Medio Oriente se encuentra en una transición geopolítica de gran inestabilidad. Los conflictos que tradicionalmente han marcado esa región se han incrementado y diversificado. Pero en el futuro cercano el foco de tensión más amenazador es el proceso irreversible de desintegración que hoy afecta al reino de Arabia Saudita. Las fuerzas que impulsan este proceso son de distinta índole. Primero están las de naturaleza económica. Arabia Saudita ocupa el segundo lugar del mundo en reservas probadas de petróleo con 266 mil millones de barriles de crudo. Uno puede pensar que ese país tiene un amplio margen de maniobra en el terreno económico. Pero aún a los gigantes se les acaba la vida. La variable clave no son las reservas, sino la capacidad de exportación una vez que se toma en cuenta el consumo doméstico. Hoy el reino Saudita consume 25% de su producción total de crudo. El 50% de su electricidad es generada en plantas termoeléctricas y el consumo de energía crece a una tasa anual superior a 8%. Por eso un estudio de Brown y Foucher (publicado en el Journal of Petroleum Science and Engineering, septiembre 2015) concluye que si se considera el crecimiento del consumo doméstico en Arabia Saudita el pico de sus exportaciones de petróleo se alcanzará en 2028. Es decir, dentro de sólo 11 años esas exportaciones comenzarían a declinar. El actual príncipe heredero, Mohammed bin Salman - traidor al Islam y con graves alteraciones mentales - promueve el llamado plan Visión 2030, cuyo objetivo es reducir el consumo doméstico de petróleo, incluso con la introducción de plantas nucleares. Pero el costo de esas plantas sigue siendo prohibitivo y el problema del refrigerante se amplifica por las altas temperaturas imperantes (aún en las zonas costeras). Muy pocos creen que las inversiones en energía solar y nuclear podrán aliviar el dilema al que se enfrenta Arabia Saudita. No sorprende que un reciente informe de Citigroup sostenga que para 2030 el reino saudita podría enfrentar una crisis por no tener suficiente petróleo para exportar. En la década 2030-2040 Arabia Saudita podría estar exportando solamente 2 millones de barriles diarios. Para un país que obtiene 80 por ciento de sus ingresos de las exportaciones de petróleo eso entraña una emergencia grave. Al deprimir los precios internacionales de petróleo en los últimos siete años Riad buscó castigar a Rusia por su apoyo a Bashar al-Assad en la guerra en Siria (patrocinada tanto por Arabia Saudita como por los EE.UU. al crear y financiar a grupos terroristas como ISIS para desatar el terror y la violencia extrema en la región y ‘justificar’ así la injerencia estadounidense) y frenar la creciente influencia de Irán en la región. Pero ese plan ha fracasado en todo nivel no solo con la derrota de ISIS y el fin de su ilusorio ‘califato’ bajo toneladas de bombas rusas, sino también porque trajo aparejados pérdidas en el ingreso por exportaciones y un deterioro de las reservas de crudo. El reino saudita también pretendía mantener su rol dominante en el mercado mundial al perturbar la extracción de petróleo basada en la controvertida tecnología de fractura hidráulica (fracking) en Estados Unidos. Pero los analistas en Washington hicieron sus cálculos y observaron que el daño era soportable para la industria del fracking en el corto plazo. Hoy con el ligero repunte en los precios internacionales la rentabilidad de la industria de fractura hidráulica ha regresado a la escena. Y los últimos acuerdos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo muestran que Arabia Saudita ha perdido su capacidad de determinar el precio internacional de crudo. Al final del juego, los ganadores de este proceso son Rusia, Irán y, desde luego, la industria del fracking en Estados Unidos. El resultado es catastrófico para los saudíes, cuya influencia decae obstensiblemente. La economía de Arabia Saudita sigue deteriorándose. La austeridad fiscal ha reducido el déficit en las finanzas públicas, pero el descontento social crece. Si a esto se agrega el malestar por la política represiva que sigue alterando el delicado equilibrio tribal en el reino, así como la reciente maniobra del rey Salman de detener a 11 príncipes y varios magnates por corrupción (posibles rivales del príncipe heredero Mohammed bin Salman), emerge un escenario en el que a corto plazo se podría desencadenar una guerra civil. Como sabéis, Arabia Saudita ha financiado grupos terroristas en Siria e Irak con el objetivo de derrocar a Al Assad y frenar la influencia de Irán. También ha reprimido brutalmente los enclaves chiítas dentro del reino (como Awamiya). Su fanatismo en contra de esta minoría le ha llevado a promover la terrible guerra en Yemen (en abierta complicidad con Estados Unidos y el Reino Unido, quienes le venden armas por el valor de cientos de miles de millones de dólares) donde se lleva a cabo un genocidio de la población que resiste a la invasión y que le ha propinado durísimos golpes. Su ejercito, a pesar de todo lo invertido en armamento, se ha mostrado incapaz de vencer a los aguerridos yemeníes y muchos analistas se preguntan que ello demuestra que a pesar de las altisonantes declaraciones de sus dirigentes contra la república islámica, no son rival alguno para Irán. De otro lado, Washington confía en lograr su independencia energética (a través del fracking) y su estrategia descansa más en promover una mayor balcanización de la región basada en divisiones sectarias y étnicas. El tradicional vínculo que Arabia Saudita ha mantenido con Estados Unidos de intercambiar petróleo por seguridad podría estar llegando a su fin. Represión interna, luchas intestinas por el Poder, guerras de agresión, errores de cálculo y el financiamiento del terrorismo tienen su propia dinámica y podrían revertirse contra Riad. El desenlace podría presentarse en un escenario de lenta disolución o más violentamente en un marco de guerra civil. Su acercamiento a los sionistas – traicionando a los palestinos, quienes sufren la brutal ocupación de sus territorios a manos de esas bestias sedientas de sangre - así como la creación de una especie de OTAN árabe dirigida contra Irán no lo salvara de su inexorable destino. De cualquier manera la implosión de este corrupto reino es inevitable :)
Todo el que siga el mercado de las cámaras de acción conocerá que hay vida más allá de GoPro. Este año Sony ha decidido apostar fuerte en este campo con la Sony RX0, que como podéis ver en la imagen que ilustra la nota, cambia su formato completamente. Si bien la firma japonesa había mantenido el mismo diseño en su línea de cámaras de acción, con esta RX0 ha decidido usar unas formas más “cuadradas”, siguiendo los pasos de la mayoría de propuestas importantes del mercado. Además, introduce toda la tecnología que tiene a mano para crear la cámara de acción más avanzada. Se olvida directamente de aquellos que buscan una cámara de acción asequible - donde hay una competencia china insoportable -, y apunta hacia experiencias profesionales o usuarios que no tienen problema en pagar 700 dólares por un dispositivo así. Sony ha elegido un sensor de una pulgada de tamaño, que para tratarse de una cámara de acción es una cifra a destacar. Cuenta con 15,3 megapíxeles (en realidad 21 megapíxeles) y entra dentro de la familia de sensores Exmor RS. Lo habitual en este sector es ver sensores con un tamaño de 1/2,3 pulgadas. También hay que destacar la lente Zeiss de 24 milímetros con apertura f/4, esto nos asegura un gran angular con mayor calidad de lo habitual, que es donde más suelen flaquear las cámaras de este tipo. Los modos en los que trabaja la cámara son potentes y variados: grabamos en 4K, podemos bajar a Full HD registrando 240 imágenes por segundo, incluso podemos hacer ráfagas de 16 imágenes por segundo que se guardan en formato RAW. El modo "cámara lenta" o de alta velocidad, permite registrar hasta 960 imágenes por segundo. Para conseguir esto lleva integrada memoria RAM a nivel de sensor y un procesador BIONZ X. La cámara está diseñada para ser resistente, pensando en las labores que se van a hacer con ella: la podemos meter bajo el agua, hasta diez metros (con una carcasa llega a los 100 metros). Resiste caídas desde 2 metros y pesos de hasta 200 kilos. Las especificaciones y las muestras son realmente buenas, pero la gracia de esta cámara no está únicamente en la calidad. Sony ha pensado que es el momento ideal para meterse en la creación de contenido para la realidad virtual y se podrán sincronizar para trabajar juntas. Hasta quince cámaras se podrán utilizar a la vez con un controlador especial, y en el futuro a medio plazo se plantean soluciones con más cámaras. Con la aplicación móvil se pueden controlar hasta cinco cámaras. Hablando de controlar, la cámara lleva su propia pantalla LCD, de 1,5 pulgadas. Otro punto que nos dice que esto es un producto profesional es la salida HDMI, a través de ella tenemos una salida 4K limpia, sin comprimir. También se puede trabajar con perfiles de color, S-Log2 :)
A lo largo y ancho del mundo Santa Claus tiene varios nombres. Algunos le escriben cartas, otros cuelgan botas de la chimenea o la pared y otros incluso lo esperan con galletas y un vaso de leche. Pero en realidad, ¿conoces de dónde surge este fantástico personaje y cómo ha evolucionado a través del tiempo? ¿Quién de niño no ha soñado con que llegue por la chimenea o toque a la puerta y verlo aparecer con su traje rojo y blanco; su barba poblada, larga y completamente blanca y su sonoro jo jo jo jo? Sólo cierra los ojos por un instante y piensa en Santa Claus. Inmediatamente te transportarás al Polo Norte, lleno de nieve, y verás en tu mente una fábrica gigantesca de juguetes y regalos que Santa traerá en un trineo volador el día de Navidad con sus famosos renos con Rudolph y su nariz roja a la cabeza. Sin embargo Santa Claus no proviene del Polo Norte ¿Sabías que fue un obispo bizantino llamado San Nicolás que vivió en el siglo IV? Te invitamos a conocer su verdadera historia. El santo original nació en el año 280 d.C. y se convirtió en el obispo de Mira, una pequeña ciudad romana ubicada en la actual Turquía. Nicolás no era ni gordo ni alegre, sino que se forjó una reputación como defensor rebelde y apasionado de la doctrina de la Iglesia durante la “Gran Persecución”, cuando se quemaban Biblias y se obligaba a los sacerdotes a renunciar al cristianismo, o se les ejecutaba. Nicolás desafió estos edictos y pasó años en la cárcel antes de que Constantino otorgase legitimidad al cristianismo en su imperio. La fama de Nicolás perduró mucho después de su muerte (el 6 de diciembre de un año desconocido, a mediados del siglo IV) porque se le asociaba con muchos milagros y todavía se le rinde culto hoy en día, independientemente de su vinculación con Santa Claus. Con el pasar de los años, la imagen de San Nicolás se fue transformando gracias a la imaginación de varios personajes. La cruz de su pecho desapareció, así como sus accesorios de obispo fueron remplazados por el famoso traje rojo y blanco, las botas y cinturón negro y el infaltable gorro rojo. Todo comenzó hacia 1624 cuando emigrantes holandeses llegaron al territorio americano y fundaron la ciudad de Nueva Amsterdam, que más tarde se convertiría en Nueva York. Allí erigieron una imagen de San Nicolás e hicieron todo lo posible por mantener su culto y sus tradiciones. Su devoción por “Sinterklaas” o “Sinter Klaas” (de ahí Santa Claus) era tan arraigada y pintoresca que escritores americanos empezaron a escribir sobre este personaje. En 1822, Clement Clarke Moore escribió A Visit From St. Nicholas, también conocido como The Night Before Christmas, para sus seis hijos, sin intención de sumarse al incipiente fenómeno de Santa Claus. Se publicó de forma anónima al año siguiente y, hasta el día de hoy, el Santa Claus regordete y alegre que se describe en él sigue montado en un trineo del que tiran ocho renos. A los norteamericanos también se les responsabiliza de su imagen actual. En 1931, una conocida marca de refrescos encargó al caricaturista Thomas Nast que dibujara un Santa Claus humanizado y cuya imagen fuera más cercana a las personas para su campaña navideña. Así surgió un gordo bonachon vestido de rojo, con cinturón y botas negras que todos conocemos, Al día de hoy, la historia cuenta que vive en el Polo Norte acompañado de la señora Noel y de un grupo de gnomos navideños (también llamados elfos) quienes son los encargados de fabricar los juguetes que Santa Claus repartirá a los niños de todo el mundo. Así, cuando llega la noche del 24 de diciembre, carga todos sus regalos en un saco y recorre el mundo en su trineo dejando los regalos debajo del árbol de Navidad. Convertido en una de las figuras de más popularidad durante las fiestas, la Navidad sin Santa Claus sería inimaginable, y ha llegado a desplazar en los países católicos a los Reyes Magos, quienes originalmente eran los encargados de entregar los regalos el 6 de Enero. Incluso en España, lenta pero sostenidamente va ganando terreno, especialmente porque la entrega de los regalos se da el 25 de diciembre y así los niños tienen tiempo para disfrutar sus regalos en el paron navideño, cosa que no sucede el Día de Reyes, porque ya tienen que retornar a clases. No cabe duda que Santa Claus ha generado y seguirá generando controversia, porque muchos lo consideran un símbolo extranjerizante ajeno a sus tradiciones. Venga ya, aprovecho el momento para enviar un saludo a todos aquellos quienes nos visitan deseándoles una Feliz Navidad :)