Venga ya, no cabe duda de que los EE.UU. no contenta con haber originado en estos últimos tiempos una carnicería en diferentes países del globo, mientras ultima junto a sus lacayos de la OTAN, los preparativos para un ataque contra Rusia (algo que por cierto seria a todas luces suicida ya que por lo visto no han aprendido las lecciones de la historia) ha dirigido su mirada a China. ¿El motivo? El Mar Meridional, que Washington ambiciona y que Pekín considera como parte de su territorio, por el que está dispuesto de ir a la guerra para defender lo que considera suyo por derecho propio. Como sabéis, las aguas del Mar de China Meridional son disputadas por seis países, Filipinas, Vietnam, Malasia, Brunei, Taiwán y China, pero en ella hay otros actores involucrados como que no tienen nada que ver en ella como los EE.UU. quienes con su presencia elevan la tensión en la zona. Por un lado, China reclama lo que considera le pertenece, es decir, 80 por ciento de las aguas del Mar Meridional, los islotes, arrecifes y rocas, lo que equivale a casi tres millones de kilómetros cuadrados. Por otro lado, EE.UU. insiste en patrullar el Océano Pacífico bajo el pretexto de ‘garantizar en tránsito marítimo’. De acuerdo con las leyes marítimas internacionales, el país que ostente la soberanía de cada isla dispone de los 370 kilómetros de las aguas que la rodean y los recursos existentes en ellas y en el fondo. El problema se agrava porque el resto de naciones en disputa – ‘incentivadas’ por Washington - no quieren ceder un espacio que también consideran ‘suyo’. Para la negociación, China asegura estar dispuesta a reunirse con cada uno de los países por separado. EE. UU., por su parte, busca que la negociación sea colectiva, con el fin de avivar el conflicto y traer sus fuerzas al Pacífico. En enero del 2013, Filipinas acusó a China frente a la Corte Internacional de Arbitraje de La Haya ‘por violar el derecho internacional, interferir en la pesca, poner en riesgo el tráfico marítimo y no proteger el medio ambiente’. Asimismo, pidió al tribunal rechazar los argumentos de Pekín sobre la soberanía de las aguas dentro de la zona conocida como “línea de los nueve puntos”. El veredicto de La Haya, como es sabido fue a favor de Filipinas, al negar la base legal de los argumentos chinos. En respuesta a ello, Pekín aceleró la construcción de islas artificiales en el Mar de China Meridional, para proteger su soberanía, advirtiendo asimismo que sus acciones serán proporcionales a las estadounidenses, enviando al destructor Yinchuan cargado con misiles guiados a la base de la isla de Hainan, con lo que suma cuatro destructores patrullando la zona en los dos últimos años. En su afán por “mantener el orden” en lo que considera aguas internacionales, EE.UU. ha intensificado la presencia militar en el Mar de China Meridional e insiste en que continuará con el patrullaje ‘hasta tanto no se resuelva la disputa’. Para continuar con su labor, Washington envió a la región un destructor con misiles guiados para que se una a los otros dos que ya mantiene. El Mar de China Meridional tiene más de 200 islas pequeñas, agrupadas en cinco bloques: Paracelso, Spratly, Pratas, Macclesfield y Scarborough. Es considerada vital para el comercio internacional, debido a que por ella transitan al año mercancías valoradas en más de 8 mil millones de dólares. Además, alberga importantes recursos naturales y podría contener también gas y petróleo. De acuerdo con las estimaciones del Servicio Geológico de EE.UU., podría tener miles de millones de metros cúbicos de gas natural, lo que equivaldría entre el 60 y 70 por ciento de los hidrocarburos de la zona. De allí el ‘interés’ de Washington por intensificar su presencia militar en el lugar. Para Jonathan Broder, columnista de Newsweek, la disputa marítima entre EEUU y China en el mar de la China Meridional se ha convertido en uno de los problemas más álgidos de su compleja relación y las condiciones parecen estar listas para un choque militar entre los dos países. El autor considera la muerte del piloto chino - quien falleció en un choque con un avión espía de Estados Unidos hace 15 años - como el inicio de las tensiones entre EE.UU. y China por este mar. No es de extrañar que, cuando en mayo sobre el mismo lugar dos cazas chinos casi chocaron con un avión espía, los chinos recordaran el acontecimiento de hace 15 años. Además, muchos oficiales chinos, según el experto, han sentido por mucho tiempo que una guerra entre Washington y Pekín es inevitable. Otros analistas, sin embargo, descartan la idea argumentando que el costo de un conflicto entre las dos potencias sería muy grande y EE.UU. seguramente ganaría, a menos que intervenga Rusia en apoyo de su aliado, lo cual cambiaria el curso de los acontecimientos y a no dudarlo, desencadenaría la III Guerra Mundial. Si bien la disputa es territorial – escribe el columnista - existe un conflicto de intereses entre una China que emerge como una potencia regional y un EE.UU. que insiste en patrullar el océano Pacífico. En una época en que la economía de China va en frenada, el presidente chino Xi Jinping está siendo presionado en casa - afirma el autor del artículo - para que encuentre otras formas de demostrar los avances de China bajo su mando. “Retomar el control de Pekín sobre el mar de la China Meridional, tras un siglo de dominación extranjera, es lo que necesita", explica el experto, quien agrega que el reforzamiento de las operaciones chinas podrían generar una respuesta norteamericana, incluida una reacción militar. Los oficiales estadounidenses están verdaderamente preocupados por la posibilidad de que China envié por primera vez submarinos con misiles nucleares a las aguas en disputa. Por su parte, el país asiático considera que esta es una medida necesaria para contrarrestar el sistema de defensa norteamericano en Corea del Sur y el desarrollo de misiles balísticos hipersónicos.
Los buques de guerra norteamericanos y chinos ya operan bastante cerca los unos de los otros en el mencionado mar. Si agregamos submarinos nucleares a la ecuación, la posibilidad de un accidente que tenga consecuencias graves aumenta considerablemente. Más teniendo en cuenta que los submarinos chinos son indetectables por los radares y China seguramente no informará a EE.UU. de su posición, se da por descontado que Washington envié más naves espía para rastrear a los submarinos. “Un conflicto entre una China en proceso de crecimiento y unos EE.UU. desesperados por una perdida de influencia en los asuntos globales podría evitarse si los dos países estuvieran dispuestos a realizar dolorosos cambios, algo a lo que Washington no esta dispuesto por ningún motivo y por el contrario, tratará de agudizar las tensiones aunque eso signifique la guerra" puntualiza el experto. Pero ¿Cómo seria un conflicto entre ambas potencias? Al respecto, el periodista y miembro del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, Harry J. Kazianis, en su artículo publicado por 'The National Interest', ofrece su visión de esa hipotética guerra. Según el autor, lo cierto es que Pekín "tiene medios para hacer un daño increíble a los intereses estadounidenses y redes de sus aliados a través de Asia" y que "la primacía militar de EE.UU. ya no está garantizada gracias a la modernización militar china".
Kazianis indica que si suponemos que China decide lanzar un ataque cibernético con el fin de limitar la capacidad de las fuerzas estadounidenses junto con sus aliados, en primer lugar Pekín podría simplemente intentar cegar a EE.UU. antes de que se dé cuenta de que está bajo ataque. Es decir, la campaña militar china podría comenzar en el ciberespacio: Pekín lanzaría ataques masivos cibernéticos contra los centros estadounidenses de mando y control en todo el mundo para alterar así la capacidad de sus aviones de combate para intercambiar información sobre las posiciones del enemigo en tiempo real. Estos ataques provendrían de terceros países, por lo que Washington no sería capaz de determinar de inmediato quién está detrás de los mismos. Así, China ya obtendría ventaja. Luego, sugiere el experto, Pekín comenzaría a atacar satélites estadounidenses en órbita en un intento de destruir los sistemas de recopilación de inteligencia y de las comunicaciones de Washington. Después de que China ciegue a su enemigo, empezaría a realizar un lanzamiento masivo de misiles balísticos y de crucero desde la tierra, el aire y el mar. Los objetivos probables serían bases aéreas de EE.UU. y sus aliados, centros de control y buques de guerra estadounidenses en todo el Pacífico. "China va a tratar de hacer mucho daño en un golpe enorme y esperar que sea lo suficientemente fuerte como para inducir una respuesta escasa por parte de EE.UU. y sus aliados o posiblemente ninguna respuesta en absoluto", dice Kazianis. Venga ya, para muchos analistas, una ciberguerra podría ser el preludio a un conflicto de incalculables consecuencias, mas aún si terminan involucrados otras potencias apoyando a uno u otro bando. Por lo visto, nuestro mundo esta condenado a su destrucción debido a las desmesuradas ambiciones de unos psicópatas enquistados en el Pentágono y la Casa Blanca, quienes se rehúsan a aceptar que su tiempo para rehacer el mundo en función de sus intereses se acabó. Inténtelo y verán lo que les espera :)
Aunque los vinilos hoy día tienen su público y se puede decir sin temor a equivocarnos que han experimentado un repunte en las ventas, lo cierto es que el paso del formato digital es casi inalcanzable, no ya sólo para este soporte, sino en general para cualquier formato físico que encontremos en el mercado. Así que los fabricantes presentan dispositivos que permitan combinar el uso tradicional con el digital, algo muy útil en el caso de los vinilos, porque con platos así podemos pasar nuestra música en "disco tradicional" a formato digital de manera sencilla. Y eso es lo que propone Piooner con el PLX-500. Se trata de un nuevo plato giradiscos que se caracteriza por su facilidad de uso, ya que nada más sacarlo de la caja permite conectarlo a un sistema de sonido o a unos altavoces sin necesidad de un amplificador externo y de esta forma comenzar a usarlo. Este modelo es heredero del plato profesional PLX-1000 y ofrece un sonido analógico, cálido y claro, gracias al uso de la cubierta del plato sobre el motor, la cual además es ideal para scratchear. El Piooner PLX-500 cuenta para digitalizar nuestros vinilos con una toma USBque permite realizar fácilmente grabaciones digitales de alta calidad de los vinilos gracias al uso del software gratuito Rekordbox de Pioneer. Además podemos conectar el Pioneer PLX-500 vía USB a nuestro ordenador, ya sea MAC o PC, para así crear una biblioteca de archivos WAV con la ayuda de la aplicación antes mencionada. Además posee una ventaja y es que es capaz de detectar el silencio entre pistas y por lo tanto crear archivos independientes, de forma que el usuario tan sólo tendrá como trabajo manual que introducir el nombre de cada una de las pistas. El Pioneer PLX-500 estará disponible en dos colores, negro (PLX-500-K) y blanco (PLX-500-W) para que se ajuste más al ambiente y decoración de nuestra casa y llegará al mercado en septiembre a un precio cercano a los 350 euros :)
La mítica firma italiana honró el centésimo aniversario de su fundador con el convertible más potente de su historia: el Lamborghini Centenario Roadster, el nuevo juguete más descomunal de la industria automotriz Cada unidad de la edición limitada de 20 piezas cuesta dos millones de euros más impuestos. El fabricante desarrolló un convertible que mira al cielo y que representa su más preciada y valiosa joya. La versión abierta del modelo que conmemora el aniversario de su fundador respeta una línea de diseño histórica, distinguida por ofrecer superficies limpias: "Forms follows function" o en español "la forma sigue a la función", un compromiso eficaz por el ADN de la casa. El perfil, la silueta, el contorno del Lamborghini Centenario Roadster es inconfundible, sus voladizos largos, el frente y la zaga baja corresponden a una reseña transversal a su estética. Una estructura continua, suave y sensual. La obra máxima del fabricante de cuña italiana no podía dejar de ser exclusiva y costosa. Presentado recientemente en California, Estados Unidos, al instante posterior a su lanzamiento, la edición limitada de 20 unidades se agotó. Sus compradores, anónimos, son millonarios coleccionistas y deberán esperar hasta fines de 2017 para la fecha de entrega. Para condecorar el nacimiento de Ferrucio, los diseñadores gozaron de una carta blanca para inventar un auto que encarnara la naturaleza innovadora y elegante de Lamborghini. El resultado fue un acabado modelo con connotaciones emotivas y puristas. Para esta edición específica, el Centro Stile de la marca desarrolló una pintura exterior particular: "Argento Centenario", fruto de un proceso tecnológico que dotó a la piel del convertible con una textura sedosa y fina, de un sofisticado color plata. Para exacerbar la aerodinámica del roadster se realizaron cambios de diseño en tren de distribuir mejor el flujo del aire y programar una óptima conservación de los pasajeros. Los elementos modificados que optimizan su rendimiento son el parabrisas, los apoya cabezas integrados, el difusor trasero y el alerón, capaz de extenderse 150 milímetros y rotar 15 grados. El chasis y la carrocería fueron construidos en fibra de carbono, un material que proporciona un registro de balanza en 1.570 kilos. El vehículo monta un motor V12 que entrega 770 CV, el propulsor más potente del fabricante italiano, responsable de una aceleración récord y un registro superior: 2,9 segundos para ir desde parado a cien kilómetros por hora y una velocidad punta de 350 kilómetros por hora. Se relación peso-potencia asciende a 2,04 kg/CV y presume de una distancia de frenado admirable: desde cien a cero en sólo 31 metros gracias a la funcionalidad de sus frenos mecánicos. A su vez, este "hypercar" dispone de un eje trasero direccional, un sistema de dirección de las ruedas traseras que acorta virtualmente la distancia entre ejes a bajas velocidades en la búsqueda por aumentar la agilidad y requerir un radio de giro más reducido. Para optimizar la estabilidad y la respuesta del vehículo en condiciones de alta velocidad, en vez de comprimir la distancia, la extiende. Todo en procura de garantizar curvas seguras y veloces. El rendimiento mecánico se maximiza a través de la posibilidad de elegir entre tres modos de conducción - Strada, Sport y Corsa - y una suspensión activa con amortiguadores magnéticos. En el interior, el superdeportivo combina una alta conectividad con ribetes de diseño clásico. Con el cielo abierto, el Lamborghini Centenario Roadster incluye una pantalla de alta definición de 10,1 pulgadas y navegación por satélite en una plataforma de comandos que rememora el diseño de un avión de combate. Los usuarios pueden conservar sus registros de velocidad, tiempo y fuerza G mediante la función de telemetría, incorporado junto a un sistema de información y entretenimiento online. La red multimedia se manipula desde este biplaza con butacas clase bacquet que convergen con una inspiración aeronáutica de la estética interior. La edición vendida en simultáneo al lanzamiento de su Centenario convertible respalda la épica de una firma convertida en culto. No obstante, el departamento de personalización desplegó un abanico de múltiples opciones - tapicería, llantas, materiales de apliques internos - para que cada unidad fuese única. La aerodinámica, deportividad, pureza, potencia y diversión será común a cualquiera de los 20 Lamborghini Centenario Roadster, una confirmación de que la mítica compañía italiana no tiene techo :)