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miércoles, 24 de noviembre de 2021

EE.UU.: Ciegos ante la realidad

Para nadie es un secreto que tanto los EE.UU. como la OTAN nunca han sido honestos con Rusia y que hace mucho tiempo han perdido la capacidad de comprender que existe una nueva realidad geopolítica subrayada por el hecho de que cuando el Kremlin advierte acerca de la existencia de “una línea roja que no debe cruzarse por ningún motivo” lo dice muy en serio Y quienes lo hicieron en el pasado provocando a los rusos - como Carlos XII, Hitler y Napoleón - terminaron muy mal. Pero por lo visto hay quienes se empeñan en no aprender las lecciones de la historia e insisten en su agresiva campaña propagandística contra Rusia, sin importarles en lo más mínimo que si continúan por ese camino pueden desatar una conflagración nuclear que sería el fin de la humanidad ¿Es ello lo que realmente buscan? Precisamente hace una semana, el presidente Vladimir Putin dijo que Occidente debería tomar en cuenta las advertencias rusas de no cruzar sus "líneas rojas" a la ligera: “A nuestros adversarios les hemos expresado constantemente nuestras preocupaciones sobre estos asuntos y les hicimos saber de la existencia de unas líneas rojas que no deben cruzarse por ningún motivo”, comento en una reunión de alto perfil con diplomáticos rusos en el Kremlin. “EE.UU. y sus socios son peculiares en el sentido de que tienen una muy - ¿cómo decirlo suavemente? - enfoque superficial de nuestras advertencias sobre no cruzar las líneas rojas” aseveró. Esta no es la primera vez que el líder ruso advierte a Occidente sobre las "líneas rojas" de Rusia y las consecuencias de cruzarlas. En abril pasado, declaró en referencia a Ucrania: "Realmente no queremos quemar puentes", y agregó que “aquellos que confunden esta postura con debilidad deben saber que la respuesta de Rusia [a cualquier agresión] será asimétrica, rápida y dura. Decidiremos por nosotros mismos en cada caso dónde está la línea roja”. Como recordareis, gran parte de la inestabilidad geopolítica que se observa en Europa hoy en día con respecto a los desacuerdos entre Rusia y la OTAN se remonta a la expansión de la alianza atlántica en Europa del Este tras el derrocamiento de los regímenes comunistas impuestos por la fuerza tras la II Guerra Mundial, y al impacto que esto tuvo en el Tratado de las Fuerzas Convencionales en Europa (CFE), promulgado en 1990 para gestionar la reducción de los grandes ejércitos terrestres que habían sido reunidos por los EE.UU. y la OTAN por un lado, y la Unión Soviética y el Pacto de Varsovia por el otro. Sin embargo, las verdaderas intenciones de Washington y “sus aliados” eran muy distintos ya que desde el primer momento tenían en mente el desmembramiento de Rusia. Es por ello la perfidia mostrada por los EE.UU. y la OTAN al violar las múltiples garantías dadas al entonces dictador soviético Mijaíl Gorbachov en 1990 de que la OTAN “no se aprovecharía de las cambiantes realidades geopolíticas sobre el terreno en Europa” tratando de atraer a ex miembros de la disuelta Unión Soviética. Pero lo que realmente sucedió está registrado y es bien conocido, ya que fue lo que hizo desde el primer momento, aprovechando el caos y el desgobierno en Rusia tras la caída del comunismo y la llegada al poder de un debilitado Boris Yeltsin, que se mostro incapaz de hacerles frente. Quizás menos explorado es el impacto que tuvo esta violación desenfrenada de lo que había sido una “línea roja” soviética crítica en el Tratado FACE. La combinación de la disolución del Pacto de Varsovia y la expansión de la OTAN hizo que el tratado, tal como se negoció originalmente, fuera un documento en gran parte discutible, sus términos y las razones detrás de esos términos fueron superados por los acontecimientos. Para insuflar nueva viabilidad al tratado, ambas partes negociaron el Acuerdo de Adaptación al tratado CFE , modificando sus términos para adaptarse a la realidad de la Europa de la posguerra fría. Pero cuando Rusia insistió en que se modificara el tratado para abordar esta nueva realidad, los EE.UU. y la OTAN lo rechazaron. Simultáneamente con la expansión de la OTAN y el socavamiento de la intención del Tratado FACE, los EE.UU. y la OTAN cooperaron en socavar la seguridad rusa. En el 2002, Washington se retiró del Tratado de Misiles Anti-Balísticos y casi de inmediato comenzó a crear instalaciones de defensa antimisiles en los nuevos países de Europa del Este, integrantes de la alianza militar. La combinación de la expansión de la OTAN, la anulación del Tratado CFE y la instalación de sistemas de defensa antimisiles capaces de derribar misiles rusos llevó a Moscú a suspender su membresía en el Tratado CFE, lo que, a su vez, le permitió redistribuir fuerzas dentro de sus propias fronteras para cumplir estas nuevas amenazas. Para los EE.UU., la revitalización de la dinámica de la Guerra Fría de "nosotros contra ellos", en lo que respecta a Rusia, fue impulsada menos por las necesidades de seguridad nacional que por la realidad política interna. Creyendo ilusoriamente haber "ganado" la Guerra Fría, Washington se resistía a ser visto como algo menos que completamente victorioso en su enfoque hacia su antiguo enemigo “vencido”. Pero la expansión de la OTAN, aunque fue un acto de oportunismo geopolítico, no pudo generar el tipo de perfil de "amenaza" capaz de sostener una alianza basada en la necesidad de un enemigo digno del gasto de recursos exigidos. Rusia alrededor del año 2000 todavía no era una amenaza para la OTAN, ya que estaba en plena reconstrucción y ninguna cantidad de golpes de pecho y posturas por parte de los EE.UU. podría alterar esa realidad. Sin embargo, la desintegración de Yugoslavia permitió a la OTAN “liberarse” de la noción de que existía únicamente como una alianza defensiva. Cuando los EE.UU. recurrió a la OTAN para que lo ayudara en sus agresiones criminales a Afganistán e Irak, el bloque atravesó una crisis existencial en la que los EE.UU. explotó las divisiones entre la "vieja" y la "nueva" Europa. Mientras que Francia y Alemania (es decir, la "vieja Europa") desconfiaban de enviar tropas en apoyo de la invasión y ocupación estadounidense de Irak, la "nueva" Europa, en forma de Polonia, Ucrania y Georgia, dio un paso al frente. Y, como para compensar sus deficiencias en Irak, la "vieja Europa" abrazó plenamente un ejercicio de reconstrucción nacional en Afganistán, que quedó subordinado a las políticas quijotescas de contraterrorismo de la autodenominada “Guerra Global contra el Terrorismo” liderada hipócritamente por los EE.UU., creador y financista de ISIS y Al Qaeda. La división de la OTAN / Europa en campos políticos basada en su respectiva voluntad de apoyar los objetivos políticos estadounidenses que tradicionalmente quedarían fuera del marco de una alianza militar transatlántica, dio origen a una realidad esquizofrénica dentro de la OTAN, donde el consenso se definió por la voluntad de la organización, para apoyar los objetivos de la política estadounidense. Afganistán se convirtió en el patrón oro de la relevancia de la OTAN, con la "vieja" y la "nueva" Europa comprando con fuerza la misión de reconstrucción de la nación… que ellos mismos habían destruido. Cuando la expansión de la OTAN condujo a conflictos inevitables con la renacida Rusia por Georgia (2009) y Ucrania (2014), la alianza transatlántica, distraída por Afganistán, luchó por formular una respuesta coherente. Cuando la misión de la OTAN en Afganistán colapsó en el 2021, ante una retirada precipitada de los EE.UU. de una manera por lo demás cobarde y vergonzosa, la alianza atlántica entró en una crisis de identidad a gran escala. Es indudable que tanto la OTAN como los EE.UU.se enfrentan actualmente a una crisis de legitimidad en lo que respecta a la razón de ser de la alianza tras la humillante debacle de sus fuerzas en Afganistán. Sin aventuras extranjeras en juego que “justifiquen” su existencia, la OTAN ha buscado una vez más revivir los recuerdos de la Guerra Fría en su búsqueda de relevancia, acusando falsamente a Rusia - por ejemplo - “de estar preparando para este invierno la invasión de Ucrania” (?), por lo cual la Casa Blanca está considerando la opción de enviar asesores militares y armamento avanzado al régimen colaboracionista de Kiev. Dado su negro historial de comportamiento, no debería sorprender que, al hacerlo, la OTAN y los EE. UU. continúen repitiendo la tendencia de ignorar las advertencias rusas. Sin embargo, el problema es que la OTAN y los EE. UU. han estado en el negocio de violar las fronteras en todo el mundo durante tanto tiempo que se han vuelto peligrosamente daltónicos cuando se trata de determinar la amenaza potencial y las posibles consecuencias de sus acciones agresivas. Se dice que el diablo ciega a quienes los que quiere perder, por lo que aquellos que buscan afanosamente la guerra con Rusia, están condenados a su destrucción :)

GOOGLE PIXEL 6A: Siguiendo la tendencia

Continuando con la saga de los Google Pixel 4a y Google Pixel 5a, todo indica que veremos un Pixel 6a este año. Las primeras imágenes filtradas del dispositivo nos muestran algo curioso: un diseño calcado al Pixel 6, pero con un aprovechamiento frontal aún mejor. Contando con la misma cámara y diseño de su hermano mayor, este Pixel 6a tiene unas cuantas papeletas para convertirse en el Pixel más equilibrado de la familia. Además, será un dispositivo más pequeño y compacto, según la fuente. El Google Pixel 6a se ha filtrado a manos de OnLeaks, uno de los filtradores más certeros del momento. En esta generación, el diseño del Pixel 6a será calcado al Pixel 6 según la fuente, salvo por un detalle: los marcos superior y laterales están mejor aprovechados que en el propio Pixel 6. Respecto a las medidas del dispositivo, se esperan 152.2 x 71.8 x 8.7 mm. Se mantiene el agujero en pantalla y la generosa barbilla inferior, así como la parte trasera protagonizada por una enorme franja horizontal, que albergará una doble cámara. Según la fuente, se respetaría el sensor GN1 de Samsung que monta el Pixel 6, por lo que los resultados fotográficos serán idénticos o muy similares. Los recortes llegarán en el procesador, del que se espera una versión Lite del Google Tensor o un Qualcomm Snapdragon 778G. La versión base partirá de 6 GB en lugar de los 8 GB de su hermano mayor, y el panel pasa a ser de 6,2 pulgadas frente a las 6,4 del Pixel 6. Pequeños recortes no demasiado relevantes para la experiencia de usuario, pero que se traducirán en un menor precio. Este Pixel 6a parece que ofrecería la misma configuración de cámaras que el Pixel 6. Es decir, una cámara trasera principal de 50 megapíxeles f/1.85 OIS y una angular de 12 megapíxeles f/2.2. El sensor de huellas también abandonaría la parte trasera para integrarse en la pantalla como en sus hermanos de gama alta. Por la filtración y recreación de su dinero podemos ver que Google eliminaría el conector de auriculares 3,5 mm en su gama media que hasta ahora Google había mantenido en su gama más económica. Siguiendo los pasos del Pixel 5a, se espera que el Pixel 6a también tenga resistencia al agua y al polvo. Lo que es un misterio es si Google añadirá a su gama media por fin la carga inalámbrica. En cuanto a especiaciones internas también son desconocidas. Se especula que Google podría lanzar un procesador Tensor de gama media, que podría venir acompañado por 6GB o 8GB de RAM y 128GB de memoria interna, pero esto ya son especulaciones. Al igual que su precio. Teniendo en cuenta que el precio del Pixel 6 es de 599 dólares (649 euros) y el Pixel 5a de 449 dólares, el Pixel 6a tendría que tener un precio similar a este último. A nivel de disponibilidad aún no hay noticias, pero la llegada de este Pixel 6a no debería ser demasiado lejana, pero si ya se ha filtrado podría salir al mercado en la primera mitad de 2022. Quizás el Pixel 6a salga durante el primer trimestre de 2022 junto a Android 12L, o quizás en mayo durante el Google I/O 2022, que era la fecha original del lanzamiento de los Pixel de gama media. Quedará por ver la estrategia a nivel de precio ya que, de ser tan agresiva como en el Pixel 4a, estaremos ante uno de los teléfonos más equilibrados de la gama media :)

THANKSGIVING: De vuelta a sus orígenes

Se trata de una festividad que en los EE.UU se celebra con carácter anual el cuarto jueves de Noviembre, ya que también se conmemora en Canadá el segundo lunes de Octubre. Pero, ¿cuál es su historia? ¿Qué significado tiene la expresión Thanksgiving pilgrims? Como sabéis, prácticamente todas las culturas del mundo han realizado, y muchas mantienen, celebraciones de agradecimiento a sus correspondientes divinidades por la bendición de una abundante cosecha. Las vacaciones de Acción de Gracias (Thanksgiving holidays) americanas comenzaron siendo un sencillo banquete de acción de gracias en los tempranos días de las colonias americanas, hace casi cuatrocientos años. En la cultura estadounidense, Thanksgiving nació como un “harvest festival”, es decir, una simple fiesta de la cosecha. De ahí que muchos de los símbolos de Thanksgiving tengan que ver con el mundo de las cosechas y de los campos en general: calabazas (pumpkins), hojas de parra (fig leafs), o espantapájaros (scarecrows). Los orígenes de Thanksgiving se remontan al año 1620 cuando un barco (el Mayflower) con más de 100 colonos ingleses cruzó el Atlántico para instalarse en el Nuevo Mundo. Este grupo de “pilgrims”, de fuertes convicciones religiosas, se oponía a las creencias de la iglesia anglicana y al final tuvo que emprender la travesía del océano para escapar de la horca. Los peregrinos (pilgrims) se instalaron en el que es ahora el actual Estado de Massachussets, concretamente en la histórica colonia de Plymouth Rock. Su primer invierno en el Nuevo Mundo fue extremadamente difícil. Pasaron hambre, frío y murieron la mitad de los colonos. En la primavera siguiente, ayudados por los indios Wampanoag, aprendieron a sembrar maíz, una planta antes ignorada para los colonos. Los nativos les enseñaron también a cultivar otros alimentos, a cazar y a pescar. En el otoño de 1621 fueron recolectadas generosas cosechas de grano, cebada, frijoles y calabazas. Los colonos, como muestra de agradecimiento religioso organizaron un festín, que los americanos han denominado históricamente así: The America’s First Thanksgiving. Los “pilgrims” invitaron al Gran Jefe y a 90 indios de su tribu Wampanoag. Los indios llevaron carne de ciervo para ser asada y pavos (turkeys). Los colonos (pilgrims) habían aprendido cómo cocinar los arándanos y prepararon las diferentes clases de grano sobre vajillas desconocidas para los indígenas. Para este primer día de Acción de Gracias, los indios habían llevado hasta palomitas de maíz. De aquí se desprende que incluso hoy día Thanksgiving and pilgrims sean expresiones estrechamente unidas. En los siguientes años, muchos de los colonos originales celebraron la cosecha de otoño con un banquete de gracias (thanksgiving). Luego de que los EE.UU. consiguieran la independencia, el Congreso (Council) recomendó un día anual de acción de gracias para que la nación entera se divirtiese. George Washington sugirió la fecha el 26 de noviembre como Día de Acción de Gracias (Thanksgiving day). Pero no sería hasta 1863 cuando, al final de de una larga y sangrienta guerra civil, Abraham Lincoln pidiera a todos los americanos festejar el último jueves de noviembre como el Día de Acción de Gracias. Desde entonces, es una fecha para compartir bendiciones y buenos deseos con la familia y los seres más cercanos. A pesar de las distancias tan grandes existentes entre territorios de los EE.UU. los miembros de familia se reúnen en el hogar del pariente de más edad, el más veterano, generalmente los abuelos. Todos reunidos dan gracias por todo lo bueno que tienen y piden bendiciones (blessings) juntos para los suyos. En este espíritu de compartir, grupos cívicos y organizaciones caritativas ofrecen una comida tradicional a los más necesitados de su comunidad, en particular, a los sin hogar. En la mayor parte de mesas de los EE.UU. los productos de alimentación que se sirvieron en la primera acción de gracias histórica - el primer Thanksgiving - se han hecho tradicionales y no pueden faltar. Entre ellos podemos destacar: el maíz (corn), las calabazas (pumpkins), la salsa de arándano (cranbery’s sauce), y obviamente el pavo relleno (stuffed turkey). La reunión también suele girar en torno al partido de fútbol clásico de la fecha. Además, las grandes tiendas suelen realizar desfiles con carrozas y personajes infantiles. El de Macy's que se realiza en New York desde 1927 es el más esperado y ahora con mayor razón ya que regresa en su completa y mejor versión - luego de haber modificado su itinerario y la forma de celebrar el año pasado debido al Coronavirus - prometiendo traer toda la diversión posible. El desfile comenzará en West 77th Street a las 9 am, se dirigirá hacia el sur por Central Park hasta llegar a Columbus Circle, posteriormente avanzará hacia el este por West 59th Street. Seguirá su camino por Sixth Avenue hasta 34th Street para finalizar frente a la tienda Macy’s cerca del mediodía. Para quien no pueda llegar al desfile, éste será transmitido por la NBC a cadena nacional para todos aquellos que quieran celebrar el día desde la comodidad de su casa. El evento también será transmitido por la plataforma nbc.com/live para aquellos que están fuera de los EE.UU. Venga, a que no hay motivo para no apreciarlo:)
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