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miércoles, 1 de abril de 2020

ARABIA SAUDITA: Guerra de sucesión

El temor causado por el Coronavirus en el mundo es mayor que el provocado por una guerra convencional porque todos nos encontramos expuestos en primera línea y cualquiera podría ser la próxima víctima de este enemigo invisible potencialmente letal. El mejor paralelo posible es el terror que sienten las personas que se enfrentan a la ocupación de su país por un ejército extranjero hostil; incluso si, en el presente caso, el invasor se presenta en la forma de un virus minúsculo. Es indudable que las consecuencias políticas de la pandemia del Coronavirus (conocido oficialmente por la Organización Mundial de la Salud como COVID-19) ya son vastas porque su imparable avance y las desesperadas medidas tomadas por los gobiernos para combatirlo dominaran por completo la agenda de noticias y continuarán haciéndolo en un futuro previsible, sin imaginar en que puede acabar todo ello…. simplemente de terror. Sin embargo, la historia no se ha detenido por completo debido al virus: los eventos cruciales continúan sucediendo uno detrás de otro, incluso si aquellas personas que están totalmente absortas en la lucha por su supervivencia frente a una nueva enfermedad los ignoran. Muchas de estas crisis no reconocidas pero muy reales están ocurriendo ahora mismo en el Medio Oriente, lugar predilecto donde las grandes potencias se enfrentan tradicionalmente por hacerse con el control de sus ingentes recursos energéticos, ya sea en forma directa o mediante sus aliados en la zona. Uno de estos conflictos desencadenados y que ha sido eclipsado en los medios por la pandemia es la encarnizada lucha por el poder que ha estallado en Arabia Saudita, donde el sádico y ambicioso príncipe heredero Mohammed bin Salman - que padece de graves alteraciones mentales - quien en solo tres años desde su polémica designación, ha silenciado violentamente todas las voces de disidencia en casa con sus críticos bien encarcelados sometidos a crueles torturas e incluso asesinados, acaba de protagonizar una especie de golpe de Estado al arrestar al menos a 20 príncipes, importantes funcionarios del reino y altos oficiales del ejército, incluyendo al ex príncipe heredero Mohammad Bin Nayef y a su tío, el príncipe Ahmed bin Abdulaziz, quienes fueron acusados de conspiradores y podrían enfrentar por ello la pena de muerte. En efecto, la nueva purga de sus parientes cercanos por parte de bin Salman esta motivada por su deseo de eliminar a otros posibles rivales para hacerse con la corona una vez que muera su padre el rey Salmán bin Abdulaziz, de 84 años y quien se encuentra gravemente enfermo. Esta necesidad de resolver la sucesión real se ha vuelto más urgente en las últimas semanas porque las elecciones presidenciales de noviembre en los EE.UU. podrían hacer perder al príncipe heredero un aliado esencial: Donald Trump, quien se ha visto cada vez más desacreditado por sus actos de locura y su caótica respuesta al Coronavirus - que se niega a enfrentar con firmeza por presiones de los grandes empresarios y banqueros de Wall Strett que le exigen que no pare la industria ni decrete la cuarentena como en otros países, así mueran miles de estadounidenses producto de la pandemia, porque perderían millones - y quien enfrenta el surgimiento de Joe Biden como el probable candidato demócrata a la presidencia." Nuestro país no fue construido para ser cerrado" dijo el muy desalmado a modo de excusa. Trump ha sido un apoyo vital para bin Salman, a pesar de su fracaso personal en la criminal guerra de agresión contra Yemen iniciada en el 2015, y que a pesar de los cientos de miles de millones de dólares invertidos en armas, le ha sido imposible de ganar, así como en su comprobada responsabilidad por el bárbaro asesinato del periodista saudita Jamal Khashoggi en Constantinopla (Estambul) en el 2018, quien fue descuartizado en la embajada tras ser detenido por los servicios de seguridad saudíes. Bin Salman nunca ha negado su participación personal en el asesinato y dijo a la PBS el año pasado: “Sucedió completamente bajo mi supervisión. Tengo toda la responsabilidad de lo ocurrido, porque ocurrió por ordenes mías” expreso. A pesar de esta repugnante confesión, bin Salman nunca ha sido juzgado, quedando este atroz crimen en la mas completa impunidad. El registro de juicios erróneos de bin Salman luego de establecerse como el gobernante de facto en Arabia Saudita hace que el Inspector Clouseau parezca un estratega de la estatura insignificante en comparación suya. Cada una de sus iniciativas en el país y en el extranjero ha fracasado, desde la guerra interminable y calamitosa en Yemen hasta la creciente confrontación con Irán que culminó con el ataque con aviones no tripulados y misiles por parte de los hutties yemeníes contra las instalaciones petroleras sauditas en septiembre pasado y que bin Salman insistió en acusar burdamente a Irán sin prueba alguna. La última apuesta de bin Salman fue romper con Rusia e inundar el mercado con petróleo crudo saudita justo cuando la demanda mundial se está derrumbando debido al impacto económico del Coronavirus. En la memoria viva en el Medio Oriente, solo Saddam Hussein mostró una combinación similar de arrogancia y desempeño errático que inspiró empresas desastrosas como la invasión iraquí de Irán en 1980 y de Kuwait en 1990. Cuando una vez se le pregunto a un diplomático ruso que conocía el funcionamiento del círculo íntimo del gobernante iraquí por qué ninguno de sus lugartenientes de alto rango, algunos de los cuales eran inteligentes y estaban bien informados, lo había advertido contra tomar decisiones tan arriesgadas y destinadas al fracaso, contesto: "Porque lo único seguro que se podía hacer en esos momentos era ser más duro que el jefe, ya que mostrar su disconformidad al respecto, significaría traición" explicó el diplomático. Según los informes dados a conocer por la inteligencia rusa, bin Salman muestra una impaciencia similar hacia cualquiera que sea crítico con sus desquiciados planes y ello será su perdición. Cuando se trata de la guerra de precios del petróleo, lo más probable es que el Kremlin haya pensado en ello ocurriría alguna vez y Riad no. Las reservas financieras rusas son altísimas y su dependencia de las importaciones es menor que durante el último conflicto de precios hace cinco años entre los dos mayores exportadores de petróleo, por lo que esta maniobra de bin Salman “sugerida” por los EE.UU. no va a tener ningún efecto en la economía rusa. Por el contrario, todos los estados petroleros en el Medio Oriente quedaran desestabilizados inevitablemente, siendo Iraq un excelente ejemplo debido a su total dependencia de los ingresos petroleros. Irán, que sufre el peor brote del Coronavirus en la región, ya estaba tambaleándose bajo el impacto de las sanciones de los EE.UU. por lo que su situación podría ser cada vez mas incierta. Sin embargo, los rusos pueden acudir inmediatamente en su ayuda afianzando su influencia en la región, como parecen hacer todos los jugadores cuando se sienten demasiado animados por los éxitos conseguidos. Por el momento, lo están haciendo muy bien: en Siria, la ofensiva realizada por las fuerzas del presidente sirio Hafez al Assad con el apoyo de Rusia contra el enclave terrorista de Iblib, a pesar de las amenazas beligerantes del dictador turco Recep Tayyip Erdogan de no hacerlo, demuestra que este en el fondo teme enfrentarse a los rusos, quienes no permitirían que desate una guerra que ponga en riesgo la integridad de Siria, tal como lo ha advertido el mismísimo Vladimir Putin en su reciente encuentro al sátrapa turco, de que un ataque a Damasco seria un ataque a Moscú “y entonces tendría que atenerse a las consecuencias”. Estos acontecimientos en otras circunstancias podrían haber provocado una reacción internacional mucho más fuerte hace dos meses, pero ahora son tratados como espectáculos secundarios e irrelevantes por los países que se enfrentan al Coronavirus, que ya se ha cargado miles de muertos en el mundo. Es fácil olvidar que hace solo 10 semanas, EE.UU. e Irán estaban al borde de una guerra total luego de que el general iraní Qassem Soleimani fuera asesinado en el aeropuerto de Bagdad en un ataque con aviones no tripulados estadounidenses. Luego de una esperada - y anunciada - represalia iraní contra dos bases estadounidenses, ambas partes redujeron su retórica y sus acciones. Es indudable que el Coronavirus este cambiando los cálculos políticos en Medio Oriente y el resto del mundo: un segundo mandato para el Criminal de Guerra Donald Trump parece mucho menos probable que en febrero. Una elección de Biden - un miembro arquetípico del establishment de Washington - podría no cambiar las cosas para mejor, pero restablecería un grado de “normalidad”, comparado con lo que se vive actualmente por obra y gracia de ese retrasado mental que se encuentra en la Casa Blanca. Cabe destacar que la política exterior de Trump en Oriente Medio y en otros lugares siempre ha sido menos innovadora en la práctica de lo que sus partidarios y críticos han afirmado. A menudo, en Irak y Afganistán, fue sorprendentemente similar a lo realizado por el musulmán encubierto Barack Hussein Obama. La mayor diferencia fue el abandono del acuerdo nuclear con Irán, pero incluso allí Trump confió en la "máxima presión" de las sanciones económicas para obligar a los iraníes a negociar. A pesar de toda su palabrería hueca y demenciales amenazas expresadas continuamente, Trump hasta el momento no comenzado una guerra. Pero esto ahora está cambiando de una manera que nadie podría haberlo predicho, porque el impacto político del Coronavirus es muy parecido a una guerra. El panorama político se está transformando en todas partes por esta versión moderna de la Gran Plaga anunciada por el Apocalipsis. Al no querer responder de manera coherente a la amenaza y culpar a otros países de por su propagación, Trump está aislando visiblemente a los EE. UU. Y socavando el papel hegemónico que había desempeñado desde la II Guerra Mundial. Si bien su decadencia había empezado hace mucho, en los últimos años esta se ha hecho incluso mas pronunciada. Su derrota en Siria y Ucrania no ha podido ser más clamorosa, ya que de nada le ha valido financiar grupos terroristas como ISIS o instalar gobiernos títeres para lograr sus objetivos. Incluso el mismo bin Salman en Arabia Saudita demuestra una total incapacidad al no poder vencer a Yemen (un pequeño pais pobre y atrasado de la península arábiga) por lo que mucho menos podría enfrentarse a Irán. Al no ser ya de valor alguno, su destino esta sellado. Incluso, si Biden es elegido como el próximo presidente, los EE.UU. habrán perdido la primacía que pretendían conservar en un mundo pospandémico. Todo tiene su final :)

NIKON D6: Captura el mañana

Desde que se anunciara hace ya unos cuantos meses estábamos esperando que la firma nipona desvelara más detalles del que va a ser su buque insignia, la Nikon D6, una réflex de formato completo para profesionales que se presenta con tres promesas: “Potencia decisiva. Flujo de trabajo más rápido. Fiabilidad absoluta”. En efecto, se trata de una nueva y emblemática cámara DSLR que se lanza como respuesta a los profesionales que no quieren dejar nada al azar, ya sea para transmitir noticias de gran dureza o de deportes internacionales. Y aunque se había especulado mucho respecto al sensor y otros posibles componentes, dos son los aspectos que la marca destaca en la Nikon D6: el sistema AF y la conectividad, dos aspectos sin duda importantes para los profesionales a los que se dirige el modelo y para los que se quiere ofrecer una respuesta adecuada en un momento en el que la competencia es feroz. Por lo que se refiere al autoenfoque, se trata del sistema más potente de Nikon que redefine el sector. El nuevo motor AF es más rápido que nunca. La distribución de 105 sensores en cruz de selección completa tiene una cobertura de densidad 1,6 superior a la D5, por lo que lleva el concepto de precisión a un nuevo nivel. En cuanto a la conectividad, la Nikon D6 ofrece a los profesionales la libertad de crear y enviar imágenes sin restricciones. Esto se materializa en permitir la transferencia de imágenes en tiempo real con las velocidades de transferencia más rápidas del mercado, que no se ralentizan mientras se dispara. Los flujos de trabajo se han optimizado y ahora hay más formas de seleccionar y priorizar las tomas clave para transferirlas, lo que supone una ventaja para los fotógrafos cuando cada segundo es importante. Asimismo, incorpora el mismo sensor de su antecesora, un CMOS FX de 21,33 millones de píxeles, que ofrece una sensibilidad también idéntica al anterior modelo: 100–102.400 ISO. En relación al procesador, se trata del Expeed 6 que lleva también la Nikon D780. Este nuevo chip le permite subir la velocidad de disparo a 14 fps con AF/AE completo, algo mejor que su antecesora (que se quedaba en 12) pero por debajo de la competencia. Por lo demás, la firma destaca sus mayores posibilidades para verificar, seleccionar y transferir las tomas clave a través de la nítida y precisa pantalla táctil de 3,2 pulgadas y la inclusión de dos ranuras para las tarjetas más rápidas que existen hoy en día. Esto en un cuerpo, por supuesto sellado, y con la misma robustez que convirtió a la D5 en una de las cámaras favoritas de los profesionales. En cuanto a su coste y disponibilidad, la Nikon D6 debería llegar a las tiendas el mes de mayo (con retraso por culpa del Coronavirus) con un precio aún no confirmado pero que, según DPReview, será de 6.499 €. De nada :)

DOOM ETERNAL: Sin temor a nada

Era uno de los videojuegos más esperados del 2020 y ya lo tenemos. En efecto, DOOM Eternal se quedó con el récord de ventas en su primer fin de semana, generando dos veces la cantidad de DOOM, su antecesor lanzado en el 2016. Las cifras fueron compartidas por el estudio Bethesda Softworks, que también reveló que tuvo más de 100 mil jugadores en el periodo de dos días. La entrega anterior tuvo un máximo de poco más de 44 mil. Por el lado de las críticas, la gran mayoría le dio puntajes excelentes y casi todas confirmaron que trae un salto de calidad y una renovación de la fórmula respecto del juego anterior. Como sabéis, la esperada secuela del DOOM que se lanzó en 2016 y revitalizó la franquicia como nunca llegó finalmente el pasado 20 de marzo a PC, PlayStation 4, Google Stadia y Xbox One, con una posterior versión para Nintendo Switch en los planes. Ni el Coronavirus pudo impedir su llegada. DOOM Eternal retoma conceptos y mecánicas de su predecesor para invitar a los jugadores a ir por todo e intentar exceder los niveles de violencia para obtener las mejores recompensas posibles durante los sanguinarios combates. Para mantener fresca la experiencia, los desarrolladores de id Software se encargaron de incluir el doble de diseños de enemigos que mostró la entrega anterior, con algunos inspirados en personajes vistos en entregas anteriores de la franquicia. La música combinada con la acción, el diseño de niveles y las armas logran una experiencia ideal para los fans de la saga, que esperaban la nueva entrega desde hace tiempo. El shooter publicado por Bethesda encabezaba las listas de lo más esperado del 2020 para gran parte de la comunidad gracias a lo que fue la entrega anterior. Una de las novedades de DOOM Eternal suma una nueva mecánica de juego. Los distintos demonios a los que se enfrente el protagonista se irán deteriorando y destruyendo a medida que se les inflija daño, algo que no sólo suma visualmente, sino que también invita a probar distintas estrategias con el arsenal de armas a disposición para obtener los mejores resultados. También se incorporó un nuevo sistema de vidas que permitirá que Doom Slayer reaparezca en el mismo lugar donde murió, siempre y cuando tenga vidas extra. Los jugadores deberán recolectar cascos verdes en los distintos mapas para acumular vidas y no tener que volver al último punto de guardado para continuar su camino. El componente multijugador también está presente y fue uno de los factores fundamentales de su primer fin de semana de actividad, como no podía ser de otra manera. La gran novedad de DOOM Eternal en este aspecto es el modo Invasión, donde distintos jugadores pueden unirse a la campaña de otro y enfrentarse a él controlando a distintos demonios. Es una opción que se podrá activar o desactivar según los deseos de cada usuario, pero que propone una interesante experiencia con desafíos muy distintos a los de la campaña normal. Parte de estas novedades se deben a que DOOM Eternal es el primer videojuego desarrollado con el motor id Tech 7, que presenta diez veces más detalles geométricos y una mayor fidelidad de texturas, comparado a su predecesor. Al tratarse de un motor nuevo, se espera que luego de algunos meses del lanzamiento del título, se incluyan importantes actualizaciones para explotar al máximo las capacidades de la nueva tecnología con herramientas como ray tracing, entre otras. El juego cuenta con varias ediciones: Standard (69,99 euros), De Luxe (89,99 euros) y Collectors (199,99 euros) cuyo precio varía por el contenido. Recuerda, con DOOM Eternal el demonio eres tú :)
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