Para nadie es un secreto la obsesión de los EE.UU. por el gigante asiático debido a su creciente poder e influencia a nivel internacional, que se ha convertido en un motivo de gran preocupación para la Casa Blanca. A la ‘guerra comercial’ desatada por Donald Trump contra China, se suma el militar, debido al choque de intereses entre ambas potencias tanto por el control del Mar Meridional de China como por la situación de Corea del Norte y el status quo de Taiwán (considerados un ‘asunto interno’ para Pekín), lo cual puede desatar a la larga una conflagración nuclear, con resultados devastadores para la humanidad. Para ello, Washington ha desarrollado una política de contención que parece calcada a la que el Pentágono aplica a Rusia: un cerco militar, político y comercial para estrangularla y debilitarla con el objetivo nada disimulado de dar paso a una agresión militar a gran escala. Como recordareis, el 30 de mayo el secretario de Defensa, James ‘Perro Loco’ Mattis, anunció un cambio en la política estratégica global estadounidense. El Comando del Pacífico (PACOM), que supervisa todas las fuerzas militares de Estados Unidos en Asia, será llamado Comando del Indo Pacífico (INDOPACOM). Es mucho más que un cambio de nombre. Tres semanas después, el 18 de junio, Donald Trump decretó el nacimiento de la sexta rama de las Fuerzas Armadas, la Fuerza Espacial que se suma al Ejército de Tierra, Armada, Fuerza Aérea, Cuerpo de Marines y a la Guardia Costera, el cual fue mucho más claro que el secretario de Defensa: "No queremos que China, Rusia y otros países nos lideren. Siempre hemos liderado". Parece evidente que EE.UU. apuesta a la superioridad militar para contener a sus rivales, aunque se trata de un juego peligroso. Si nos centramos en la creación del INDOPACOM, se concluye que Washington y el Pentágono creen que su principal adversario estratégico es el dragón asiático, aunque están apretando el cerco europeo a Rusia en algunos puntos ‘calientes’, como Crimea, Ucrania y Polonia. En un reciente artículo el analista Michael T. Klare sostiene que "el Ejército de Estados Unidos está preparando el escenario para un eventual enfrentamiento con China". A través de la creación del Comando Indo Pacífico, el Pentágono busca "alentar a la India para unirse a Japón y Australia al sistema de alianzas de los Estados Unidos en el Pacífico", según Klare. De inmediato, el jefe del Pentágono retiró la invitación a China para participar en los mayores ejercicios navales multinacionales en la cuenca del Pacífico, los RIMPAC por sus siglas en inglés. Como sabéis, el Comando del Pacífico, (PACOM) se estableció en 1947 y abarcaba más de la mitad de la superficie del planeta, casi el 60% de la población mundial, incluía el control de 36 países y algunos de los Ejércitos más potentes del mundo (China, Rusia e India, entre otros) bajo la supervisión de 300.000 efectivos de los EE.UU. desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Según Klare, la creación del INDOPACOM como su sustituto "representa un cambio fundamental en el pensamiento militar de Estados Unidos con consecuencias de largo alcance". Sin embargo, la presencia militar de China es por ahora relativamente pequeña en comparación con la de países como Rusia, por lo tanto las razones de la decisión del Pentágono deben ser analizadas en un contexto más amplio que el simplemente militar. En primer lugar, EE.UU. considera que China es su principal adversario estratégico, lo que implica una mirada de larga duración. La economía del dragón ya es la primera del mundo, según la medición del FMI en base a la paridad del poder de compra, y avanza de forma notable en algunos rubros decisivos como la inteligencia artificial y la internacionalización del yuan, lo que representa un desafío formidable a la declinante hegemonía del dólar. La segunda cuestión es que China se ha hecho fuerte en el Mar del Sur de China, donde ha reforzado y militarizado los archipiélagos Spratly y Paracel, convertidos en enclaves defensivos y ofensivos que actúan como una cadena de portaaviones fijos, ‘amenazando’ a su vez a Taiwán, un estrecho aliado de EE.UU. De ese modo, China se ha asegurado el control del mar más importante para su comercio exterior y para su expansión en dirección al Índico. En tercer lugar, EEUU aprovecha la honda preocupación del gobierno de India con la creciente presencia de China en el océano Índico, con la apertura de un puerto en Gwadar (Pakistán) y potencialmente otro en Sri Lanka. India cuenta con una poderosa flota y hasta ahora no se había comprometido con ninguna de las estrategias en pugna, pero su incorporación a la estrategia del Pentágono puede ser un duro golpe para las ambiciones chinas. La cuarta cuestión es que el Pentágono diseñó una estrategia para contener y tornar imposible el principal proyecto geo estratégico de China, el Cinturón y la Ruta de la Seda que conecta Asia con Europa. La apuesta supone serios desafíos, ya que consolidaría la posición dominante de China y de la Organización de Cooperación de Shanghái en Eurasia, en alianza con Rusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Pakistán e India. Los estrategas estadounidenses consideran que perder la posición hegemónica en Eurasia sería catastrófico para las ambiciones del país de mantenerse como potencia sin rival en el planeta. Para China, sin embargo, el Cinturón y la Ruta son la única forma de ascender al rango de gran potencia eludiendo la guerra. Si esta expectativa se frustra, como pretende el Pentágono, la opción bélica sería inminente. Por eso China está construyendo su tercer portaaviones, se prepara para el primero de propulsión nuclear y está modernizando sus fuerzas navales y aéreas a toda prisa. La política del cerco como forma de contención y asfixia es bien conocida por los dirigentes chinos, ya que fue ampliamente utilizada en la guerra civil contra el Partido Comunista por las fuerzas de la derecha agrupadas en el Kuomintang desde la década de 1920 dirigidas por Chiang Kai-Shek. Tienen perfecta conciencia de que la guerra es una posibilidad, sin duda la preferida por los altos mandos de EE.UU. y gran parte de su elite política y empresarial. La ‘guerra comercial’ en curso es apenas un anticipo de lo que puede venir, definida por altos funcionarios chinos como la "nueva guerra del opio".Pero en esta ocasión las cosas son bien diferentes respecto al pasado. China ya no corre el riesgo de que su territorio sea invadido y su pueblo humillado como sucedió en varias ocasiones desde el siglo XIX. Su actual fortaleza militar y arsenal nuclear - el tercero del mundo - así como su cada vez más estrecha alianza con Rusia, lo convierten en un temible adversario para los EE.UU. y sus aliados. Su ambición consiste en recuperar el papel que le correspondió como uno de los centros más destacados de la civilización. Siendo la potencia económica dominante, esta convencido que debe convertirse en la potencia hegemónica de los próximos decenios, como ha sucedido siempre en la historia de la humanidad. Pero debemos recordar que esos recodos se recorrieron siempre con guerras … y esta podría ser la que acabe con nuestro planeta :(
El sector de las tablets parece que empieza a desperezarse y cada vez estamos más cerca de ver lo nuevo de Samsung y su Galaxy Tab S4 del que ya se conocía algunos detalles. Ahora parece que se confirman las especificaciones dadas a conocer y se descubren algunas de nuevas con lo que queda ya muy poco por desvelarse y solo faltará esperar a su lanzamiento definitivo, de momento previsto para el agosto según los rumores. Lo último que se pudo averiguar de la nueva Tab S4 fueron sus imágenes filtradas y sus renders, y ahora el web Sammobile acaba de desvelar las especificaciones casi completas de forma exclusiva, que confirman en su gran mayoría las filtraciones que recibimos a través de una página de benchmarks y su certificación FCC. La próxima tablet flagship de Samsung llegará con un formato 16:10 que cuya resolución acabamos de descubrir: 2.560 píxeles por 1.600 píxeles, una QHD+ que aportará mucha nitidez a su pantalla Super AMOLED. Además, las nuevas especificaciones incluyen su autonomía, con una batería de 7.300 mAh que redobla los esfuerzos de Samsung para dar energía a la pantalla. Su buque insignia anterior contaba con 6.000 mAh, aunque también contaba con menos resolución en su anterior formato 4:3. Aunque las primeras especificaciones mostraban una cámara trasera con resolución de 12 megapíxeles y 7 megapíxeles en la frontal, la página especializada en productos Samsung ha añadido que estos sensores contarán con 13 MP y 8 MP respectivamente, con lo que se ganan unos cuantos miles de píxeles que seguro que se notarán en tamaña pantalla. El resto de especificaciones se confirman: Snapdragon 835 con 4GB de memoria RAM y espacio de almacenamiento de hasta 64 GB. El puerto de conexión es un USB 3.1 y tecnología Bluetooth 5.0 con la que parece que el teclado y el nuevo S-Pen se comunicarán sin problemas, de forma fluida y sin lags. Para cerrar la lista, la nueva Tab S4 llegará con Android 8.1 Oreo y compatibilidad con Samsung DeX, con lo que será más sencillo conectarse en una pantalla aún mayor con periféricos para trabajar en la tablet como si estuviéramos con un ordenador de sobremesa. Respecto al diseño, Sammobile también confirma que se esperan colores negro y gris para el modelo y la notable ausencia de un lector de huellas que refuerce la seguridad del dispositivo. Aunque los rumores apuntan al día 9 de agosto para el anuncio oficial de la Samsung Galaxy Tab S4 en el clásico evento Unpacked de la marca coreana, en Sammobile establecen su fecha de presentación para dentro de un par de meses, concretamente en el IFA 2018 de Berlín, así que de momento toca esperar a confirmaciones de la compañía :)
Imagina conducir un Chiron, el súper deportivo de Bugatti con motor central 8.0 W16, velocidad máxima de 420 km/h y un precio de 2,4 millones de euros. Resulta tentador, ¿verdad? Pero ahora imagina ponerte al volante de otro hipercoche todavía más radical y ligero, con una aerodinámica incluso superior en las curvas y con un precio de 5 millones de euros. Así es el Divo, un automóvil definitivamente de otra dimensión que la compañía del óvalo rojo piensa materializar ante nuestros ojos en el plazo de un mes. Lo hará por todo lo alto, el próximo 24 de agosto sobre el césped del Quail Motorcycle Gathering, un importante evento internacional que se celebra anualmente en la península de Monterey, en California. Este nuevo modelo toma su nombre como un homenaje a Alberto Divo, un piloto de carreras francés que ganó en dos ocasiones para Bugatti la célebre carrera de Targa Florio, en un recorrido montañoso por la provincia de Palermo en Sicilia, a finales de la década de 1920, concretamente en 1928 y 1929. Inspirado por los requisitos necesarios para vencer una competición de esas características, el Bugatti Divo será ligero y ágil y contará con una enorme carga aerodinámica y una aceleración fuera de lo común. El resultado serán unas excelentes propiedades de conducción y, como corresponde a cualquier lanzamiento de la marca, ese carácter dinámico del automóvil se verá subrayado por un nuevo y sólido lenguaje de diseño, del que todavía no se conocen los detalles. Sí sabemos que su producción estará limitada a 40 unidades que, por supuesto, estará destinadas a grandes fortunas, ya que el precio de salida duplicará al del Bugatti Chiron que ya cuesta una nada desdeñable cifra de dos millones y medio de euros y se establecerá en torno a los cinco millones de euros. Según el presidente de Bugatti, Stephan Winkelmann, "la felicidad no está a la vuelta de la esquina: es la esquina y el Divo está hecho para las esquinas. Con el Divo, queremos emocionar a la gente de todo el mundo. Es un proyecto con el que el equipo de Bugatti tiene la oportunidad de interpretar el ADN de la marca en términos de agilidad y conducción de una manera significativamente más orientada al rendimiento". Bugatti revive con el Divo su tradición en la construcción de carrocerías. En las primeras décadas de su historia, en los años 20 y 30 del siglo XX, la marca de automóviles de lujo francesa tuvo un éxito considerable fabricando los cuerpos de vehículos diseñados internamente bajo la dirección de Jean Bugatti e instalados en los chasis ya existentes. Jean Bugatti era el hijo de Ettore Bugatti, el fundador de la empresa, y destacó como diseñador y también como piloto. El lema de la familia era: "Nada puede ser demasiado hermoso, nada puede ser demasiado costoso", una filosofía que ha permanecido indeleble con el transcurrir de las décadas con modelos como el Type 101, el EB 110, el Veyron o el Chiron, y que ahora la marca (en la actualidad integrada en el Grupo Volkswagen) todavía lleva un paso más allá con la inminente aparición del Bugatti Divo. Lo que no queda del todo claro y parece que habrá que esperar hasta su presentación el 24 de agosto para salir de dudas es si bajo la denominación Divo se encuentra un producto completamente nuevo, radical, nunca visto antes en la marca francesa… o si, simplemente, se va a llevar un paso más adelante el ya conocido Bugatti Chiron. Como sabéis, el Chiron cuenta con un motor 8.0 W16 de 1.500 CV de potencia y 1.600 Nm de par, asociado a una transmisión DSG de siete velocidades y una tracción integral. Acelera de 0 a 100 km/h en 2,5 segundos y de 0 a 300 km/h en 13,5 segundos, y alcanza una velocidad máxima de 420 km/h. Rizando el rizo, su versión Sport combina todas esas características excepcionales con una mayor ligereza y otros cambios en el terreno dinámico que lo convierten en un coche todavía más apasionante. Venga, habrá que esperar todavía un mes para conocer en detalle lo que nos depara el Bugatti Divo. Algo bueno, rápido y de lujo será seguro. Mientras tanto, no paran de difundirse los rumores y lo que podrían ser filtraciones del nuevo 'hypercar'. La última tuvo lugar a principios de este mes de julio cuando en la cuenta de Instagram DCN Cars pudieron verse varias fotos de un misterioso Bugatti circulando en la pista del circuito de Nürburgring. Todas las alarmas se dispararon, ante la posibilidad de que se tratara del Divo. Lo único verificable es que se trataba de un Bugatti camuflado con algunas modificaciones en su carrocería. A partir de ahí, podemos seguir imaginando...