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miércoles, 14 de agosto de 2024

MOSCÚ: Donde todo es posible

Moscú es una ciudad de superlativos. Emociona a los visitantes con su paisaje urbano rico en arte, arquitectura, cultura, historias dramáticas y majestuosidad. En muchas esquinas de la capital podéis apreciar cúpulas doradas que asoman por los tejados y se escucharán las campanas de las casi 600 iglesias, muchas de las cuales, han sido restauradas y ahora brillan más que nunca. En Moscú hay coloridas joyas escondidas, fortalezas históricas y catedrales gigantescas. Los exteriores están adornados con tallas de piedra y cúpulas brillantes; los interiores están repletos de iconos antiguos, incienso y fieles. Durante más de un milenio, la ortodoxia ha ayudado a definir a la nación rusa, un significado que es palpable en la atmósfera de estos lugares espirituales. Moscú conservó el título de “segunda capital” en el período en que San Petersburgo fue la capital imperial de Rusia. Moscú cuenta con un buen conjunto de edificios de época y otros elementos que lo demuestran. Y qué mejor que iniciar nuestro recorrido que en la Plaza Roja. Todo comienza aquí. El sitio donde se fundó la ciudad (y podría decirse que el país), todavía se encuentran en el corazón de Moscú, histórica, geográfica y espiritualmente hablando, y se siente el peso de este significado mientras se deambula por las murallas de la antigua fortaleza del Kremlin y se maravilla ante la magnificencia de la Catedral de San Basilio con sus características cúpulas en forma de cebolla. El Kremlin de Moscú: Cúspide del poder político ruso y otrora centro de la Iglesia ortodoxa, es el núcleo no sólo de Moscú, sino de todo el país. El complejo, que ocupa la colina Borovitsky en la orilla norte del río Moscova, está rodeado por altos muros de 2,25 km de largo (el muro oriental de la Plaza Roja está fuera). Las mejores vistas del complejo se obtienen desde la calle Sofiyskaya, al otro lado del río. Construido en el siglo XII como una ciudad medieval con instalaciones de madera, el Kremlin fue creciendo hasta convertirse en un recinto majestuoso, sede del Principado de Moscú. Cabe precisar que la palabra Kremlin significa ‘ciudad fortificada’ y no es la única que existe. En efecto, en Rusia es posible encontrar varios kremlin que se conservan en el corazón de algunas ciudades medievales que en la actualidad se han expandido alrededor de las murallas. El recinto del Kremlin de Moscú cuenta con una superficie total de 27 hectáreas enmarcadas por 2.500 metros de murallas unidas por 20 torres de hasta 80 metros de altura. En el interior del recinto del Kremlin de Moscú nos encontramos con museos, edificios históricos e iglesias, además de algunos otros edificios que por lo general no se visitan como el Gran Palacio del Kremlin, el Palacio Estatal del Kremlin y la Residencia Presidencial; Catedral de San Basilio: En el extremo sur de la Plaza Roja se encuentra el icono de Rusia. Esta mezcla de colores, patrones y formas es la culminación de un estilo único en la arquitectura rusa. En 1552, Iván el Terrible tomó la fortaleza tártara de Kazán durante la festividad de la Intercesión. Encargó la construcción de esta emblemática iglesia, oficialmente la Catedral de la Intercesión, para conmemorar la victoria. Creada entre 1555 y 1561, esta obra maestra se convertiría en el símbolo supremo de Rusia. La aparente anarquía de formas de la catedral esconde un plano comprensible de nueve capillas principales. La alta torre con techo de carpa en el centro alberga la homónima Iglesia de la Intercesión de la Madre de Dios. Las cuatro cúpulas más grandes coronan cuatro capillas con torres octogonales: la Iglesia de los Santos Cipriano y Justina, la Iglesia de la Santísima Trinidad, la Iglesia del Icono de San Nicolás el Taumaturgo y la Iglesia de la Entrada del Señor en Jerusalén. Por último, hay cuatro capillas más pequeñas en el medio. Cada capilla fue consagrada en honor a un evento o batalla en la lucha contra Kazán. Según la leyenda, Iván hizo cegar a los arquitectos para que nunca pudieran construir nada comparable. Sin embargo, esto es un mito, ya que los registros muestran que fueron contratados un cuarto de siglo más tarde para agregar una capilla adicional a la estructura; Plaza Roja: Justo al otro lado de la muralla noreste del Kremlin se encuentra la famosa Plaza Roja, una zona adoquinada de 400 x 150 m que se encuentra en el corazón de Moscú. Este panorama nunca deja de hacer palpitar el corazón, especialmente de noche. Junto a la catedral de San Basilio, encontramos la estatua de Minin y Pozharsky, que rinde homenaje a los héroes de la guerra de liberación de 1612 contra los polacos, mientras frente a ella se localiza el Museo Estatal de Historia. Cabe aclarar que el nombre de la plaza no tiene nada que ver con el régimen comunista que oprimió a Rusia desde 1917 a 1990, donde se realizaba grandes desfiles militares enarbolando banderas rojas. Su nombre en ruso - krasnaya - es de la época zarista y significa "hermosa" debida las imponentes edificaciones que la rodean construidas con ladrillos rojos; Museo Estatal de Historia: Su catálogo recoge desde reliquias de tribus prehistóricas que ocupaban el territorio de la actual Rusia, hasta obras de arte de valor incalculable adquiridas por miembros de la dinastía Románov. El edificio fue construido según los cánones del estilo neo-ruso entre 1875 y 1881 e inaugurado oficialmente por el Zar Alejandro III. El interior esta intrincadamente decorado según el nuevo romanticismo ruso por artistas tales como Víktor Vasnetsov, Henrik Semiradski, e Iván Aivazovski; Galería Tretiakov: El exótico castillo de los boyardos (nobles de alto rango) en una pequeña calle de Zamoskvorechie alberga la sede principal de la Galería Tretiakov, que alberga la mejor colección de iconos rusos del mundo y una colección excepcional de otras obras de arte ruso de la época zarista. El edificio fue diseñado por Viktor Vasnetsov entre 1900 y 1905. La galería comenzó siendo la colección privada de los hermanos industriales del siglo XIX Pavel y Sergei Tretyakov. Pavel fue mecenas de los Peredvizhniki, o los Errantes, un grupo de pintores del siglo XIX que se separaron de la Academia de las Artes. Hoy en día, estos se encuentran entre los pintores más famosos de Rusia, y la Galería Tretyakov cuenta con algunos de los ejemplos más exquisitos de su trabajo; Museo de Bellas Artes Pushkin: Este es el principal museo de arte extranjero de Moscú, dividido en tres sucursales y que exhibe una amplia selección de obras europeas, incluidas obras maestras de civilizaciones antiguas, el Renacimiento italiano y el Siglo de Oro holandés. Las exposiciones sobre la Civilización Antigua contienen una colección sorprendentemente excelente, con armas, joyas, objetos rituales y lápidas del antiguo Egipto. Otra sala alberga la impresionante exposición "Tesoros de Troya", con objetos excavados que datan del año 2500 a. C. por el arqueólogo alemán Heinrich Schliemann, quien donó la colección al museo de Etnología de Berlín, de donde fue robada por los rusos en 1945. Los patios griego e italiano albergan además ejemplos de la colección original del museo, que estaba formada por reproducciones de obras maestras de la antigua Grecia y Roma, así como del Renacimiento; Teatro Bolshói: Se trata de uno de los escenarios más icónicos del mundo y sigue siendo una de las opciones más entretenidas de Moscú para salir de noche por la ciudad. El flamante auditorio de seis pisos tiene un ambiente imponente que evoca más de 240 años de música y danza de excelente calidad. Desde el primer momento de su existencia, el Teatro Bolshoi se ha encontrado en el centro de la vida cultural de Moscú. La sala de cinco círculos del Teatro Bolshoi es famosa por su acústica perfecta y tiene una capacidad para 2.150 espectadores. La sala está decorada con molduras doradas y terciopelo rojo, que trasmiten una sensación de esplendor y solemnidad especial; Catedral de Cristo Salvador: Estamos ante un bellísimo templo ortodoxo construido en el siglo XIX, siguiendo el proyecto de Konstantín Thon. Situada en el centro de la capital, se tardó casi 50 años en construir, y no fue hasta 1883 cuando se abrió para culto. Pero en 1931 y a pesar de su magnificencia, fue destruida para erigir en su lugar un horrible edificio estalinista denominado ‘Palacio de los Sóviets’, el cual afortunadamente nunca se levantó. En 1990, tras el derrocamiento de la dictadura comunista, se llevó a cabo la reconstrucción de la imponente catedral - una iniciativa que contó con el apoyo incondicional de Borís Yeltsin, presidente de Rusia, así como de Yuri Luzhkov, alcalde de Moscú - volviendo a ser consagrada en el año 2000. Para conocer el origen de este templo, debemos trasladarnos a diciembre de 1812, en plena invasión napoleónica de Rusia. Tras la expulsión de los franceses, fue entonces cuando el Zar Alejandro I de Rusia ordenó que se construyera un templo en honor a Cristo Salvador para conmemorar el hecho. Pero Moscú no solo son palacios, catedrales o museos históricos. Se trata de una moderna ciudad con imponentes edificaciones que nos habla de una metrópoli en constante cambio. Demás está decir que en esta oportunidad tampoco le dedique un minuto de mi tiempo en visitar esas espantosas reliquias de la oprobiosa época comunista que lamentablemente aún existen, pero no de la forma tan grosera como vimos a cada paso en Minsk. Por cierto, me hubiera gustado regresar a Kiev, donde estuve hace unos años atrás, lo cual actualmente es imposible por la guerra que desangra a Ucrania, propiciada por los EE.UU. Debido a ello, resolví dirigirme a Tiblisi (Georgia), para continuar con nuestra Excursión por el Cáucaso.
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