Ubicado entre el mar Negro y los montes del Cáucaso, Georgia es famosa por la hospitalidad de sus habitantes, los maravillosos paisajes y su ancestral cultura. Los teatros, la música y el cine georgiano desde hace décadas traspasaron las fronteras del pequeño país, de solo 4 millones de habitantes. Para Rusia además, Georgia siempre tuvo un significado muy especial. Fue su principal aliado y el único enclave cristiano ortodoxo en el sur del Cáucaso, un lugar exótico, paraíso de los vinos, poesía y paisajes montañosos donde varias generaciones de los grandes de la literatura rusa fueron a buscar tranquilidad e inspiración. Durante siglos la hermandad entre los rusos y los georgianos parecía ser inquebrantable… Hasta la perestroika. Para analizar los dramáticos acontecimientos en Georgia hoy, necesitaremos recordar dos de sus presidencias: una es la de Eduard Shevardnadze, el exministro de Exteriores de la URSS en los tiempos de Mijaíl Gorbachov, pero que tras el colapso soviético y la desarticulación de su país, se convirtió en un ferviente anticomunista, antirruso y obviamente, un gran amigo de la OTAN y EE.UU. No obstante, esto no le ayudó y Shevardnadze no llegó a ser un líder nacional, y en el 2003 fue obligado a renunciar. La denominada 'Revolución de las Rosas', organizada por la CIA y que sacó a Shevardnadze del poder, tenía varias características similares a los disturbios de ahora. Al igual que Gorbachov, él tuvo más simpatizantes entre los líderes de Occidente que entre la población de su país natal. Una parte de las élites, apoyada por la CIA y aún más anticomunista y antirrusa que la anterior, exigía "cambios" para llevar al poder a su candidato, el infame colaboracionista Mijaíl Saakashvili, un demagogo y aventurero político, por su estilo extremadamente parecido al del cómico callejero ucraniano Vladímir Zelenski (convertido en “presidente”), encabezó un 'show' llamado 'lucha contra la corrupción'. En un tiempo récord estableció un régimen policial, destruyendo todo lo que le recordaba sus lazos con la Unión Soviética, eliminando por ejemplo el uso del idioma ruso en colegios y universidades. Sobre los resultados de esta política educativa ahora dicen en Georgia: "El inglés todavía no lo aprendemos, pero el ruso ya lo olvidamos". El desempleo oficialmente llegó a un 17%, pero muchos expertos afirman que la cifra real era superior a un 60%. La política neoliberal del Gobierno impuso en el país el código laboral tal vez más flexible del mundo: todo trabajador puede ser despedido en cualquier momento sin explicaciones y sin derecho alguno de compensación. La parte más publicitada de las 'reformas georgianas' fue la de la 'lucha contra la corrupción' con retenes policiales literalmente transparentes, o sea, construidos de vidrio. La corrupción fue reemplazada por una brutal injusticia social. 300 dólares al mes en Georgia se consideraba “un excelente sueldo”. Los profesores ganaban entre 50 y 70 dólares al mes. El sueldo de un policía común era de 2.000 dólares al mes y el de un jefe de retén, de unos 8.000 dólares. Todo esto en la época de Saakashvili fue publicitado como el enorme 'progreso' y modelo para seguir en todo el espacio postsoviético. El gobierno colaboracionista de Saakashvili, al igual que su par, el régimen golpista de Zelenski en Ucrania, con continuas provocaciones, desató una guerra entre Georgia y Rusia, que perdió abrumadoramente. Muchos telespectadores se acordarán de unas patéticas imágenes mostradas por la BBC, donde Saakashvili se está comiendo su corbata en protesta “por la falta de ayuda militar occidental” al Ejército georgiano, que fue aplastado por los rusos sin miramentos. Luego estalló una serie de escándalos de corrupción y abusos de poder, relacionados con grupos armados criminales, creados por el entorno de Saakashvili, que dio origen a múltiples protestas ocasionando la fuga de Saakashvili con todo lo que pudo robar a Europa, antes de que finalizara su periodo presidencial. A partir del golpe de Estado en Ucrania en el 2014, presentado al mundo por los medios occidentales como 'la revolución del Maidán', Saakashvili - considerado un traidor a la Patria en su país - fue delegado por sus amigos occidentales en Ucrania: primero fue nombrado “gobernador” del puerto de Odesa y luego, tras una serie de escándalos, cayó en desgracia y fue expulsado de Ucrania como un indeseable, para ser una vez más, al poco tiempo, invitado al país, por Zelenski. De ese periodo hay otras imágenes inolvidables: Saakashvili saltando por los techos de Kiev para escapar de la Policía que trataba de detenerlo y expulsarlo del país. Hace un par de años viajó ilegalmente de Ucrania a Georgia, donde tenía órdenes de aprehensión y junto con sus partidarios trató de organizar una revuelta para derrocar al Gobierno. Ahora está preso en una de las cárceles georgianas, donde se considera "un prisionero de Putin" y parte de la agenda actual de los manifestantes es su liberación inmediata. Es bastante evidente que las actuales protestas en Tbilisi no son otra cosa, que el intento de EE.UU. y sus aliados de tomar control de Georgia para así complicarle más la situación a Rusia, y a la vez acercarse a las fronteras de Turquía, Irán e Irak desde las costas del Cáucaso. Es importante entender que Georgia no solo es un importante punto geopolítico, para abrir el 'segundo frente' de guerra contra Rusia, sino que los georgianos durante siglos han sido considerados por los rusos como hermanos y aliados incondicionales, y estos sentimientos eran recíprocos. Como ha sido Ucrania, Georgia para el pueblo ruso es parte del mismo espacio histórico y cultural. Por ello, 'el mundo civilizado' hizo tanta inversión y tanto esfuerzo para sembrar odio y rencor, eligiendo como su blanco principal a la juventud. A pesar de que la oposición georgiana y Occidente repiten que el actual gobierno de Georgia es prorruso, ignoran que un hecho importante, como que hace más de 4 años no existen vuelos directos entre Rusia y Georgia, cuyas relaciones además están en un punto bajo, debido a la situación sin resolver tanto de Abjasia como de Osetia del Sur, cuyas independencias no son reconocidos por Tblisi que los considera parte de su territorio. La causa formal de estas protestas fue la promulgación de la ley "sobre los agentes extranjeros", por parte del Gobierno, parecida a la de Rusia y mucho más suave que la que existe en EE.UU. desde 1938. Como la oposición georgiana prooccidental se financia exclusivamente desde el extranjero, este tema era para ella de vital importancia. Las recientes declaraciones del Departamento de Estado de EE.UU. y de los representantes de la UE a favor de los manifestantes (el término 'pacíficos' es cada vez más relativo), son una prueba más de algo evidente. Como en el caso de Víktor Yanukóvich (presidente ucraniano antes del golpe del Maidán), la principal debilidad del actual gobierno georgiano es su profunda corrupción e incapacidad de resolver los problemas crónicos de la sociedad, empobrecida y extremadamente desigual. Los ciudadanos de Georgia hoy tienen suficientes razones para el descontento con su Gobierno; los servicios especiales extranjeros con la ayuda de sus agentes locales con bastante éxito lo aprovechan, desestabilizando el gobierno legítimo y sacando a las calles a muchos ingenuos e ignorantes luchadores "por todo lo bueno y contra todo lo malo", para llevar al poder a personas que tendrán todos los defectos del poder actual y ninguna de sus virtudes, o como en el caso trágico de Ucrania, reemplazar el poder de los pequeños corruptos, por el de un régimen de criminales militares y agentes extranjeros, quienes en el caso de Ucrania, son los que realmente mandan en el país. El gran riesgo consiste en que los organizadores de las 'revoluciones de colores' que ya tienen una enorme experiencia en desestabilizar gobiernos soberanos, controlan no solamente los principales medios de comunicación del mundo, sino también la mayoría de las redes sociales y son expertos en construir agendas atractivas para los movimientos de protesta. Las fuerzas políticas y los partidos tradicionales, muy torpes y cómodos, no pueden luchar contra esto. Simplemente no manejan el arte (o más bien, el arma) de la propaganda contemporánea. Se aprovechan así de la bajísima cultura política de la gente ingenua, desorientada y desesperada, convirtiéndolos fácilmente en rehenes de otras fuerzas que nada tienen que ver con los intereses de estos ciudadanos. Si en los próximos días las autoridades de Georgia no resuelven esta crisis, es altamente probable la aparición en este punto clave del Cáucaso de un nuevo gobierno títere, dispuesto a cumplir las órdenes de los EE.UU. y la OTAN. Obviamente, esto no corresponderá ni a los intereses de los georgianos, ni al de los rusos, ni estará a favor de la paz. La reciente decisión del Gobierno georgiano de retirar el proyecto de ley que generó las protestas, ya es tomada por la oposición como un signo de su debilidad e inspira a los manifestantes para una acción más radical y activa. De hecho, la agenda de los agentes cambió de inmediato: igual que hace 9 años en Ucrania, exigen ahora la inmediata renuncia del gobierno. Habrá que estar atentos a lo que se viene en los próximos días.
Se trata de una de las ciudades abiertas al mar más modernas de Europa. Situada a orillas del Golfo de Finlandia, se puede conocer perfectamente en un día o en un fin de semana, al concentrar todos sus lugares más interesantes a poca distancia del centro de la capital, por lo que resulta una escapada perfecta para pocos días. En su arquitectura se mezclan los edificios clásicos y modernos con influencias suecas y rusas y además cuenta con infinidad de museos, cafeterías de diseño, parques y iglesias sorprendentes, que serán solo algunos de los lugares que podrás conocer en tu escapada. Basándonos en el día que pase en la ciudad, he realizado una lista de los que creemos, son los 10 lugares que visitar en Helsinki imprescindibles. !Empezamos! 1. Plaza del Senado: De estilo neoclásico y centro neurálgico del casco antiguo, es uno de los lugares más imprescindibles que ver en Helsinki. Sus tres edificios más importantes son la Catedral de Helsinki (Tuomiokirkko), la Biblioteca Universitaria, situada en una esquina y la Casa Sederholm, el edificio de piedra más antiguo de la ciudad. Ten en cuenta que la catedral luterana, es uno de los símbolos de la ciudad que destaca por su exterior blanco. Si visitas la ciudad en Navidad, en esta plaza se monta un gran mercadillo lleno de puestos de madera que venden todo tipo de artículos navideños y comida local, ¡todo un espectáculo para los sentidos!; 2. Iglesia de Temppeliaukio: La Iglesia de Temppeliaukio, conocida también como la Iglesia de Piedra, es una iglesia luterana que se construyó en el 1969 y en la que destaca principalmente su interior, excavado en una roca, lo que le permite tener una excelente acústica, perfecta para todo tipo de conciertos. Desde el exterior se puede ver la cúpula acristalada, que permite iluminar el interior con luz natural; 3. Vanha Kauppahalli: Vanha Kauppahalli o el antiguo mercado, está situado muy cerca de la Plaza del Mercado y es otro de los lugares que visitar en Helsinki. Esta tienda, la más antigua de la ciudad, se reformó totalmente hace unos años para convertirla en uno de los mejores mercados cubiertos del mundo y es un lugar que estamos seguros, te encantará. Dentro del edificio de ladrillo rojo, blanco y amarillo se encuentran 25 puestos de auténticas delicatessen finlandesas como pescados ahumados, carnes de reno, ciervo y oso, chocolates, encurtidos, entre otros muchos productos; 4. Plaza del Mercado: Situada a orillas del mar Báltico es una de las principales atracciones y lugares que ver en Helsinki. Cuando se acerca el buen tiempo, desde primavera hasta otoño, se convierte en un hervidero de gente y de puestecitos de comida fresca y souvenirs desde la que además podrás ver la gran actividad del puerto. Desde aquí además salen los ferrys a la cercana isla de Suomenlinna y los cruceros por los canales de Helsinki, que son una de las actividades más recomendadas de la ciudad; 5. Parque Sibelius: Situado a orillas del mar, en el barrio de moda de Töölö, es el espacio verde más famoso y otro de los lugares que visitar en Helsinki. Su lugar más destacado es la escultura formada por 580 tubos de acero que, cuando sopla el viento, realiza un sonido musical y está dedicada al compositor y violinista finlandés Jean Sibelius. Cerca del monumento se encuentra el Cafe Regatta, una antigua cabaña de pescadores en el que recuperar el calor corporal comiendo unos típicos rollitos de canela aunque para los menos frioleros, siempre puedes tomar algo en la terraza con vistas al lago, que según la época se puede encontrar totalmente helado; 6. Esplanadi: Es un parque urbano situado entre la plaza Erottaja y la Plaza del Mercado que destaca por sus tiendas de lujo, quioscos de madera, restaurantes de precio alto, edificios históricos como el hotel Kamp y lugares con encanto como la fuente Havis Amanda. En verano, es uno de los rincones con más vida de la ciudad donde locales y turistas dan agradables paseos mientras escuchan la música de artistas callejeros. Además, cerca de esta explanada se encuentra el Hotel Torni, que tiene en su terraza el mejor mirador de la ciudad; 7. Catedral ortodoxa Uspenski: Considerada como la iglesia ortodoxa más grande de Europa Occidental, es otro de los lugares que ver en Helsinki y destaca por estar construido en ladrillo rojo y por sus trece cúpulas doradas que representan a Cristo y los doce Apóstoles. Situada en una colina con buenas vistas de la ciudad, puedes llegar a la catedral desde la Plaza del Mercado; 8. Estación Rautatientori: Es la principal estación de ferrocarril y otro de los edificios que ver en Helsinki. Esta joya del Art Nouveau, con una gran actividad diaria, entró en servicio en 1919 y fue elegida por la cadena BBC como una de las estaciones de tren más bonitas del mundo. La estación está formada por un gran edificio de color marrón y detalles en verde, en el que destaca su alta torre del reloj y las 4 estatuas enormes que te dan la bienvenida y sostienen una linterna que se iluminan por la noche; 9. Capilla del Silencio de Kampi: Construida en el año 2011 y situada en la gran explanada de la plaza de Narinkka, es uno de los edificios más originales de la ciudad. En forma de óvalo y construida totalmente en madera, es un lugar ideal para disfrutar del silencio absoluto y de la meditación. Su interior destaca por su sencillez, al tener unos pocos bancos y un atril; 10. Fortaleza de Suomenlinna: Patrimonio de la Unesco, es una fortaleza construida por Suecia en 1748 que se asienta sobre seis islas y es otra de las maravillas que ver en Finlandia. Esta fortificación que se creó para repeler los ataques de la marina de la Rusia Imperial, se ha convertido con el paso del tiempo, en uno de los lugares que visitar en Helsinki más imprescindibles. Además de ver los edificios, cañones, murallas y bastiones, puedes visitar alguno de sus 6 museos que se encuentran repartidos por la isla. Para llegar a la fortaleza, situada a 2 kilómetros, puedes coger el ferry o el autobús acuático JT-Line, que parten desde la Plaza del Mercado. Cabe precisar que la forma más habitual de llegar a Helsinki es por aire, aterrizando en el aeropuerto internacional de la capital, situado a 20 kilómetros. Para ir del aeropuerto al centro de Helsinki puedes coger el tren circular que te dejará en la Estación Central en menos de media hora. Otra opción es coger el City Bus de Finnair o la línea 615 de autobús que te dejarán en la estación en unos 45 minutos. Por mi parte, visite la ciudad cogiendo un ferry desde Tallin, la capital de Estonia, en un trayecto de dos horas, volviendo luego a esta ciudad, cuyas atracciones serán parte de nuestra próxima entrada ¿vale?