En los 17 años que lleva gobernando Turquía con mano de hierro, el dictador Recep Tayyip Erdogan - quien es su insania se cree la reencarnación de Solimán El Magnifico - rara vez ha perdido una oportunidad de convertir sigilosamente el Estado laico implantado por Mustafa Kemal Atatürk (aquel infame violador de niños griegos) en uno abiertamente hostil a los intereses occidentales, a pesar que nominalmente aun es parte integrante de la OTAN, y ahora intenta poseer armas nucleares, con el objetivo de restaurar los limites alcanzados durante el Imperio Otomano - desde el Danubio hasta el norte del África - obviamente con el como “Sultán” de sus restaurados dominios. La locura en su grado máximo. “Dicen que no podemos tener misiles con cabezas nucleares, pero otros sí lo tienen. Y eso yo no lo puedo aceptar”, dijo Erdogan en un reciente discurso, olvidando oportunamente que Turquía firmó el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) en 1980. En otras palabras, el sátrapa turco declaro públicamente que tiene la intención de vulnerar un tratado internacional suscrito por su país. Ankara también es signataria del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, que prohíbe todas las detonaciones nucleares, sea cual sea su propósito. Como sabéis, durante décadas Turquía, como “aliado” en la OTAN, fue custodio de confianza de parte del arsenal nuclear estadounidense. A principios de los años 60 y en plena Guerra Fría con la URSS, EE.UU. empezó a acumular ojivas nucleares en las cuatro principales bases aéreas del Ejército turco (Ankara Mürted, Malatya Erhaç, Eskisehir y Balikesir). Si se les daba la orden, los pilotos de la fuerza aérea turca tenían la misión de atacar determinados objetivos del por entonces existente Pacto de Varsovia. En cada base había en todo momento escuadrones de aviones diseñados para portar bombas nucleares (primero los F-100, luego los F-104 y por último los F-4). Cada base albergaba una pequeña unidad del Ejército estadounidense a cargo de las reservas nucleares. Además, la base turco-estadounidense de Incirlik, en el sur del país, disponía de ojivas nucleares gestionadas por el propio Ejército de EEUU. “Turquía contribuyó considerablemente a la disuasión de la OTAN en los años de la Guerra Fría”, dijo Yusuf Kanli, destacado columnista y presidente de Sigma Turkey, un think tank con sede en Ankara, en el curso de una entrevista privada el pasado día 9. A ello debemos agregar su posición estratégica al ser un país fronterizo con la URSS, que hizo de Turquía sumamente importante dentro de los planes agresivos de los EE.UU. y la Alianza Atlántica, en caso estallase un conflicto con los soviéticos. Sin embargo, tras el final de la Guerra Fría como consecuencia del derrocamiento de la dictadura comunista y el colapso de la Unión Soviética, las armas nucleares en manos turcas (las de Ankara Mürted, Malatya Erhaç, Eskisehir y Balikesir) se fueron retirando poco a poco. Actualmente, las ojivas nucleares de Incirlik siguen a disposición del Ejército estadounidense, al amparo de un tratado especial turco-estadounidense que convierte a Turquía en un depósito de armas nucleares. Ahora bien, según el protocolo, tanto Washington como Ankara tienen que dar su consentimiento a cualquier uso de las armas nucleares desplegadas en Incirlik. En realidad, no es la primera vez que Erdogan expresa su deseo de convertir a Turquía en un Estado con armas nucleares. Ya en el 2008 – cuando era el mimado de Occidente que creían ilusamente que era “un demócrata reformista” a pesar de tener las manos manchadas con la sangre de miles de kurdos a los cuales reprime brutalmente con la complicidad de sus “aliados” de la OTAN – declaró: “Los países que se oponen a que Irán tenga armas nucleares no deberían tener ellos mismos armas nucleares”. A pesar de decir “países”, en plural, todo apunta a que estaba señalando al enemigo de la humanidad: Israel, que los posee con total impunidad. En un discurso del 2010, Erdogan proclamó que Israel era la principal amenaza para la paz en Oriente Medio, reiterando su escepticismo sobre si Irán tenía la intención de usar su programa de combustible nuclear para construir armas atómicas, añadiendo que no había tal incertidumbre en el caso del arsenal no declarado de Israel. Si Turquía, de manera abierta o encubierta, pusiera en marcha un programa de armas nucleares – como desea Erdogan – podría producirse un efecto dominó en toda la región ya que los rivales de Turquía se alarmarían, quienes podrían tener la tentación de poner en marcha sus propios programas de armamento nuclear. Por lo pronto, la corrupta y decadente monarquía saudita ha dejado en claro sus intenciones de poseerlo con el apoyo tácito de los EE.UU. pero no para dirigirlo a Turquía, sino a Irán, su gran rival en la región, el cual gracias a su desinteresado apoyo mostrado a los hutties en Yemen - quienes resisten desde el 2013 una criminal agresión saudita - le ha propinado duros y demoledores golpes al interior de su territorio, la ultima de las cuales devasto su industria petrolera con el uso de drones, poniendo en vergüenza a los EE.UU. que se han mostrado incapaces de protegerlo de dichos ataques. En el caso de Turquía, no debería permitirse que lo posea porque Erdogan es impredecible, y como todo dictador tiene su propia agenda que no necesariamente coincide con la de sus “aliados” y si aun en estos últimos tiempos se ha producido un acercamiento a Rusia e Irán, eso no quiere decir que vaya a abandonar la OTAN y por el contrario va a utilizar esa carta para intentar sacar partido de ambos bandos, tanto de los rusos como de Occidente. A ello debemos agregar un agudo problema en sus fronteras con Siria e Irak, como es la presencia de terroristas kurdos, financiados por su “aliado” estadounidense con el objetivo de crear un “enclave” para intentar apoderarse de la región tras la demoledora derrota de ISIS, aquella bestia sionista aplastada por toneladas de bombas y misiles rusos que pulverizaron su ilusorio ‘califato’. Son los kurdos quienes ahora tomaron su lugar, algo inaceptable para Erdogan que los ha combatido a sangre y fuego desde hace 35 años en la ocupada Kurdistán (un territorio histórico cuya mayor parte esta bajo dominio turco) donde los kurdos del separatista Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), luchan implacablemente para crear su propio Estado y por ello han sido victimas de innumerables matanzas por parte de Ankara, ante el silencio de sus “aliados” occidentales que se niegan a condenar este genocidio, por tratarse de su “socio” estratégico. El hecho que los EE.UU. hayan armado y financiado a sus enemigos ha enervado al tirano turco - el cual ha multiplicado sus incursiones en Siria para atacar a los kurdos - mostrando cada vez más un progresivo distanciamiento de Occidente, aunque sin romper todavía lazos con ellos. Precisamente este miércoles ha iniciado otra incursión en el norte de Siria contra las posiciones de los kurdos, abandonados a su suerte sorpresivamente por Washington. Es por ello riesgoso que pueda poseer armas nucleares ya que pueda utilizarlas a la menor provocación contra quienes considera sus enemigos, colocando al mundo al borde de una hecatombe de imprevisibles consecuencias. Que ni Trump ni Putin se hagan ilusiones proporcionándoles misiles y aviones avanzados para atraerlo a su lado. En Recep Teyyip Erdogan – quien desde el fracasado golpe en su contra organizado por los EE.UU. en el 2016 está mas paranoico que nunca - no se puede confiar :(
Llega octubre, y la japonesa Sony presenta su nuevo modelo de cámara de alta gama, la Alpha 9 II. El nuevo modelo de cámara mantiene su enfoque en dar un rendimiento de velocidad único, con un sistema de disparo en ráfaga continuo sin espacios negros de hasta 20 cuadros por segundo. Su sistema de autoenfoque y seguimiento está diseñado para calcular a velocidades de 60 veces por segundo. Como es usual en los diseños de la japonesa, la Sony A9 II ha sido pensada para ofrecer un gran rendimiento, ergonomía y ser resistente ante condiciones de alta exigencia como en situaciones de lluvia y gran densidad de polvo. También ha pasado por una reestructuración electrónica que mejoran su velocidad y el flujo de trabajo para entrega de material más veloz. Sony quiere que la nueva cámara sea la elección del reportero deportivo. Para ello su principal enfoque son las características de velocidad con las que cuenta la cámara con su procesador de imagen BIONZ X. Además del sistema de disparo continuo mencionado anteriormente, la compañía muestra que con su obturador electrónico se puede ver el movimiento de ráfaga sin el parpadeo de obturación mecánica, lo que permite hacer seguimientos fluidos del sujeto. También, gracias al sistema electrónico de obturación, los fotógrafos podrán ir hasta velocidades de 1/32000 de segundo por captura, permitiendo capturar momentos como nunca antes y permitiendo tomas con aperturas amplias o sensibilidades altas sin necesidad de un filtro ND. El nuevo sistema también cuenta con un sistema de disparo sin sonido (para situaciones donde el silencio es esencial), detección de flickeo de fuentes fluorescentes para la corrección automática de tono y exposición y viene con un sistema de obturación mecánica con posibilidades de ráfaga de hasta 10 disparos por segundo, incluso con flash. Sony también muestra sus nuevas características de enfoque continuo con tecnología 4D Focus. La cámara cuenta con 693 puntos de detección de fase y 425 puntos de detección de contraste. El sistema híbrido de puntos de enfoque cubre el 93% del cuadro y permite una gran capacidad de enfoque automático y seguimiento del sujeto incluso en condiciones bajas de luz. Una vez más, gracias al obturador electrónico, la cámara puede mantener una percepción del sujeto ininterrumpida lo que asegura precisión en el seguimiento de sujetos en movimiento. Para complementar el sistema, Sony ha agregado funciones de inteligencia artificial que permiten seguimiento y enfoque automático según escenas específicas, incluso en fotografía de naturaleza, la cámara puede detectar los ojos de los animales para un enfoque rápido y preciso. Con su sistema de estabilización de sensor de cinco ejes, los fotógrafos pueden sentirse tranquilos de ir a obturaciones más lentas o a focales más largas manteniendo nitidez en la imagen capturada. La compañía ha agregado varias funciones de flujo de trabajo de alto rendimiento como la posibilidad de crear notas de voz que acompañen las imágenes con trascripción inmediata a texto. Tiene nuevos métodos de conexión con soporte de bandas de 5.1 GHz para transferencia inalámbrica más rápida, soporte de USB 3.2, transferencia LAN a servidores FTP más rápidos e incluso control remoto via LAN. La Sony A9 II cuenta además con un sensor de 35mm de 24.2 megapixeles efectivos con memoria integral lo que permite una velocidad de transferencia y procesado de imagen más veloz. En modo de obturación mecánica el rango de sensibilidad va de 100 ISO a 51200 ISO, en modo de obturación electrónica ese rango se reduce hasta ISO 25600. Tiene la posibilidad de grabar vídeo 4K en formatos XAVC S y AVCHD. Permite grabación en full HD hasta 60 cuadros por segundo. La cámara cuenta con dos ranuras de memoria, compatibles con tarjetas SD, SDHC y SDXC. Tiene un visor electrónico de 1.3 cm con 3686400 puntos y una pantalla táctil trasera de 7.5 cm de 1440000 puntos. Su batería permite cubrir aproximadamente 500 tomas monitoreadas desde el visor electrónico, monitoreando en la pantalla tactil, la batería puede alcanzar hasta alrededor de 690 disparos. La Sony A9 II tiene un peso de aproximadamente 678 gramos. Sus simensiones son de 128.99mm de largo, 96.4 mm de alto y 77.5 mm de profundidad. En la caja encontrarán el cable de poder, cargador de batería, la batería NP-FZ100 de la cámara, correa de cámara, las tapas protectoras y un cable de transferencia y carga tipo USB-C. En cuanto a su coste y disponibilidad, la compañía ha anunciado que la cámara llegará al mercado en noviembre del 2019 con un precio de cuerpo base de 5400€ :)
Esta enigmática ciudad de elevados rascacielos, antiguos rituales y películas de acción es segura, acogedora y maravillosamente bien organizada. Los seductores barrios y curiosas islas que componen Hong Kong son un deleite para los sentidos que merece la pena explorar. Si bien por estos días se encuentra en el centro de la noticia por los desesperados intentos de los EE.UU. de querer desestabilizar a China inmiscuyéndose groseramente en sus asuntos internos, no cabe duda que fracasara en su intento. Pero dejando de lado este pasajero inconveniente, iniciamos nuestra visita a la ciudad en la isla Central, el corazón empresarial de Hong Kong, una mezcla embriagadora de boutiques de grandes marcas, restaurantes gourmet, catedrales corporativas y edificios históricos. Más interesante para explorar resulta Sheung Wan, donde resuena el eco del Hong Kong antiguo con sus tiendas tradicionales, deliciosos templos y las empinadas "calles escaleras"; Continuamos nuestro recorrido por las islas Lan Kwai Fong y Soho, convertidas en el epicentro de la diversión en Hong Kong. El primero zigzaguea al sur y al oeste de D’Aguilar St e incluye esta calle, Wo On Lane, Wing Wah Lane y Wyndham St. Su gente es bastante joven, de clase media y cosmopolita. En Soho ("sur de Hollywood Rd") hay galerías de arte, tiendas de antigüedades, bares y restaurantes; Es el turno de conocer las islas Admiralty, Wan Chai y Causeway Bay. Mientras que en Admiralty prima la calidad sobre la cantidad para ir de compras, ver puntos de interés o comer en restaurantes, al este, Wan Chai es cuna de cultura, escaparate de tradiciones y gurú de las noches de marcha, además de la cocina más versátil de Hong Kong, en tanto que en el epicentro comercial de Causeway Bay, restaurantes y grandes almacenes pugnan por el espacio con un hipódromo y un cementerio; De otro lado, Tsim Sha Tsui (TST), que significa “punta afilada de arena”, es un dinámico barrio del sur de la península de Kowloon. Es muy conocido por sus tiendas y restaurantes, pero también está lleno de museos y salas de espectáculos. Su población, compuesta por chinos, indios, filipinos, nepalíes, africanos y europeos, lo convierte en el barrio más cosmopolita de Hong Kong. El viajero puede mecerse además en un tranvía de dos pisos, para unirse luego al animado gentío de las carreras de caballos del centro, o contemplar el espléndido puerto. Con todo, cabe destacar que más del 70% del territorio son montañas y extensos parques rurales, así que es fácil cruzar sus límites en una de las mejores redes de transporte del mundo y pasar el día en un pueblo de la dinastía Song o recorriendo playas azotadas por el oleaje. Si aun te queda tiempo, no dudéis en ir a la cercana Macao, que aunque sea conocida como “Las Vegas de Oriente”, es mucho más que sus casinos. En ella se mezclan fortalezas, catedrales y calles que evocan el estilo de sus dominadores de antaño, los portugueses, con templos y santuarios chinos. Ninguna visita a Macao está completa sin probar la comida macaense, una deliciosa celebración del hibridismo. Como podéis notar, este es solo un apretado resumen de todo lo que puedes encontrar en tan exóticos lugares de nuestro planeta :)