Mientras el mundo se estremece por las atrocidades que suceden en Ucrania, Libia, Afganistán, Siria e Irak, producto de las ambiciones expansionistas de los EE.UU., otra guerra desangra a Yemen, la nación mas empobrecida del Medio Oriente, al cual la prensa occidental - tan solicita para atacar a Rusia a la menor oportunidad por orden de su amo - ha cubierto con un vergonzoso ‘manto de silencio’. Esta agresión criminal propiciada por Arabia Saudita en confabulación con Israel y los EE.UU. ha originado una serie de incesantes bombardeos contra la indefensa población civil ocasionando miles de muertos y tiene como objetivo inmediato frenar la creciente influencia de Irán en la región. Ese ascendiente iraní ha sido ganado por el apoyo efectivo que Irán otorga a la lucha contra los movimientos terroristas como ISIS (una creación de la Criminal de Guerra Hillary Clnton) que asolan Siria e Irak, y que también se han enquistado en Yemen. La concreción de esta política iraní, a diferencia de las otras potencias de la zona como Arabia Saudita, Israel y Turquía, no se basa en la agresión a sus vecinos o la imposición de políticas hegemónicas. Esto, a pesar de la enorme campaña mediática internacional que pretende mostrar a Irán como un país belicista, cuando el verdadero peligro radica en la entidad sionista que se niega no solo a firmar el TNP, sino que además impide la visita de inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) a sus centrales nucleares y desarrolla una política de brutal ocupación de los territorios palestinos y de continua agresión y amenazas en Oriente Medio. Como sabéis, Arabia Saudita considera a Irán su principal rival en la región, desde el momento mismo que se conformó la República Islámica de Irán el año 1979 tras el derrocamiento de la monarquía de los Pahlevi, que era uno de los más fieles aliados de Washington en la zona. Este antagonismo surgido entre Riad y Teherán cuenta con el apoyo de sus dos socios principales: Estados Unidos e Israel, con quienes Arabia Saudita ha establecido una estrecha alianza política y militar destinado a detener a como de lugar la creciente influencia de Irán o de cualquier otra potencia, que no vaya de acuerdo a los objetivos hegemónicos de la triada Washington-Tel Aviv-Riad. Esta infame coalición ha desatado los demonios de la guerra y el surgimiento de movimientos terroristas, gracias a un flujo generoso de petrodólares que busca crear una base que actuará allí donde Tel Aviv y Riad señalen como necesario, para concretar sus demenciales objetivos políticos. Alianza que se manifiesta, en su real dimensión, con el abandono a la causa palestina (victima de un genocidio a manos de los sionistas); la creación de grupos terroristas que suelen ser la punta de lanza de la política exterior saudita contra Irak y Siria y la decisión de derrocar al Gobierno de Bashar al-Asad financiando a ISIS, Al Nusra, Al-Qaeda y sus distintas facciones en el Magreb, Yemen, Afganistán y otros zonas del mundo, incluyendo a Pakistán y ex repúblicas centroasiáticas de la desaparecida Unión Soviética. Un despacho estadounidense del año 2010 (el denominado documento nº 242073) enviado por la ex Secretaria de Estado Hillary Clinton, bajo el primer mandato del musulmán encubierto Barack Hussein Obama; a sus embajadas de Riad, Abu Dhabi, Doha, Kuwait e Islamabad confirmaba la implicación de Arabia Saudita en la formación y financiamiento de grupos terroristas: “los donantes de Arabia Saudita constituyen la fuente más significativa de financiación de los grupos terroristas sunníes en todo el mundo… este país continúa siendo una base de apoyo crítico para Al-Qaeda, los talibanes, Lashkar e Tayba y otros grupos terroristas, que probablemente recaudan millones de dólares anualmente de fuentes saudíes, a menudo durante el hach y ramadán”. Estados Unidos se ha valido de ello para fomentar su apoyo al terrorismo, en especial a ISIS (liderado por un conocido agente del Mossad israelí) quien ‘trabaja’ en estrecha coordinación con la CIA para desatar el terror y ‘justificar’ el intervencionismo estadounidense en una zona tan estratégica y abundante en recursos como el gas y el petróleo, que a toda costa ‘deben’ permanecer bajo su control. Por su parte, Arabia Saudita no cesará en su empeño de mantener ‘sometidos’ a aquellos países que considera su patio trasero, como Bahrein y Yemen. Precisamente contra este último país, Riad ha desatado su ira por el ‘atrevimiento ‘ de haber expulsado del poder al golpista y aliado mas estrecho Abd Rabbu Mansur Hadi, posibilitando el retorno del legitimo presidente Ali Abdolá Saleh derrocado en el 2012. La importancia de Yemen radica en que este pequeño país se sitúa en una zona geográfica y de navegación estratégica donde se transporta el 40% de todo el petróleo que consume Europa. Es también una zona de influencia de la V Flota estadounidense del Golfo Pérsico con base en Bahrein y los sectores bajo su vigilancia y acción: el Cuerno de África, Golfo Pérsico, Asia Central, Oriente Medio y la zona sur africana. Con una población fundamentalmente creyente en el Islam, se divide en un 52 % de confesión sunnita y un 46% chiíta, el detonante de esta crisis fue el derrocamiento en el 2012 del presidente Saleh y su sustitución por el golpista Hadi, quien desde el primer momento se mostró bajo la influencia saudita y sus intereses regionales. A ello debemos agregar su total sometimiento a las políticas occidentales en el marco de la “guerra contra el terrorismo”, las crónicas rivalidades entre el norte y el sur que nunca pudieron adaptarse a la reunificación del país y la corrupción campante de su régimen llegaron a tal punto, que origino un levantamiento generalizado de la población que lo expulso del poder, huyendo a Arabia Saudita, posibilitando a su vez el retorno del derrocado presidente Saleh con el apoyo de los huzies, chiitas proiraníes que tienen su feudo en el norte del país y controlan amplias zonas, incluida la capital, lo que origino gran alarma en Riad, por lo que este decidió acudir en ‘ayuda’ de Hadi, originando la guerra. En opinión del analista iraní Rasul Gurdarzi del Teherán Times: “Yemen tiene una gran importancia para Arabia Saudita, como para Estados Unidos, debido a su situación geográfica como por el hecho de los actores involucrados. Considerado el ‘patio trasero’ de la Casa Al Saud, quien no quiere perder influencia en Yemen debido a su situación estratégica al estar rodeado por el Mar Arábigo, el golfo de Adén y el mar Rojo. Es por ese motivo, que la llegada al poder en Yemen de los huzies proiraníes, es considerada una amenaza para su influencia, debido a sus diferencias ideológicas y religiosas”.aseveró. Arabia Saudita ve en ello la ampliación de la influencia iraní en la zona, algo que no puede tolerar y es por ese motivo con la excusa esgrimida de acudir a la llamada de ‘auxilio’ del golpista Hadi, comenzó a bombardear Yemen, sumando en este ataque a los EE.UU., la Liga Árabe, Francia, el Reino Unido e incluso al régimen sionista. La idea de esos ataques indiscriminados era generar el terror en la población yemení, presentando como culpables de sus desgracias a los huzies y a Irán, pero no a los verdaderos agresores, que son ellos mismos. El objetivo era dar una clara señal al mundo de que su presa no se iba a escapar de las manos. Y como era necesario cortar de raíz toda ‘amenaza’ para sus intereses, Riad utilizó su poderío bélico para atacar a Yemen, logrando a su vez el veto de sus aliados en el seno del Consejo de Seguridad: EE.UU., Francia y el Reino Unido, bloqueando así cualquier tipo de investigación y condena de esta agresión criminal a un país soberano. El plan estaba preparado minuciosamente para funcionar a la perfección pero no contó con un gran inconveniente, como fue la dura y clara respuesta de las fuerzas yemeníes que han puesto un freno a los afanes agresivos de Arabia Saudita, causándoles grandes bajas, logrando incursionar repetidamente en su propio territorio, convirtiéndose así en la peor pesadilla para la Casa Al Saud, demostrando con ello, la vulnerabilidad del ejercito saudita que se muestra impotente para someter a su pequeño vecino y que no la tendría nada fácil si decide enfrentarse militarmente a Irán. Como era de esperar, la entidad sionista - que no pierde oportunidad de criticar a Irán o buscar alternativas de atacarlo - dio todo su apoyo a la Coalición liderada por Arabia Saudita en su agresión contra Yemen, participando en el bombardeo del país con el claro objetivo de controlar el estrecho de Bab el-Mandeb, al suroeste de Yemen, lo cual cambiaría la balanza de la navegación marítima y el suministro mundial del petróleo. Por su parte, el Gobierno iraní ha exigido el cese inmediato de los ataques contra Yemen bajo la consideración que viola flagrantemente la soberanía del país “Sólo un amplio consenso político en las negociaciones puede proporcionar una solución sostenible, restaurar la paz y preservar la integridad y unidad territorial en Yemen" agregó. La intervención de Arabia Saudita se inscribe en la defensa de sus intereses regionales, la propagación del Wahabismo y la intensificación de la represión contra todo movimiento que se proponga generar aires de libertad. Así sucedió en Bahrein, donde la Casa al Saud intervino con puño de hierro sin que Occidente levantara su voz de condena. La monarquía saudita intervino política y militarmente en Bahréin, temeroso que la influencia de la lucha en este pequeño país, se expandiera a otras latitudes, como ha comenzado a suceder. Las operaciones de bombardeo impulsadas por Arabia Saudita en Yemen sin autorización alguna de organismos internacionales, son violatorias del derecho internacional. Esos bombardeos demuestran que no solo pretende restaurar a un gobierno ilegítimo como el del golpista Mansur Hadi, sino impedir el fortalecimiento de su rival iraní en la región, con mayor razón ahora que tras el fracasado golpe de Estado perpetrado por los EE.UU. contra Recep Tayyip Erdogan, Turquía haya decidido fortalecer sus relaciones no solo con Rusia, sino también con Irán y combatir juntos al terrorismo. Este cambio de posición de Ankara fortalece la posición de Moscú y Teherán de combatir con energía a ISIS en Siria e Irak respectivamente hasta su derrota definitiva, lo cual es un golpe a la estrategia montada por Washington en la región y en el caso de Yemen, permitirá a Irán intensificar su apoyo a los huzies en su lucha contra Arabia Saudita, cuya campaña militar terminará en un rotundo fracaso, ya que por más empeño que pongan en intensificar sus bombardeos masacrando impunemente a su población, saben que se trata de una guerra que no podrán ganar. Pero a que costo. Es imprescindible por ello que la comunidad internacional reaccione de inmediato y detenga esta carnicería sancionando a los responsables: Israel, Arabia Saudita y los EE.UU. en lugar de prestarse a la campaña de propaganda orquestada por Washington que presenta a los hijos de los terroristas en Siria como 'victimas' ¿Cuántos miles de inocentes mas deben morir en Yemen bajo las bombas para que recién se haga algo o es que sus vidas no valen nada? :(
Aquí está la nueva Nikon D3400, un tipo de cámara que el que esté metido en el mundillo reconocerá como sustituta de una superventas, en un segmento de mercado donde las principales marcas intentan capturar a aquellos con inquietudes fotográficas que quieren tener en sus manos una herramienta potente, a un precio comedido. Se trata de una cámara que sin probarla, ya podemos decir que permitirá a expertos generar contenidos profesionales, pero que también pondrá las cosas fáciles a todos aquellos que dan sus primeros pasos, o no tienen ninguna gana de gastar más, ya que con esto hay más que de sobra. Entrando en materia comentar que estamos ante un nuevo modelo en el catálogo DX de Nikon. . Esta réflex de inicio con conectividad inalámbrica trae bajo el brazo cosas bastante interesantes, manteniendo una de las señas de identidad de las D3000, su reducido tamaño, que todavía se mueve en un equilibrio cómodo para ser transportada y la posibilidad de colocarle ópticas decentes. El cuerpo de la cámara pesa únicamente 395 gramos. El sensor es de tipo APS-C con 24,2 megapíxeles. Siguiendo con especificaciones habituales en cámaras DSLR, conocer que el procesador de imagen es un EXPEED 4, capaz de gestionar una ráfaga de 5 imágenes por segundo y jugar con sensibilidades que se mueven entre los 100 y 25.600 ISO. Donde sí hay una mejora importante con respecto a D3300 es en la autonomía, pudiendo prácticamente duplicar los disparos: 1.200 en una carga. La pantalla es de 3 pulgadas con 960.000 puntos de resolución y el visor da una cobertura del 95%. Estas cámaras ya no se venden pensando únicamente en la foto, se puede hacer vídeo de bastante calidad con ellas, y aunque no salta al 4K como la gama alta de Nikon, aquí podemos grabar en formato Full HD a 60 imágenes por segundo. La principal novedad de esta cámara llega con la conectividad Bluetooth: en Nikon han decidido colocar en la pequeña el sistema SnapBridge estrenado en cámaras profesionales. Básicamente estamos ante un sistema de conectividad de bajo consumo que permite transferir los contenidos hacia dispositivos móviles. Como sabéis, Snapbridge fue introducido en la D500 con muy buenas críticas, y funciona con una colección de teléfonos Android, pero hace falta crecer en compatibilidad, especialmente con el soporte iOS. Igualmente nos agrada que Nikon vaya mejorando las cámaras pequeñas con cositas de las grandes. Otra novedad en Nikon es el “Guide Mode”, que como su nombre indica, es un tutorial/asistente en la cámara que nos ayuda a configurar las principales opciones según los escenarios en los que nos estemos moviendo. En cuanto a su coste y disponibilidad, la nueva Nikon D3400 se venderá en septiembre en Estados Unidos por 650 dólares, equipada con un nuevo objetivo 18-55 milímetros (f3.5-5.6). Nos cuentan que convivirá en el tiempo con la D3300, no la sustituirá de buenas a primeras :)
Se trata de la aeronave más grande del mundo que tiene 92 metros de largo (19 metros más que el Airbus 380, el avión más largo) con un peso de 20 toneladas, el cual vuela a una altitud máxima de 6.100 metros y alcanza una velocidad de 148 kilómetros por hora con sus cuatro motores. Puede que la velocidad no sea impresionante, pero en realidad el Airlander 10 está pensado para revolucionar el transporte en términos de eficiencia ecológica, no para batir récords de rapidez. Aunque parece un dirigible, en realidad combina características de estos con las de aeronaves más pesadas que el aire; de ahí que el fabricante, Hybrid Air Vehicles, lo defina como una aeronave híbrida. Su historia es muy particular: Nació como un proyecto exclusivo para el ejército estadounidense, pero tras el recorte general de presupuesto en el 2013, su fabricante Hybrid Air Vehicles logró recuperar al prototipo, que fue reensamblado, reacondicionado, y puesto en escena una vez más. Su primer vuelo de pruebas de unas dos horas de duración - en el que alcanzó una altura máxima de unos 1.000 metros, en el aeropuerto de Cardington (Reino Unido) - se llevó a cabo hace unos días atrás, y si todo sale bien para el fabricante, podría haber cien unidades listas en los próximos cinco años. Hagamos un pequeño viaje en el tiempo hacia junio del año 2010. En esa época, el ejército estadounidense (específicamente, su división SMDC) y Northrop Grumman firmaron un acuerdo para llevar adelante el proyecto LEMV, siglas pertenecientes a «Long Endurance Multi-intelligence Vehicle». En esencia, el ejército quería un dirigible capaz de operar a una altitud de seis kilómetros (y mantenerse allí por varios días), con un radio de acción de tres mil kilómetros, reutilizable, compatible con operaciones geoestacionarias, e independiente de cualquier pista de aterrizaje tradicional. Frente a esos requerimientos, el proyecto se volcó en favor de la plataforma HAV304 creada por Hybrid Air Vehicles (uno de los fabricantes por contrato de Northrop Grumman), y su primer vuelo como prototipo del proyecto LEMV fue en agosto de 2012. Sin embargo en 2013 el gobierno estadounidense decidió reducir gastos y el LEMV cayó dentro del corte. En ese punto ya se había invertido casi 300 millones de dólares, y como la razón principal de la interrupción era económica, Hybrid Air Vehicles ofreció comprar el prototipo para recuperarlo. El Pentágono autorizó la venta por unos 300 mil dólares, y tres años después, el HAV304 regresó a los cielos bajo el nombre Airlander 10. La compañía lo describe como «un vehículo híbrido», ya que combina tecnología proveniente de dirigibles, aviones, y helicópteros. Con una longitud de 92 metros, el Airlander 10 es la aeronave más grande del mundo en actividad, superando incluso al impresionante Antonov An-225. Sus especificaciones técnicas describen a cuatro motores diesel V8 turbocargados, que habilitan una velocidad crucero de 148 kilómetros por ahora. Su altitud máxima es de 4.880 metros, y puede transportar hasta diez toneladas de carga. El Airlander 10 necesita casi 37 mil metros cúbicos de helio para permanecer en el aire, lo que puede hacer durante cinco días, siempre y cuando esté tripulado. De los 300 millones originales, Hybrid Air Vehicles recibió 100 millones para construir al Airlander 10, lo recuperó con el 0.3 por ciento del costo original, y ahora piensa que podría haber cien aeronaves iguales dentro de los próximos cinco años, a un precio de 29 millones de euros por cabeza. ¿Quién pagaría eso? Aunque parezca increíble, otras fuerzas militares. El objetivo original del Airlander 10 era realizar servicios de inteligencia, vigilancia, y rastreo de movimientos en tierra, pero al ser tan grande, también sirve con un método muy efectivo de disuasión, un «Gran Hermano militar entre las nubes», si se puede llamarlo así. Quien desee derribar uno necesitaría un sistema tierra-aire bastante avanzado o desplegar cazas, porque a 4.000 metros de altura los rifles no son una opción, y su casco de tres capas, que incluye una hecha de Vectran, es muy resistente. Asimismo, Hybrid Air Vehicles está trabajando también en el Airlander 50, el hermano mayor del 10, con una capacidad de carga de 50 toneladas, el cual recién verá la luz en el 2020 :)