos cientos metros de profundidad. Y bucear tan profundo es un auténtico logro. Con submarinos y robots subacuáticos, hemos podido conseguir bajar mucho más. Estos navíos están diseñados para aguantar la presión, y hay algunos hechos especialmente para descender a los lugares más profundos del océano, aunque por breve lapso de tiempo. Pero incluso - reiteramos - con la ayuda de esos vehículos, gran parte del fondo del mar continua sin explorar. La tecnología de sonar nos ha permitido mapear un pequeño porcentaje del suelo oceánico, pero no tenemos ninguna información del resto. Curiosamente, el fondo del mar oculta muchísimas cosas increíbles, de las que sabemos bastante poco. Y es que contra todo lo que uno pueda imaginar, existe vida en esos insondables abismos. Peces monstruosos y luminosos de aspecto fantasmal - como si hubieran sido sacados de alguna película de ciencia ficción - pudieron ser filmados a semejantes profundidades. Pero no es ni mucho menos, la única sorpresa que podemos encontrar. Las profundidades oceánicas son un lugar extraño, y esconden cosas que parecen no tener lógica alguna. Si bien la ciencia es capaz de explicarlas, pero eso no hace que estos fenómenos sean menos sorprendentes. ¿Podéis imaginaros lagos, ríos y cascadas en el fondo del océano? La idea suena casi ridícula. A fin de cuentas, ¿cómo es posible que haya otros cuerpos de agua dentro de un océano? Por extraño que pueda parecer, estos fenómenos no son una rareza en el fondo marino. En diversas partes del mundo se han encontrado ríos, lagos e incluso cascadas dentro del océano. Por ejemplo, la mayor cascada del mundo está en el océano Atlántico, en el estrecho entre Groenlandia e Islandia. Esta cascada desciende unos tres kilómetros hasta el fondo oceánico, lo que la hace tres veces más alta que la mayor cascada que podemos encontrar en la superficie. Estas cascadas submarinas, al igual que muchos ríos y lagos que pueden encontrarse en el fondo de los océanos, están causadas por algo sorprendentemente simple: la diferencia de densidad entre el agua fría y el agua caliente. En esa zona convergen corrientes de agua fría y agua caliente. El agua fría, al ser más densa, fluye por debajo del agua caliente, y desciende por una pendiente en el fondo del océano, creando una cascada de muchísimo caudal. También hay otro motivo por el que pueden crearse cascadas, ríos y similares bajo el agua. Una razón muy habitual es la concentración de sal en el agua. Por ejemplo, muchos lagos submarinos tienen concentraciones de sal muy elevadas. La sal hace que ese agua sea mucho más densa que la que hay en su entorno, y se concentra formando lagos. Además estos lagos submarinos suelen tener grandes cantidades de metano, que pese a ser tóxico para la mayoría de seres vivos, también es una fuente de nutrientes para algunas bacterias y moluscos. Los niveles mayores de sal, junto a una mayor concentración de sedimentos, también contribuyen a la formación de ríos submarinos como el que se encontró hace unos años en las profundidades del Mar Negro y cerca de la costa de Australia; Asimismo, encontremos volcanes en las profundidades. Si bien durante mucho tiempo se creía que estaban limitados a la superficie, por encima del nivel del mar. Pero siempre han habido volcanes totalmente ocultos a nosotros: los volcanes submarinos. Algunos están lo suficientemente cerca de la superficie como para que las erupciones expulsen lava, rocas y nubes de ceniza fuera del mar. Pero la mayoría se encuentran en zonas extremadamente profundas de los océanos. Como tal, los volcanes submarinos no se empezaron a estudiar hasta hace algunas décadas, por lo que la información al respecto es limitada. Ello debido a que descender al fondo del océano no es fácil, y menos aún cerca de un volcán. Actualmente, se están dedicando numerosas investigaciones a aprender más sobre ellos, y por un buen motivo: están estrechamente relacionados con la tectónica de placas, y hay razón para creer que pueden ser más destructivos que los volcanes en la superficie. Se sabe además que el 75% de la actividad volcánica de nuestro planeta procede de volcanes submarinos. Es frecuente encontrarlos en zonas de fracturas de la corteza oceánica, aunque son muy comunes en todo el fondo marino. Asimismo, son bastante peligrosos. Cuando uno de estos volcanes entra en erupción puede causar fuertes terremotos y tsunamis. Por lo que incluso si están muy lejos de zonas habitadas, pueden provocar una catástrofe. Y los efectos de la erupción de un solo volcán de este tipo pueden notarse por todo el mundo; De otro lado, el fondo marino alberga fumarolas hidrotermales creadoras de vida. Estas son como géiseres en pleno fondo marino. Expulsan agua a cientos de grados de temperatura, gracias al magma que circula bajo la corteza oceánica. Además, ese agua está mezclada con diferentes minerales. Las primeras fumarolas se encontraron por casualidad en 1977, cerca de las Islas Galápagos. Un grupo de científicos estaba investigando una zona volcánica submarína cuando detectaron cómo en ciertas zonas muy concretas, la temperatura aumentaba varios cientos de grados. Por si ese descubrimiento no les parecía suficiente, las fumarolas hidrotermales les reservaban otra grata sorpresa. Y es que el entorno de estas fuentes submarinas está repleto de vida. El calor extremo que generan y los minerales tóxicos que emiten las fumarolas no crean un entorno especialmente agradable. Además, a esas profundidades no llega la luz solar, y la presión es altísima. En esas condiciones sería de esperar que la vida lo tuviera difícil para triunfar. Pero el entorno de las fumarolas está repleto de bacterias que usan los minerales tóxicos para producir energía y sobrevivir. Algunos estudios sugieren que las fumarolas podrían estar relacionadas con el origen de la vida en la Tierra; Por último , aunque no menos importante es la extraña vida que existe a miles de metros de profundidad. Pero esta no se limita a bacterias y otros microorganismos. Hay animales de diversos tipos, aunque su apariencia suele ser muy diferente a lo que estamos acostumbrados a ver. Sucede que las criaturas que viven en la región abisal y hadal de los océanos (es decir, las zonas más profundas) están adaptadas a las condiciones extremas, especialmente a la presión y a la carencia de luz y de alimento. Esto suele implicar cuerpos muy blandos como los de las medusas o los pulpos, y apariencias que en general parecen casi monstruosas. Unas de las criaturas abisales más conocidas son los calamares gigantes, monstruos han sido origen de muchas leyendas a lo largo del tiempo, y aparte de estar muy bien adaptados a las profundidades, parte de su anatomía parece haber evolucionado para luchar contra los cachalotes. Otra característica muy común en los seres vivos de las profundidades es la bioluminiscencia, que implica que algunas especies son capaces de emitir luz con su propio cuerpo, gracias a procesos químicos internos. Los propósitos de esta llamativa característica son variados. La luz puede servir como trampa para otros peces, como método de camuflaje, para ver a potenciales depredadores, o incluso como método de comunicación y señal de alarma. Como podéis notar, los seres vivos de las profundidades son extraños de numerosas maneras, debido probablemente a las condiciones en las que su especie ha vivido durante miles o incluso millones de años. Y como el fondo de los océanos está en gran parte inexplorado, especialmente a esas profundidades, se desconoce cuántas especies habitan esas regiones. No es nada raro que con cada inmersión, los científicos encuentren varias especies nuevas. En lo que respecta a animales, siempre hay algo por descubrir en el fondo de los océanos :)
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