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miércoles, 4 de septiembre de 2019

BENJAMIN NETANYAHU: En la mente de un asesino

Como sabéis, es temporada de elecciones nuevamente en Israel y el Criminal de Guerra Benjamin Netanyahu en su guerra de sombras contra Irán, ha lanzado una demostración regional de fuerza, sabiendo que sus objetivos son demasiado débiles como para tomar represalias antes de la votación de septiembre. La segunda elección de este año está programada para el 17 de septiembre, luego de que la anterior no lograra armar una coalición gobernante. Recientes encuestas muestran que los dos partidos principales - la ultraderechista Likud y la alianza centrista Kahol Laván - corren codo a codo con alrededor de 30 asientos cada uno en la Knesset (Parlamento) de un total de 120. Tal resultado dificultaría que cualquiera de las partes forme una coalición de gobierno. Al mismo tiempo, la propia carrera política de Netanyahu permanece bajo una nube de graves acusaciones de soborno, fraude y abuso de confianza, que podrían conducirlo a la cárcel en caso pierda los comicios. ¿Está buscando por ello aumentar su ‘popularidad’ a través de la agresión a los palestinos y los países árabes vecinos para ganar votos, o existe una amenaza mayor que merezca las últimas acciones de Israel? Muchos analistas están convencidos que los recientes ataques a objetivos en Gaza, Irak, Siria y Líbano (con la bendición de Trump) no están relacionados en modo alguno con la seguridad del ilegal Estado sionista - creado sobre territorio palestino - como afirma Netanyahu para “justificar” sus acciones, sino esta basado únicamente en estrategias electorales, por lo que pueden ser calificados perfectamente de crímenes de guerra. Si bien hay quienes afirman que Netanyahu “tiene razón al continuar degradando el poder militar de Irán donde sea que esté, y que está actuando en Gaza en defensa propia contra los ataques periódicos con cohetes de Hamás” lo cierto es que en especial, el asedio continuo de Israel contra Gaza, ahora en su decimotercer año, ha resultado en el sufrimiento continuo de dos millones de personas que viven en esa siniestra prisión al aire libre, que es considerada la mayor cárcel del mundo. Los sionistas no han implementado acuerdos para aflojar el salvaje asedio al que someten con total impunidad a la martirizada Gaza, lo que pondría fin al movimiento de protesta de la Gran Marcha del Retorno y por el contrario ha intensificado sus ataques criminales con misiles que han asesinado a miles de civiles inocentes que no tienen adonde huir. Es difícil ver por ello qué nueva amenaza contra Israel ha surgido desde la arrasada franja para “justificar” este genocidio. Esa frustración, junto con los ataques indiscriminados a manifestantes pacíficos, podría explicar la falta de silencio entre los verdugos sionistas y sus victimas palestinas. Ha habido además pocos cambios en la dinámica entre Israel y Hamás -respaldado por Irán- que ‘justificaría’ los recientes o cualquier otro ataque. Pero la sed de sangre de un asesino como Netanyahu no se detiene y el mes pasado, por primera vez en los últimos años, atacó lo que afirmó eran “objetivos iraníes” en Irak. Aunque Bagdad inicialmente mantuvo estos ataques en secreto, el silencio se rompió luego de que Israel atacara una base de las Fuerzas de Movilización Popular (PMF), la principal agrupación de las milicias mayoritariamente chiítas de Irak. El PMF culpó a Israel y a los EE.UU, alegando que este último había permitido que cuatro drones israelíes ingresaran a la región para llevar a cabo misiones en territorio iraquí, mostrando pruebas de su complicidad. Como era de esperar, Washington “negó” la responsabilidad de los recientes ataques y prometió “cooperar” con las investigaciones, lo cual fue rechazado con desprecio por los iraquíes que conocen perfectamente el doble juego de Trump. Luego de los ataques a Irak, Israel atacó la semana pasada lo que afirmó era un grupo de miembros de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria iraní y el movimiento aliado chiíta de Hezbolá en Líbano en Aqraba, cerca de Damasco. Israel dijo “que había abortado un ataque con drones iraníes” contra áreas en el norte del país, aunque no presento prueba alguna de semejante plan. Luego de la incursión israelí, Netanyahu señaló en Twitter: “Irán no tiene inmunidad en ningún lado. Nuestras fuerzas operan en todos los sectores contra la agresión iraní. Si alguien se levanta para matarte, mátalo primero”. Si bien el ministerio de Defensa sirio confirmó los ataques israelíes, dijo que muchos de los misiles entrantes habían sido interceptados. Un alto comandante de la Guardia Revolucionaria negó por su parte que los objetivos iraníes hayan sido alcanzados, y dijo que sus centros de asesoramiento militar no han sido dañados. Desde el exterminio de sus aliados de ISIS en territorio sirio por parte de la aviación rusa - quienes bajo toneladas de bombas pulverizaron el ilusorio ‘califato’ sionista - Israel ha atacado regularmente a Siria, alegando que “apunta a las bases iraníes” para disuadirlo de afianzar su presencia en el país y, por lo tanto, como afirma Netanyahu, “mejorar la seguridad de Israel”, pero lo cierto es que su decepción al ver frustrados sus planes de crear “un Gran Israel” desde el Nilo hasta el Eufrates - un viejo y anhelado sueño sionista - con la desaparición de ISIS, busca con esos continuos ataques evitar la consolidación de Siria, su eterno gran enemigo. Pero la bestia sionista no descansa y luego de su ataque a Siria, Israel envió dos aviones no tripulados al territorio libanés, llegando al suburbio de Dahyeh dominado por Hezbolá en Beirut. El secretario general de Hezbolá, Hassan Nasralá, confirmó los ataques, que causaron daños a la propiedad, pero sin víctimas. Nasralá describió el incidente como una "misión suicida", advirtiendo de que "Hezbolá no permitirá tal agresión". El tiempo en que los aviones israelíes llegan y bombardean partes del Líbano con total impunidad ha terminado”. Y es que no hubo señales de amenazas provenientes del Líbano que “justificaran” ese ataque. Como si todo aquello no fuera suficiente para desestabilizar la región, las agresiones criminales de Israel a los países vecinos ahora podrían extenderse hasta Yemen, que resiste heroicamente a una guerra total por parte de Arabia Saudita, el cual ha dejado hasta el momento miles de muertos en las calles y ciudades enteras destruidas con la complicidad de Occidente que “silencia” estos abominables crímenes al tratarse un firme “aliado” de EE.UU. e Israel en su lucha contra Irán. Un informe en el Jerusalem Post dice que fuentes del periódico kuwaití al-Jarida afirman que Israel planea "atacar objetivos de rebeldes hutíes y de Hezbolá en Yemen", cerca del sensible estrecho de Bab-el-Mandeb, que separa el Mar Rojo del Golfo de Adén, lo cual para Teherán seria un acto de guerra. Los recientes ataques, junto con la participación de Israel en ‘patrullar’ el Estrecho de Ormuz - donde no pinta nada en el lugar al igual que los EE.UU. - como parte de “una fuerza de protección” para los buques petroleros occidentales, muestran que Israel está actuando descaradamente en el Medio Oriente, envalentonada por el apoyo incondicional de la administración estadounidense. Si bien no existe evidencia alguna de una “amenaza creciente” a la seguridad de Israel que merezca estas acciones, claramente es una gran oportunidad para provocar a Irán, al tiempo que demuestra a sus "aliados" encubiertos en el mundo árabe (aquellas corruptas y decadentes petromonarquias del Golfo Pérsico) que “confíen” en ellos frente a la “amenaza” que representa – afirman - Irán para sus tronos. En cuanto a Netanyahu, su siniestra reputación como un asesino despiadado ha crecido en los últimos días, lo que podría ayudar a sus posibilidades de empujar a unos cuantos votantes israelíes más hacia él y lo salve de ir a la cárcel en octubre. Pero sus acciones pueden volverse en su contra si alguno de los vecinos de los ocupantes sionistas optan por tomar represalias por sus continuas violaciones, lo que podría desencadenar inicialmente una guerra regional, arrastrando al mundo inevitablemente a un conflicto global. A este no pareciera interesarle la gravedad de la situación, ya que tiene el apoyo incondicional de Trump para hacer lo que le de la gana y de quienes podemos esperar lo peor... menuda panda de desequilibrados :(

SONY A6600: Cuenta las historias a tu manera

Sony ha ampliado su catálogo de cámaras mirrorless de lentes intercambiables con dos nuevos productos: las A6100 y A6600, esta última con características de gama alta y que llega para sustituir a la popular A6500 lanzada en 2017. De hecho, conserva muchas de las características introducidas a principios del presente año en la A6400, sin embargo, integra ciertas novedades que se echaban de menos en el mencionado modelo. La A6600 llegará con un sensor CMOS Exmor de 24,2 megapíxeles y la versión más reciente del procesador BIONZ X, componentes que le permitirán realizar un disparo en ráfaga de 11 imágenes por segundo. Puede grabar vídeo a resolución 4K, 30 fps y formato Super 35 mm. Además, se agregó el nuevo perfil de imagen HLG (gamma Log híbrida) para mejorar el flujo del trabajo del HDR. El rango ISO será de 100 a 32.000 (ampliable a 102.400). Esta cámara toma todo lo bueno de la A6400, como la pantalla LCD táctil que puede inclinarse hasta 180º, una opción ideal para los creadores de contenido e incluso para capturar selfies. Encontramos, igualmente, un puerto jack para conectar un micrófono. En lo que se refiere a las capacidades del software, regresa el autoenfoque ultrarápido de 0,02 segundos - 425 puntos de enfoque automático - y el seguimiento al ojo en tiempo real (Eye AF). Sin duda, su mayor ventaja frente a la A6400 es el sistema de estabilización de imagen de 5 ejes y una batería de larga duración. De acuerdo a la compañía de Japón, su autonomía dobla a la A6500, siendo posible capturar hasta 720 fotografías con una sola carga. Eso sí, no esperes ver cambios en el diseño; comparte el mismo aspecto que otras cámaras de la familia. La A6600 estará disponible en octubre por 1.600 euros (1.400 dólares), solo cuerpo, o por 2.000 euros (1.800 dólares) con la lente 18-135mm. En cuanto a la A6100, esta cámara si bien se centra en atender a un sector que no busca las mejores prestaciones, mantiene gran parte de las características del producto descrito anteriormente. Por ejemplo, el sensor y procesador son exactamente los mismos de la A6600. También conserva el sistema de estabilización de 5 ejes, el enfoque automático ultrarápido y el seguimiento de ojo Eye AF. Eso sí, este último no está disponible en la grabación de vídeo. Finalmente carece de los perfiles de imágenes y la ISO ampliada, mientras que el visor tiene menor resolución. El modelo también estará disponible en octubre por 900 euros (750 dólares), solo cuerpo. Se ofrecerán otras dos variantes, una por 1000 euros con una lente de 16-50mm y otra de 1.250 euros con lentes de 16-50mm y 55-210mm :)

IT- CHAPTER II: La frontera entre dos mundos

Como sabéis, el tirón del cine de terror en las salas, especialmente entre la audiencia juvenil, es incontestable. Por lo general, el estreno funciona en la taquilla por encima de la media cuando está bien arropado por una campaña publicitaria de holgado presupuesto. Para tal efecto, la decisión de dividir la adaptación de 'It', uno de los libros de referencia del maestro Stephen King, en dos tandas, ha sido una excelente maniobra, económica y de marketing. El material de partida ya se prestaba a una posible división en dos partes, al contar con un salto en el tiempo de casi tres décadas con los mismos protagonistas. Si la entrega inicial presentaba a un grupo de chavales a las puertas de la pubertad enfrentándose a una amenaza sobrenatural, esta vez los personajes han crecido y sus vidas vuelven a sufrir un vuelco cuando aquel ser demoníaco que creían muerto vuelve a las andadas. En efecto, Pennywise, el payaso monstruoso, icono absoluto, la gran estrella de la función, regresa vengativo para acabar lo que empezó, con más energía que nunca. Andy Muschietti, vuelve a firmar la dirección de un producto pensado para el gran público que entiende el horror cinematográfico como una sucesión de sustos tan manidos como efectivos.'It', que ya tuvo una primera versión audiovisual televisiva con el inefable Tim Curry como Pennywise, recaudó más de 700 millones de dólares en su primer lanzamiento, batiendo el récord cosechado por un título de estas características. La segunda entrega, que no secuela, puede batir tan suculenta cifra, ya que el filme original se ha nutrido de fans en su posterior periplo en formato doméstico, terreno donde el género de terror se mueve cual monstruo en el lago Ness. Además, la continuación de la siniestra aventura, consciente de las virtudes de su predecesora, aviva la llama de la diversión apostando por un imaginativo despliegue visual tan deslavazado como bien desaforado. No hay orden y concierto desde el punto de vista narrativo en algunos pasajes de la propuesta, pero dada la naturaleza de la película, el festival de pánico y suspense no cesa, pudiendo captar la atención del espectador medio sin rodeos. De metraje excesivo, 165 minutos, 'It: Capítulo 2' retoma al Club de Perdedores luego de 27 años. El pasado persigue a los protagonistas, léase los demonios internos. Toca superar los traumas de la infancia personificados en un clon excesivo, sanguinario y grotesco, que se antoja más cercano a Freddy Krueger que nunca, con una interpretación surrealista que borda Bill Skarsgård, también sumamente inquietante en la serie 'Castle Rock', basada igualmente en el imaginario de Stephen King. Pennywise y el humor negro van de la mano, aunque en su comportamiento pérfido realice actos espeluznantes como devorar niños. No hay que tomarse en serio 'It: Chapter II' si se quiere disfrutar en el patio de butacas. Hay consciencia de que adaptar el volumen de 1.500 páginas firmado por King es una osadía. Los aficionados al celuloide terrorífico podrán degustar multitud de referencias y situaciones que les suenan de algo. Si en el inicio del díptico, ya con espíritu de blockbuster, se buscaba la relación directa con el fenómeno 'Stranger Things', que viene de 'Cuenta conmigo' y una mixtura de influencias de los 80, aquí el desbarre es lo que cuenta, el show alucinógeno y el punto de vista circense en el desarrollo de los tremebundos sucesos al servicio de un cuento macabro, a ratos redundante, que no aprovecha al máximo la conexión entre los personajes, en edad adulta y cuando eran menores. Quizás no le haga falta en esta ocasión. Cabe señalar que los crecidos James McAvoy, Jessica Chastain, Bill Hader ('Barry', en HBO), Isaiah Mustafa ('Shadowhunters'), Jay Ryan ('Mary me mata'), James Ransone ('The Wire') y Andy Bean ('Divergente: Leal') protagonizan esta experiencia coral que no te la querrás perder :)
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