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miércoles, 19 de octubre de 2022

REINO UNIDO: Todo tiene un límite

Pocas veces un jefe de Gobierno se ha encontrado en una cita tan dramática para su futuro como Liz Truss en la rueda de prensa que dio en la tarde del viernes. En efecto, la primera ministra británica tenía que presentarse en una rueda de prensa para explicar la destitución de su ministro de Hacienda provocada por la presión del grupo parlamentario de los tories. No tenía mucho que contar. El encuentro con los periodistas duró ocho minutos y 21 segundos. Truss respondió a cuatro preguntas en tono dubitativo y salió corriendo ante la perplejidad de los reporteros, que obviamente querían plantear muchas más cuestiones. En ese tiempo, a Truss le dio tiempo al menos para anunciar que cancelaba su rebaja del impuesto de sociedades a las empresas. El Gobierno conservador anterior había tomado la decisión de subirlo del 19% al 25% con la intención de financiar un inmenso paquete de ayudas a la población para afrontar el precio de la luz. Truss pretendía mantenerlo en el 19% y así lo había confirmado el miércoles en la sesión de control en el Parlamento. El humillante giro de 180 grados la obligaba a cesar al ministro Kwasi Kwarteng, a pesar de que ella había defendido la medida en el reciente congreso anual del partido y en la Cámara de los Comunes. El caos causado tanto en la reputación de la deuda británica en los mercados financieros como en el Partido Conservador simbolizan la derrota del dogma neoliberal que dice que ante cualquier coyuntura económica la solución correcta es bajar los impuestos, en especial a las empresas, para favorecer el crecimiento. Reino Unido es el país de Europa occidental donde esta idea ha echado raíces con más intensidad desde los tiempos de Margaret Thatcher. “Es como el Miércoles Negro de 1992 (el día en que la libra tuvo que abandonar el sistema monetario europeo) - comentó un desmoralizado viceministro a The Daily Mail-, ”cuando los tipos de interés se dispararon, perdimos la credibilidad económica y nos costó quince años recuperarnos“. Esa es una receta que pocos partidos europeos querrán preparar en su cocina. Truss perdió el apoyo de los diputados conservadores (quienes ya la consideran un cadáver político), cuando estos vieron las consecuencias dramáticas de sus políticas. Las encuestas dan a los laboristas una ventaja de entre veinte y treinta puntos. En la más reciente de Ipsos, sólo un 16% se muestra satisfecho con su gestión y un 67% la rechaza. La rueda de prensa era una oportunidad de recuperar la confianza, una vez que ofreciera el cadáver político de Kwarteng. En una especie de gesto premonitorio, Truss vestía de negro y sus respuestas estuvieron a la altura de ese tono sombrío. En ocasiones, sonaba robótica, como si llevara memorizadas las respuestas. En la frase menos acertada, dijo que continuaba en el puesto para dar “estabilidad” a la economía del país, que es lo contrario de lo que ha sucedido. En menos de diez minutos, puso fin a la tortura. Incluso sus partidarios quedaron decepcionados por la actuación. Uno de ellos, el diputado Christopher Chope, dijo que el partido y el Gobierno se han convertido en “el hazmerreír” de la política: “Francamente, no sé qué vamos a hacer a partir de ahora”. Todos sabían que Truss no es una gran comunicadora, pero esperaban algo más. En poco más de dos horas, los medios británicos se llenaron de artículos en los que citaban a diputados tories que describían de forma anónima su impresión tras ver a Truss en televisión. “Es mala en todo”, dijo uno a The Spectator. Otro que le dio su voto en las primarias se planteaba su eliminación política como una opción realista a corto plazo: “Ella lo ha empeorado todo. Todo es peor hasta el punto de que hace 24 horas no me hubiera creído la idea de que Rishi y Penny puedan hacerse con el control del partido, pero ahora creo que hay una posibilidad de que eso ocurra”. Cabe precisar que Rishi Sunak y Penny Mordaunt fueron los candidatos que llegaron más lejos en las primarias en su enfrentamiento con Truss. Mordaunt fue eliminada en la última votación del grupo parlamentario tory. Sunak fue derrotado cuando la decisión quedó en manos de los militantes del partido, que eligieron a Truss con una mayoría del 57% de los votos. La triunfadora recibió 81.326 votos en una contienda a la que estaban convocados los 170.000 militantes tories. De inmediato, anunció un paquete de rebajas fiscales que no figuraba en el programa electoral con el que los conservadores obtuvieron una amplia victoria en las elecciones del 2019, en las que consiguieron casi catorce millones de votos. El viernes tuvo que anunciar su derrota, la única forma de salvar su cargo de momento. “Está claro que partes de nuestro presupuesto iban más lejos y más rápido de lo que esperaban los mercados (financieros). Por eso, la forma de cumplir nuestra misión tiene que cambiar. Necesitamos actuar para tranquilizar a los mercados sobre nuestra disciplina fiscal”. La referencia a los mercados no pasó desapercibida. “Es una gloriosa ironía que aquellos en la política británica que idolatran los mercados financieros internacionales y el capitalismo de casino sin control hayan sido destruidos por las mismas fuerzas que ellos promueven y veneran”, escribió el periodista Kevin Maguire, del laborista The Daily Mirror. Truss ha nombrado a Jeremy Hunt para ser el nuevo ministro de Hacienda y máximo responsable de la política económica. Hunt es un superviviente del Gobierno de David Cameron del que fue ministro de Cultura y Sanidad. Luego se puso al frente del Foreign Office en el Gabinete de Theresa May. Se presentó sin mucho éxito a las primarias para sustituir a Boris Johnson. Quedó eliminado en la primera votación al recibir el voto de sólo 18 diputados y decidió apoyar a Rishi Sunak. Curiosamente, en esa campaña Hunt fue aún más lejos que Liz Truss en el asunto de la rebaja fiscal. Pretendía reducir el impuesto de sociedades al 15% con la intención de congraciarse con el ala derecha del partido, que no confía demasiado en él. Como sabéis, el Reino Unido ha tenido cuatro primeros ministros diferentes en seis años luego del referéndum del Brexit. En el caso del canciller del Exchequer (ministro de Hacienda) la ratio de defunción política es peor: cuatro distintos en los últimos tres meses. Eso no salvará a la primera ministra. Los tories gastan fama de ser implacables con los primeros ministros que pueden ser un peso muerto en las urnas. Lo único que les retiene es el hecho de que no pueden seguir cometiendo errores garrafales. “La gran cuestión es: ¿podemos deshacernos de ella sin que la opinión pública diga: 'Sois una banda de payasos?'”, dijo a The Times un diputado conservador. Abandonada por todos, Truss ha pasado a ser “una primera ministra zombi” en un tiempo récord, en expresión de un columnista del Financial Times. Llegó al cargo con la promesa de reducir todos los impuestos y anunció que era esencial para aumentar el crecimiento. Su rectificación la ha forzado ahora a entregar la política económica a un partidario de su rival en las primarias que ahora casi tendrá tanta autoridad como ella en el Gobierno. Su intento de convertirse en la nueva Margaret Thatcher y de conseguir que los tories vuelvan a influir en la política fiscal europea ha quedado reducido a cenizas. Truss es ahora un símbolo del fracaso por querer ir demasiado lejos sin más armas que el poder del dogma frente al rechazo de la opinión pública y de su propio partido. Todos conocen ya las consecuencias de imponer una rebaja fiscal de amplio espectro en una época de inestabilidad financiera. Los tories son conscientes de que si adelantan el fin de la legislatura la derrota será total. Se dice que ya están estudiando cómo sacarla del poder e incluso, que en el transcurso de esta semana podría ser destituida. Tal vez el paño caliente de un nuevo premier conservador haga que el varapalo electoral que les espera no sea tan rotundo. Entretanto, lo mejor que puede hacer ella en pro del partido es empacar y regresar con su esposo y dos hijas adolescentes a su casa de Greenwich. Organizar con sus vecinos, los Kwarteng, meriendas de fin de semana y observar cómo dentro de poco, el péndulo electoral devuelve a los laboristas el gobierno luego de más de una década de conservadurismo en el Reino Unido :)

HALLOWEEN ENDS: ¿La noche final?

“Han pasado cuatro años desde que Michael Mayers desapareció sin dejar rastro”, apunta el primer mensaje del avance final de ‘Halloween Ends’. Primeramente, las nuevas imágenes dejan ver a un joven adentrándose en una especie de túnel al que entró sin miedo alguno, en el que terminó encontrándose nada más y nada menos que a Mayers, uno de los seres más tenebrosos que puedan existir, sobre todo en las fechas de Halloween. La historia de vida actual de Laurie Strode (Jamie Lee Curtis) cuenta que vive con su nieta Allyson (Andi Matichak), quien está a punto de terminar de escribir sus memorias y nadie ha vuelto a ver a Michael Myers. Ella, después de permitir que el espectro de Myers controlara su realidad durante varios años, por fin ha tomado la decisión de dejar el miedo atrás y para así poder continuar. Pero las cosas no serán como ella espera. Posteriormente, un día, cuando acusan a Corey Cunningham (Rohan Campbell) de matar al niño al que cuidaba, se desencadena una cascada de violencia que llevará a Laurie a confrontarse de una vez por todas con el asesino que la atormenta. Como sabéis, la mayor sobreviviente del implacable cuchillo de Myers fue Jamie Lee Curtis. La actriz comenzó a caracterizar a Laurie cuando tenía 19 años; a partir de entonces inició una carrera prometedora huyendo del retorcido asesino. Dicho papel ha curtido su carrera hasta el punto de volver a interpretarlo en seis películas más, rodadas a lo largo de cuatro décadas distintas. A sus 63 años, como podéis imaginar, esta sería su última batalla con Mayers, aunque nada está dicho aún. Por cierto, haciendo una retrospectiva, nadie esperaba que 'La noche de Halloween' fuese a convertirse en una de las películas más rentables de la historia cuando llegó a los cines en 1978, pero es que además su enorme éxito provocó que rápidamente se convirtiese en una lucrativa franquicia. Ya en 1998 llegó el primer intento de ignorar varias secuelas, ya que 'Halloween H20' solamente tuvo en cuenta las dos primeras. En años posteriores, Rob Zombie lanzó su propio relanzamiento con la notable 'Halloween: El origen' y en el 2018 llegó el turno de 'La noche de Halloween', una secuela directa de la mítica película original de John Carpenter. Ahora, la llegada de 'Halloween Ends’ supone cerrar ese círculo que todo pare indicar que no será definitivo. Puede que Jamie Lee Curtis no regrese de nuevo como Laurie Strode por un tema de edad, pero muchos están convencidos de que Michael Myers regresará de una u otra forma. De hecho, es de esperar que así sea, ya que 'Halloween Ends’ es un decepcionante cierre para sus sangrientas aventuras pese a su prometedor arranque. Sucede que la película plantea un concepto curioso: cómo lidia la gente con todo lo que sucede luego de que un monstruo como Michael Myers haya desaparecido de sus vidas. Antes de eso, la película plantea un contundente incidente con el que juega con las expectativas del espectador de forma constante. Quizá en sí mismo no sea algo brillante, pero dentro de la saga resulta de lo más refrescante. El problema está en lo que derivará todo eso y la forma de mostrarlo en pantalla. Sin entrar en detalles, la presencia de Myers en 'Halloween Ends’ es muy reducida, pero, la película sí que acaba dándonos todo lo que podríamos esperar al respecto en lo referente a este mítico personaje. Sin embargo, aquí se potencia más la idea de que el mal solamente se transforma, un concepto que podría dar mucho de sí, cosa que no sucede en este caso. Por mi parte, siempre he creído que debe existir una combinación especialmente letal para cualquier obra de ficción, ya que se puede perdonar que sea previsible y también que resulte forzada, pero la idea de mezclar ambas cosas es insalvable. Eso es justamente lo que sucede en 'Halloween Ends’, ya que apenas son necesarios unos minutos para tener claro qué mano tienen los guionistas. Tampoco es que esperásemos nada revolucionario en una película de estas características, pero sí que no fuese aburrida durante bastantes tramos de su metraje y que al menos potenciase su vertiente más terrorífica o que supiese exprimir el componente más lúdico de este tipo de secuelas. Aquí lo primero brilla por su ausencia y lo segundo desaparece durante la práctica totalidad de la película. Ahí hay que reconocer que 'Halloween Ends’ plantea una cierta idea que podría haber dado mucho de sí, pero es que desde el primer momento nos olemos que nunca se va a atrever a apostar abiertamente por ello y que todo va a acabar derivando en un más de lo mismo. Además, por el camino se carga el misticismo que pudiera quedar alrededor de Myers sin aportar nada que lo compense. En su discreto intento de difuminar líneas morales en lo referente a la culpa y cómo lidiar con un evento traumático, la película dirigida por David Gordon G.reen se pierde por el camino. Además de echar mano de algunos recursos de guion que rozan lo ridículo, 'Halloween Ends’ se olvida de cómo dar un mínimo de credibilidad a lo que sucede, ya que parece como si sus responsables confiasen tanto en una idea que no se molestasen luego en darle forma. El resultado final no es un desastre al nivel de 'Halloween: Resurrection', pero es - al menos parece - una triste despedida para la Laurie Strode de Curtis, quien aquí hace lo que puede para que la cosa no termine de venirse abajo, antes de que Blumhouse se sacase esta trilogía de la manga. Pero ¿es este el final de la franquicia 'Halloween'? Ciertamente pareciera bastante definitivo. Laurie logra sobrevivir y Michael está básicamente hecho papilla. De este modo, el enmascarado – que ya ha sido decapitado antes, no podemos olvidarlo – lo va a tener un poco difícil para recomponerse. Lo que es importante recordar es que esta trilogía ya modificó el canon borrando todas las secuelas desde 'La noche de Halloween'. Nada nos asegura que no haya otra secuela directa de la primera película de 'Halloween' que haga girar la trama hacia una línea temporal diferente. Si fuésemos realistas, diríamos que las posibilidades de otra película de 'Halloween' dependerían del éxito de 'Halloween Ends’. Es lo que el creador John Carpenter decía en agosto del 2022: "Si la película hace dinero, no creo que sea el final. Cuando una película da mucho dinero, de algún modo resucita a la siguiente." ¿Podría ser entonces la última vez que veremos a Jamie Lee Curtis en la piel de Laurie Strode? Eso sí que parece más posible. "Diría, teniendo en cuenta lo que sé de 'Halloween Ends’, que creo que será la última vez que la interpreto," decía la actriz en julio del 2021. Laurie ha sido asesinada anteriormente y traída de vuelta, así que nunca se podría decir nunca, más aún sabiendo que ha sobrevivido a esta trilogía. No obstante, seguir con esta línea argumental parece bastante improbable, pero no imposible. Aunque el final no responde nada sobre el elemento sobrenatural de Michael Myers, introduce el concepto del "mal de Michael" contagiándose en otros. Es posible que cuando Corey miró a los ojos a Michael en su primer encuentro, algo cambió dentro él y despertó su instinto asesino. Michael puede estar realmente muerto en esta trama, pero nadie asegura que no hay alguien por ahí suelto al que Michael ha "infectado". Tan solo tendría que ponerse una máscara y listo, Haddonfield tendría un nuevo Michael Myers. Al respecto, una frase de la narración final de Laurie (el final de las memorias que está escribiendo) podría estar adelantando el regreso a este argumento. "El mal no muere. Tan solo cambia de máscara," dice haciendo un guiño al otro apodo de Michael. Un nuevo asesino puede que no sea Michael Myers, pero sí que será su espíritu malvado. Un acercamiento adecuado, si es que hubiera una 14ª película de 'Halloween', sería recomenzar la línea temporal de nuevo. Esta trilogía tiene su propio contexto, y una nueva tendría que originarse a raíz de la película original o desde otro punto de la línea argumental. Si eso ocurrirá todavía está por descubrir, pero todos deberíamos saber a estas alturas que es difícil asesinar correctamente a Michael Myers :)
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