Australia acaba de unirse a EE. UU. y el Reino Unido en una "nueva iniciativa de seguridad mejorada" llamada AUKUS con el objetivo tácito de coordinar las escaladas militares contra China, uno de sus adversarios potenciales más cercanos de Washington, por lo que no debe sorprender a nadie que tras su humillante derrota en Afganistán, haya redirigido sus recursos a la estratégica región de Asia y el Pacífico. Sin embargo, una de las primeras “victimas colaterales” de este juego de poder ha sido Francia que fue la gran perjudicada al ser cancelado el jugoso contrato que tenía con Camberra para proveerles submarinos que reemplacen a los que actualmente posee, pero que ahora serán Washington y Londres quienes se los proporcionaran, desatando la ira de Paris y ocasionando una grave crisis diplomática, al retirar Macron sus embajadores para “consultas” de los países mencionados, algo que nunca había ocurrido en la historia. “Esto no se hace a los aliados” mascullo rabiosamente el presidente francés, quien anuncio que tomara represalias por ello. Sucede que Australia tenía inicialmente en mente mantener operativos sus actuales seis submarinos diesel, pero ahora gracias al polémico acuerdo alcanzado con los EE.UU. y el Reino Unido, podrá adquirir ocho submarinos de propulsión nuclear, a pesar de no tener ni la mano de obra capacitada ni la infraestructura nuclear necesaria para mantenerlas. Esta es la historia de unas adquisiciones militares impulsadas geopolíticamente que colocara a la isla al alcance de los misiles nucleares chinos. Australia es una nación insular cuya supervivencia depende de su capacidad para acceder a líneas estratégicas de comunicación marítima (SLOC) para que los vínculos comerciales esenciales puedan funcionar de forma sostenida. En resumen, si cualquier nación o grupo de naciones cortara los vínculos marítimos de Australia con el resto del mundo, el país eventualmente colapsaría. Y es que, a pesar de su impresionante masa terrestre, se trata de una nación relativamente pequeña, con una población de poco menos de 26 millones (lo que la coloca en el puesto 55 en la clasificación mundial) con un PIB de 1,3 billones de dólares (el13 en el mundo), quienes se concentran preferentemente en las costas meridionales, ya que el resto del territorio al ser un desierto, prácticamente esta deshabitado. El presupuesto de defensa del 2021 hizo que Australia gastara 2,1% de su PIB, o alrededor de AU $ 44,6 mil millones. Un poco menos de AU $ 16 mil millones de esto se gastó en la Armada de Australia , que está compuesta por casi 50 buques comisionados y más de 16,000 efectivos. Entre los tipos de embarcaciones en las que Australia confía para su defensa naval se encuentra el submarino de misiles guiados clase Collins , una modificación de la clase sueca Vastergotland de submarinos diesel-eléctricos . Australia compró seis de los submarinos de la clase Collins entre 1996 y 2003. El submarino de la clase Collins utiliza tres motores diésel para cargar baterías gigantes que permiten al submarino operar casi en silencio, una ventaja peligrosa en la guerra naval moderna. De hecho, un submarino de la clase Collins pudo penetrar las defensas de un portaaviones estadounidense durante un ejercicio en el 2000, posicionándose para una 'muerte'. Este incidente no fue un hecho único para el submarino clase Collins, cuyas operaciones silenciosas lo convierten en una de las clases de submarinos más peligrosos en términos de guerra naval desplegada hoy. Sin embargo, hay muchos problemas con esta clase de submarinos. Los defectos de diseño y la escasez de repuestos afectaron su operatividad, lo que les costó a los australianos cientos de millones de dólares en costos de mantenimiento por año. Y aunque cada submarino estaba tripulado por una fuerza de alrededor de 60 personas especialmente capacitadas, solo había suficiente tripulación para operar de tres a cuatro de los submarinos a la vez. Se espera que estos terminen su vida útil antes del 2030. El gobierno australiano optó por un submarino de reemplazo basado en un submarino nuclear francés existente, pero reemplazando el sistema de propulsión nuclear con una configuración diesel más silenciosa. Se planeó construir doce de estos submarinos a un costo que va entre 40.000 y 50.000 millones de dólares australianos. Pero, para el 2021, estas proyecciones se habían disparado a más de AU $ 90 mil millones para construirlos y otros AU $ 145 mil millones adicionales para mantenerlos durante su ciclo de vida. Además, el primer submarino no estaría disponible hasta alrededor del 2034, lo que requeriría que la Armada de Australia emprendiera un costoso programa de extensión de la vida útil de sus submarinos de clase Collins existentes. Washington se percato de ese detalle y decidió “intervenir” sin importarle con ello que traicionaba a Francia. Para nadie es un secreto que los EE.UU. está obsesionado con la necesidad de enfrentar militarmente a China en la región del Pacífico, temeroso de su creciente poderío tecnológico, económico y militar, pero se encuentra en desventaja en lo que respecta a la capacidad y el apoyo regional que le pueden proporcionar sus aliados de la región. Si bien se había apoyado hasta ahora en el Reino Unido para aumentar su presencia naval con el Pacífico - lo que resultó en el despliegue de alto perfil de importantes buques de guerra - lograr que Australia se sume a la campaña contra China se considera una gran ventaja en términos de credibilidad de cualquier elemento de disuasión naval liderado por los EE.UU. Reconociendo el potencial que ofrece la debacle de adquisiciones de Australia con respecto a la continuación del submarino de la clase Collins, el discapacitado físico y mental Joe Biden , junto con el primer ministro británico Boris Johnston, lanzaron al primer ministro australiano Scott Morrison un salvavidas político, lo que permitió a Australia cancelar su costoso proyecto de mantenimiento de sus actuales submarinos , y reemplazarlos con submarinos de propulsión nuclear aún indeterminado, que se desarrollará con los EE. UU. y el Reino Unido en el transcurso de los próximos 18 meses. Como era obvio, Australia se apresuró a aceptar la oferta. Cabe destacar que en la propuesta ofrecida por los EE. UU. y el Reino Unido no se adjuntan detalles concretos: cuánto costará el programa, cómo operará Australia esos avanzados submarinos cuando no tiene ninguna experiencia en energía nuclear y, quizás lo más importante, ¿Cómo planea Australia tripular esos proyectados ocho grandes submarinos cuando apenas puede desplegar cuatro tripulaciones para su actual flota de la clase Collins? Además, más allá de la premisa operativa dictada por los EE.UU. de "desafiar a los chinos", el registro no dice nada sobre cómo la adquisición de grandes submarinos de propulsión nuclear promoverá la seguridad nacional australiana. Fue el silencio y la maniobrabilidad lo que convirtió al submarino clase Collins en un arma potencialmente letal y que ahora insensatamente será dejada de lado. Cualquier flota australiana equipada con submarinos nucleares tendrá dificultades para operar en las aguas poco profundas que definen la mayoría de los SLOC que deberán defender. Además, el ruido y la configuración más voluminosa de un submarino de propulsión nuclear significarán que cualquier fuerza australiana futura será mucho menos capaz cuando se trata de enfrentar a un oponente naval moderno como China, y es mucho más probable que sean detectados y destruidos con relativa facilidad. La realidad es que la oferta de Washington y Londres de proporcionar a Camberra submarinos nucleares es en realidad parte de la política interna proyectada en un mapa geopolítico teórico de la fabricación de los EE.UU. Es más, Australia ya se enfrentaba a una crisis fiscal debido al enorme presupuesto asociado con el reemplazo del submarino clase Collins diseñado por Francia, uno que podría amenazar con derribar al gobierno de Scott Morrison. Por su parte, Boris Johnston sigue desesperado por crear una plataforma desde la que pueda proyectar una imagen de relevancia geopolítica del Reino Unido. Y Biden necesita desesperadamente poder hacer lo mismo frente a la desazón y el desconcierto de un electorado estadounidense que lo apoyaba y que ahora lo critica luego del desastre en Afganistán. Pero el hecho en cuestión es que así como EE.UU. no tiene un contraataque militar significativo para China, el Reino Unido no es capaz de mantener ninguna presencia militar creíble en el Pacífico y Australia no puede permitirse adquirir y mucho menos operar una fuerza de ocho submarinos de ataque de propulsión nuclear, porque no está en la capacidad de hacerlo. Es indudable por ello que el publicitado anuncio de proveer submarinos nucleares a Australia es un error estratégico que colocara a la isla en una posición peligrosa ya que solo exacerbara aun más la crisis geopolítica existente con China al pretender inyectar en la zona una nueva dimensión militar que nunca verá la luz del día :(
Como sabéis, el fabricante surcoreano lleva tiempo dominando el mercado de las tablets junto a Apple. ¿El secreto del éxito de la compañía? Ofrecer una gran variedad de productos para atacar al segmento de la gama alta y gama media. Y el último ejemplo lo tenemos en la Samsung Galaxy Tab A8 2021, que parece estar a la vuelta de la esquina. O esto es lo que se desprende a través de la filtración masiva de 91Mobiles, fruto de una colaboración con Steve Hemmerstoffer, también conocido como @OnLeaks en Twitter. Para aquellos que no estáis enterados de quien se trata, hablamos de uno de los leaksters más famosos por lo que podemos dar bastante veracidad a la información que han publicado. De esta manera, podemos ver cómo será el diseño de la Samsung Galaxy Tab A8 (2021), además de parte de las características técnicas de esta tablet de gama media que podría ser presentada a lo largo de los próximos dos meses. La nueva tablet del fabricante cuenta con un diseño muy semejante a la de su predecesora, la Galaxy Tab A7. De esta manera, nos encontramos con unos marcos frontales amplios para que puedas agarrar este dispositivo sin tener que contar la pantalla. En el lateral derecho está situado el lector de huellas dactilares, además de las teclas de control de volumen. En la parte superior vemos las salidas de altavoces, seguramente firmados por AKG como viene siendo habitual en la familia Galaxy Tab del fabricante. Por último, en la parte trasera nos encontramos otros dos altavoces, puerto USB Tipo C y un conector de audio de 3.5 mm para que puedas usar unos auriculares de cable. Respecto a las posibles características de esta Samsung Galaxy Tab A8 (2021), comenzaremos hablando de su pantalla, formada por un panel de 10,4 pulgadas con resolución Full HD+. No sabemos su tecnología, pero lo más lógico sería que el fabricante apueste por un panel AMOLED. A esto hay que sumarle soporte para Dolby Atmos y dos versiones con WiFi o WiFi y LTE. No tenemos más datos de las posibles características técnicas de esta Galaxy Tab A8 2021 de Samsung, por lo que habrá que esperar a su presentación oficial, o a nuevas filtraciones, para conocer el resto de detalles. Respecto a la posible fecha de lanzamiento y coste de la Samsung Galaxy Tab A8 2021, de momento es un completo misterio, pero podemos suponer que será presentada antes de que acabe el presente año :)
Que Alfa Romeo quiere volver a ser la marca italiana de referencia que antaño competía con Mercedes o BMW, no es algo precisamente nuevo. Sin embargo, bien posicionada ahora como "firma premium" dentro de la nueva estrategia del gran grupo Stellantis, sus proyectos cobran especial importancia ahora y hoy te traemos uno de los más prometedores: el nuevo Alfa Romeo GTV. Luego de asentar en el mercado a los Giulia y Stelvio y de dar carpetazo a sus otros modelos, desde el Giuilietta y el MiTo hasta el deportivo 4C, la marca del biscione prepara una ofensiva completa, repleta de modelos originales y que su nuevo CEO, Jean-Philippe Imparato, quiere coronar con un buque insignia espectacular, un Alfa GTV con 4 puertas y mecánicas electrificadas, al estilo de los BMW Serie 4 Gran Coupé o Audi A5 Sportback. En una reciente entrevista a la publicación británica Autocar, Imparato confirma que el proyecto anterior del GTV que pasaba por aprovechar el chasis del Giulia para concebir un cupé de unos 4,50 metros de largo con 2+2 plazas ha sido cancelado, pero confiesa al mismo tiempo, que el regreso de este icono es uno de sus proyectos predilectos. "Todavía no hay ningún anuncio previsto para esta etapa, pero estoy muy interesado", aseguró el mandatario en alusión al GTV. Recordemos que Jean-Philippe Imparato fue el padre del muy admirado concept e-Legend durante su anterior etapa en Peugeot, un modelo con mecánica eléctrica, un estilo similar a un muscle car y sobre todo una fuerte inspiración en el veterano 504 Coupé, que conquistó a los admiradores de la marca del león. Aunque finalmente este proyecto fue descartado por la gran inversión que suponía para Peugeot, podría no suceder lo mismo con el GTV de Alfa Romeo, que podría justificar la concepción de un modelo de estas características, coupé, retro y eléctrico, con un precio notablemente superior. El Alfa Romeo GTV se ha comercializado durante diferentes etapas en la historia de la marca del biscione, aunque la más recientemente no es precisamente antigua. Un cupé de dos puertas con 2+2 plazas resistió en el mercado desde 1995 y hasta el 2005 para ser relevado entonces por un Brera que nunca logró repetir su éxito. Aunque el sucesor de este modelo será totalmente distinto a sus antecesores, no se descarta que pueda incluir como éstos una versión Spider, ya que Imparato ha confesado también que la nueva gama Alfa Romeo incluirá "tres SUV, una berlina, un supermini y un Spider", empleando esta misma denominación. Hay que subrayar que éste no es el único proyecto que Alfa Romeo tiene en marcha y antes conocer a la versión definitiva del GTV se espera que hagamos lo propio con el Tonale, el SUV compacto de la marca visto en el pasado Salón de Ginebra como concept car y que se posicionará como el hermano pequeño del Stelvio :)