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miércoles, 7 de agosto de 2019

IRLANDA: Reunificación o caos

Con Boris Johnson obsesionado en salir de la UE este 31 de octubre “pase lo que pase”, inclusive mediante un Brexit sin acuerdo, Irlanda debe comenzar a prepararse para una ‘encuesta fronteriza’ que de paso a una posible y esperada reunificación de la isla, que al igual que Chipre, esta injustamente dividida por voluntad de sus ocupantes. Esta semana, un informe de un importante grupo empresarial británico pidió que los líderes del Reino Unido, Irlanda y la UE mantengan conversaciones de emergencia en Belfast en el caso de que se un Brexit sin acuerdo como todo parece indicar, pero Dublín debe hacer más que hablar de soluciones temporales y breves a poner en práctica planes de contingencia de largo plazo. Como sabéis, luego de dos años del caos originado por un Brexit debido a la nefasta gestión de Theresa May que fue incapaz de ponerlo en practica, traicionando a todos aquellos que votaron a favor de abandonar la UE en el referéndum de junio del 2016, todos sabemos que su extravagante sucesor se embarca en un cambio constitucional importante sin una planificación y preparación adecuadas al costo que sea necesario. Ya sea que ello ocurra tarde o temprano, necesariamente tendrá que realizarse - así se oponga Londres - un referéndum acerca de la reunificación de Irlanda, para lo cual hay que estar preparados para evitar cualquier sorpresa. En ausencia del "respaldo" (como parte del acuerdo que Johnson rechaza) para mantener una "alineación reguladora" entre el norte y el sur luego del Brexit, el primer ministro y sus amigos sindicalistas en Belfast han prometido repetidamente que “existe una solución tecnológica para asegurar que se mantenga la frontera abierta y sin fricciones en Irlanda”,sin embargo, no han logrado producir ningún plan de acción viable. Por lo general, se conoce como el problema de la "frontera irlandesa", pero en realidad se trata de una "frontera británica" en Irlanda, que existe solo debido a la división colonial británica de la isla. De todos modos, luego de un Brexit sin acuerdo, será necesario algún tipo de control fronterizo a lo largo de esa línea divisoria antinatural. Por lo tanto, los llamados para una "encuesta fronteriza" - una disposición del Acuerdo del Viernes Santo - que daría origen a un referéndum sobre la unidad irlandesa en ambos lados de la frontera. Sinn Féin, el partido republicano irlandés que presiona más arduamente por la reunificación, ya ha pedido un voto de unidad para seguir un escenario sin acuerdo. La líder del partido, Mary Lou McDonald, dijo esta semana que tal situación representaría un "cambio dramático de circunstancias" para Irlanda, norte y sur, y se le debe dar la "oportunidad de decidir" sobre su futuro juntos. Tiene razón, pero Johnson y los conservadores, naturalmente, no tienen ningún interés en mantener una conversación sobre la unidad irlandesa, a pesar del hecho de que la GFA llama a Londres a ejercer su poder en Irlanda del Norte con "rigurosa imparcialidad" en reconocimiento de los cambios en su estatus constitucional, el cual solo puede ser hecho por los irlandeses. A pesar de la risible afirmación de Johnson de que “está comprometido con este principio de neutralidad”, McDonald no está convencido: “ Le hemos dicho que nadie cree eso, porque tenemos motivos de sobra para creer que no existe ningún tipo de imparcialidad por parte de Londres, nunca lo hubo en el pasado y mucho menos ahora" aseveró. Según el AMG, se debe realizar una votación "si en algún momento parece probable donde la mayoría de los votantes expresen un deseo de que Irlanda del Norte deje de ser parte del Reino Unido y forme parte de una Irlanda unida”. Con el caos originado por la pésima manera en que se ha manejado el Brexit que conllevaría a la posible reinstauración de la frontera que vuelva a dividir Irlanda, ha crecido el rechazo entre ambos lados a su retorno, y cada vez mas voces norirlandesas claman por la reunificación. Será tarea de los nacionalistas irlandeses convencer al secretario, que responde al Primer Ministro en Londres, que las condiciones son adecuadas para una votación. Actualmente, esa persona es Julian Smith, quien llegó a la escena luego de que su predecesor, totalmente incompetente, obtuviera el cargo la semana pasada, y hasta ahora, no parece ser mucho mejor. Mientras las encuestas en el sur han mostrado una clara mayoría a favor de la reunificación, en el norte, la situación es obviamente menos clara y los resultados tienden a variar, pero - como hemos detallado líneas arriba - varias encuestas han mostrado cada vez un mayor apoyo a la unidad en un escenario que se produzca un Brexit sin acuerdo (al igual que Escocia, Irlanda del Norte votó en su contra durante el referéndum, pero de nada les sirvió). Lento pero seguro, incluso algunos miembros más moderados de la comunidad unionista en el norte han comenzado a ver la unidad con Dublín como una mejor opción que quedarse con Londres, donde las decisiones sobre su futuro se toman sin tomarlos en cuenta para nada. Hace más de dos años, Fianna Fáil, el partido que apoya el gobierno de Fine Gael de Taoiseach Leo Varadkar, prometió que “estaba trabajando en un libro blanco que detallaría su plan de 12 puntos para una Irlanda unida”. No hemos tenido noticias suyas desde entonces, y aquí estamos, a dos meses de un inminente Brexit. Si bien es cierto reconocer que la reunificación de la isla no va a suceder inmediatamente luego del 31 de octubre, pero llegará un día en que Londres simplemente no podrá ignorar mas los llamados para una ‘encuesta fronteriza’ por más tiempo, y Smith o su reemplazo se verán obligados a reconocer que es el momento adecuado para hacerlo. Ya sea que eso suceda dentro de un año o cinco años, Dublín necesita ser fuerte y poner el operativo en marcha. Prepararse para una Irlanda unida será un proceso largo, arduo y altamente sensible, cargado de divisiones e incluso el riesgo de un retorno a la violencia, por parte de los unionistas leales a Londres que llevaría al resurgimiento del IRA para combatirlos, lo que podría revivir dolorosas escenas del pasado. Hay demasiados temas polémicos con los que lidiar para continuar poniendo esto en segundo plano. No se trata solo de calcular los costos y beneficios económicos, o de lidiar con la logística de pesadilla de unir dos marcos regulatorios completamente diferentes en un estado nuevo y funcional. Implicará esfuerzos renovados y gigantescos en la construcción de confianza entre las dos comunidades en el norte y, de hecho, entre esas comunidades y el gobierno de Dublín. Ambas partes también tendrán que lidiar con preguntas filosóficas más amplias; Se ha hablado a regañadientes sobre la posibilidad de una nueva bandera y un himno nacional, por ejemplo, algo que a los nacionalistas no les causa gracia alguna. También ha habido llamados para el comienzo de un foro en toda la isla sobre el tema de la reunificación y deben ser atendidos. Esto no es algo que podamos deambular a ciegas. Sin una preparación adecuada, tratar de negociar una nueva Irlanda unida en caso de un voto exitoso para la reunificación podría terminar haciendo que las tensas negociaciones del Brexit parezcan pan comido. A no estar desprevenidos :(

SAMSUNG GALAXY TAB S6: Todo portabilidad y todo potencia

Samsung ha realizado uno de sus primeros grandes anuncios de la temporada. Antes de pasar a su buque insignia de la telefonía móvil, la compañía con sede en Corea del Sur ha decidido desvelar la tablet más avanzada que han desarrollado hasta la fecha. En efecto, la nueva Galaxy Tab S6 ya es una realidad y Samsung ha mostrado al completo sus especificaciones de esta auténtica bestia portátil y no deja de sorprendernos una vez más. Resumiendo su ficha técnica, tenemos una pantalla AMOLED de 10,5 pulgadas, el procesador Snapdragon 8150 (más conocido como Snapdragon 855) y dos configuraciones de memoria RAM. En cuanto a su diseño, las filtraciones estaban en lo cierto y tenemos un dispositivo sencillo con doble cámara en la parte trasera y una pequeño hendidura para guardar el S-Pen. Vamos a conocerla mejor. Empezando por el apartado estético, Samsung ha creado un dispositivo que sigue la estela del Galaxy Tab S5e en términos de peso y grosor. La Galaxy TaB S6 tiene solo 5,7 mm de grosor y pesa 420 gramos, lo que apunta a hacer de la tablet un gadget muy versátil. Estará disponible en tres colores, a saber: azul, rosa y gris. En cuanto a la pantalla, Samsung ha implementado un panel Super AMOLED de 10,5 pulgadas con resolución WQXGA (2.560 x 1.600 píxeles). Eso se traduce en una densidad de 287 píxeles por pulgada. Ocupa, como cabría esperar, un gran porcentaje del frontal y destaca por esconder bajo ella el lector de huellas, algo que ya hemos visto en los Galaxy S10 y S10+ y que ahora Samsung lleva a su familia de tablets. También dispone de sensor de presión. El motor del dispositivo se compone de 6 u 8 GB de memoria RAM, parámetro del cuál dependerá el almacenamiento interno. La versión de 6 GB tendrá 128 GB de memoria y la de 8 GB ascenderá a 256 GB. En ambos casos es ampliable con tarjetas microSD. Le acompañan el Qualcomm Snapdragon 8150 que, como decíamos antes, es el nombre en clave del Snapdragon 855. La compañía afirma que puede variar según el mercado, por lo que es de esperar que a Europa llegue con un SoC Exynos. Rematamos este apartado hablando de fotografía, y es que Samsung ha implementado tres cámaras en su nueva tablet: dos detrás y una delante. La configuración de sensores queda de la siguiente manera: Cámara trasera: sensor de 13 megapíxeles ultra gran angular (123º) con apertura f/2.2 y píxeles de 1,12 micras + sensor de 5 megapíxeles angular normal (80º) con apertura f/2.0 y píxeles de una micra; Cámara delantera: 8 megapíxeles con 80º de campo de visión, apertura f/2.0 y píxeles de 1,12 micras. La Samsung Galaxy Tab S6 llega con Android 9 Pie como sistema operativo por defecto maquillado con One UI, al nueva capa de personalización coreana. Le dará vida una batería de 7.040 mAh. Como suele ocurrir siempre con Samsung, la empresa ha añadido un buen puñado de funciones a su software, así que detallemos las más importantes. Por un lado, la Galaxy Tab S6 llega con Samsung DeX, es decir, que puede usarse como una sobremesa. Puedes acceder a DeX conectando la tablet a un monitor con un cable HDMI o usar la funda BookCover para que se active. Esta funda no solo incluye un soporte para la pantalla, sino que también tiene teclado incorporado. Por otro lado, procede hablar del S-Pen. No han dado demasiados detalles, pero sí han confirmado que se podrá escribir a mano usando la aplicación de notas de Samsung. De hecho, se puede modificar la transparencia de la app para escribir por encima de otras aplicaciones (por ejemplo, para tomar notas mientras ves un vídeo en YouTube). Y hablando de tomar notas, Samsung no ha querido dejar pasar la ocasión de mostrar sus opciones para la creatividad. El S-Pen tiene unos 4.096 puntos de presión distintos, lo que permite generar un trazo más cercano al que haríamos apretando más o menos un lápiz o rotulador contra el papel. Cabe destacar que el S-Pen también permite controlar la tableta mediante gestos. Samsung las ha bautizado como "S Pen Air Actions". Se puede controlar el dispositivo, pasar diapositivas, pausar o continuar la reproducción de contenido. En relación a la conectividad, el dispositivo cuenta con LTE Cat.20 (2 Gbps de velocidad de descarga), WiFi ac, MIMO, Bluetooth 5.0 y USB tipo C. Eso le vale para conectarse al teléfono cuando lo tenemos lejos y, por ejemplo, contestar llamadas, o para sincronizarse con otros accesorios del fabricando con los Galaxy Buds. Disponible en colores gris, azul y marrón, su coste en los EE.UU. es de 649 dólares para la versión de 6GB/128GB y 729 dólares si queremos la de 8GB/256GB. En cuanto a otros mercados, llegara a finales de mes. Por lo visto, hay una cosa que está clara: cada vez pinta mejor el próximo rival del fabricante con sede en Cupertino. ¿Conseguirá arrebatarle a Apple el trono dentro del mercado de las tablets?:)

LA RUTA DE LA SEDA: Un viaje exótico por el Asia central

La Ruta de la Seda engloba a las antiguas repúblicas caucásicas y las maravillas arquitectónicas del pasado islámico, recorriendo las rutas que atravesaban desde China a Occidente grandes caravanas cargadas de una seda que valía su peso en oro, cruzando algunas de las montañas más altas de Asia y los desiertos más inhóspitos. Como sabéis, la seda empezó a transportarse a Occidente desde China hace más de 2000 años, cuando los partos - quienes forjaron en la antigua Persia un poderoso imperio que se transformo en un formidable rival de Roma - se enamoraron del suave y delicado tejido. Se cree que el primer intercambio consistió en un huevo de avestruz por una pieza de seda. Tras su derrota en la batalla de Carras en el 53 a.C., los romanos desarrollaron una cara obsesión por el tejido, que en unos siglos se convertiría en una mercancía más valiosa que el oro. Aunque el entramado de carreteras se expandió con los siglos, la ruta tenía su principal extremo oriental en la capital china de Chang’an (actual Xi’an) y terminaba en Constantinopla (Estambul), con caravasares que servían de hoteles para mercaderes aproximadamente cada 30 km. Llevaba muchos meses atravesar los 8000 km que conformaba la ruta, dando lugar a una relación comercial entre Asia y Europa sin precedentes, pero su relevancia radica en el intercambio de ideas, tecnologías y fe que supuso y que sirvió para formar la primera ‘autopista de la información’ del mundo. Paradójicamente, mientras el grueso del comercio viajaba en dirección hacia el oeste, las ideas religiosas se desplazaban principalmente hacia el este. La Ruta de la Seda empezó su decadencia cuando China abandonó el cosmopolitismo de la dinastía Tang y se encerró tras su Gran Muralla, a lo que debemos agregar la rápida expansión del islamismo que conquisto el Imperio Parto cortando las rutas a Occidente, convirtiéndose así en una gran amenaza para el Imperio Bizantino, el cual llego a su fin con la caída de Constantinopla en 1453. La ruta fue definitivamente abandonada cuando las nuevas potencias europeas descubrieron rutas marítimas alternativas a finales del siglo XV. Asia central sufrió entonces el olvido de Oriente y Occidente hasta la llegada de los exploradores rusos y británicos en el s. XIX. Entonces, a veinte siglos de la llegada de la primera misión china, el geógrafo alemán Ferdinand von Richthofen acuñó la romántica expresión ‘Ruta de la Seda’ con el cual se le conoce ahora. Hoy casi cualquier camino que atraviese Asia central sigue algún tramo de la legendaria ruta. Muchas ciudades del Asia Central se desarrollaron alrededor de ella, destacando sobretodo las ubicadas en Uzbekistán, considerada una parada obligatoria para todo viajero, por las maravillas arquitectónicas que poseen Samarcanda, Bujará y Jiva, quienes albergan algunas de las muestras de arquitectura islámica más exquisitas del mundo; sus agitados bazares, sus ciudadelas medio escondidas del desierto, sus talleres de seda y la ocasión de contemplar el Mar de Aral son atractivos de primera que un visitante no puede dejar de admirar. Además, el país es un buen trampolín para rutas senderistas y viajes por Asia central. Fue Tamerlán quien convirtió Samarcanda en una de las urbes más bellas de Asia. Se puede visitar su mausoleo, el Gur-e-Amir, y la espectacular calle de tumbas de sus parientes timúridas. En cuanto a arquitectura audaz, es difícil superar la mezquita Bibi Khanum, construida para la esposa de Tamerlán. Destacan la espectacular plaza Registan (uno de los conjuntos arquitectónicos más imponentes de Uzbekistán y del mundo islámico), los fascinantes bazares y los restos de Afrosiab, la mítica ciudad de la Ruta de la Seda. Rodeada por los magníficos edificios de tres madrazas (las más antiguas del mundo), es fácil imaginar a Registan en sus tiempos se gloria, con viajeros de todas partes del mundo conocido que convergían en esa soberbia plaza. Estar en ella es como contemplar un cañón artificial, con las fachadas de las tres madrazas recubiertas de azulejos elevándose ante los ojos. Son mosaicos intrincados; uno se queda mudo ante los felinos rugiendo en lo alto de la madraza Sher Dor, y de sus leones parecidos a tigres desafiando la prohibición islámica de representar animales. Recuerda que, a lo largo de la historia, Uzbekistán ha practicado, a veces de un modo irreverente, su religión, como demuestra la moderna encarnación de las madrazas. Todavía se mercadea en sus alrededores, aunque el comercio se ha retirado a las tiendas de recuerdos, en el interior de las salas y celdas de las madrazas. Y uno se adentra en ellas para ver si todavía hay seda en las mesas de la ciudad más genuina de la ruta. Por cierto, no podemos olvidarnos de Bukhara y Khiva, demostrando que en Uzbekistán hay mucho por conocer. Para llegar a ella desde cualquier lugar del mundo, lo hacemos por vía aérea a Tashkent - la capital del país - y de allí por vía férrea en un viaje de de dos a tres horas. Si que lo vale :)
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