Con París convertida en un campo de batalla, el mundo mira atónito cómo una protesta que comenzó por Facebook se ha convertido en una verdadera revuelta que ha obligado al presidente francés Emmanuel Macron a suspender por seis meses el impuesto al diesel, que debía aplicarse desde el 1 de enero del 2019 y que, hasta hace pocos días, insistía en hacerlo, ‘justificando’ ese aumento por motivos medioambientales, ya que -según afirma - debía cumplir pactos a nivel europeo que él mismo ha avalado, pero las explicaciones no convencieron a los opositores de la medida, por lo que ante la contundencia de las protestas, decidió dar un paso atrás, creyendo que así las neutralizaría. Sin embargo, de poco ha servido esa maniobra, porque la violencia ha recrudecido por parte de enadercidos manifestantes que ahora exigen su dimisión y al grito de “Todos al Eliseo” anuncian que no claudicaran hasta lograr su caída. Algunos las consideran las más importantes desde la que tuvo lugar en mayo del 68 en suelo francés. Los miles de manifestantes que han tomado las calles muestran su apoyo al colectivo conocido como 'chalecos amarillos' ('gilets jaunes', en francés), llamados así porque usan la prenda reflectante propia de los conductores. Han salido a la vía pública las últimas semanas para exigir que se dé marcha atrás en el impuesto del diésel, el combustible más usado en el país galo. Y, de momento, han conseguido su objetivo. Como sabéis, la primera manifestación a nivel nacional reunió a cerca de 300.000 personas, y que se ha nutrido a través de las redes sociales. Todo comenzó el 17 de noviembre. En esa primera jornada una manifestante murió atropellada de manera accidental, 227 personas resultaron heridas y 117 fueron detenidas por la Policía. Una semana después del comienzo de la revuelta, el 24 de noviembre, se registró una nueva protesta que dejó al menos 30 heridos y 130 manifestantes detenidos. Además, más de cien personas resultaron heridas en París, y centenares fueron arrestadas el 1 de diciembre, según fuentes de la Policía francesa. En Toulousse, ese mismo día los heridos superaron la cincuentena. Los agentes usaron gases lacrimógenos, granadas de aturdimiento y cañones de agua contra los manifestantes en las calles parisinas, algunos de los cuales respondieron con el lanzamiento de objetos y prendiendo fuego a edificios y mobiliario urbano. Lo cierto es que París, y sobre todo, las inmediaciones del Arco del Triunfo, se convirtieron en un campo de batalla con incidentes constantes, enfrentamientos entre Policía y manifestantes, incendios de vehículos, destrozos y pintadas en edificios y monumentos emblemáticos e incluso el saqueo de algunos de ellos. En la capital, la furia se concentro en las calles con las tiendas de lujo, la avenida Kléber y la calle Rivoli -símbolos del privilegio urbano que contrastan con las provincias anodinas de donde surgieron los ‘chalecos amarillos’- que fueron arrasadas por los manifestantes, quienes rompieron los escaparates y saquearon todo lo que pudieron. A pesar de la violencia desatada en las últimas jornadas, tras la más intensa de todas ellas, que tuvo lugar el 1 de diciembre, el 72% de los franceses apoyaban a los 'chalecos amarillos’ mientras el 90% pensaba que el Gobierno no había estado a la altura de las circunstancias, según una encuesta recogida por el diario francés Le Journal du Dimanche. No obstante, la sociedad francesa todavía no logra asimilar la magnitud y extensión de esta protesta social que surgió sorpresivamente, por fuera de las representaciones tradicionales de los partidos políticos y los sindicatos, aunque hay analistas que los vinculan tanto a los nacionalistas de Marine Le Pen como a la extrema izquierda de Jean-Luc Mélenchon. Si bien cada situación es diferente, no es casual que para comprender lo que sucede en Francia tantos analistas tomen como referencia a las “primaveras árabes” del 2011 - organizadas por la CIA para derrocar a regimenes ‘incómodos’ a Washington ubicados en el norte del África y el Medio Oriente, para reemplazarlos por gobiernos títeres y sumisos a la política estadounidense - o el llamado movimiento de los indignados del mismo año en España (los 15-M), aunque con estos últimos sus diferencias acerca de su procedencia social son abismales, ya que mientras los españoles eran profesionales y de clase media, los franceses pertenecen a los estratos mas deprimidos de la sociedad y a quienes la subida del diesel los afecta y mucho. Si se mira con atención, lo que comenzó con una reivindicación puntual fue la chispa que encendió un descontento acumulado por años de políticas neoliberales de ajuste y recortes que como siempre, favorecen a los más ricos. Las múltiples reivindicaciones sociales que aparecen en toda Francia llevan a que ya no se hable solamente de protesta sino de “insurrección” o “crisis de régimen”, una frase de una fuerza descomunal en la memoria colectiva de un país que conoció la Revolución Francesa de 1789, que acabó con la monarquía, el conocido “antiguo régimen”, que cayo en un mar de sangre. El gobierno francés, que intento minimizar la protesta hasta que le estalló en el corazón de París, se encuentra con que no sabe con quién hablar y mira atónito cómo la revuelta crece día a día. Cada región elige la forma de manifestarse y sus representantes pueden ser una vendedora de cosméticos, un jardinero o un peluquero que trabajan por cuenta propia, y que hablan por sí mismos y por un colectivo organizado desorganizadamente y con numerosas contradicciones. Para el gobierno esta representación atípica es un problema real, pero también una excusa para decir que no sabe con quién negociar mientras exigen que digan lo que quieren, como si fueran un partido político o un sindicato con reivindicaciones claras y puntuales. El enojo acumulado por años ya no tiene diques de contención por la fractura entre el pueblo y quienes dicen representarlos, y que se niegan a entenderlos. Cabe destacar que hace dos años Macron publicó el libro “Revolution” donde las clases populares prácticamente no son mencionadas. Ahora aparecieron con fuerza y le dijeron “aquí estamos y te vamos a sacar”. La violencia ha recrudecido el último fin de semana y todo parece indicar que se intensificará. “El impuesto a la gasolina es solo el inicio de nuestras protestas”, señaló al respecto Tony Roussel, vocero del movimiento en Marsella. “Ahora están todos los demás impuestos. Están los salarios. Está el salario mínimo. El gobierno no ha entendido nuestras exigencias si cree que suspendiendo por seis meses al aumento sobre el impuesto al diesel nos vamos a callar. Las protestas no se detendrán, hasta que se hagan concesiones más profundas” aseveró. Acorralado por la violencia desatada, Macron anuncio este lunes el aumento del sueldo mínimo en 100€ intentando con ello neutralizarlos, pero este ofrecimiento ha sido rechazado por los 'gilets jaunes' quienes exigen su dimisión y anuncian mas protestas para este fin de semana. Por lo visto, quien se ve a si mismo como la reencarnación de Luis XIV - el Rey Sol - puede terminar en cambio como el infortunado Luis XVI, a manos de las masas enfurecidas. ¿Volverá a repetirse la historia? :)
Samsung está apostando actualmente por ser pionera en el sector de la telefonía móvil para recuperar el liderazgo en el mercado, no sólo en ventas, donde lo mantiene, sino en imagen. Para ello ha presentado este lunes el Samsung Galaxy A8s, el primero de su familia con cámara delantera integrada en pantalla. Este terminal se caracteriza por unas prestaciones de gama media pero con detalles de gama alta. El procesador es el Snapdragon 710, un chip que no se ha usado mucho y que apunta más a la serie 800 que a la 600. Las dos configuraciones de este móvil tienen la misma memoria interna, de 128 GB, pero varía la RAM, con una variante de 6 GB y otra de 8 GB. Como veis, algo más propio de la gama alta que de la media. La pantalla es de 6.4 pulgadas y en ella se integra la cámara delantera, de la que hablaremos más adelante. El uso de esta perforación en el panel permite a Samsung prescindir tanto de los bordes de pantalla como del notch, algo que la marca no ha abrazado por el momento. La batería del terminal será de 3400 mAh y contará con Android 8.1 Oreo de serie, usando la interfaz de Samsung. Aunque pueda parecer que este modelo cuenta con dos cámaras detrás y un flash LED hay que mirar con cuidado para ver que el supuesto flash es el contorno de un tercer sensor. De hecho, el flash está bajo el módulo con los tres sensores. En este caso Samsung apuesta por un sensor principal de 24 Mpx y un telefoto, un zoom óptico, de 10 Mpx. También hay un tercer sensor de 5 Mpx para mediciones de profundidad que como sabéis es muy importante en el modo retrato. En esta ocasión, al contrario que en el Galaxy A9, no tenemos un gran angular que complemente el sensor normal y el zoom. Delante tenemos un único sensor de 24 Mpx cuya principal característica es que está integrado en la esquina superior derecha de la pantalla, permitiendo tener un ratio de pantalla/frontal casi del 100%. En cuanto a su precio y disponibilidad, el Samsung Galaxy A8s podrá adquirirse por el momento en China - mercado al cual se orienta - en tres colores: azul, verde y gris. A partir del 21 de diciembre podrá reservarse, aunque no hay fecha de venta definitiva ni precios de sus dos configuraciones :)
Como recordareis, en noviembre del 2017 compartí con vosotros en El Rincón de las Telarañas, especialmente entusiasmado, la noticia de que Netflix (en su busca de ser el bastión para los apasionados del anime y no está reparando en medios para conseguirlo) tenía en marcha la producción de un remake animado de 'Los caballeros del zodiaco' - o 'Saint Seiya', como ustedes prefieran- el mítico anime de Toei Animation que debutó en 1986 adaptando el manga homónimo de Masami Kurumada. Ahora deberíais intentar relajaros; porque acaba de darse a conocer el primer tráiler de 'Saint Seiya: Los caballeros del zodiaco' y no pinta mal del todo. Si bien es cierto que muchos se han acostumbrado a la serie de 1986, en parte a base de revisionarla, esta ONA (Original Net Animation) desarrollada también desde la propia Toei Animation ofrecerá tres arcos argumentales -desde el Torneo Galáctico hasta los Santos de plata- reimaginados a través de animación digital. Junto con el trailer, Netflix ha ofrecido la sinopsis oficial, confirmando su llegada a la plataforma de streaming para el verano del 2019. La sinopsis oficial de Netflix es la siguiente: "Saint Seiya: Knight of the Zodiac sigue las aventuras modernas de los jóvenes guerreros llamados Caballeros, que son protectores jurados de la reencarnada diosa Atenea. Cada Caballero utilizada una poderosa armadura basada en el signo de la constelación que eligió. Ayudan a Atenea en su batalla contra los poderosos dioses olímpicos que están empeñados en destruir a la humanidad". Uno de los elementos que más comentarios generará en esta ocasión, será el hecho de adaptar a Shun, el caballero de Andrómeda, como mujer. En cuanto al diseño de los personajes, podemos ver un aspecto más estilizado al habitual, aunque las armaduras han salido ganando en cuestión de detalles y el CGI permite que luzcan en todo su esplendor. Y para muestra, el póster oficial que ilustra nuestra nota. Los Caballeros del Zodíaco: Saint Seiya no es la primera adaptación en formato CGI de las aventuras de Seiya y compañía: estrenada en el 2014 y disponible desde Netflix encontramos el largometraje Los Caballeros del Zodiaco: La leyenda del Santuario. Eso sí, antes del estreno tendremos la oportunidad de repartir cosmos como si no hubiera un mañana: el 15 de febrero Seiya y Shiryu serán dos de los personajes clave de JUMP Force, el crossover de héroes del manganime de Bandai Namco. Y hay que admitir que su aspecto tiene poco que envidiar al de la próxima serie. De hecho, me atrevería a apostar que no soy el único que lo prefiere al del remake animado :)